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sábado, 25 de enero de 2014

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL CIRCULO VICIOSO




       Los esquemas familiares en los que abundan condiciones tan desfavorables para la convivencia familiar, tales como alcoholismo, droga, prostitución, abusos, etc., en muchísimos casos tenderán a repetirse en la siguiente generación; como en una especie de círculo vicioso, del que no es tan fácil escapar. En un blog anterior, un lector comentaba que son las condiciones las que hacen al individuo y no al revés. Este comentario parece explicar por qué no es fácil romper ese círculo vicioso.

       Las condiciones de vida desfavorables enseñan a los hijos “cómo es la vida”. A veces, a penas tienen oportunidad de tomar conciencia de que hay otras formas de convivencia; otras veces sí son conscientes de que las cosas pueden ser de otra manera, pero no encuentran el suficiente estímulo para tratar de cambiar ese esquema; no saben cómo, y se refugian en ese dicho de “más vale lo malo conocido...”. A fin de cuentas, ya están acostumbrados a esa forma de vida, y así han sobrevivido.

       Sin embargo, hay personas que sí toman conciencia de que no se trata simplemente de sobrevivir de la manera que sea, y se proponen buscar otras formas diferentes, y en bastantes casos lo consiguen. ¿Cómo encontraron ese estímulo estas personas? No hay una respuesta general. Normalmente se trata de personas con un nivel de conciencia superior al normal, lo que les permite encontrar el estímulo naturalmente, o con ayuda de alguna otra persona, o incluso de alguien de la propia familia, que aun envuelta en las condiciones desfavorables, es autocrítica con ellas. Como sea, estos casos muestran que sí es posible escapar de ese círculo y no repetir los mismos esquemas en el futuro, al mismo tiempo que parecen quitar la razón a ese comentario de que son las condiciones las que hacen al individuo.

       La conclusión de todo ello es que si son las condiciones las que hacen al individuo, o es a la inversa, no son dogmas. A veces las condiciones son las que hacen al individuo; otras veces es al revés. Pero lo importante es que las cosas no son de una forma o de otra caprichosamente, sino que las personas pueden sobreponerse a la situaciones desfavorables y crear las condiciones; de lo contrario, normalmente son las condiciones las que hacen al individuo. Si se tiene un objetivo claro, con mayor o menor dificultad se puede alcanzar; si no, será el viento el que lo lleva a uno en la dirección que sople.

       Insisto,  un cierto nivel de conciencia y estímulo es necesario para establecer esos objetivos. Sin embargo, no es frecuente que surjan espontáneamente. Normalmente se inculcan en las personas, y la edad ideal para hacerlo es la niñez, la adolescencia, y la temprana juventud, cuanto antes mejor. Y lo ideal es que lo haga la propia familia. Y a ello me refería en otro blog cuando hablaba de la claridad de objetivos de la familia para con los hijos. Un lector comentaba que es solo la claridad de objetivos que el propio individuo tiene en la vida lo que determina el éxito o el fracaso. De acuerdo solo en parte, Don Edgar Benjamín. Si los padres no trabajan en estimular a sus hijos y en despertar su conciencia, es bastante más difícil (no imposible) que los hijos lleguen a tener esa claridad de objetivos.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.        

sábado, 11 de enero de 2014

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: SI LO SE, ME VOY


 Al analizar la idiosincrasia de los salvadoreños, que no es diferente a la de los latinos, en general, frecuentemente me acuerdo de un episodio ocurrido ya hace unos cuantos años, sobre un accidente en el que una ciudadana sueca atropelló a un policía, hiriéndolo mortalmente. Se decía que esta persona manejaba ebria, que había sido atacada momentos antes… en fin, múltiples circunstancias que suenan muy comunes en nuestra cultura, que se manejan siempre mezclando realidad, fantasía y excusa, y que el exagerado interés mediático que despertó, tendió a fomentar. El protagonista pudo haber sido cualquier salvadoreño, como sucede muy habitualmente sin que llame atención alguna, pero en este caso fue una persona extranjera.

No me corresponde discutir si conducía en ebriedad o no; si lo hacía, muy mal hecho. Ni voy a discutir si era cierto o no que había sido atacada momentos antes. Si no era cierto, muy mal hecho el haber usado ese argumento. Pero  podíamos haber aprendido algo de esta mujer; no el manejar en ebriedad, ni el inventar excusas, por supuesto, porque eso ya sabemos hacerlo muy bien; pero sí sobre su actitud posterior, dado lo irreparable, de dar la cara y responder voluntariamente, de la única forma posible, económicamente, y a plena satisfacción de la otra parte, por el daño causado.

No es que esta actitud sea magnánima; es simplemente lo correcto, pero para los salvadoreños lo simplemente correcto debería servir de ejemplo, porque lo que nosotros solemos hacer es darnos a la fuga para evadir responsabilidades, e incluso ni nos hemos preocupado seriamente de plantear mecanismos para que eso deje de ser así; y, sin embargo, se ha gastado menos tinta en muchos años en educar sobre este asunto, que la que se gastó en pocos días en criticar y resaltar la noticia en color amarillo.
       Tan baja autoestima social tenemos, que pareciera que se tomó este asunto como una ofensa extranjera a la nación. La vida de este policía era muy valiosa; tanto como la de los miles de salvadoreños que mueren cada año en accidentes y actos violentos provocados por los mismos salvadoreños, y cuyos familiares frecuentemente, a parte de cargar con el dolor, ni siquiera llegan a saber quién fue el responsable, y raramente llegan a recibir compensación alguna.

       Sería mucho más positivo para todos emplear toda esa tinta en una labor educativa, porque eso sí puede salvar muchas vidas en el futuro, y el día que  podamos dar ejemplo, entonces podría emplearse la tinta que  sobre, para criticar. Estoy segura de que la pena que esta mujer soportará de por vida en su conciencia sólo puede ser superada por la pena de la propia familia doliente, y de la forma que fue criticada es probable que sea ella la que haya aprendido algo: que si le volviese a suceder algo similar, lo mejor sería actuar “a la salvadoreña”.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

sábado, 21 de diciembre de 2013

SALUD MENTAL, LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: REGALO DE NAVIDAD




        Cada vez más tendemos a confundir el espíritu de la navidad, y a desplazarlo de su vocación espiritual hacia una vocación puramente comercial, a lo cual los comerciantes nos ayudan bastante, claro. En estas fechas se vive una verdadera preocupación por el regalo con que “se cumplirá” con fulano. Y a su vez, fulano espera el regalo con que mengano “cumplirá” con él. Mengano(a), en realidad, tiene una larga lista de personas con quienes debe “cumplir”, y tiene que tener mucho tacto para elegir la categoría de regalo para cada quien, porque por un lado, se puede desbalancear su presupuesto, pero por el otro, corre el riesgo de que fulano quede insatisfecho, y haga comentarios como: “¡vaya con mengano, lo que me regala; se habrá quedado pobre!”.

        Es frecuente mandar el regalito con la tarjetita protocolaria de rigor, para así no tener ni que saludar a la otra parte, lo cual resulta paradójico, absurdo. Hasta las tarjetas de felicitación vienen ya todas impresas con un mensaje navideño, tan bonito como vacío e impersonal, muy apropiadas para quien no tiene nada que decir. Lo que llena de contenido la tarjeta es el verdadero sentimiento de las personas, y eso sólo uno mismo lo puede expresar. 

Claro, que si busca una bonita tarjeta en blanco, sin mensaje impreso para poder escribir usted y dar rienda suelta a sus sentimientos, aunque sea con mala letra y ortografía, le será muy difícil encontrarla; ya todas le anularon su iniciativa y creatividad.

        Por otra parte, hay personas que desearían regalar simplemente un sincero abrazo y un verdadero deseo de felicidad, pero tienen temor a quedar mal por no incluir algo material en el combo, pensando que eso es lo que espera la otra persona. En definitiva, todo el espíritu navideño se va traduciendo a una cuestión de quedar bien o quedar mal, en base a algo material, olvidándose de su verdadera esencia como marco para un acercamiento espiritual entre los seres humanos.

        Si de verdad aprecia a las personas, aproveche esta ocasión para expresarlo abierta y directamente, independientemente de regalitos; no los necesita. Si está distanciado de quien debería estar cerca, aproveche para el acercamiento. Si hay sinceridad, será el más bonito regalo que la otra persona recibirá, y no cuesta dinero.


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

sábado, 23 de noviembre de 2013

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: MATRIMONIO IMPERFECTO


Lo que diferencia un buen matrimonio de un mal matrimonio no es la existencia o no de conflictos, sino la forma en cómo se manejan.

Legalmente, el matrimonio es un estado civil; psicológicamente no es un estado, sino todo lo contrario, un proceso dinámico que evoluciona y atraviesa múltiples fases; algunas provocadas por circunstancias coyunturales externas, y otras naturales, típicas e inherentes a la propia dinámica conyugal. Cabe señalar, en primer lugar, la clara diferencia entre los conflictos y las crisis conyugales. Los conflictos, en diferente forma y medida se dan de una forma más o menos frecuente. Son algo normal en cualquier tipo de relación humana, y con mucha mayor razón lo son en una relación tal estrecha como la conyugal. 

       Quisiera en este espacio deshacer el mito del matrimonio perfecto, como aquel en el que no hay conflictos y todo va siempre bien. Eso es a lo que muchas personas aspiran, precisamente por esa imagen mítica que la cultura enseña y que muchos pretenden ofrecer. Y ese es precisamente el mayor error, porque ese modelo de matrimonio perfecto es una quimera; simplemente no existe. Los conflictos existen siempre; son inevitables. Mejor que enseñar algo irreal como modelo, sería mucho más útil educar en la resolución positiva de conflictos y en la prevención de los mismos.

       No existe matrimonio en el que no haya conflictos; lo que sí sucede a veces es que los conflictos se reprimen, pretendiendo con ello responder a ese utópico modelo de matrimonio perfecto con el que muchas personas han sido educadas. Pero el conflicto reprimido sigue ahí, internamente afectando a cada miembro de la pareja. Y lo peor es que esa represión tiende a perpetuarlo y obstaculizar con ello su resolución.


       La existencia de conflictos no significa que haya crisis, siempre y cuando los conflictos se resuelvan adecuadamente. Hay conflictos leves que fácilmente se pueden prevenir o resolver, pero que su acumulación termina generando crisis, precisamente por la falta de educación en su resolución. Otros conflictos son más graves por naturaleza, pero también pueden prevenirse o resolverse. Entre los conflictos graves que más comúnmente dan lugar a crisis, están la intromisión de los familiares en la vida conyugal, la disparidad de intereses o de valores, la discrepancia de criterios respecto a los hijos, y, por supuesto, las infidelidades, y el maltrato físico o verbal.

       En conclusión, la no resolución de los conflictos, aun cuando no sean graves, puede dar lugar a crisis. Algunos de los conflictos graves son de difícil resolución, e inevitablemente conducirán a una crisis seria. La represión interna de conflictos también puede dar lugar a crisis, cuyos síntomas también tienden a reprimirse. Las crisis tienden a separar el matrimonio en primera instancia, y será en función de cómo se maneje esa crisis que lo separará definitivamente, o por el contrario incluso lo fortalecerá, o bien supondrá simplemente un “stand-by” hasta que llegue la siguiente crisis. Lo que diferencia un buen matrimonio de un mal matrimonio no es la existencia o no de conflictos, sino la forma en cómo se manejan.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 


lunes, 18 de noviembre de 2013

Inspirador y muy real artículo de Jorge Ramos: Millonarios sin título

Por  Jorge Ramos Ávalos  

Millonarios sin título

Estoy seguro de que muchos jóvenes hispanos formarán parte de esta lista de multimillonarios en el futuro y que serán grandes empresarios, deportistas y cantantes.

Los Ángeles, California. Regresé a la universidad. No a estudiar, sino a conocer a quienes están estudiando.

Mi primera escala al llegar a Estados Unidos hace 30 años fue precisamente la Universidad de California en Los Ángeles y ahora volví para participar en un foro sobre educación. Me puse a caminar por los mismos pasillos que en 1983 me llevaban a mis clases de periodismo y televisión.

Me encontré a las integrantes del Grupo Folclórico de UCLA que preparaban un baile regional mexicano. Son jóvenes muy especiales: UCLA es una universidad difícil para entrar, y a pesar de todos los obstáculos a ellas las habían aceptado.

“¿Cuántas de ustedes son las primeras de su familia en ir a la universidad?” les pregunté. Tres de cada cuatro levantaron la mano. Las sonrisas se transformaron en caras de asombro. Son el nuevo rostro de Estados Unidos.

En el futuro de Estados Unidos hay cada vez más latinos. Seremos 150 millones en 2050. Pero nada nos asegura el éxito económico o el poder político a menos que aumente dramáticamente el número de hispanos que termina la universidad.

¿Por qué no hay más latinos terminando la universidad? Hay un problema de dinero: Muchos estudiantes, al terminar “high school”, o preparatoria, tienen que trabajar para mantener a sus familias.

Hay un problema cultural: Las universidades no saben cómo atraer a más estudiantes hispanos. Y hay un problema social: los estudiantes ven que algunos artistas, deportistas y empresarios que no fueron a la universidad se han convertido en millonarios y, por supuesto, quieren ser como ellos.

Esto último es uno de los obstáculos más complejos para promover la educación superior. El valor neto de algunos empresarios brillantes que abandonaron sus estudios es verdaderamente impresionante: Bill Gates, de Microsoft, $72 mil millones; Michael Dell, casi $16 mil millones; Liliane Bettencourt, $30 mil millones; Amancio Ortega, ejecutivo de modas, $57 mil millones. Titanes de la tecnología, como Mark Zuckerberg y Steve Jobs, han amasado fortunas incluso más cuantiosas.

En los campos del espectáculo y los deportes, nuestros hijos ven actuaciones de jóvenes artistas como Lady Gaga ($80 millones) y Justin Bieber ($58 millones). O escuchan que el golfista Tiger Woods tiene una fortuna de cuando menos $78 millones, o que Roger Federer ha ganado $71 millones durante su carrera de tenista. Las hazañas y fortunas de estrellas del fútbol como David Beckham ($47 millones) y Cristiano Ronaldo ($44 millones) inspiran sueños de gloria.

Estoy seguro de que muchos jóvenes hispanos formarán parte de esta lista de multimillonarios en el futuro y que serán grandes empresarios, deportistas y cantantes. Pero la mayoría no lo será. Esa es la realidad. No hay ninguna garantía para tener éxito en esta vida. Ninguna. Pero el camino más seguro es terminar la universidad. Te doy un dato.

Un estudiante que termina la universidad en Estados Unidos ganará en su vida un millón de dólares más, en promedio, que alguien que no se gradúa. Este promedio está basado en un estudio de salarios hechos por la Oficina del Censo de Estados Unidos. Es decir, un título universitario casi te asegura un millón de dólares más en tu vida. Nada mal.

No hay nada malo en querer ser millonario antes de cumplir 30. Pero hay que tener un plan B. Y ese plan B requiere un título universitario. Ese plan solo se puede aprender en la casa.

No vengo de una familia de dinero. Tuve que trabajar para ir a la universidad al igual que todos mis hermanos. Pero lo que sí recuerdo perfectamente es que nunca tuve la menor duda de que algún día iría a la universidad y me graduaría. Nuestros padres no nos dieron ninguna otra opción. Eso nos salvó.

Estoy absolutamente convencido de que sin un título universitario nunca hubiera podido aprovechar las oportunidades que se me han presentado en México y en Estados Unidos. Mi sospecha es que, sin la universidad, habría sido invisible para muchas empresas y personas.

Regresar a UCLA me permitió ver el futuro de Estados Unidos, con un claro dominio latino en varias ciudades , y reafirmó mi convicción de que para triunfar es preciso tener dos cosas: pasión por lo que haces y, si la pasión y el talento no son suficientes, un título universitario para navegar en un planeta lleno de imprevistos.
 

sábado, 9 de noviembre de 2013

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA LISTA DE SANTA CLAUS




       Yo nunca fui partidaria de que mis hijos tuvieran muchos juguetes, y pude comprobar que aquellos con los que más disfrutaron no fueron de los que suele regalar Santa, o de los que anuncian en televisión, o de los que se pueden comprar en las jugueterías. Recuerdo especialmente cómo disfrutaron con una nave espacial que ellos mismos se construyeron durante varios días a partir de una caja de cartón. La diversión no duró demasiado una vez que la nave fue terminada, como con cualquier otro juguete; se divirtieron, sobre todo, mientras la construían, mientras desarrollaban libremente su creatividad para hacer su propia obra.

       Mi esposo recuerda de su niñez otra historia similar, en la que tanto él como su vecino habían pedido a Santa un camión, y disfrutaban imaginándose a si mismos jugando con los camiones. El sí fue complacido; el vecino, probablemente por circunstancias económicas, no tuvo tanta suerte. ¿Cómo imaginan que siguió la historia? ¿Disfrutaron ambos del único camión?. Pues disfrutaron de un único camión, pero no de ese precisamente. Disfrutaron de construir con unas maderas y algo de ayuda de su padre un camión para el vecino. Cuando estuvo terminado no pararon de jugar con él, dejando prácticamente olvidado al que trajo Santa. Creo que hasta el padre sintió no ser niño para jugar también con él. Claro, la ilusión por el camión artesanal tampoco duró toda la vida, pero duró durante su construcción y durante un tiempo después. La ilusión por el camión de Santa duró solo antes de que Santa viniera.

       Me disculpo por hacer mención de experiencias personales, cosa que no me gusta y que no suelo hacer, pero es que sirve como ejemplo de cómo son los niños en general. Yo estoy segura de que casi todos han vivido alguna experiencia similar con los hijos, o sobrinos... o con nosotros mismos cuando éramos niños. Sin embargo, no aprendimos la lección, no supimos entender lo que los niños nos están enseñando. Y no solo no supimos entenderlo para aplicarlo con ellos, sino tampoco para aplicarlo a nosotros mismos en nuestra vida cotidiana de adultos, porque, a fin de cuentas, ¿acaso este tipo de experiencias suceden solo con los niños? ¿No nos sentimos también identificados de alguna manera los adultos con nuestros “juguetes de adultos”? Me refiero al carro, a la casa, al propio dinero, etc, por supuesto. ¿No disfrutamos tanto o más de las cosas antes de conseguirlas que después? ¿No disfrutamos más de lo que construimos nosotros mismos que de lo que conseguimos ya construido?


       Volviendo a los niños, según todo ello, no tendría mucho sentido que Santa viniera cargado de regalos. Los niños nos enseñan que con lo que más suelen disfrutar es con la ilusión previa y con todo aquello que les permite desarrollar su creatividad y ser los autores de sus obras. Pero nos lo enseñan inconscientemente. Sería impensable atreverse a decirle a los hijos: “Miren, Santa no va a traer nada; aquí tienen unas maderas y unos cartones para que construyan sus juguetes”. Esa ilusión previa se transformaría en una frustración insoportable; más considerando lo consentidos que los tenemos, y lo alienados que están por la presión comercial y social (al igual que los adultos, por cierto). Por ello, mi recomendación es negociar previamente con ellos que limiten su lista a Santa a aquello que realmente les quite el sueño, y luego incluir por nuestra cuenta algo educativo y que les permita desarrollar su creatividad.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.