lunes, 25 de abril de 2011

La OTAN ataca el despacho de Gadafi.

Tomado de El País


El régimen bombardea la ciudad insurrecta tras retirar sus tropas del centro de la población.

Trípoli exige a los sublevados que se rindan en el plazo de dos días

POR JUAN MIGUEL MUÑOZ

Bengasi. Al menos 30 personas han fallecido y 60 han resultado heridas en un ataque de las tropas libias con cohetes sobre la ciudad rebelde de Misrata, al oeste del país, según informa la cadena Al Arabiya, que cita testigos libios. "Hay un bombardeo muy intenso y aleatorio en zonas residenciales. Varios cuerpos quemados están siendo trasladados al hospital", ha señalado Ahmed al-Qadi, un ingeniero que trabaja para una emisora de radio disidente en Misrata. "El número de heridos asciende a 60 y ha habido 30 mártires. Este es el balance de las últimas 12 horas", ha añadido. Horas antes, de madrugada, un ataque aéreo de la OTAN destruyó un edificio dentro del complejo de Muamar el Gadafi de Bab el Azizia, en Trípoli, en lo que una responsable de prensa del régimen consideró un atentado directo contra la vida del líder libio.

Los bomberos trabajaban a las tres de la madrugada de hoy en las labores de extinción de las llamas en una parte del edificio en ruinas cuando un grupo de periodistas llegaron al lugar, en una visita organizada por el régimen, pocas horas después de que tres grandes explosiones sacudieran el centro de Trípoli. La encargada de prensa, que pidió no ser identificada, dijo que Gadafi usaba el edificio atacado para reuniones con sus ministros. Según la misma fuente, 45 personas resultaron heridas, 15 de ellas gravemente, y hay algunos desaparecidos.

El ataque contra el cuartel general del líder libio llega después de que sus tropas se enzarzaran de nuevo con los rebeldes de Misrata en un bombardeo. El ataque se produjo en plena celebración por una retirada de las tropas que no fue completa -ya sospechaban los rebeldes libios que Muamar el Gadafi no iba a aflojar el cerco sobre Misrata-. El viceministro de Exteriores, Kaled Kaim, aseguraba el sábado que se aliviaría la situación de la ciudad. Mentira. Anteayer, con 28 personas muertas, fue la jornada más sangrienta en dos meses de combates. La madrugada del domingo añadió Kaim que el Ejército no abandonaba la ciudad, y que tan solo detendría sus operaciones militares. Otra falsedad. El bombardeo indiscriminado continuó ayer inclemente, y los proyectiles impactaron en el centro y en los barrios residenciales de esta población de 300.000 vecinos, la tercera más habitada de Libia, cuya caída no puede permitirse el dictador. Al menos otras ocho víctimas llenaron los depósitos de cadáveres.

Kaim amenazó ayer a los sublevados. Si no se rendían en el plazo de dos días, "los líderes tribales" habían decidido "pasar a la acción". Portavoces de los rebeldes citados por Reuters insisten en que Gadafi disfruta de escaso apoyo incluso entre esas tribus, y que no serán soldados ni miembros de los clanes quienes arremeterán contra la ciudad vencido ese ultimátum, sino mercenarios. En todo caso, la rendición de los milicianos alzados contra el régimen es impensable a estas alturas. Como dicen los lemas que abundan impresos en las ciudades orientales, o acaban con Gadafi o mueren. Pero no ha lugar a componenda de ninguna clase.

Misrata, plaza clave

Misrata es crucial para el devenir de la guerra. A solo 200 kilómetros de Trípoli, un repliegue total de los blindados y soldados libios supondría el aislamiento de Sirte, cuna del sátrapa y a medio camino de los 1.000 kilómetros que separan Bengasi de la capital. Gadafi considera Sirte otro de sus baluartes. Importantes bases militares radican en esta localidad, a la que el líder de la revolución que derrocó al rey Idris en 1969 consideró convertir en capital de Libia y que se ha mantenido al margen de la contienda, si se exceptúan los ataques que la OTAN ha ejecutado en sus inmediaciones. Los 200 aviones -solo los de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Canadá, Bélgica, Noruega y Dinamarca llevan a cabo misiones de ataque- y los 18 buques de la OTAN y de los países que participan en la coalición, a cargo de aplicar la zona de exclusión aérea, no arredran a Gadafi, que ha sabido adaptarse en el campo de batalla tras perder la hegemonía total en el aire.

¿Y por qué no destrozan totalmente el bastión de Gadafi en Bab el Azizia, al sur de Trípoli? Es la pregunta que se plantean muchos ciudadanos de Bengasi, que no pueden ignorar que el autócrata cuenta con decenas de refugios. Solo en su residencia de Al Baida, ciudad de la oriental Cirenaica, en un paraje bucólico, construyó un búnker subterráneo de hormigón armado y puertas de acero de 15 centímetros que se hundía unos 15 metros bajo el subsuelo.

Ha de tener escondites más seguros, y la historia demuestra que dar con uno de estos dictadores no es tarea sencilla. Pero a los dirigentes políticos rebeldes les domina la ansiedad. Algunos, pese al recelo que provoca entre los libios, no descartan pedir una intervención terrestre de la OTAN, que, no obstante, rechazan tajantemente los propios países occidentales más implicados en la guerra.

Mitos y creencias acerca de los Tratados de Libre Comercio

Tomado de The Wall Street Journal



Estados Unidos y Colombia acaban de acordar un tratado comercial. Con este acuerdo y otros que están cerca de ser debatidos en el Congreso de EE.UU., Ed Gerwin, investigador en Comercio y Políticas Económicas Globales en Third Way, y Jon Cowan, presidente de Third Way, señalan cinco errores de concepto sobre los acuerdos comerciales.

Este año, el gobierno de Barack Obama y el Congreso de EE.UU. buscarán votos de ambos partidos para aprobar acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Colombia y Panamá. Considerando que 87% del crecimiento económico mundial durante los próximos cinco años se registrará fuera de EE.UU., los partidarios del comercio creen que estos acuerdos crearán empleos y prosperidad al ayudar a las compañías estadounidenses a entrar a mercados de exportación de rápido crecimiento.

Quienes se oponen discrepan. Argumentan que los acuerdos "tipo NAFTA" dañan más que de lo que ayudan a la economía de EE.UU. y las encuestas muestran que gran parte de la población coincide.

¿Pero es correcta esta creencia general? ¿O los acuerdos de comercio dan resultado? En momentos en que Washington se prepara para duros debates sobre el comercio, vale la pena explorar algunos errores de concepto habituales respecto a los acuerdos comerciales.

1. Los acuerdos comerciales generan déficit comercial.

En realidad, no es así.

Los críticos frecuentemente asocian los acuerdos comerciales con los déficit comerciales de EE.UU. Por ejemplo, los oponentes hacen notar que el déficit comercial global de EE.UU. en mercaderías se disparó a casi US$830.000 millones en 2008 desde los US$103.000 millones anteriores a la firma del NAFTA.

Pero los datos aduaneros de los países con los que se firmaron acuerdos indican algo diferente. En 2008-2009, EE.UU. tuvo un superávit comercial de casi US$50.000 millones con sus 17 socios de acuerdos de libre comercio, y las exportaciones manufactureras estadounidenses a esas naciones continuaron superando las importaciones en 2010. Los verdaderos impulsores del déficit comercial general de EE.UU. son el déficit en bienes manufacturados con países con los cuales no tiene acuerdos (más de US$345.000 millones en 2009), en especial con China (casi US$227.000 millones en 2009), y las enormes importaciones de petróleo (casi US$205.000 millones en 2009). Además, los críticos de los acuerdos comerciales suelen ignorar que EE.UU. tiene sólidos superávit comerciales en servicios y agricultura (US$136.000 millones y US$27.000 millones, respectivamente, en 2009). Resumiendo, al enfocarse en los déficit, los escépticos a menudo confunden la causa con la cura.

2. Los acuerdos comerciales son un juego de "suma cero".

No lo son.

Los críticos están preocupados por los déficit porque creen que los acuerdos son esencialmente juegos de "suma cero", en los cuales, si un país gana, el otro necesariamente pierde. Consideran que las exportaciones son esencialmente "buenas" y las importaciones son esencialmente "malas". Pero el mundo real es mucho más complejo.

Sin dudas, las exportaciones son vitales para la economía estadounidense, y sostienen uno de cada tres empleos en el sector industrial y representan uno de cada tres acres plantados en las granjas estadounidenses.

Pero las importaciones también hacen importantes contribuciones a la economía estadounidense. Las importaciones proveen insumos de bajo costo que les permiten a los fabricantes estadounidenses y a sus trabajadores en EE.UU. fabricar productos más competitivamente. También dan sustento a millones de empleos estadounidenses vinculados a la investigación, el diseño, el transporte, la logística, el comercio minorista y las manufacturas. Además, los aranceles reducidos a las importaciones incrementaron el poder de compra de la familia promedio estadounidense en casi US$2.000 anuales, lo que les permite a las familias gastar más en sus comunidades locales.

3. Los acuerdos comerciales debilitan a la economía.

No es así.

Los críticos atribuyen una variedad de serios problemas económicos a los acuerdos comerciales. Por ejemplo, citan una y otra vez un estudio de 2006 que sostiene que el NAFTA "desplazó" alrededor de un millón de empleos estadounidenses y sostienen que el sector manufacturero estadounidense cayó más de 30% debido al NAFTA.

Lo que se dice sobre las pérdidas de empleo es refutado por una serie de otros estudios, incluyendo varios análisis del Servicio de Investigaciones del Congreso de EE.UU., la Oficina de Presupuesto del Congreso de EE.UU., la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. y el Carnegie Endowment for International Peace. Además, datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. muestran que los fabricantes estadounidenses sumaron 500.000 empleos en los siete años posteriores a la entrada en vigencia del NAFTA.

EE.UU. ha perdido empleos manufactureros en los últimos años, pero es difícil atribuir esas pérdidas en un nivel significativo a los acuerdos comerciales. En cambio, la causa predominante para la caída del empleo manufacturero en ese país es la creciente productividad, el hecho de que una fuerza laboral mejor educada que utiliza equipamiento más sofisticado puede producir más con menos trabajadores. Los empleos manufactureros han estado cayendo sostenidamente como proporción del empleo total en EE.UU. desde la Segunda Guerra Mundial, mucho antes de que se pensara en los modernos acuerdos comerciales. Al mismo tiempo, EE.UU. fabricó 4,7 veces más bienes en 2005 que en 1959. También es difícil echarle la culpa a los pactos comerciales por las pérdidas de empleos manufactureros cuando EE.UU. logró un superávit en el comercio de bienes industriales con los países con los que firmó acuerdos.

4. Es hora de tomarse un respiro del comercio.

No nos podemos dar ese lujo.

Los críticos del libre comercio quieren que Estados Unidos deje de trabajar en la búsqueda de nuevos acuerdos. Insisten en que primero ese país debe renegociar los acuerdos existentes y adoptar nuevas políticas comerciales, incluyendo medidas que limitarían las importaciones y harían más difícil que las empresas estadounidenses exporten.

Pero el resto del mundo no está esperando a EE.UU. En cualquier mercado, llegar primero tiene un premio. Pregúntenselo a Apple respecto al iPod. Si EE.UU. no logra meterse en el juego y mantenerse en él, nuestros exportadores perderán no solamente nuevas oportunidades en los mercados extranjeros, sino que crecientemente perderán sus actuales negocios a medida que sus competidores foráneos enfrenten cada vez menos barreras comerciales. Por ejemplo, sin el acuerdo comercial con Corea del Sur, los productores de cerdo estadounidenses no podrían ofrecer precios competitivos y quedarían fuera del mercado de ese país asiático en lapso de una década, por lo que perderían US$215 millones en ventas anuales.

Para su crédito, el gobierno de Obama y muchos en el Congreso entienden esto. El gobierno ha tomado un enfoque muy inclusivo de la política comercial estadounidense, en particular al desarrollar un nuevo modelo para los acuerdos comerciales en las negociaciones de sociedades transpacíficas. Pero también saben que EE.UU. ya no puede quedarse quieto mientras sus competidores internacionales negocian una serie de nuevos acuerdos comerciales para abrir mercados a sus exportaciones.

5. Los acuerdos comerciales no son "justos".

No, precisamente tienen que ver con lo que es justo.

Contrariamente a lo que sostienen quienes los rechazan, EE.UU. frecuentemente se ve perjudicado en sus relaciones comerciales en las que les falta un robusto acuerdo comercial. No es coincidencia que China —un país con el que EE.UU. no tiene un acuerdo de libre comercio— use ampliamente una política cambiaria, estándares técnicos, requerimientos para las licitaciones y otras barreras altamente discriminatorias que niegan una equidad esencial para las compañías y trabajadores estadounidenses. Y, cuando se la compara con los socios comerciales de EE.UU. con los que éste tiene acuerdos comerciales, China no ha asumido ningún compromiso significativo para asegurar la aplicación de leyes laborales y ambientales.

En su esencia, los acuerdos comerciales traen equidad a EE.UU. al derribar injustas barreras comerciales extranjeras a su comercio. Establecen que sus socios tendrán que aplicar principios esencialmente estadounidenses, como el juego limpio y el debido proceso, a los inversionistas y exportadores estadounidenses. Los acuerdos comerciales requieren que se desarrollen reglas de una manera abierta y transparente, se prohíban la discriminación injusta contra productos, servicios o partes estadounidenses, y se protejan los derechos de propiedad estadounidenses contra las expropiaciones sin el debido proceso y una compensación justa. Y, al final, les dan a los exportadores, los trabajadores y los inversionistas estadounidenses una mayor libertad de la interferencia injusta por parte de gobiernos extranjeros.

En momentos en que EE.UU. debate acuerdos comerciales que tienen el potencial de respaldar un nuevo crecimiento económico, es imperativo que nos concentremos en los méritos de cada uno y que no simplemente volvamos a caer en errores de concepto de larga data.


Cristina Kirchner entre el Peronismo y el Chavismo

Tomado de The Wall Street Journal

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se saludan durante una ceremonia el 30 de marzo en la Casa Rosada de Buenos Aires

Por Mary Anastasia O'Grady

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se saludan durante una ceremonia el 30 de marzo en la Casa Rosada de Buenos Aires.

La presidenta argentina Cristina Kirchner aún no ha anunciado su candidatura a las elecciones presidenciales de octubre, pero su gobierno y su partido —la rama kirchnerista del peronismo— ya están en plena campaña.

En las últimas semanas, la presidenta dio otro enérgico paso hacia la consolidación de su poder económico al intentar obligar a empresas que cotizan en bolsa a darle al gobierno asientos en sus directorios. Además, el Estado abrió la billetera a pesar de los alarmantes datos sobre la inflación. La prensa sigue estando, como desde hace un tiempo, bajo la presión del gobierno y de sus aliados sindicales organizados para autocensurarse.

Se trata, entonces, de otro momento de preocupación para esta otrora próspera república. De algún modo, la sociedad civil y parte de las instituciones gubernamentales cruciales para la democracia han sobrevivido a ocho años de demagogia de los Kirchner y su progresivo autoritarismo. Pero pocos observadores aquí confían en que el vapuleado pluralismo político del país, que ahora pende de un hilo, pueda soportar otros cuatro años de kirchnerismo.

Una escuela de pensamiento sostiene que puesto que los Kirchner (la presidenta y su fallecido esposo, Néstor, quien fue presidente antes que ella) han convertido a Argentina en una bomba de tiempo económica, ella debería seguir al frente durante los próximos cuatro años. Sus políticas generan una tasa anual de inflación que los economistas privados estiman en alrededor de entre 25% y 30%. El sesgo antiempresarial del gobierno y la inseguridad judicial han dañado los flujos de inversión, y la escasez de energía está en aumento. Cuando todo esto estalle, si hay justicia, la culpa de los problemas debería caer sobre la presidenta.

Sin embargo, darle otro mandato a Kirchner conlleva grandes peligros. Considerando su codicia por el poder, es probable que continúe copiando a su mentor venezolano Hugo Chávez, quien durante 12 años ha demolido con gran constancia los mecanismos económicos, políticos y legales que habitualmente funcionan como los pesos y contrapesos del poder ejecutivo. Para 2015, Kirchner podría tener al país prisionero.

Considere el más reciente asalto a la libre empresa, que comenzó en 2008, cuando anunció la confiscación y nacionalización de cuentas de pensiones privadas. Esto convirtió al gobierno en accionista de 42 empresas que cotizan en bolsa en las que habían invertido los administradores de pensiones. El 14 de abril de este año, Kirchner emitió un decreto que le daba al gobierno mayor poder para nombrar a los miembros de la junta directiva en estas empresas.

La siderúrgica Siderar, donde el gobierno ahora posee un 26%, se está resistiendo. Durante una reciente reunión de accionistas la junta directiva anunció un dividendo y rechazó el pedido de un cupo en el directorio por parte del gobierno. El regulador de valores, una entidad estatal, anuló la reunión. Siderar acudió a los tribunales para desafiar la decisión del regulador y el gobierno presentó una contra demanda.

Aquí no hay ningún misterio. Kirchner sigue las teorías económicas no sólo de Chávez sino también de Juan Perón, el fascista argentino del siglo XX que le dio su nombre al partido. La presidenta quiere que el control estatal sobre la industria apuntale su poder.

Eso encajaría bien con su dominio de lo que en su momento fue un banco central independiente. Desde el año pasado, la entidad ha transferido más de US$16.000 millones a las arcas presidenciales a cambio de bonos gubernamentales. Sin embargo, el gobierno generó de todos modos un déficit fiscal de US$1.300 millones en marzo, lo que implica que sin importar cuánto dinero cae en sus manos, nunca es suficiente.

Es más, a fines de febrero la oferta de dinero argentina registró un alza de 28,6% frente a igual mes del año anterior. Y en los últimos meses analistas independientes que publican cifras de inflación que no concuerdan con la estimación oficial (que bordea el 10%) han sido multados.

Este cuadro de inflación, represión y control estatal de la economía es muy familiar para los estudiosos del pasado de Argentina. Y es el motivo por el que la oposición, a pesar de sus numerosas diferencias, está volcada a un esfuerzo por unirse. La reelección de Kirchner, si decide presentarse, es probable pero no está en ningún caso garantizada si hay sólo un candidato opositor.

Sin embargo, cualquier acuerdo de ese tipo aún parece muy lejano. Las esperanzas de una alianza entre los peronistas federales (que se oponen a los peronistas kirchneristas) y el alcalde de centro-derecha de Buenos Aires, Mauricio Macri, se desvanecieron la semana pasada luego de que una primaria de los peronistas federales tuviera una convocatoria muy baja y fuera empañada por acusaciones de fraude.

Ahora crece la especulación de que Macri podría, en cambio, optar por un segundo mandato como alcalde este año y conservar sus posibilidades para las elecciones presidenciales de 2015. Eso dejaría a Ricardo Alfonsín, del Partido Radical de centro-izquierda, e hijo de un ex presidente, como el contendiente más probable de Kirchner.

La mayoría de la centro-derecha tendría que hacer un gran esfuerzo para votar por Alfonsín. Sin embargo si se posiciona levemente a la derecha, y consigue el respaldo de Francisco de Narváez, un popular representante del peronismo federal, obligaría a Kirchner a ir a una segunda vuelta. En ese caso, sus probabilidades de seguir al mando del país serían mucho más bajas. Para muchos argentinos eso sería un arreglo que bien valdría la pena.

Cuba: Entre el mea culpa y nuevas promesas

Por Luis Montes Brito
Para Diario El Mundo de El Salvador

Raúl Castro, de manera desfachatada, dijo que más de medio siglo de gobernar el país ha sido insuficiente para llevarlo a feliz destino.

El Partido Comunista Cubano (PCC) es el único partido político permitido por la dictadura de la isla. El Congreso del mismo es su organismo superior. En su versión actual, el PCC fue fundado el 3 de octubre de 1965, su antecedente es el Primer Partido Comunista de Cuba fundado en 1925. El artículo 5o. de la Constitución cubana lo define como la “fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”.

El primer Congreso del PCC fue en 1975, realizándose los posteriores en los años de 1980, 85, 91 y el más reciente hace 14 años (en 1997) en La Habana. Inaugurándose la última edición la semana anterior.

Como era de esperarse, el mismo fue organizado ocupando como marco sendos despliegues de recursos que enviaban dos mensajes básicos: uno de demostración de fuerza orientado hacia el interior de la isla, con una gran movilización militar al más puro estilo comunista soviético y el otro mensaje de “apoyo del pueblo” dirigido hacia el exterior, para lo cual se movilizaron miles de “masas” que desfilaron realizando una coreografía vitoreando a la gerontocracia cubana. Posterior a la maniobra de distracción y circo para el pueblo materializada en el desfile, se reunieron los 1,000 delegados del VI Congreso, donde Raúl, el tirano menor de la dinastía, debutaba dirigiendo la reunión del organismo máximo.

Por inseguridad o presionado por las circunstancias, Raúl empezó con evidencias claras de malhumor y frustración, haciendo un mea culpa al reconocer la farsa e inoperancia de ese organismo que pretende legitimar como decisiones colegiadas las allí aprobadas, poniéndolo en entredicho en su discurso al expresar: “Se me cae la cara de vergüenza al tener que aceptar en público” que las reformas aprobadas por congresos anteriores del PCC nunca fueron implementadas. Las fallas de Cuba han sido definidas y vueltas a definir muchas veces, y este es el momento de llevar a cabo “lo que yo he ordenado, con el apoyo” del Buró Político de 19 miembros del PCC, quitándose la máscara conciliadora por la real de autoritario.

Las gigantescas fotografías del moribundo Fidel, utilizadas en el desfile previo, no fueron invitadas al congreso para no opacar el debut del menor de los tiranos, quien ya asumió oficialmente como Primer Secretario del PCC. Raúl, inquieto por el contexto de las rebeliones en países árabes y algunas naciones africanas donde han sido derribadas (y otras están en proceso de serlo), las que hasta hace poco se consideraban férreas dictaduras, se apuró desde su primera intervención ante los delegados del congreso a proponer que se limite el período de mandato de los dirigentes a no más de 10 años.

Una manera cínica de pedir la oportunidad de llegar como Presidente hasta el 2018 y terminar sus últimos días al frente de la Isla, considerando su avanzada edad (por cumplir 80 años) así como la del resto de la vetusta dirigencia “revolucionaria” de 1959 (Fidel Castro, 84); el primer vicepresidente José Ramón Machado Ventura, 80, y el vicepresidente Ramiro Valdés, el más joven de los “tiranosaurios”, de 78 años.

Reconoció que se han cometido errores en la revolución, manifestando que este congreso es la última oportunidad que le queda a su generación de rectificar, a pesar de la resistencia de varios líderes del partido.

Hábilmente Raúl se cuidó de descalificar a los posibles relevos actuales al declarar que una de las tareas más importantes en los próximos años será la de preparar un nuevo contingente de dirigentes debido a los errores cometidos por el PCC.

Raúl, de manera desfachatada, dijo que más de medio siglo de gobernar el país ha sido insuficiente para llevarlo a feliz destino, estimando que las medidas propuestas con las cuales promete retomar el camino correcto les tomará 5 años implementarlas.

Adivine usted, amigo lector, ¿quién es la persona capacitada para efectuar el cambio prometido?. Sí, acertó, el único capaz en la isla se llama Raúl Modesto Castro Ruz.

Si no fuera real lo aquí narrado probablemente tanto derroche de cinismo sería hasta divertido.

domingo, 24 de abril de 2011

En peligro de extinción

Por Waldemar Serrano-Burgos


En las pasadas semanas fue la primera vez que tuve un encuentro cercano con uno de esos famosos “virus” que le dan a las computadoras. Era temprano en la mañana cuando al prender la computadora y empezar a revisar los emails me percate de un email supuestamente de DHL.

El mismo me extrañó, ya que el paquete que estaba esperando era de USPS, pero como la amiga que me había enviado el paquete es medio despistada no sorprendió que hubiera utilizado este otro servicio.

Al abrir el documento que estaba adjunto al email, mi computadora gritó AUXILIO y en cuestión de segundo se frisó, como si la hubieran puesto un cubo de hielo encima. De repente me encontré sin opciones ya que no funcionaba nada, sentí la necesidad de llevarla a una tienda multinacional para que en el área de servicio me ayudaran.

Admito que dentro de mi positividad diaria tengo momentos en los que todavía dudo si todavía existe esa gran palabra en peligro de extinción que se deletrea S E R V I C I O.

Al llegar me encontré que agraciadamente para mí sorpresa ese día no había fila, la tienda estaba literalmente vacía. De la nada como si lo hubieran sacado de la película The Blues Brothers apareció este joven vestido con camisa blanca, corbata negra, pantalones negros y espejuelos grandes –de esos que utilizaron en la película Revenge of the Nerds-.

Inmediatamente me preguntó cuál era la situación que tenia y al explicarle en cuestión de segundo ya sabía lo que le pasaba a mi compañera del “chilingui” como le llamo. Interesantemente este personaje lo primero que me mencionó fue que tenía varias opciones.

Era la primera vez en meses que un empleado que me estaba brindando un servicio me estaba dando la oportunidad de escoger y me estaba brindando soluciones reales e inmediatas a la situación que tenía en ese momento, sin tener que comprar algo que no necesitara o que me constara mucho dinero.

No solo me quedé sorprendido lo que este empleado estaba haciendo, pero lo que era agradable era que estaba diciendo todo en un tono de voz tranquilo, amable y con seguridad. Esto cautivó mi atención ya que por fin encontraba a una persona que su prioridad era ayudar al cliente que estaba atendiendo y no vender por vender.

Estaba viendo a una persona que parecería que había asistido a uno de nuestros talleres de Servicio al Cliente 2.0 y estaba utilizando las técnicas exitosamente que transmitimos en los mismos.

Esta persona escuchó detenidamente mis preocupaciones y estaba presente en todo momento, se tomó el tiempo de explicarme en un lenguaje sencillo –en arroz y habichuela- lo que estaba pasando, me contestó todas las dudas y preguntas que tenia, tomó en consideración la conversación que sostuvimos antes de hacerme las sugerencias de las posibles soluciones y me dio el espacio suficiente para que tomara una decisión que entendía era la mejor en ese momento.

Al final salí de oro, ya que no solo resolví la situación a un costo razonable, sino que sus sugerencias fue un traspasó de conocimiento. Gracias a esa información, me dio la oportunidad de hacer una decisión sabia y sin presión alguna que se acomodan a mis necesidades.

Esta persona sin saberlo me había dado un servicio de excelencia, había transmitido su conocimiento que es lo que uno desea cuando va buscando un servicio y a su vez se le notaba que le gusta lo que hace.

Al finalizar le pedí que por favor llamara a la gerente; te podrás imaginar que la cara de confusión fue instantánea. Al llegar la gerente lo primero que le dije fue que no le iba a decir nada malo, contrario a lo que ella está acostumbrada diariamente.

Ella no sabía ni qué hacer, fue bien cómico ver como no sabía si reírse, mover las manos o que. Le comenté lo bien que me habían atendido, que habían atendido todas mis necesidades, con rapidez y con una calidad humana que ya desgraciadamente no es la norma en el mundo del servicio en general.

La sonrisa salió desesperadamente de sus labios, a su vez la cara de sorpresa del empleado por lo que estaba pasando valía un millón de dólares y acto seguido utilizó su walkie talkie que le colgaba de su cuello y le anunció a toda la tienda lo que había sucedido.

En cuestión de segundos se escucharon gritos de alegría en cada una de las esquinas de la tienda, sus compañeros de trabajo que estaban al lado de él lo felicitaron, en fin, se hizo un acto de justicia, por una acción innata. Ese simple acto de reconocer lo que se supone que se haga en cualquier posición de servicio, sirvió de bien para todos los involucrados.

Primero, para este servidor ya que obtuvo la solución que necesitaba, segundo para el empelado ya que se le reconoció su labor y tercero para la gerente ya que tuvo una noticia positiva que podrá utilizar en la próxima reunión de staff.

Hoy les pregunto ¿Cuándo fue la última vez que agradeciste que te dieran un excelente servicio? ¿Cómo lo demostraste?

Te RETO a que en vez de fijarnos en lo mal que nos atienden, en estimular con comentarios sencillos, alentadores, de agradecimiento a la persona qué te está atendiendo, que quien sabe por lo que están pasando en ese momento, los sacrificios que están haciendo, las situaciones particulares en las que se encuentra.

Seamos consiente que lo que pasa en la mente de los demás y que no tiene nada que ver con nosotros, aunque creamos que es así. Se un agente transformador, bendice, da una sonrisa y aportaremos a que las cosas buenas sean las que resaltemos mas y mas.

Waldemar Serrano-Burgos, CEC, ACC es Life Coach Certificado Internacional, actualmente trabaja en los mercados de Miami, Puerto Rico y Republica Dominicana. Puede contactarlo al 305.335.4044 o por email wsbcoaching@gmail.com

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