sábado, 27 de octubre de 2012

Los BRICS muy bien hasta hoy. Pero, tienen asegurado el futuro?


 Tomado de Foreign Policy  

DEPENDE: LOS BRICS

Por Antoine van Agtamael

En conjunto, su PIB equivale casi ya al de Estados Unidos. Pero, ¿son el verdadero futuro de la economía mundial?

“Los BRICS son una categoría aparte”
Sí y no. No cabe duda de que los BRICS -Brasil, Rusia, India, China y el miembro más reciente del grupo, Suráfrica- son grandes. Son importantes. Por población, superficie y volumen económico, sus dimensiones son impresionantes y desde luego sobresalen frente a las de otros países. Juntos, constituyen el 40% de la población de todo el mundo, el 25% de la superficie terrestre y alrededor del 20% del PIB mundial. Controlan ya, aproximadamente, el 43% de las reservas mundiales de divisas extranjeras, y esa proporción no deja de aumentar.
Jim O’Neill, de Goldman Sachs, llamó la atención sobre el ascenso de las cuatro nuevas potencias originales cuando les dio el nombre de BRICS en 2001 y su crecimiento empezó a dispararse. Pero, en realidad, su éxito económico venía de muy atrás. Veinte años antes, cuando yo estaba en la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial (CFI), ya estábamos viendo la posibilidad de buscar una nueva etiqueta para esos países, que, a pesar de su enorme potencial económico, seguían agrupados con los perpetuos casos perdidos en la categoría de países subdesarrollados, atascados en el Tercer Mundo. En esa época, las bolsas de ese mundo no figuraban en los radares de la mayoría de los inversores internacionales, a pesar de que estaban empezando a crecer. Yo los llamé mercados emergentes. Ya había inversores locales muy activos en Malasia, Tailandia, Corea del Sur, Taiwán, México y otros países, a medida que las empresas nativas crecían y se volvían más competitivas en el área de las exportaciones y la regulación de los mercados se hacía más compleja. No obstante, hasta que la CFI construyó su Base de Datos de Mercados Emergentes y su índice correspondiente en 1981, no había forma de medir el comportamiento de las acciones en un grupo representativo de esos mercados, una desventaja considerable frente a otros índices internacionales, que estaban sesgados en favor de países desarrollados como Alemania, Japón y Australia. Esta nueva investigación sobre mercados y empresas ofreció a  los inversores la confianza para poner en marcha fondos diversificados en los mercados emergentes tras el éxito obtenido en Estados concretos como México y Corea del Sur.
Sin embargo, los BRICS tardaron mucho más tiempo en estar listos para pasar al primer plano. Hasta principios de los 90, Rusia estaba todavía detrás del telón de acero, China estaba recuperándose de la Revolución Cultural y las protestas de la plaza de Tiananmen, India era aún una pesadilla burocrática y Brasil experimentaba brotes de hiperinflación mezcladas con un decenio de crecimiento perdido. Los cuatro países habían salido más o menos adelante fuera de la economía de mercado mundial; sus políticas económicas, muchas veces, habían sido auténticos desastres y sus bolsas de valores eran inexistentes, burocráticas o totalmente volátiles. Cada uno de ellos necesitaba vivir unas crisis graves y profundas que les catapultaran a una vía diferente hacia el desarrollo. Cuando eso sucedió, empezaron a sacar partido a su inmenso potencial económico. Su PIB total, casi 14 billones de dólares, equivale ya al de Estados Unidos, e incluso es superior si se tiene en cuenta la paridad de poder adquisitivo.
Ahora bien, el problema de preguntar si los BRICS “importan” es que grandes no es lo mismo que cohesionados. Forman parte del G-20, pero no son un verdadero bloque de poder ni una unidad económica dentro ni fuera de él. Ninguno de ellos es el líder ni siquiera en su propia región. El ascenso chino se ve con recelo en Japón y con suspicacia en el Sureste Asiático. India y China se vigilan celosamente. Brasil es un gran proveedor de materias primas al gigante asiático y depende de él para su prosperidad económica, pero las dos potencias compiten por los recursos en África. Moscú y Pekín parecen haber encontrado una causa común en Siria, pero están en desacuerdo en todo lo demás. Y, aunque el comercio entre los propios BRICS está creciendo a toda velocidad, los países no han firmado aún ni un solo acuerdo de libre comercio unos con otros. Luego está Sudáfrica, que se unió formalmente a esta agrupación política en 2010. Pero ser miembro no quiere decir que sea igual: el país africano no tiene la población, el crecimiento ni el potencial económico a largo plazo que tienen los otros cuatro. Indonesia, México y Turquía habrían sido candidatos lógicos, hasta Corea del Sur y Taiwán, que tienen PIB comparables pero poblaciones muy inferiores a las de los cuatro Estados originales.
Tampoco tienen los BRICS ninguna cohesión económica. Rusia y Brasil están muy por delante en renta per cápita, con una gran diferencia con China e India: casi 13.000 dólares más que los 5.141 chinos y los 1.389 indios, según datos del FMI de 2011. Y sus trayectorias de crecimiento han sido muy distintas. Además, los miembros afrontan una dura competencia de otras potencias emergentes en el mundo en vías de desarrollo. Aunque durante un tiempo pareció que Pekín y Nueva Delhi tenían ventaja gracias a sus bajos costes laborales, países como México y Tailandia han vuelto a colocarse en el mapa. Y, mientras que el crecimiento en los BRICS parece estar frenándose, muchos Estados africanos están recibiendo más inversiones extranjeras, tienen quizá más estabilidad política y, por fin, están alejándose de un crecimiento nulo o muy lento para desarrollar economías mucho más sólidas.
 “El ascenso continuado de los BRICS es inevitable”
Es verdad, pero el crecimiento es más lento. Las previsiones de Goldman Sachs y otros dicen que China superará a Estados Unidos en PIB antes de 2030. Y Pekín deja pequeños a los demás BRICS, cuyo volumen económico total no alcanzará al del gigante asiático durante ese periodo. Los cinco miembros se aproximarán al tamaño total de las siete mayores economías desarrolladas de aquí a 2030, y se prevé que a mediados de siglo constituyan casi el doble del tamaño del G-7.
Los consumidores de los BRICS también están empezando a igualar a sus homólogos estadounidenses en poder adquisitivo. Se venden ya más coches, teléfonos móviles, televisores, frigoríficos y coñac solo en China que en Estados Unidos. Incluso con la desaceleración del crecimiento, el motor económico de los BRICS debería ser más importante que el de EE UU y el de la Unión Europea durante la mayor parte del siglo XXI.
Claro que no existen garantías de que los BRICS puedan mantener sus increíbles tasas de crecimiento. Igual que la expansión de sus economías pilló al mundo por sorpresa durante la última década, el gran shock de los próximos años puede ser que crezcan menos deprisa de lo que se suponía. Japón, Corea del Sur y Taiwán ya han demostrado que el crecimiento es más lento cuando se alcanza un nivel básico de industrialización. El ansia insaciable de bienes tiende a moderarse cuando existen infraestructuras básicas y los consumidores quieren más asistencia sanitaria, educación y tiempo libre.
Hasta cierto punto, ya está ocurriendo. Los principales economistas chinos prevén que el crecimiento anual de su país bajará del 10 o 12% al 6 u 8% para finales de esta década. Los sueños de que India alcance un crecimiento anual sostenible del 8% o más se han rebajado al 5 o 6% después de que el país se topara con la barrera de la inflación y la producción de gas en plataformas marinas resultara decepcionante. Brasil también ha tenido dificultades para recuperar su exuberante crecimiento anterior a la crisis y Rusia se ha resentido de los problemas económicos de Europa. Las proyecciones de Goldman Sachs y otros siempre contaban con un crecimiento más lento en el futuro, pero algunos entusiastas no leyeron la letra pequeña.
 “La crisis financiera fue positiva para los BRICS”
Solo durante un breve periodo. La crisis financiera de 2008 no surgió de los mercados emergentes. Al contrario, los BRICS acudieron al rescate cuando Estados Unidos, Europa y Japón se hundieron debido a sus gastos desmesurados, su imprudencia fiscal y su excesiva confianza en la producción justo a tiempo, que les hizo depender demasiado de una economía de consumo que pronto estalló. Después de que los BRICS sufrieran también unas breves recesiones en V, tan rápidas en la bajada como en la recuperación, su demanda ayudó a sacar a la economía mundial de su crisis inicial.
Desde luego, al principio no estaba claro que esa iba a ser la evolución de la crisis. The Financial Times advirtió (y muchos inversores temieron) que los sistemas bancarios de los mercados emergentes iban a sucumbir a los mismos problemas financieros que asolaban a Estados Unidos y Europa, pero Asia y Latinoamérica habían aprendido la lección de crisis anteriores y pusieron sus asuntos en orden. Los chinos tenían amplias reservas para presentar un paquete de estímulo fiscal que no solo era inmenso sino que, a diferencia de su equivalente estadounidense, suponía el rápido desembolso de fondos. Los bancos centrales de los BRICS, junto con los de otros mercados emergentes, cooperaron a la flexibilización monetaria mundial. Sin ella (y sin el rápido desembolso interno del estímulo de China), las medidas similares adoptadas en Occidente habrían sido insuficientes e ineficaces. Con ella, la demanda de materias primas se estabilizó y el mundo evitó una depresión.
No obstante, estas intervenciones de crisis tuvieron un coste importante, cuyo pleno alcance no conocemos del todo ni siquiera hoy. La burbuja inmobiliaria, que tuvo un papel tan importante en Estados Unidos y el sur de Europa, no estalló en los BRICS. La inflación también creció mucho más allá de lo que los bancos centrales de China, India y Brasil consideraban conveniente. Aunque todo eso no provocó otra crisis, quizá plantó las semillas para futuros problemas. La historia económica nos enseña que la próxima crisis suele surgir en la región en la que los aplausos y la satisfacción han sido más sonoros la vez anterior. Si es verdad, la próxima sorpresa económica se producirá con toda probabilidad en los BRICS.
 “Los BRICS son unos competidores invencibles”
No. Los BRICS se han aprovechado durante decenios de la mano de obra barata, una productividad mayor, enormes (pero no para todos) inversiones en infraestructuras y educación y el ansia de ponerse a la altura de los rivales más ricos. Su transformación fue extraordinaria: con unas poblaciones que viven mejor, los mercados interiores se volvieron económicamente atractivos, el comercio sur-sur se disparó y las principales empresas pasaron de producir productos baratos y de segunda categoría a convertirse en grandes fabricantes de móviles inteligentes, semiconductores, software y aviones. La marca china Lenovo se hizo con el negocio de ordenadores personales de IBM. Las cerveceras brasileñas y sudafricanas adquirieron categoría internacional. Igual que ocurrió con los rusos tras el Sputnik y los japoneses en los 80, los BRICS se convirtieron en unos competidores temidos y formidables, aunque algunos de esos miedos eran exagerados.
Pero la historia no ha terminado. La energía barata y abundante procedente del gas de esquisto está atrayendo nuevas inversiones en Estados Unidos y devolviendo a las industrias de enorme consumo energético su posición ventajosa. Además, la abundancia de dicho recurso puede hacer que las perforaciones de Rusia en el Ártico y la producción presalina de Brasil sean demasiado caras. El estancamiento de los sueldos en EE UU y la subida salarial en China e India están borrando la ventaja que suponían los costes laborales para los BRICS, y sus reservas de mano de obra, que parecían inagotables, han empezado de pronto a vaciarse y a dejarles sin personal cualificado.
La mecanización también está permitiendo una recuperación de los países desarrollados. Los robots, cada vez más baratos y complejos, pueden hacer lo que hasta hace poco hacían 10 o más empleados humanos. Trabajan 24 horas al día y no piden sueldos más altos ni mejores prestaciones. Puede que los smartphones y las tabletas se sigan fabricando en Asia, pero los BRICS están retrasados a la hora de aprovechar los beneficios productivos que les proporcionan. Como consecuencia, las multinacionales tradicionales están volviendo a pujar después de años de mantenerse retiradas: por ejemplo, General Motors ha obtenido la mayor cuota de mercado en China, General Electric se ha aventurado en la producción de equipamiento médico de bajo coste, Nestlé ha inventado las máquinas Nespresso que tantísimo éxito han tenido y han hecho que el café de calidad deje de ser un lujo que se toma en un local para ser un artículo a mano y en casa. Quizá Occidente esté recuperando su ventaja más rápido de lo que pensábamos.
 “Los BRICS son el mejor lugar para invertir”
Ya no. Hasta 2008, los BRICS iban mucho mejor que otros mercados emergentes de valores, incluso mejor que los desarrollados. Y con gran diferencia. Durante los cinco años anteriores a 2007, los inversores en los cuatro miembros originales de este grupo ganaron un 52% de beneficios anuales, frente al 16% en los mercados del G-7. Sin embargo, en los últimos cinco años, hasta el 31 de agosto, la cifra era del 3% para los BRICS y el 1% para el G-7. En parte se debe a la corrección de unas expectativas excesivas, que inflaron las valoraciones y las divisas hasta niveles insostenibles. Pero también da la impresión de que ahora se pone en duda la ventaja competitiva de estos países por motivos más fundamentales. Por supuesto, es lógico que los inversores diversifiquen y no ignoren una parte del mundo tan grande y de tanto éxito, pero eso no es lo mismo que la euforia ciega.
Cada uno de los BRICS es muy distinto, igual que los interrogantes que acompañan a sus economías. Por ejemplo, durante decenios los costes salariales de China fueron tan inferiores a los de México que el país norteamericano no podía competir, pese a su proximidad con Estados Unidos. Pero esa brecha salarial se ha estrechado en los últimos años -los costes laborales chinos han pasado de ser el 33% de los mexicanos en 1996 al 85% en 2010-, y ahora las inversiones están volviendo a México. Incluso cuando las tasas de crecimiento de India se dispararon, la burocracia, los déficits presupuestarios y los obstáculos de las infraestructuras siguieron siendo graves impedimentos. Brasil consiguió dar la vuelta a su maltrecha economía en los 80 y después se benefició de tres factores: la necesidad china de materias primas, los hallazgos energéticos y su ventaja competitiva como gigante del sector agrario. Hoy, sin embargo, la desaceleración de Pekín y el giro mundial hacia el ubicuo gas de esquisto está cambiando el panorama. Pensemos también en Rusia, que con gran imprudencia ha despilfarrado sus armas, el gas y el petróleo, despreciando las posibilidades del gas de esquisto, con lo que ha dejado abiertas oportunidades de exportación para EE UU en Europa.
 “Los BRICS superarán a Occidente”
Ya veremos. Sí, los BRICS seguirán siendo la principal fuente de crecimiento en el mundo del futuro, igual que lo son ya hoy. Juntos, dominarán la economía mundial dentro de unos años como Europa y Estados Unidos lo hicieron en su tiempo.
Así como el péndulo se inclinó hacia los BRICS y luego se fue al otro extremo en los últimos años, se ven ahora señales de nuevas formas de competitividad de esos países. La investigación y el desarrollo en los BRICS están preparando el terreno para una producción que cada vez tendrá más valor añadido. El 91% de las fábricas de Estados Unidos tiene más de 10 años, frente a solo el 43% de las chinas, según un estudio de IndustryWeek en 2007. Mientras que el 54% de las empresas chinas mencionaba la innovación como uno de sus principales objetivos, solo el 27% de las estadounidenses decía lo mismo. Los fabricantes de material de telecomunicaciones en el gigante asiático están poniéndoles las cosas difíciles a sus rivales de tipo más tradicional, los fármacos genéricos fabricados en India están abriéndose camino, los productores brasileños de proteínas dominan los mercados mundiales y los oligarcas rusos hacen sabias inversiones en el extranjero. Los BRICS están atravesando un periodo difícil, pero tienen todo en su mano para una recuperación espectacular.
Sin embargo, aunque la era de dominación estadounidense y occidental haya quedado atrás, a los BRICS les queda todavía algún tiempo. Lo que es ya evidente es que el claro límite entre países desarrollados y atrasados es algo del pasado. Las multinacionales occidentales tratan de expandirse en estos cinco Estados porque el crecimiento en sus propios mercados está estancado. Las empresas chinas e indias consolidan sus marcas en otros mercados emergentes y en Occidente. La suerte económica de los países desarrollados está más ligada que nunca a la de los mercados emergentes.
La propiedad intelectual sigue siendo un punto fuerte de las economías avanzadas. Estados Unidos, Japón y Alemania -solo tres economías avanzadas- presentaron el 58% de las patentes mundiales en 2011, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Pero también aquí están poniéndose al día los BRICS: las solicitudes de China aumentaron un 33% en 2011, las de Rusia un 21%, las de Brasil un 17% y las de India un 11%. En EE UU crecieron un 8% y en Alemania un 6%. El gigante chino del material de telecomunicaciones ZTE Corp. desplazó a la japonesa Panasonic del primer puesto mundial, con 2.826 solicitudes de patente. Huawei Technologies, china, ocupó el tercer lugar, y la estadounidense Qualcomm cayó del tercer al sexto puesto en 2011. ¿Por qué importa esto? Porque las patentes son un indicador fundamental de la futura potencia económica.
 “La política puede acabar con los BRICS”
Es verdad, y no conviene olvidarlo. La extensión de la democracia y los mercados libres en gran parte de Asia, Latinoamérica y el este de Europa es impresionante, pero algunos BRICS han ido a remolque en este terreno, en vez de estar en primera línea. A menudo, la legitimidad en estos países depende de unas expectativas desmesuradas de éxito económico, mientras que los controles políticos están en pañales. De modo que hay que olvidar todas las alabanzas al capitalismo autoritario que aparecen en los artículos de opinión. Solo porque Pekín posee un aeropuerto nuevo y reluciente y el presidente Vladímir Putin puede arrasar barrios enteros como le parece, eso no quiere decir que la política de China y Rusia les beneficie. Incluso en la democrática India, la política se ve invadida con frecuencia por la corrupción, y Brasil, que disfruta de una democracia, tiene unas estadísticas de criminalidad absolutamente terribles y numerosos escándalos políticos.
Puede que los BRICS parezcan estables, pero nadie sabe qué nos deparará el futuro. La admiración hacia los oligarcas se convierte con mucha facilidad en envidia e indignación. Las cámaras de los móviles y la difusión instantánea por Internet limitan el uso de la fuerza pública. Bajo la superficie y entre los jóvenes, el orgullo por los logros económicos y la sensación de bienestar material van acompañados de demandas de una sanidad mejor y el reconocimiento nacional. Cada vez más, la respuesta que piden los ciudadanos de los BRICS no es más, sino mejor. Las clases dirigentes locales deben actuar como es debido para impedir que esta nueva actitud se convierta en una mezcla combustible. La generación actual de líderes chinos no ha olvidado todavía las lecciones de la Revolución Cultural, pero quizá las generaciones posteriores sí lo hagan.
Algunas circunstancias favorables que han beneficiado a los BRICS en las últimas décadas pueden volverse en su contra. Por ejemplo, estos países han aprovechado el volumen relativamente bajo de asignaciones presupuestarias al gasto de defensa, como consecuencia de la Pax Americana. La situación podría cambiar si estallara un conflicto en el subcontinente indio o Irán obtuviese armas nucleares. Y si la agitación política se agravara, el ascenso de los BRICS podría muy bien descarrilar: el caso de Bo Xilai en China, las revueltas tras la primavera árabe y el apagón en India son advertencias recientes sobre las drásticas repercusiones que pueden tener unos acontecimientos repentinos.
Aun así, los BRICS no van a desvanecerse. Por supuesto que tendrán que afrontar serios ajustes, acostumbrarse a unas expectativas menos elevadas de crecimiento y satisfacer más demandas de la población. Pero, pase lo que pase, se puede asegurar que estas grandes economías emergentes dejarán huella en el siglo XXI.

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: ¡POBRE CHICHI*!


 *Chichí: del nahuatl chichin; bebé, teta. Expresión salvadoreña para referirse a los bebés

            Cuando una madre pone a su hijo antes de los tres años en un kínder, probablemente escuchará por parte de algunas personas una expresión parecida a ¡Pobre chichí!. Comentario lógico de una cultura tradicionalmente consentidora y sobreprotectora con los pequeños, que considera que el mejor lugar para ellos es la casa. Tiende a pensarse a veces, que dejarlo en el kínder es una forma de abandonarlo de la protección casera y de evadir la responsabilidad maternal con el pequeño. Pero eso no es tan acertado, ni mucho menos; más bien al contrario, es un error que la cultura no permite reparar.

            La escolarización temprana tiene múltiples ventajas frente a ningún inconveniente. El que los niños desarrollen las habilidades para el aprendizaje cuanto antes es una de las principales ventajas de la escolarización temprana. Los pequeños empiezan a sentirse estimulados en el aprendizaje y a adquirir los aprestos necesarios para ello desde muy pronto. Cuando llegan a la edad escolar se encuentran en una posición de clara ventaja con respecto a aquellos no escolarizados previamente, que empiezan prácticamente de cero. Cierto es que en ese punto los primeros tienden a verse frenados al tener que llevar el mismo ritmo que los otros; es uno de los problemas del sistema educativo, pero en cualquier caso, mostrarán un mayor estímulo, interés y facilidad para asimilar el aprendizaje.

También es muy importante que en el kinder los niños empiezan a sociabilizar cuanto antes, ya que de este modo su mente se va estructurando en la conciencia de que no son únicos, sino parte de un grupo en el que aprenden a compartir y convivir. Cuando un niño se escolariza a una edad tardía, suele tener asimilado un carácter egocéntrico que le dificulta la integración al colectivo y la adecuada actitud ante la convivencia. En el kínder aprenden a compartir y a convivir bajo la supervisión de personal capacitado para ello, cosa que difícilmente harán en la casa.


La escolarización debe ser temprana y gradual. Idealmente empezando con un par de horas diarias, para extenderlo poco a poco hasta un horario académico regular. Debemos quitarnos de la cabeza la idea de que los pequeños sufren con esta experiencia a edades tempranas; todo lo contrario. Probablemente va a existir la típica angustia de separación de los primeros días, pero en condiciones normales debe desaparecer pronto, y el pequeño empezará a disfrutar la experiencia. Por otro lado dicha angustia de separación suele existir a cualquier edad ante la primera experiencia; tanto más cuanta más edad tiene.

            El mejor lugar para los pequeños no es la casa, sino el hogar; es decir la estructura familiar que les proporcione toda la atención afectiva y educativa que necesitan, y que les brinde la oportunidad de adquirir, desde temprana edad, herramientas para el aprendizaje y para integrarse armónicamente a la sociedad. Para lo primero, los padres son insustituibles; para lo segundo, probablemente los padres no estén tan preparados; y mucho menos la niñera o la doméstica; siendo el kinder, durante unas pocas horas diarias, la mejor solución. La casa, como espacio físico, tiende a limitar el crecimiento mental de los niños y, sobre todo, su sociabilización. 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

viernes, 26 de octubre de 2012

Detienen en Nueva York a supuesto cofundador de Facebook


Agencias Noticiosas
Paul Ceglia demandó en 2010 a Facebook alegando ser cofundador de la exitosa red social 

La Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York anunció este viernes la detención del diseñador de páginas web que presentó una demanda para reclamar la propiedad de la mitad de la red social Facebook, por intento de fraude.

Las autoridades añadieron que Paul Ceglia, de 39 años, enfrenta dos cargos de fraude y podría ser condenado a una pena máxima de 20 años de cárcel por cada uno de ellos.

El detenido "emprendió una conspiración multimillonaria para defraudar" a Facebook y a su fundador, Mark Zuckerberg, señaló un documento de la fiscalía.

Paul Ceglia presentó en 2010 una demanda en la que reclamaba la mitad de la propiedad de Facebook. Como prueba, mostró un documento en el que supuestamente había copiado una serie de correos electrónicos que había intercambiado con Zuckerberg, pero no los supuestos originales. Según la demanda, Ceglia habría ayudado a Zuckerberg a diseñar y crear la página de internet que se acabaría convirtiendo en Facebook, ideada en la Universidad de Harvard en 2004. A cambio, Zuckerberg le habría prometido la mitad de la compañía resultante.

Facebook presentó en marzo pasado una serie de 200 correos electrónicos originales que desmentían las alegaciones de Ceglia. 

jueves, 25 de octubre de 2012

Crisis económica española llega al periódico El País


Tomado de BBC Mundo

Los problemas de El País, el periódico en español más leído del mundo

El periódico en español más leído del mundo, El País, está en problemas.

Por Daniel Pardo

A principios de octubre, el diario anunció el despido del 30% de sus trabajadores, una rebaja del sueldo del 15% para los que se queden y la cancelación de suplementos regionales.

Tras la medida, el Comité de Empresa, que es la organización de los trabajadores, pidió la renuncia del director, Javier Moreno, y reprobaron las acciones de Juan Luis Cebrián, el máximo ejecutivo del grupo que maneja el periódico, Promotora de Informaciones, S.A (PRISA).

"Consideramos inmoral y contrario a los principios deontológicos recogidos en el libro de estilo que el presidente se embolse millones de euros mientras intenta despedir a 149 compañeros", dijeron los periodistas.

Cebrián, por su parte, afirmó: "No es una cuestión de querer mejorar la rentabilidad. El periódico no puede soportar por más tiempo su actual estructura de costes".

Como forma de protesta, algunos periodistas han querido abstenerse de firmar sus artículos y, a pesar de que el departamento de recursos humanos les advirtió que eso era un motivo de despido, el sábado 20 de octubre la mitad del diario se imprimió sin firmas.

Poco después del anuncio de las cesantías, al menos 50 comentarios de crítica escritos por lectores y periodistas en la red social de El País, Eskup, fueron borrados por el moderador.

Según se informó, en mayo el periódico se negó a publicar una columna de Eric Gonzáles -quien renunció la semana pasada- que decía: "Cualquier día, en cualquier empresa, van a rebajar el sueldo a los obreros para financiar la ludopatía bursátil de los dueños".

Los números


Juan Luis Cebrián es el presidente del grupo Prisa, que además de El País tiene otras inversiones en España y América Latina.

En resumen, no han sido unas semanas fáciles para el popular periódico fundado hace 36 años. Pero, ¿qué hay detrás de los despidos?

Una razón es que la economía mundial -y en especial la española- está en aprietos y eso ha afectado a los medios de comunicación, que de por sí ya estaban en crisis tras la pérdida de anuncios publicitarios, suscripciones y lectores tras la irrupción de internet.

Sin embargo, la crisis de El País parece no reducirse a eso.

El informe de los resultados trimestrales de la primera mitad de 2012 publicado en la página web de Prisa -un conglomerado que tiene inversiones en radio, televisión, libros y prensa en España y América Latina- arroja algunas cifras que ilustran las dificultades de la empresa.

Los ingresos netos del grupo en los primeros tres meses de este año fueron un 5,4% menores que en el mismo periodo de 2011.

En radio y televisión los beneficios de Prisa cayeron y en editoriales, subieron levemente.

En prensa, los ingresos disminuyeron un 20,7%, y en El País también recibieron el mismo porcentaje de menores ganancias.

Desde que arrancó la crisis económica en España, en 2007, los diarios de Prisa perdieron -según cifras del propio grupo- un 43% de su negocio, que se nutre en gran parte de la publicidad.

Paradójicamente, a pesar de las tendencias a la baja, El País no da pérdidas en este momento. En el primer semestre de 2012, el diario obtuvo ganancias por más de US$1 millón.

En un comunicado, el Comité de Empresa le preguntó a Cebrián "dónde han ido a parar" los US$1.112 millones de beneficios netos que, según ellos, ha recibido el periódico desde 2000.

En una conferencia, Cebrián justificó la reducción de personal: "Si no tomamos medidas, el periódico podría entrar en pérdidas este mismo año. Esta reconversión implica una reducción de los efectivos humanos. Es una reconversión dolorosa".

Una fuente de la directiva de El País que dijo hablar como vocero de la compañía, aunque no quiso ser identificado, le insistió a BBC Mundo que los recortes "son para asegurar la viabilidad del periódico en el futuro".

"No es el periodismo, es el negocio"

Juan Varela, el periodista y director Mediathink Consultores, ha publicado en su blog Periodistas 21 varias investigaciones sobre la situación del diario español. Según él, la crisis del grupo Prisa tiene que ver con "errores de gestión empresariales en lugar de periodísticos".

"No han sido capaces de avanzar en el modelo de negocios. No han impuesto suscripciones, clubes de lectores, clasificados. En cinco años no ha habido ninguna innovación", le comentó a BBC Mundo.
"Un diario que depende de sus ingresos en publicidad, los cuales están amenazados por la crisis y el golpe de internet, no ha pensado en una estrategia".

Varela, que ha sido consultor de varios medios de comunicación en América Latina, dice que la expansión internacional del grupo Prisa le ha generado una deuda de US$4.500 millones (a marzo de este año), que con la crisis económica española ha aumentado y ha agudizado las dificultades de la empresa.

Cebrián dijo recientemente: "El modelo en la red sigue sin ser rentable. Por cada dólar que ganamos en internet, perdemos diez en las ediciones impresas".

Otra fuente oficial de El País que pidió no ser identificada le dijo a BBC Mundo: "Tenemos muy claro a dónde queremos ir (...) Está claro es que no podemos hacer el mismo periódico que hemos venido haciendo (...) Vamos a hacer una transformación".

No obstante, el diario todavía no ha informado públicamente cuál será su estrategia de negocios.

En términos de capital, Prisa no es una compañía española. En los últimos cinco años se ha ido convirtiendo en una sociedad anónima cuyas acciones son negociadas en diferentes bolsas del mundo. En 2010, el grupo firmó un acuerdo con Liberty Acquisition Holding para incorporar a inversores internacionales.

Según Varela, ha habido un cambio de enfoque empresarial a medida que se han ido yendo los accionistas que fundaron Prisa y El País en la década de los años 70.

Tensión

El edificio donde trabaja gran parte de la redacción de El País está en el barrio Arturo Soria, mientras que las oficinas de Prisa están en Gran Vía, en el centro de Madrid.

Un periodista que es miembro del Comité de Empresa le dijo a BBC Mundo que el anuncio de los despidos ha generado un ambiente hostil y de incertidumbre en la redacción de El País.

El trabajador, que pidió que no se revelara su nombre, comentó: "Después de que anunciaron los despidos, nosotros analizamos los datos y nos dimos cuenta de que el periódico no está dando pérdidas, sino que ha registrado una disminución de los ingresos, y que por eso no se justifican los despidos".

El Comité lo compone prácticamente toda la redacción -que entre periodistas, secretarios y diseñadores suma unas 400 personas-, excepto la dirección.

Falta menos de un mes para que se hagan efectivos los recortes y se den los nombres de los cesanteados.

Sin embargo Varela, de Mediathink Consultores, opinó que "con estas decisiones, la cultura periodística que compartían la redacción, los directores y los lectores quedó quebrada".

El País no es el único periódico español que está en problemas. ABC, El Mundo y Público, que cerró su edición impresa, también anunciaron recortes en el último año.

Lo que quizá hace diferente la situación de El País es que, como dice en su primera página, es un "periódico global" y sus dificultades podrían tener un impacto más amplio.

OTROS DIARIOS, ¿EN LAS MISMAS?

El Mundo, también español, "está intentando un modelo de pago, Orbyt. Aunque todavía no funciona adecuadamente, al menos es un intento. El 30% de su facturación es digital, que es muchísimo más que lo de El País", dijo el consultor de medios Juan Varela. Sin embargo, El Mundo también ha anunciado importantes procedimientos de despido.

The Guardian tiene una estrategia parecida a la de El País: no cobra su contenido en internet. El año pasado, el diario británico reportó una pérdida de US$70 millones. Sin embargo, Varela afirmó que la diferencia con El País es que "no debe reportarle a los accionistas", porque es una fundación. Por otro lado, The Guardian se ha convertido en un pionero del periodismo digital en los últimos años.

Aunque los ingresos de The New York Times siguen a la baja, hoy tiene más de 500.000 suscriptores pagados en su página, una estrategia que, aunque todavía no sostiene al periódico, algunos predicen que será un modelo sostenible. Periódicos como The Times de Londres, Financial Times, Bild, Folha de Sao Paulo, Le Monde y The Wall Street Journal también cobran su contenido en internet.

martes, 23 de octubre de 2012

Religión influye cada vez menos en el voto hispano


Tomado de Long Island al Día


Hispanos y religión: Erradicando mitos; estableciendo nuevos paradigmas
Por Luis E. Montes

Lialdia.com/ Luis E. Montes* / El Centro Hispano Pew dio a conocer esta semana nuevos datos sobre la relación de las preferencias políticas hispanas y la afiliación religiosa que profesan. La nueva información indudablemente pone en entredicho muchos de los mitos urbanos y sobretodo esperanzas de algunos políticos para lograr mayor porcentaje del pastel electoral hispano.

Iniciemos con las cifras publicadas por Pew está semana: Los encuestados son divididos en 3 grandes grupos: católicos, evangélicos protestantes y no afiliados. Por su parte, los hispanos que se identifican como católicos y quienes de acuerdo al sondeo son el 57% y por lo consiguiente la mayoría, prefieren al presidente Barack Obama abrumadoramente. 7 de cada de 10 (73%) de hispanos que se congregan en la iglesia católica dicen ser partidarios o que darán su voto para la reelección del actual ocupante de la Casa Blanca. Sólo el 19% de este grupo apoyan al candidato republicano, el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney.
En el grupo denominado como evangélicos protestantes los cuales de acuerdo al sondeo sólo alcanzan el 16% del electorado hispano, la historia varía un poco. El candidato republicano alcanza el 39% de apoyo. El presidente y actual candidato demócrata alcanza el 50%. Aunque la ventaja se acorta considerablemente, la diferencia es todavía de doble dígitos.
El poco terreno ganado por los republicanos en el grupo evangélico protestante se desvanece cuando se analiza el tercer grupo: el de los no afiliados. El tamaño del grupo es básicamente el mismo que el de los evangélicos. Los no afiliados hacen un 15% del voto hispano, un punto porcentual menos que los protestantes. No obstante, la diferencia en las preferencias es abismal. 82% de los hispanos no afiliados religiosamente apoyan a Obama y sólo un 7% de este grupo dicen preferir a Romney.
Los números traen muy malas noticias para los republicanos. El último candidato republicano que ganó una elección presidencial fue George W. Bush en el 2004. De manera astuta, los asesores de Bush lograron utilizar su ferviente religiosidad para conectar con votantes hispanos en base a asuntos sociales y religiosos, a tal punto que lograron llevarse el 44% del total de votos hispanos. La más reciente encuesta muestra que esos temas ya no son tan persuasivos ni importantes como el 2004. Como explicamos en una columna anterior, el voto hispano actual es más joven y ve esos temas sociales con mayor apertura y menos dogma.
Por lo que aquellas creencias de muchos asesores republicanos que su partido puede contar a los hispanos como base natural se cae con los nuevos datos de Pew. Si bien el voto hispano fluctúa más que el voto afroamericano, no es precisamente por los asuntos sociales como muchos predican. Una explicación es la misma diversidad de la comunidad hispana. Se dice hasta la saciedad que la comunidad hispana no es monolítica. Otro factor que ayuda a explicar la disminución en la correlación entre religión y afinidad política es el tiempo de residencia en el país que los hispanos lleven en el país.
Tomemos el caso de la cuarta población hispana más numerosa en Estados Unidos: la salvadoreña. Después de los mexicanos, puertorriqueños y cubanos, los casi 1.7 millones de salvadoreños (contabilizados por el censo) conforman el 3.3% de la población total hispana. Para cualquiera que haya visitado el país centroamericano y haya tenido acceso a cualquiera de los dos periódicos de mayor circulación, le parecerá insólito que la homilía del arzobispo de la capital y hasta la de su asistente en su ausencia sea reportada “religiosamente” en las primeras páginas del tiraje de todos los lunes. En ese caso, los salvadoreños recién mudados a Estados Unidos pudiesen por costumbre seguir los consejos políticos de su líder religioso. Esa influencia o dependencia indudablemente disminuye a medida el tiempo de residencia incrementa. Lo mismo es cierto para los miembros de generaciones subsecuentes como lo demuestra lo publicado por Pew.
Irónicamente, lo interesante de toda esta discusión es que el verdadero valor del voto hispano recae naturalmente en el crecimiento exponencial de la masa votante pero sobretodo en esa precisa inclinación de la comunidad hispana a fluctuar o indecisión al votar. Los hispanos seguirán estando de moda media y vez cuando los partidos políticos, candidatos, asesores y operativos políticos sigan percibiéndoles como persuasibles.
* Consultor político