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lunes, 9 de febrero de 2015

Derrumbe de precios del petróleo socava tres letras de los BRIC

Tomado del El financiero
Jim O’Neill, creador del acrónimo BRIC 

Los BRIC corren peligro de convertirse en IC, China ha dejado de  ser motor de la economía mundial

Jim O’Neill, creador del acrónimo, dijo que la participación de Brasil y Rusia en el grupo puede expirar al finalizar esta década si los países no logran reanimar sus economías.

La participación de Brasil y Rusia en los BRIC puede expirar para fin de esta década si los países no logran reanimar sus economías alicaídas, según Jim O’Neill, el ex economista jefe de Goldman Sachs que acuñó el acrónimo.

Cuando le preguntaron si hoy seguiría agrupando a Brasil, Rusia, India y China como los motores de los mercados emergentes como lo hizo en 2001, O’Neill dijo en un correo electrónico “Podría sentirme tentado a sólo llamarlos ‘IC’ y, si los próximos tres años son iguales que el último para Brasil y Rusia, podría hacerlo en 2019”.

El grupo de los BRIC se verá afectado por una contracción de 1.8 por ciento en Rusia y una expansión de menos de 1 por ciento en Brasil, según la estimación mediana de economistas encuestados por Bloomberg News. La consideración es que China está creciendo un 7 por ciento y la India, un 5.5 por ciento.

Podría sentirme tentado a sólo llamarlos ‘IC’ y, si los próximos tres años son iguales que el último para Brasil y Rusia, podría hacerlo en 2019

Los BRIC todavía estaban en pleno apogeo en 2007, año en el que Rusia se expandió un 8.5 por ciento y Brasil, más del 6 por ciento. El mercado alcista de materias primas que ayudó a impulsar el crecimiento en esos países ha llegado a su fin, a la vez que Rusia resultó afectada por sanciones vinculadas a la crisis en Ucrania y Brasil quedó atrapado en medio de un escándalo por corrupción sin precedentes que involucra a la compañía petrolera estatal.

“Es difícil que todos los países BRIC repitan sus tasas de crecimiento considerables” de la primera década de este siglo, dijo O’Neill, columnista de Bloomberg View y ex presidente de Goldman Sachs Asset Management International. “Se registraron muchas fuerzas muy poderosas y fortuitas, algunas de las cuales ya no existen”.

RECUPERACIÓN DEL CRECIMIENTO

Aun así, la caída del crecimiento este año no es una nueva situación normal y O’Neill ve una recuperación parcial de la expansión en Brasil y Rusia, lo que ayudaría a los BRIC a alcanzar un promedio de crecimiento del 6 por ciento por año esta década –más del doble del promedio para las naciones del G7.

Su porcentaje del producto interno bruto global “aumentará marcadamente”, dijo. O’Neill anteriormente había estimado un crecimiento promedio anual de 6.6 por ciento para los BRIC esta década.

A diferencia de Brasil y Rusia, China está adoptando un cambio económico al tiempo que la India, después de la elección de Narendra Modi como primer ministro y al beneficiarse por los bajos precios del petróleo y una fuerza laboral joven, puede tener mejores perspectivas esta década que la pasada, dijo O’Neill.

Si consideramos que China y la India impulsarán el crecimiento, los BRIC seguirán siendo la fuerza más dominante y positiva de la economía mundial “fácilmente”, dijo O’Neill.

CHINA, INDIA

Si China crece a un ritmo del 7 por ciento, aportará aproximadamente 1 billón de dólares a la producción global cada año, dijo O’Neill. Si se lo mide por paridad de poder adquisitivo, el crecimiento de China suma el doble del de Estados Unidos, dijo. Si la India se expande a un ritmo del 6 por ciento, aportará el doble que el Reino Unido en esos términos, dijo.

“Su consumo es cada vez más esencial para el consumo global, ¿y cuáles fueron los mercados más fuertes del mundo en 2014? China y la India crecieron significativamente”, dijo. “Muchos inversores suenan como si, tal vez, se hubieran olvidado de los BRIC, pero eso es una tontería. Son la influencia más importante del mundo”.

La predicción en su libro “The Growth Map” de que las economías de los BRIC superarían a la de Estados Unidos en tamaño este año se demorará probablemente hasta 2017, en esencia debido a la situación en Rusia, dijo O’Neill.

La creación del Banco de Desarrollo de los BRIC señala que la influencia del grupo en los asuntos económicos globales aumentará, dijo O’Neill.

Para 2035, los BRIC serán tan grandes como el G7 mientras que China está en “una posición razonable” para ser más grande que Estados Unidos en 2027. La India, por su parte, podría superar a Francia y convertirse en la quinta mayor economía del mundo para 2017, “con certeza antes de 2020”, dijo.

India podría ser el último de los BRIC
La caída de los precios del petróleo ha contribuido a que el gobierno reduzca su déficit de presupuesto y que el banco central dé un margen para bajar las tasas de interés.

Mientras que Brasil, Rusia y China se topan con obstáculos, es el miembro más pobre del grupo de mercados emergentes de Goldman Sachs el que se ha convertido en el niño mimado de los inversores mundiales. El Fondo Monetario Internacional pronostica que el año que viene India crecerá más rápido que sus pares del BRIC por primera vez desde 1999.

En lo que va del año, se han volcado a las acciones y bonos del país más de siete mil millones de dólares, que se suman a los 42 mil millones de dólares del año pasado. El índice accionario de referencia del país marcó un récord a fin del mes pasado. La caída de los precios del petróleo contribuye a que el gobierno reduzca su déficit de presupuesto y da al banco central un margen para bajar las tasas de interés.

Dan más brillo a la situación las promesas del primer ministro Narendra Modi de facilitar las inversiones de las empresas en India y la firme decisión del banco central, al mando del ex economista jefe del FMIR Aghuram Rajan, de mantener a raya la inflación.

Desde que asumió su cargo en mayo, Modi empezó a eliminar los trámites burocráticos, rogó a los fabricantes que trasladaran sus plantas al país y utilizó decretos para obligar al parlamento a aprobar leyes que favorecieran la inversión en seguros y carbón.

En el Banco de la Reserva de India, Rajan apuntaló con éxito la rupia después que en 2013 cayera a un mínimo récord. Luego postergó la rebaja de las tasas de interés hasta el mes pasado, cuando tuvo evidencias de que la inflación se encaminaba a estar por debajo de la meta.

CONFIANZA DE LOS MERCADOS

“Probablemente haya más historias positivas que contar sobre India que sobre los demás miembros del BRIC en este momento”, dijo Neil Shearing, economista jefe de mercados emergentes de Capital Economics en Londres. “El mercado respalda a Modi y la idea de un crecimiento muy rápido”.

India no carece de desafíos en tanto trata de alcanzar a otras grandes naciones en desarrollo. Su producto interno bruto per capita, que se ubica en mil 165 dólares desde 2013, es menos de un tercio del de China, que llega a tres mil 583 dólares, de acuerdo con los datos delBanco Mundial.

Cuando China se hallaba en el nivel de desarrollo de India, registró un crecimiento económico promedio récord de alrededor del 10 por ciento en la década siguiente. Pocos pronosticadores prevén que India pueda emular ese desempeño, ya que se ve acosada por faltantes de energía, cuellos de botella en el transporte y escasez de mano de obra calificada.

“Hay un enorme potencial en India pero los optimistas quizá se hayan adelantado un poco”, señaló Shearing. “La cuestión aún no está definida pero para fin de año sabremos más”.

Hoy, el gobierno de Modi dará a conocer las estimaciones actualizadas de PIB para el año fiscal que termina en marzo. Rajan, por su parte, ha subrayado que el país tiene mucho trabajo por delante para garantizar un repunte sostenido del crecimiento.

“Todavía estamos llegando al borde del bosque, más que saliendo de él”, declaró el gobernador del Banco de la Reserva en una entrevista del 4 de febrero con Bloomberg TV India. “Lo que veo en la economía india es una recuperación”.

sábado, 3 de mayo de 2014

“Costo Brasil” pone en pausa milagro económico del gigante del sur

Tomado de esglobal

BARRERA DE OBSTÁCULOS PARA BRASIL

Por Santiago Pérez

Los desafíos de crear un nuevo modelo acorde a las necesidades de la economía internacional del siglo XXI.
La economía brasileña se enfrenta a desafíos estructurales. Durante los últimos dos años el país ha visto sensiblemente ralentizado su crecimiento. Tanto en comparación con vecinos latinoamericanos como Perú, Chile o Colombia, como con otras potencias emergentes del grupo de los BRICS como China e India, el rendimiento de la mayor economía latinoamericana ha sido pobre.
¿A que se deben estos resultados? Sin dudas a factores tanto exógenos como endógenos. Pero más allá de los reacomodamientos en el contexto económico internacional que indefectiblemente afectan al país, el funcionamiento interno de la economía brasileña convive con cuellos de botella que limitan su capacidad productiva. Entre estos condicionantes se destacan la elevada presión fiscal, la falta de infraestructura, la dificultad para la apertura de nuevas empresas, la corrupción en el manejo del Estado, el bajo nivel de apertura comercial y las trabas burocráticas al comercio exterior. Estos elementos dan forma al denominado “Costo Brasil”, un término ampliamente conocido en el medio local.
La necesidad de superar estas barreras ha llevado al Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff a impulsar una serie de reformas que buscan atacar en forma directa estos problemas.
El impulso a la iniciativa empresarial es sin duda un elemento de importancia para el dinamismo de cualquier economía. La mayor o menor dificultad en constituir una empresa puede tornar a un país más o menos amigable para la generación de nuevos negocios. Tanto es así que el Banco Mundial contempla los tiempos, procedimientos y costos de crear empresas como un elemento a valorar en su “Índice de facilidad para hacer negocios”. Actualmente, Brasil se encuentra en el puesto número 183 de los 219 países evaluados. Con el objetivo de desburocratizar e impulsar la generación de riqueza, el Gobierno brasileño trabaja en una reforma que permita reducir de 180 a 5 los días necesarios para constituir una nueva empresa. Al acortamiento de los tiempos se le suma la simplificación de procesos administrativos y una sustantiva reducción de costos. Abrir una compañía hoy en Brasil puede tornarse una odisea casi interminable y eso es justamente lo que se desea modificar.
Es en relación a la infraestructura donde el Gobierno ha trabajado más profundamente. Puertos, carreteras y aeropuertos en Brasil son insuficientes, precarios y suelen saturarse con facilidad. El resultado es el alargamiento de los tiempos de transporte y el encarecimiento de la cadena productiva nacional. La necesidad de obras es ineludible.
Puntualmente en lo que respecta a los puertos, el Ejecutivo ha logrado que, después de intensas negociaciones en el Congreso, se sancione un nuevo marco regulatorio para el sector. La principal novedad es la apertura al capital privado del sistema portuario, dando por finalizada la estructura monopólica estatal. Ya son más de cien los proyectos de construcción de terminales presentados por privados tras la sanción de la nueva ley. La ampliación de la capacidad permitirá un funcionamiento más ágil del comercio exterior y su consecuente mejora en la competitividad. Tanto las compañías que dependen de insumos importados como aquellas que comercializan sus productos en el exterior se verán beneficiadas. El 95% del comercio exterior de Brasil (cerca de 500.000 millones de dólares, unos 360.000 millones de euros, entre importaciones y exportaciones) se realiza por transporte marítimo, es por ello que la importancia de esta reforma es superlativa.
Las carreteras y autopistas brasileñas también transitan un período de importantes cambios. El Gobierno ha lanzado un agresivo programa de concesiones que busca pasar a administradores privados 11,191 kilómetros de caminos. El plan obliga a las empresas a realizar millonarias obras a cambio del derecho de explotar los peajes. El transporte de mercaderías por camión en un país de 8,5 millones de kilómetros cuadrados (el quinto mayor del mundo) se verá sustantivamente mejorado. El ambicioso proyecto tiene sus limitaciones. La gran cantidad de carreteras ofrecidas a la iniciativa privada ha sido mayor a las posibilidades de las empresas del sector, en casos colocándolas en aprietos financieros por falta de capital. El poderoso BNDES (Banco Nacional de Desarrollo) ha entrado en escena ofreciendo créditos a las compañías, los cuales permiten en algunos casos financiar hasta el 70% de las obras.
Las dimensiones brasileñas hacen que el transporte aéreo sea una prioridad. Viajar de un extremo del país a otro por medios alternativos se torna, en efecto, imposible. Al mismo tiempo, la organización del Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos 2016 obligan al país a modernizar sus sistema aeroportuario. Los cinco principales aeropuertos de Brasil: Rio de Janeiro (Galeão), Belo Horizonte (Confins), São Paulo (Guarulhos), Brasília (Juscelino Kubitschek) y Campinas (Viracopos) pasarán a manos privadas. Los contratos de concesión tendrán una duración de entre 20 y 30 años. La medida permitirá mucho más que nuevas terminales y ampliaciones de capacidad. El ingreso de privados traerá al país nuevas tecnologías, las cuales serán aprovechadas también por la estatal Infraereo, compañía que está a cargo de otros 60 aeropuertos en el país. 
Es posiblemente la cuestión fiscal la gran cuenta pendiente. Brasil necesita de una reforma impositiva que transforme a la estructura tributaria en más moderna y sencilla. Por cuestiones políticas, avanzar en este tipo de reformas se torna complejo para la actual Administración. Alcanzar los consensos necesarios dentro del Parlamento en momentos en donde la relación entre Rousseff y los partidos aliados no es la más fluida parece difícil. Por otro lado, 2014 es un año electoral, situación que echa por tierra cualquier posibilidad de abordar una temática tan delicada. En estos momentos, la presión fiscal en Brasil asciende al 36% del PBI y, según un estudio del Instituto Brasileño de Planificación Tributaria, el país ofrece el peor retorno en bienestar social entre las 30 naciones con mayor carga tributaria.
El grado de apertura comercial se encuentra también sobre la mesa y por ahora dista de una resolución. La estructura arancelaria del MERCOSUR obliga a todos sus miembros a negociar en bloque tratados de libre comercio con otras naciones. Un reciente estudio de la Fundación Getulio Vargas muestra que un eventual TLC con Estados Unidos y la Unión Europa incrementaría en 86.000 millones de dólares el comercio exterior del país. Cifra que significa un volumen de compras y ventas externas un 18% mayor al de hoy en día. El encarecimiento de los insumos importados es otra consecuencia del sistema arancelario vigente. Cualquier producto que ingresa al país desde fuera del bloque llega al consumidor a precios elevados. En casos, esta realidad puede afectar la competitividad de la economía, particularmente en lo que respecta a la importación de tecnología o bienes de capital para la industria. El debate entre buscar nuevas asociaciones comerciales o permanecer dentro del MERCOSUR bajo las circunstancias actuales circula en ámbitos empresariales pero aún no llega al Gobierno. La posibilidad de potenciar la integración de Brasil a los flujos comerciales internacionales deberá en algún momento ser, al menos, considerada.

Desde el lanzamiento del Plan Real en 1994 Brasil goza de estabilidad macroeconómica y tasas de crecimientos positivas. La fórmula que permitió grandes éxitos pareciera estar comenzando a agotarse y es justamente ese el porqué de la batería de medidas impulsadas desde el Palacio do Planalto. El interrogante válido es si la profundidad de las reformas será suficiente como para dar inicio a un nuevo ciclo de expansión, basado sobre un nuevo modelo, más acorde a las necesidades de la economía internacional moderna.  A los temas aquí expuestos se le suman otras cuestiones complejas y poco atendidas como la elevada corrupción y la ineficacia estatal. El curso de los hechos mostrará la capacidad o no de Brasil de superar estos obstáculos.

domingo, 13 de abril de 2014

BRICS pierden brillo en la economía global

Tomado de El País

Los BRIC ya no son estrellas de rock

El frenazo de los mercados emergentes y la mejora de las economías desarrolladas marcan un punto de inflexión en la salida de la crisis


Ha habido una especie de tormenta perfecta, dice Francesc  Balcells, responsable de mercados emergentes de la gestora de renta fija Pimco.

Pese a todo, estos países aportarán la mayor parte del alza del PIB global

Nigeria se ha convertido en la primera economía de África

El FMI quita hierro al freno de China pero todos siguen de cerca sus ajustes

Por Amanda Mars

NoMa es uno de los barrios que ha crecido más en Washington DC en los últimos años. De origen humilde, ubicado en el noreste de la capital, la expansión de la zona se ha manifestado a través de la apertura de locales, la construcción de viviendas y, cómo no, la subida el precio del suelo. Cuenta con uno de esos mercados reconvertidos por tiendas de productos artesanos y gourmet, el Union Market, que abrió hace un par de años. La sede de la NPR, la radio pública del país, se trasladó a la zona en 2013. La estación de metro, que un día se llamó New York Avenue-Florida Avenue, se remodeló y rebautizó hace mucho con el moderno Noma-Gaudallet University, en una operación con mucho márketing detrás, financiada por los comerciantes de la zona.
El crecimiento sigue. La apertura de nuevos locales en los últimos meses, tanto en ese barrio, como en otros barrios trabajadores, bien sea la zona del corredor de la Calle U —conocida como el Harlem de Washington— o la calle H, refleja que la economía marcha, que Estados Unidos experimenta la recuperación más sólida de las economías avanzadas, que las perspectivas han mejorado y que los pequeños empresarios se animan a arriesgar dinero. Pero, al mismo tiempo, ese brío es el que ha llevado a la Reserva Federal a levantar el pie del acelerador y comenzar el repliegue de sus estímulos económicos, una operación que ya desde su mismo anuncio, en mayo de 2013, ha puesto en apuros a las nuevas potencias con más dependencia de la financiación externa. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha certificado en sus reuniones de esta primavera que los mercados emergentes no parecen las estrellas del rock de hace poco.
Las previsiones de crecimiento de estos emergentes han vuelto a bajar en el informe de perspectivas globales del organismo con sede en Washington. El tirón previsto para América Latina se ha encogido en cuatro décimas desde enero, del 2,9% al 2,5% y lo estimado para la primera potencia de esa región, Brasil, ha caído medio punto, hasta el 1,8%.
Rusia ha sufrido la mayor corrección a la baja, de seis décimas, hasta el 1,3%, y la incertidumbre respecto al conflicto con Ucrania puede empeorar el panorama si se concretan sanciones económicas. China, llamada a convertirse a largo plazo en la primera economía del mundo, no ha visto menguar sus perspectivas en los cálculos del FMI, pero sí ha reducido su pujanza exportadora, tiene problemas crediticios y el aumento de su PIB baja del 7,7% de 2013 hasta un pronóstico del 7,5%.
“Ha habido una especie de tormenta perfecta, ha caído el precio de las materias primas, han bajado los capitales… Y ahora el tirón de EE UU no tiene tanta fuerza para arrastrar a los emergentes porque su dependencia de China ha aumentado con respecto a crisis anteriores”, apunta desde Múnich Francesc Balcells, responsable de mercados emergentes de la gestora de renta fija Pimco.
Había un trasfondo conceptual cuando expresiones políticamente incorrectas como “economías subdesarrolladas” fueron quedando desplazadas por “economías en desarrollo”. Y el esplendor de un grupo económico se manifiesta también de forma simbólica cuando a alguien se le ocurre agruparlos en un acrónimo que hace las veces de marca —como ocurre con los barrios como NoMa—, ese BRIC que el entonces economista jefe de Goldman Sachs, Jim O’Neill, acuñó hace ya más de una década para hablar del grupo de nuevas potencias llamadas a ser las estrellas del rock en los siguientes ejercicios: Brasil, Rusia, India y China (a los que luego se sumó a Sudáfrica, convirtendo a los BRIC en BRICS).
Y así ha sido. Desde 2009, además, el 75% de todo el crecimiento mundial se ha debido a este club variopinto con gran recorrido por delante y numerosa población como únicos denominadores comunes. Pero en una de las comparecencias de estas reuniones de primavera, el jefe de la división de estudios mundiales del Fondo, Thomas Helbling, glosó en unas palabras el sentir más generalizado sobre toda esa antes gloria y ahora tribulaciones que irradian los BRICS: “Durante mucho tiempo los mercados emergentes eran las estrellas de la economía global, con un crecimiento robusto y mejores perspectivas de retorno. Eso ha cambiado y vemos mejores perspectivas de retorno en las economías avanzadas, además de unas perspectivas de normalización monetaria y, lo que es más difícil, unos inversores que se han vuelto menos tolerantes al riesgo”.
Y algunos países emergentes fuera del grupo como Nigeria han dado la campanada al convertirse en la primera economía de África, por delante de Sudáfrica, a lomos de un sector servicios que avanza a mil revoluciones en la economía y la entrada en escena de una industria cinematográfica cada vez más pujante, conocida como Nollywood, que ya contribuye con el 1,2% al PIB del país, según los datos recogidos por el servicio de análisis de Capital Renaissance. El sorpasso, que se fundamenta en los datos que ha hecho públicos la oficina estadística nigeriana, no parece rebatido por los pronósticos que tiene el Fondo para este país.
Entre 2014 y 2019, según el FMI, la economía de Nigeria crecerá un 62% (Sudáfrica, un 18%), la octava tasa más elevada del periodo en una clasificación que casi copan en sus primeras plazas los países africanos, pero en la que también se cuelan algunos otros como Filipinas (71,6%) y Panamá, que prevé concluir las obras de ampliación del Canal en 2015, con un aumento de su actividad previsto del 59%. En esos mismos seis años, China crecería un 45%, India un 43%, Brasil se repone algo del frenazo con un 21% y Rusia se queda rezagado con un 13%. En Latinoamérica destaca el avance de Perú (40,5%), Bolivia (35,4%), Colombia (31%) y, en menor medida, México (22%).
Argentina (8,2%) y, sobre todo, Venezuela (2,5%), se quedan a la cola, con las posiciones 177ª y 186ª, de una lista de 187 países. Guinea Ecuatorial es el último país de esta lista, con una llamativa caída del 29% en cinco años. Mientras, entre las economías desarrolladas, el PIB australiano engordaría un 20%; el estadounidense, un 16%; Reino Unido, un 12%, y Alemania, un 11%. España, en la parte más baja de la tabla, con la posición 175ª, tan solo avanzaría un 8,5%.
A corto plazo, Balcells destaca que los países con mayor déficit por cuenta corriente —Turquía, Sudáfrica, Indonesia— son los más perjudicados, pero luego los pronósticos del Fondo indican mejoras y la economía turca, por ejemplo, está previsto que suba un 22% hasta 2019.
¿Acaba el reinado de los BRIC? No tan rápido. “Al mejorar las perspectivas en los países avanzados, sobre todo Estados Unidos, no cabe duda que los emergentes han perdido lustre, pero aun con las últimas previsiones los emergentes seguirán aportando la mayor parte del crecimiento del PIB mundial”, opina Luis Servén, responsable del departamento de análisis macroeconómico del Banco Mundial. En otras palabras, “las noticias de su defunción son un tanto exageradas”.
“Sí que es verdad que en el futuro inmediato los BRIC no van a estar a la cabeza del pelotón. Pero no hay que olvidar que el crecimiento de China, aunque menos espectacular que en años pasados, sigue siendo muy elevado. Y con los ajustes adecuados de política económica, Brasil o India también podrían mejorar mucho sus perspectivas de crecimiento”, insiste Servén.
El FMI también quita hierro al freno de China y destaca la necesidad de que el gigante asiático asuma un periodo de crecimiento “más sostenible”, con menos inversión y crédito. El país ha flexibilizado su tipo de cambio —ampliando la banda de fluctuación del 1% al 2%— y emprendido un programa de reformas para reforzar el papel de la empresa privada, ha apostado por sanear su sistema financiero y ha decidido liberalizar los tipos de interés. Los expertos del Fondo creen que los efectos de todas estas medidas se pueden empezar a notar entre finales de 2014 y principios de 2015. La filosofía de fondo de todas estas reformas persigue transformar el modelo de crecimiento, hoy por hoy muy sujeto a la inversión y la industria, para que ganen protagonismo tanto el consumo como la producción de bienes de consumo.
Este proceso será lento y, además, junto a estas expectativas conviven también un rosario de riesgos nada despreciables. El archifamoso inversor George Soros —gurú, filántropo o especulador en función de la biografía que uno lea— ha advertido de los riesgos que encierra la deuda china. El total de la financiación social se ha disparado desde el 130% del PIB en 2008 al 200% en la actualidad y la industria financiera tendrá que lidiar con ello. “Creo que los inversores y los prestamistas necesitan soportar los costes de los excesos previos en el crecimiento del crédito y los mercados deben reflejar ese riesgo con más precisión”, así que “las barreras de seguridad deben ponerse en su sitio”, señalaba esta semana Matthew Jones, del departamento de mercados del FMI.
“La preocupación en el caso de China es que en lugar de una desaceleración gradual del crecimiento se llegue a producir un aterrizaje forzoso, derivado del boom del crédito y el deterioro de las carteras crediticias de la banca. Eso está en el punto de mira de las autoridades, pero queda mucho por hacer”, apunta Servén.
Pero si algo llama la atención es que la subida del PIB global de algunos países es muy superior al incremento del PIB por habitante, como ocurre en el caso de Nigeria, tan mencionada estos días. Y las alabanzas al crecimiento de estas economías en desarrollo conviven en las reuniones del FMI con sesiones paralelas sobre la preocupante desigualdad social en estos países y el efecto nocivo en la actividad. Michael Pettis, de la Universidad de Pekín, señalaba estos días en su blog, que “los mercados emergentes pueden repuntar con fuerza en los próximos meses, pero pese a cualquier rebote se enfrentarán a una misma aritmética fea: hogares de demasiados países han visto caer su participación en el PIB. Hasta que se recupere, los desequilibrios globales seguirán en su sitio y, sin un new deal global, la única alternativa a la débil demanda será el alza la deuda”.
Suele hablarse de los emergentes en conjunto cuando el grupo reúne relatos muy dispares. El Banco Mundial destaca esta semana cómo la confianza inversora era fuerte en México y llenaba de interrogantes Brasil, para quien solo se espera un crecimiento del 4,5% acumulado entre 2014 y 2015; se prevé un aumento de la cifra de desempleados superior al 5% en los dos próximos años y sus constantes financieras resultan preocupantes. El 25% de la deuda de sus empresas está contraída con prestamistas extranjeros y el Fondo calcula que, con una subida repentina de los tipos de interés y una caída de los beneficios, el 50% de todo ese pasivo estaría en riesgo, así que es uno de los mercados mirados con especial preocupación. Y se trata de la primera economía de América Latina.
“Pero México sí es un país que ha destacado mucho por su estabilidad, no ha entrado en parálisis reformista, ha liberalizado su sector petrolero, ha llevado a cabo una reforma fiscal y es consciente de que los cambios que ha llevado a cabo China van a repercutir en todos los emergentes”, señala Balcells, de Pimco. A su juicio, el hecho de que no haya elecciones a la vista “también le proporciona un capital político para llevar a cabo muchas transformaciones”.
El FMI pide reformas a esos emergentes, como prácticamente le reclama a todos los países, pero con la ciencia de que en esos mercados los desequilibrios son más agudos y la confianza inversora mucho más volátil. Además, hay elecciones en 2014 en un buen puñado de ellos —Brasil, India, Indonesia, Sudáfrica o Turquía, entre otros—, y eso cala en la economía. Los comicios pueden complicar muchas medidas pendientes, según advierten los analistas de Goldman Sachs, y no está claro si eso llevará a políticas más o menos rígidas de los bancos centrales. “Por una parte pueden sentir la presión de aplicar más estímulos a la economía, especialmente en los casos en los que la independencia no está claramente establecida”, apuntan. Si bien, “por otra parte, pueden necesitar anclar las expectativas de inflación en medio de esta incertidumbre”.
La inflación, casi siempre preocupante por lo alta, ha sido colocada como uno de los grandes riesgos europeos por sus bajos niveles y su efecto nocivo para la recuperación de una zona euro, para la que se espera un crecimiento modesto, del 1,2%, para este año. El FMI lleva días destacando el peligro y llamando al Banco Central Europeo (BCE) a actuar con más estímulos para empujar la demanda y tirar de los precios, en una actitud que algunas fuentes en Washington veían esta semana un tanto sobreactuada e interpretaban como forma de facilitar al BCE la toma de medidas no convencionales dentro de su mandato de lograr una estabilidad de precios y no como un impulso económico, algo que escapa a su mandato.
Mientras, las derivadas que pueda tomar el conflicto de Rusia y Ucrania, las posibles sanciones por parte de EE UU y el peligro para suministro energético tienen a medio Washington estos días sin saber muy bien cómo calcular los impactos. Los emergentes ya no son lo que eran. 

sábado, 15 de marzo de 2014

Brasil contará con su primer submarino nuclear el 2023

Tomado de La Voz de Rusia 
Brasil tendrá su propio submarino atómico en 2023


Por Oleg Nejái

El primer submarino atómico brasileño estará listo en 2023. En Brasil se asimiló todo el ciclo tecnológico de construcción de reactores para submarinos atómicos. Francia presta su ayuda en la elaboración del sistema de mando del sumergible. La elección de Francia como socio obedece a su consentimiento para entregar las tecnologías.

Brasil tiene más de ocho mil kilómetros de fronteras marítimas. Las zonas costeras del país son patrulladas por submarinos diesel eléctricos de la Armada brasileña, construidos sobre la base de proyectos alemanes. Al parecer, portamisiles atómicos de otros países no amenazan a Brasil y sus yacimientos de la plataforma continental pueden ser custodiados por submarinos convencionales. Sin embargo, Brasil tiene cada vez mayores intereses geopolíticos y el país se contempla como uno de los estados más importantes del Atlántico Sur, señala el vicepresidente de la Academia de Problemas Geopolíticos, Konstantín Sivkov:

–Brasil forma parte del grupo BRICS. Los dirigentes brasileños comprenden que a medida que Brasil empiece a ampliar su influencia, tendrá que proteger sus intereses nacionales y sus negocios en zonas alejadas, y para ello le hará falta una flota. Para garantizar su accionar en toda la zona del Atlántico Sur necesitará submarinos atómicos. Según algunos datos, necesitaría cuatro o cinco sumergibles atómicos.

Además, Brasil tiene previsto incrementar la cantidad de portaaviones. Sus Fuerzas Navales disponen de un solo portaviones, el exFoch francés, capaz de resolver un círculo estrecho de misiones. Este buque no responde a las demandas de la actualidad. Su parque aéreo está representado por solo veinte aviones tipo Skyhawk. Son viejos aviones de asalto norteamericanos de los tiempos de la guerra vietnamita. Es probable que en Brasil se construyan otros dos portaaviones, lo que le permitirá defender sus intereses en las regiones alejadas del Atlántico Sur. Para Brasil es algo muy importante, más aún que EEUU ya ha reactivado su Cuarta Flota, en cuya zona de responsabilidad se encuentra América del Sur. Muchos expertos consideran que Estados Unidos ha perdido completamente el control sobre América del Sur. Algunos países que aún mantienen allí una orientación pronorteamericana, no desempeñan ningún papel clave, apunta Konstanrín Sivkov:

–Brasil, Argentina y Venezuela constituyen el esqueleto de países más poderosos de la región y practican una política exterior e interna independiente de EEUU. Por eso los norteamericanos intentan ahora restablecer su control. Para ello inspira el caos económico y el desorden en Venezuela, según el modelo de la primavera árabe y Ucrania. En otras regiones es más difícil hacerlo porque no existen las condiciones para ello. Y en las aguas sudamericanas EEUU, sin excluir la posibilidad de disuasión militar, reactiva su Cuarta Flota.


Brasil y Francia firmaron un acuerdo de cooperación en materia de construcción de submarinos aún en 2008. Y en 2009 la compañía brasileña Odebrecht, que se especializa en proyectos de defensa y seguridad, y la francesa DCNS sellaron un contrato para la construcción de cuatro submarinos diesel eléctricos clase Scorpène y asimismo para la proyección conjunta de elementos convencionales del prometedor submarino atómico. La participación de la compañía DCNS en este proyecto se limita a la asistencia en el montaje del casco del portaaviones y al equipamiento de los compartimientos no atómicos del sumergible. Según informaciones abiertas, el submarino brasileño estará equipado con sistemas franceses de guiado del fuego y sonares del Grupo Thales. No obstante, los especialistas estiman que Francia difícilmente entregue tecnologías modernas. Lo más probable es que se entreguen tecnologías de la generación anterior. 

jueves, 29 de agosto de 2013

Buscando mayor independencia BRICS crearán su propio organismo financiero

Tomado de The Wall Street Journal
Los países BRICS crearán su propio banco

Por Prasanta Sahu


NUEVA DELHI--El bloque Brics de naciones emergentes acordaron en general la estructura de capital para la propuesta de un banco, medida que probablemente acelerará los esfuerzos del grupo por establecer una entidad conjunta para contrarrestar la influencia que ejercen los países desarrollados sobre la economía global.
Funcionarios de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica acordaron formar un banco con un capital total de US$50.000 millones, divididos en partes iguales, dijo el miércoles a The Wall Street Journal un alto funcionario del gobierno indio.
La decisión tomada en una reunión en Nueva Delhi en la primera semana de agosto significa que los países tendrán un control equitativo sobre el propuesto banco. Esto probablemente pondrá fin a los desacuerdos sobre el financiamiento y administración del banco, ya que China había propuesto anteriormente un capital de US$100.000 millones en busca de una participación mayor.
Otros asuntos clave, como las propuestas dentro del grupo para ofrecer una participación a países desarrollados como Estados Unidos, necesitan una mayor discusión, señaló el funcionario indio. El grupo está evaluando ofrecer una participación de 40% a 45% a países que no pertenecen al Brics, agregó.
Tener a economías desarrolladas como accionistas ayudaría al banco a obtener una calificación crediticia mayor y le permitiría acceder a financiamiento más barato.
El bloque aún debe tomar una decisión respecto de dónde se situaría el banco, dijo el funcionario.

sábado, 30 de marzo de 2013

Brasil la mayor economía latinoamericana y sus retos a vencer


Tomado de esglobal


LAS LIMITACIONES DE BRASIL

Los desafíos de la mayor de las economías de América Latina.

Por Santiago Perez

En el transcurso de la última década, la economía brasileña experimentó un espectacular crecimiento. Esta expansión, sumada a sus características geográficas y demográficas,  permitió al país posicionarse como la primera potencia económica regional y, al mismo tiempo, como un emergente actor en el escenario global. No es casualidad que en el año 2001 Goldman Sachs publicara un trabajo en el cual se identificaba a Brasil (junto a Rusia, India y China) como uno de los países que lideraría el crecimiento mundial de la primera mitad del siglo XXI y que para el año 2050 podría cuestionar la posición económica dominante del G7.
Los primeros 10 años de la naciente centuria efectivamente colocaron a los brasileños dentro de la elite económica internacional. Según números del FMI, el PBI de Brasil es el séptimo mayor a escala mundial, compitiendo con Gran Bretaña por el sexto lugar. Tangible demostración de la importancia planetaria de la nación suramericana.
Pero las relaciones internacionales son dinámicas. Si bien la imagen actual es la de un Brasil emergente, vale la pena intentar prever qué podría suceder de aquí en adelante.
Los recientes resultados económicos comienzan a encender luces de alerta. En 2012, el PBI se expandió algo más de un punto porcentual, un número insuficiente para continuar dentro de la vanguardia económica internacional. Más aún si comparamos este crecimiento con el de las otras potencias del BRIC. En el mismo período China creció más del 8%, India el 6,6% y Rusia un 3,8%. El 2013 ha comenzado con fundamentados interrogantes sobre la capacidad de reacción de la economía brasileña.
¿Cuáles son los elementos que permiten comprender los problemas de hoy y predecir los desafíos del mañana? Los empresarios y economistas brasileños suelen encontrar en el denominado “Costo Brasil” una buena parte de la explicación. Este término se compone de elementos claramente identificables que generan costos adicionales a las compañías que operan dentro del país. El resultado es una limitación a la posibilidad de competir en igualdad de condiciones con bienes y servicios producidos en otros mercados.
El primero de los componentes del “Costo Brasil” se encuentra dentro del frente tributario. La asfixiante presión fiscal, los elevados costes para la contratación de personal y la compleja legislación impositiva entorpecen y encarecen el accionar del sector privado. Los extranjeros que inician actividades empresariales en el país suelen sorprenderse del funcionamiento del sistema, el cual obliga al emprendedor a pagar impuestos durante un extenso período de tiempo anterior al momento de iniciar las operaciones.
La insuficiente infraestructura es otra de las deficiencias estructurales. Carreteras saturadas de camiones, vías férreas casi inexistentes y terminales portuarias y aéreas colapsadas. Situación que, en un país de 8,5 millones de kilómetros cuadrados (el quinto mayor del mundo), condiciona en forma directa la competitividad de la economía.
La escasez de ingenieros y técnicos es una dificultad adicional a la que las empresas deben sobreponerse. Es común que los empleadores se vean obligados a importar profesionales ante la ausencia de mano de obra correctamente cualificada. De una forma u otra, esto se traduce en mayores costes operacionales. La necesidad de gestionar visados y permisos de trabajo y las demoras derivadas de conseguir personal en el exterior, pueden llegar a comprometer la ejecución de proyectos en tiempo y forma. Esta realidad, se complejiza cuando las industrias se encuentran alejadas de las regiones sur y sudeste del país, donde los niveles educativos son superiores a la media nacional. Se estima que menos de un 10% de la fuerza de trabajo brasileña cuenta con un título universitario.
La excesiva burocratización estatal es otro inconveniente para el sector productivo. La justicia opera de forma lenta e ineficiente y el comercio exterior se encuentra por demás regulado y restringido. Importar y exportar en Brasil puede resultar inmensamente más complejo desde el punto de vista legal y administrativo que en el mundo desarrollado.
El valor del Real, las altas tasas de interés y los elevados costos de la energía también son problemas sistémicos. Es en estos puntos en donde la Administración de Dilma Rousseff ha conseguido algunos avances. El Banco Central ha encontrado el fino equilibrio de lograr una disminución de la tasa de interés manteniendo la inflación dentro de las metas establecidas. El Real se ha desvalorizado y el Gobierno federal ha alcanzado acuerdos con las principales generadoras para reducir los costes de la energía.
La competitividad de la economía brasileña se ve afectada en forma absoluta por estas variables. En un informe de la Confederación Nacional de Industria, publicado solo unos meses atrás, Brasil se ubicó en el ante último puesto de un ránking de competitividad que comparaba al país con economías semejantes. México, Colombia, Rusia, Suráfrica, Polonia, Chile, India, España, China, Australia, Corea del Sur y Canadá obtuvieron mejores resultados que Brasil.
Existe un consenso en la clase dirigente en torno al inmenso desafío que representa superar una a una estas barreras al desarrollo. Empresarios y políticos suelen referirse al “Costo Brasil” como un problema que debe ser resuelto. El inconveniente radica en que los tiempos que se toma el país en encauzar las reformas no corren a velocidad de la economía globalizada de hoy. El enorme peso del estado y los focos de corrupción en los distintos estamentos de la administración pública hacen que en casos las transformaciones sean políticamente inviables o simplemente inejecutables.
El modelo de crecimiento utilizado hasta hoy pareciera comenzar a dar signos de agotamiento y el futuro asoma plagado de desafíos. Si bien es esperable que algunas de las reformas se concreten, es también esperable que lo hagan más tarde de lo necesario, afectando la evolución de la economía. Existen grandes posibilidades de que Brasil ingrese en un ciclo de crecimiento menor, el cual podría hacer que el país pierda terreno tanto en relación a sus socios del BRIC como en proporción a sus vecinos latinoamericanos. El Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos 2016 volverán a colocar a Brasil en el centro de la escena internacional y ocultarán, al menos temporalmente, los problemas de fondo. La clave del éxito del futuro económico brasileño dependerá directamente de su capacidad de resolver todos estos problemas.