domingo, 1 de febrero de 2015

Desigualdad social permanece inmóvil en Latinoamérica a pesar de década dorada de altos precios de materias primas

Tomado de El País
10 de los 15 países más desiguales del mundo están en Latinoamérica

El eterno lastre de la desigualdad

Los avances en América Latina en la reducción de la pobreza peligran. El menor crecimiento económico obliga a replantear programas de inversión y políticas públicas

Por Alicia González

Latinoamérica es reconocida por ser una de las regiones del mundo donde la pobreza y la desigualdad se han reducido más enérgicamente en las últimas décadas y, pese a todo, no consigue dejar de liderar los ránking de pobreza y disparidad de rentas entre los países en desarrollo. Algunos estudios señalan que los avances, realmente, han sido menos vistosos de lo que pudiera parecer a primera vista y que la pobreza “persiste como un fenómeno estructural que caracteriza a la sociedad latinoamericana”, según apunta la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Entre 70 y 90 millones de personas han dejado atrás la pobreza en la última década, según el Banco Mundial, pero los ciudadanos de la región que ganan menos de cuatro dólares al día son todavía muy numerosos, demasiados. La CEPAL estima que en 2014 el 28% de los latinoamericanos vivían en la pobreza, un porcentaje casi idéntico a los de años anteriores. Son 167 millones de personas, de los cuales 71 millones viven en la indigencia, al límite de la subsistencia, que se sitúa en los dos dólares al día. Y todo ello, pese a que la región ha vivido una auténtica edad dorada gracias a la fuerte subida del precio de las materias primas impulsada en buena medida por la demanda de China y la fuerte entrada de capitales extranjeros.
 “La recuperación de la crisis financiera internacional no parece haber sido aprovechada suficientemente para el fortalecimiento de políticas de protección social que disminuyan la vulnerabilidad frente a los ciclos económicos”, admitía la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena. “Es verdad que se partía de unos niveles de pobreza y desigualdad muy elevados. Pero si observamos los ingresos que han tenido estos países gracias al auge de las materias primas, claramente se han desaprovechado los recursos para avanzar en estos objetivos, deberían haber sido mucho mayores”, sostiene desde Washington Ángel Melguizo, jefe de la unidad de América Latina del Centro de Desarrollo de la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
La frontera entre esa pobreza moderada y lo que Melguizo denomina sectores medios —“quienes ganan entre 4 y 50 dólares al día, realmente no se puede hablar de clase media”, matiza— la define básicamente tener o no tener empleo. En los países desarrollados, las políticas sociales, las transferencias del sector público y el denominado Estado del Bienestar juegan un factor muy importante a la hora de amortiguar las diferencias y garantizar unos niveles mínimos de renta para sus ciudadanos. Pero en economías emergentes, con seguro de desempleo incompleto y acceso limitado a instrumentos de ahorro, estar empleado puede marcar la diferencia entre un ingreso de nivel medio y una transferencia pública de subsistencia. Incluso en economías, como las latinoamericanas, marcadas por el elevado grado de informalidad, de economía sumergida, que persiste en la región.
Pese a que el crecimiento medio de la zona ha rondado el 5% en los últimos años, la informalidad aún representa entre el 60% y el 70% de la economía, asegura el economista de la OCDE. Eso supone que 130 millones de personas están de forma permanente o durante grandes periodos de su vida en la informalidad, lo que supone que su contribución a través del sistema fiscal es muy baja o inexistente en muchos casos. Ese grupo de personas, que no son exactamente pobres pero que se concentran en el segmento de salarios muy bajos, son los más vulnerables al cambio de ciclo. Forman el gran grupo de aquellos con mayor riesgo de perder su empleo ahora que el horizonte de crecimiento es menor, para quienes las perspectivas de movilidad social, de mayor acceso a la educación, al transporte y a los servicios sanitarios, amenazan con desvanecerse y con devolverles al nivel socioeconómico que vivieron sus padres.
167 millones de latinoamericanos viven en la pobreza. 71 millones en la indigencia
El riesgo es ahora mucho más real porque los buenos tiempos no van a volver. Al menos a medio plazo. La región parece haber entrado en una fase de bajo crecimiento y su diferencial de crecimiento respecto a las grandes economías desarrolladas prácticamente desaparece. Por primera vez en los últimos 10 años, Latinoamérica creció por debajo del promedio de la OCDE en 2014 y 2015 apunta que seguirá la misma dirección. Los organismos internacionales estiman que la actividad económica de los siete grandes países desarrollados (Japón, Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia, Canadá y Reino Unido) aumentará el 2,1% de media este año y que Latinoamérica apenas crecerá un 2,2%, lejos del 3,8% mundial. Unos niveles que dejan a la zona lejos de los niveles de entre el 4% y el 5% de los años “dorados” previos a la crisis financiera internacional y que reducen, por tanto, las oportunidades derivadas del crecimiento, de la creación de empleo y del margen presupuestario que permiten unos ingresos generosos.
Cierto es que la desaceleración actual no viene de la mano de las crisis que solían poner fin a las etapas de crecimiento de otras décadas, que venían además impulsadas por el endeudamiento externo. América Latina aprendió aquella dolorosa lección y sus fundamentos económicos y financieros son mucho más estables y saneados, pese a la persistencia de un déficit crónico de baja productividad. “Si consideramos como guía el registro histórico del crecimiento en Latinoamérica, sin reformas vigorosas en favor de la productividad, es realista prever una “nueva normalidad” para la región en su conjunto de alrededor del 3% de crecimiento anual”, subraya el economista jefe del Banco Mundial para la región, Augusto de la Torre, en su informe Desigualdad en una América Latina con menor crecimiento. Por lo pronto, la región no parece que alcanzará esa nueva normalidad en los dos próximos ejercicios y que su crecimiento será inferior a esa meta.
"La recuperación no se ha utilizado para reducir la vulnerabilidad frente a los ciclos económicos"
Si no se hace nada para compensar ese menor margen de crecimiento y gasto público, es previsible pensar que el ritmo de reducción de la pobreza y de la desigualdad de estos últimos años se frenará considerablemente. Aunque hay quien advierte que puede que ni siquiera las mejoras registradas en la reducción de la desigualdad sean tan espectaculares como se da a entender. De hecho, según recordaba Arif Naqvi, fundador de The Abraaj Group, 10 de los 15 países más desiguales del mundo están en Latinoamérica. De media en la región, los ingresos del 10% más rico suponen 27 veces los ingresos del 10% más pobre, una relación que es de 15 veces en el caso de Estados Unidos o de 9 veces en la media de los países de la OCDE.
El economista jefe del Banco Mundial para la región, Augusto de la Torre, sostiene, en su informe que el problema de origen es que la desigualdad no se ha medido con propiedad en la región y que si se amplían las mediciones a las rentas de capital, las diferencias en la cesta de la compra entre hogares de diferente renta y las declaraciones de impuestos, los datos revelan “un nivel mucho más alto de desigualdad” pese a que la tendencia haya seguido una senda a la reducción parecida.
La explicación es bastante sencilla. Según el coeficiente de Gini, una de las medidas más utilizadas para medir la desigualdad de rentas dentro de los países, la caída de la desigualdad de ingresos de los hogares en Latinoamérica desde 2003 fue significativa en magnitud, sin precedentes en la historia de la región y única en el mundo. Esa caída se produce al medir la evolución de los ingresos salariales que, gracias a las mejoras en la educación, han permitido reducir las diferencias entre los más educados y los menos. Pero Latinoamérica, a diferencia de otros países emergentes, calcula ese indicador a partir de encuestas de ingresos salariales y no de encuestas de gastos. De esa forma, se subestiman los ingresos derivados de los rendimientos de capital de los más ricos, fuente muy importante de ingresos en las clases altas. Si a ello se le añaden los todavía escasos datos disponibles públicamente de declaraciones de impuestos, el nuevo coeficiente Gini sitúa la desigualdad en un nivel mucho más elevado.
Pese a todo, “Latinoamérica está en la actualidad mucho mejor posicionada, desde el punto de vista de la política macroeconómica, para responder al ciclo sin descuidar la equidad”, sostiene De la Torre. Ahí, “la inversión en formación del capital humano y en infraestructuras son la principal prioridad de la región, que ha dependido en exceso del consumo y las exportaciones” en los últimos años, sostenía Alicia Bárcena en una de las sesiones del último Foro Económico Mundial reunido en Davos, Suiza. Según los datos desgranados por la responsable de la CEPAL, la inversión supone el 21,7% del PIB de la región, frente al 40% de Asia o el rango del 32% al 36% que registran la mayoría de los países de la OCDE. Esos niveles, defendía Bárcena, ni siquiera cubren las necesidades en infraestructuras, educación y sanidad de estos países, cuanto menos para reducir las diferencias con otras regiones.
Por primera vez en una década, la región creció en 2014 por debajo de la media de la OCDE
En tiempos de restricciones presupuestarias las políticas de gasto público deben afinar sus objetivos y seguir el ejemplo de aquellas que han demostrado más eficiencia en estos años. Brasil, por ejemplo, ha condicionado determinados subsidios a las familias a que los padres garantizaran la asistencia de sus hijos a la escuela. Ahí parece estar la clave. “El 40% de las empresas latinoamericanas no encuentran a los trabajadores que buscan. Es necesario impulsar las políticas educativas, sobre todo la educación técnica y vocacional, lo que en otros sitios se conoce como formación profesional. Solo así la gran masa de trabajadores informales serán menos vulnerables a la pérdida de empleo y al cambio de ciclo”, sostiene Melguizo. Aunque los gobiernos han reconocido la importancia de la educación, los recursos públicos destinados al sector apenas han pasado del 3,4% del PIB en los años 90 hasta el 5,3% en 2011.
Para aumentar esos niveles, sostiene el economista de la OCDE, hay que cambiar las bases del sistema, modificar la relación entre lo que aportan los contribuyentes y los servicios que reciben a cambio. “Es necesario reescribir un nuevo contrato social. Hay que reducir la carga tributaria que soportan los trabajadores pero que contribuyan un mayor número de ciudadanos, para financiar con esos recursos unos servicios de calidad en educación, en sanidad y en transporte”, asegura Melguizo. De lo contrario, las mejoras sociales de décadas en Latinoamérica corren peligro. 

70% de argentinos rechazan actitud de Cristina F Kirchner ante caso Nisman

Tomado de El Clarín
Caso Nisman: la reacción de Cristina tuvo un impacto negativo en más del 70%
Según un sondeo de la última semana, la primera cadena de la Presidenta sobre la muerte del fiscal generó principalmente “bronca” y “frustración”.

Pese a que en la última semana el Gobierno se esforzó por mostrar gestión e iniciativa y la Presidenta reapareció públicamente y se refirió a la muerte del fiscal Alberto Nisman, el escenario de descontento no cambió. Es que la reacción de Cristina, cargada de acusaciones y sin autocrítica, dejó disconforme la mayoría de la gente.
El dato se desprende de una encuesta de Management & Fit, que consultó –en forma telefónica– a 1.000 personas de Capital, Gran Buenos Aires, y otros diez distritos del país. El 66,8 % dijo estar al tanto de la cadena nacional que realizó la Presidenta el lunes pasado, donde tras ocho días, se refirió al caso. Y al 71,1% de ese universo, que admitió saber el contenido del discurso, las palabras de Cristina le dejó una sensación negativa. En ese grupo, un poco más de un tercio dijo haber sentido “bronca”, aunque también hubo frustración (22,7%) y algo de indiferencia (14,7%).
Uno de los puntos más criticados, al menos por la oposición, fue la falta de un gesto hacia la familia del fiscal: la Presidenta no transmitió sus condolencias y, por el contrario, volvió a descalificar la denuncia “absurda”, que Nisman había presentado en su contra días antes. “No hay un solo abogado que pueda creer que haya sido escrito por un abogado y menos por un fiscal”, dijo. Tampoco realizó un pronunciamento categórico respecto al compromiso del Gobierno nacional con el esclarecimiento de la muerte, del que la gente duda 
Más allá de la frialdad, no parece haber ayudado el camino del silencio al que se llamó Cristina tras el hecho. Algo que, durante la década K en el poder, se repitió cada vez que surgieron episodios que generaron conmoción pública. Los más resonantes fueron la tragedia de Cromañón, cuando el presidente era Néstor Kirchner; y, años más tarde, el accidente ferroviario de Once. A ambos casos, al igual que a la muerte de Nisman, le sucedieron días de ausencia de la voz presidencial. En esta ocasión, encima, en el medio hubo dos cartas en las que Cristina se contradijo, ya que en principio habló de suicidio (“¿Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?”, se preguntó) y tres días más tarde dijo estar “convencida” de que “no fue suicidio”. Su giro repentino alentó a que más voces apuntaran contra ella por entender que se esforzó más en despegarse de lo ocurrido que en allanar el camino para que se esclarezca.
Fuera de lo discursivo, el impacto de la muerte de Nisman preocupa al Gobierno, más aún porque se dio en la recta final rumbo a las elecciones. El sondeo de Management & Fit refleja que para el 84,4% de los encuestados, el hecho “afecta la imagen de Cristina”. Sólo un 10% dijo creer que “no afecta en nada”. Ni siquiera la “reforma” de la ex SIDE que impulsa el oficialismo en el Congreso parece atenuar el impacto.
Con todo, el nivel de percepción de la gestión parece haber tocado fondo. Apenas el 25 % afirmó que “aprueba” la forma en la que Cristina está conduciendo el Gobierno y la reprobación araña su techo: casi el 70 %.
La tendencia se puede acentuar si, tal como cree la mayoría, no se esclarece el hecho, del que –tal como reflejó días atrás un trabajo de la misma consultora– está al tanto el 98% de los argentinos.
El caso, sin embargo, no sólo rozó al Gobierno. La oposición, pese a que todos los sectores reclamaron al oficialismo para que diera “garantías en la investigación” y en el Congreso hubo postura unificada de los distintos bloques, volvió a quedar desdibujada ante la consideración de la gente y sólo un 23,5% opinó positivamente sobre su rol. Mientras, el 45 % calificó como “regular” su intervención y el 21,6 % la consideró “mala”.


sábado, 31 de enero de 2015

Poder Hispano inicia transmisiones por televisión

Agencias Noticiosas




En un esfuerzo conjunto entre Panamerican Communications Inc. y Tribuna TV, a partir de este domingo 1 de Febrero de 9:00 PM  a 10:00 PM se transmitirá en vivo el programa  Poder Hispano” a través de http://www.tribunatv.us/.

El show televisivo incluirá entrevistas a personalidades de Nueva York, Latinoamérica  e hispanos que conforman parte de los más de 50 millones que habitan en Estados Unidos y quienes se desempeñan en el campo político, social, comunitario, periodístico o económico.

El público podrá interactuar opinando, haciendo preguntas y comentarios en vivo llamando al 1888-900-2011 extensión 6 o a través de Facebook y twitter.

El show tendrá como anfitriones a Luis Montes Brito y a Jesús Ríos, quienes tienen una amplia trayectoria en medios de comunicación y son fuentes de consulta para diversidad de medios locales e internacionales.

El esfuerzo está comprendido dentro de la ola de fuentes de información que cada vez más requieren con mayor fuerza los hispanos quienes son parte ya de un importante segmento del total de consumidores en todos los Estados Unidos.

El poder adquisitivo de los hispanos ha crecido en un 50%  en la última década, pasando de 1,000 a 1,500 millones. Dicho porcentaje es ampliamente superior a su representación en número de votantes, ya que no todos los hispanos residentes en Estados Unidos votan pero si todos consumen.

Se estima que uno de cada 12 votantes en Estados Unidos es hispano y uno de cada 6 habitantes corresponden a esta misma etnia.


Tribuna TV es parte del grupo La Tribuna Hispana y este es un nuevo esfuerzo para servir de mejor manera a su comunidad en el importante campo de las comunicaciones.

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: PREPARANDOSE PARA LA ADOLESCENCIA



       

Muchos padres tienen serios problemas con sus hijos al llegar éstos a la edad de la adolescencia. Desde el punto de vista opuesto, los propios adolescentes dirían que son ellos los que tienen problemas con sus padres. De una u otra forma, tiende a producirse un distanciamiento basado en la falta de entendimiento mutuo y deterioro de la comunicación. No les falta razón a los padres al quejarse de la dificultad de entendimiento con sus hijos adolescentes, pero tampoco les falta razón a éstos cuando se quejan de que sus padres no saben entenderles, porque... ¿Realmente estamos los padres preparados para entender esta etapa, tan complicada como inevitable?.

       Siempre pretendemos que sean ellos los que cambien; para hacer más sencilla nuestra labor, supongo. Pero ellos difícilmente van a cambiar, precisamente porque son adolescentes. ¿Por qué será que nos resulta tan difícil entenderlo, si nosotros mismos también pasamos esa etapa hace algún tiempo?. Podemos verlo desde el punto de vista práctico. En primer lugar, los adultos somos nosotros; no ellos. Los padres somos nosotros; no ellos. Entonces nos corresponde a nosotros crear soluciones. Segundo, nosotros somos adultos y fuimos adolescentes, y podemos entender ambos puntos de vista. Ellos solo son adolescentes; aún no han sido adultos, y difícilmente pueden ponerse en nuestros zapatos. Tercero, si permitimos el distanciamiento, los grandes perjudicados serán ellos, pero ellos no son nuestros enemigos; son nuestros hijos, y por tanto, nosotros somos igualmente perjudicados.

       Muchos padres reconocen que es cierto que ellos también fueron adolescentes, y ahora, como adultos, comprenden los riesgos a los que estuvieron expuestos y que entonces quizás no eran capaces de reconocer, y no quieren que sus hijos corran los mismos riesgos. De acuerdo, muy lógico. Pero el problema es la forma en que frecuentemente manejamos la situación, casi reprimiéndoles su adolescencia. ¿No sería más sencillo dejarles ser adolescentes y educarles sobre los riesgos existentes y sobre la naturaleza del proceso biológico y psicológico de la adolescencia? Se sorprenderían de cómo es capaz de comportarse un adolescente educado en estos aspectos.

       Sí, pero ¿Cómo hacerlo? Bueno, este es el primer paso, aceptar que, por lo general, no estamos bien preparados para ser padres, y menos aún, padres de adolescentes. No es para sentirse culpable, porque nunca tuvimos oportunidad de aprender, y además, quizás asumíamos que el talento para ser buenos padres es instintivo, o que los hijos se educan solos, quizás porque así nos tocó a nosotros mismos. Luego nos damos cuenta de que los hijos nacen sin manual de instrucciones. 
Pero eliminar la culpa no elimina el problema. De alguna manera tenemos que aprender. Ese talento para ser buenos padres es como otros talentos; es instintivo en parte, y en parte se desarrolla. Y aún la parte instintiva es notable en algunas personas, pero no tanto en otras. Pero estar preparado no significa solamente conocer qué es lo que podemos esperar en ellos, sino también qué es lo que se espera de nosotros como padres, para que esta etapa transcurra con normalidad y cumpla su objetivo de convertir un niño o niña en una persona adulta. Comenzar temprano, antes de que llegue, es la mejor forma de prepararse para la adolescencia.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

viernes, 30 de enero de 2015

Nuevos ricos, el único cambio en Venezuela. Pobreza se extiende señalan estudios

Agencias Noticiosas 
Crisis económica en Venezuela: la pobreza alcanzó a más de 48 por ciento de los hogares 

Un estudio elaborado por tres universidades, la Católica Andrés Bello, la Central de Venezuela y la Simón Bolívar, reveló que el 33% de quienes integran ese grupo son "nuevos pobres". 

La pobreza en Venezuela alcanzó en 2014 al 48,4% de los hogares, superando los registros de los últimos años, señala una encuesta social difundida este jueves por tres de las principales universidades del país. 

La crisis económica que enfrenta Venezuela, dominada por una inflación desbordada, golpeó con mayor intensidad a los sectores más vulnerables del país e hizo que los hogares en condición de pobreza por ingreso llegaran al 48,4%, reveló un estudio nacional que realizaron en 2014 de forma conjunta la Universidad Católica Andrés Bello, la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar.

Entre 2005 y 2013, Venezuela vivió una etapa de relativa estabilidad económica gracias a los altos precios petroleros, que permitió que un porcentaje significativo de la población mejorara su poder adquisitivo y saliera de la pobreza. Esa situación comenzó a revertirse a partir del año pasado debido a una importante aceleración de la inflación, entre otros factores. 

El profesor e investigador de la Universidad Católica Andrés Bello Luis Pedro España afirmó el jueves, en un foro en el que se divulgaron los resultados de la encuesta, que de los 3,53 millones de hogares que para 2014 estaban en condición de pobreza por ingresos, un 33% corresponde a "nuevos pobres".

The Associated Press intentó obtener una reacción del Ministerio de Comunicación, pero no hubo comentarios, de momento. 

El estudio de las tres universidades encontró que 1,7 millones de hogares están en condición de pobreza extrema. La encuesta se realizó a nivel nacional entre 1.500 familias en los meses de septiembre y octubre de 2014. 

España indicó que existe un "riesgo importante" de que ese 33% de nuevos pobres pueda caer en "pobreza estructural" en 2015, ante la agudización de los problemas económicos y la falta de programas sociales para atender ese sector. 

Venezuela alcanzó el año pasado una inflación de un 64% -la mayor tasa de la región-, y el aparato productivo se contrajo un 2,8 por ciento. Analistas y bancas de inversión estiman que ante la caída de los precios del petróleo, que es la principal fuente de ingresos del país sudamericano, la crisis económica venezolana podría complicarse y la inflación podría superar el 100 por ciento.