jueves, 31 de diciembre de 2020

Reflexiones sobre relaciones de pareja de largo plazo

 Por Luis Montes Brito

Cuando algunas personas, más jóvenes que yo, se enteran de que con mi esposa recientemente cumplimos 40 años de matrimonio, después de la acostumbrada felicitación, vienen un par de preguntas casi de rigor. ¿Cómo es posible durar tanto tiempo juntos? ¿Cómo se logra? Ese cuestionamiento me ha hecho reflexionar al respecto y entendiendo que cada pareja es distinta, desde mi óptica y experiencia comparto mi opinión con ustedes.

 

Hay que empezar diciendo que, aunque no lo parezca, aún en esta era digital y de satisfacción inmediata, hay muchísimas personas que disfrutan y sostienen largas relaciones de pareja. Son muchos más de lo que algunos se imaginan, basta observar con detalle a nuestro alrededor, en nuestros familiares, amigos, conocidos y compañeros de trabajo para comprobarlo. Lo que pasa es que hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. Hay una tendencia a resaltar lo negativo que engañosamente hace parecer que lo más comentado es la norma. 

 

Segundo, cada persona es un mundo; cada pareja son dos mundos tratando de acoplarse. Lo cual quiere decir que no es una tarea fácil, que no hay una receta única para lograrlo, que mientras usted y su pareja se entiendan y estén felices, lo que opinen los demás es cuando menos irrelevante. 

 

Tercero, no existen personas perfectas por lo que tampoco lo es cualquier entidad que conformen. El solo hecho de la necesidad de firmar un contrato nupcial señalando derechos y obligaciones, contempla posibles disputas donde habrá que recurrir a un árbitro legal para dirimirlas. Hay una tendencia a pintar todo como “blanco o negro”, la verdad es que existen los tonos grises. Todos tenemos días buenos y días malos, épocas de felicidad y de tristeza, pienso que la variedad de situaciones son las que consolidan una relación. De manera tal que las relaciones de larga data duran no porque sean perfectas sino a pesar de sus imperfecciones. 

 

Casarse es una lotería, uno no sabe que premio obtiene hasta que convive a diario con su pareja. Todos los seres humanos tenemos virtudes y defectos, luces y sombras, lo importante es como las administramos y las compensamos ante nuestros seres queridos.

 

Hay cosas básicas que no pueden faltar en una relación de largo plazo. Dando por sentado que fue el amor el inicio de ésta, el respeto quizá es la más importante, ya que este es el principio y final de los sentimientos que se forjan. El respeto como hábito se transforma en cariño, admiración, agradecimiento, empatía, ilusión y finalmente en amor. La falta de respeto genera todo lo contrario: desengaño, decepción, resentimiento, egoísmo y finalmente desamor.

 

También es primordial tener una visión compartida. Si no ves el mundo de la misma forma que tu cónyuge, siempre existirá la tendencia a deslindarse, a diferenciarse. Una relación de pareja debe entenderse como una sociedad de crecimiento continuo, de apoyo mutuo, de compenetración, de sustituir el yo” por el “nosotros” y cuando hay hijos incluso hasta negarse ambos en función de estos.   

 

Es básico entender que el matrimonio no es una competencia entre sus miembros para definir quien está sobre el otro, más bien, es una dinámica de equipo para enfrentar juntos la vida y los retos que esta trae consigo. Es una sociedad de hombro a hombro, donde el egoísmo no tiene cabida.

 

Una relación de largo plazo es sinónimo de perseverancia, resiliencia, superación, empatía, capacidad de aceptar y decirse la verdad de la mejor manera, de amar, perdonar, comprender, saber escuchar, es entender que se trata de un proyecto de vida que se construye día a día, y que cada amanecer es un nuevo comienzo.

 

Finalmente, es requisito indispensable reír juntos, celebrar cada victoria por pequeña que sea, es mucho más que solo cobijarse con el esmalte de una religión, es predicar con el ejemplo, es tener esperanza en un futuro mejor y disfrutar juntos cada día como si fuera el último de nuestras vidas, para que cuando esa fatalidad llegue, no exista arrepentimiento.

sábado, 19 de diciembre de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL MEJOR REGALO DE NAVIDAD: LA ESPERANZA

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

 

Año nuevo, vida nueva. Así reza el dicho. Y esta vez, más que nunca, queremos que este nefasto 2020 que tanto nos hostigó termine cuanto antes. 

Es cierto que nada cambiará como por arte de magia, y que el arrancar una página al calendario no necesariamente nos hará diferente ni revitalizará nuestras penas. Sin embargo, algunos hechos recientes nos permiten soñar con un 2021 diferente. 

 

Ese, sin duda, es el mejor regalo de Navidad que podemos tener. Una dosis de esperanza más que fundamentada y con la que podemos cerrar y soportar con optimismo los últimos días del que para casi todos fue “el peor año de nuestras vidas”.

 

Por un lado, el éxito de las diferentes vacunas contra el Covid-19 (muchas con un porcentaje de efectividad arriba del 90%) es una realidad y en algunos países ya se está administrando. Eso, más allá de los diferentes esquemas de distribución que implementarán las naciones, es el principal motivo para encarar el 2021 con una sonrisa. Probablemente la pandemia tardará bastante en disiparse, pero ya tendremos un método probado para contrarrestarla.  

 

Otra gran noticia llegó desde los Estados Unidos con la elección de Joe Biden como nuevo presidente. Se trata de algo que no solo importa a los ciudadanos estadounidenses y a los migrantes salvadoreños, sino que también impacta directamente al resto del mundo por la influencia que ejerce. La llegada de Biden, de 78 años, a la Casa Blanca representa mucho.  Aparte de ser bastante mayor, lo que da esperanza a los que no hemos aún logrado todos nuestros sueños es ver que aún es posible. El cambio climático será tomado en cuenta por Estados Unidos, que es uno de los países de más relevancia tanto en la producción de este problema así como tratar de revertirlo. 

 

Además de lo que significa Biden y sus ideas, tener como vicepresidenta a Kamala Harris tiene una enorme importancia, ya que resalta el rol de la mujer en la política. Nunca antes una mujer había llegado a ese cargo en toda la historia de Estados Unidos . Esto les da poder a las mujeres, además de empoderar a las diferentes razas que existen no solo en Estados Unidos sino en resto del mundo, ya que Kamala -de madre india tamil y padre jamaicano- personifica como nadie la diversidad racial y cultural. 

 

En definitiva, el desembarco de la dupla Biden-Harris convertirá a Estados Unidos en un país más unido y eso inexorablemente se reflejará, como efecto dominó, en el resto del mundo. El mejor regalo de Navidad es un 2021 lleno de esperanzas, el año en que recuperamos la normalidad y que empezaremos a disfrutar de algunas pequeñas cosas que la pandemia y sus restricciones nos ayudaron a valorar.  

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 5 de diciembre de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: TIENES RECUERDOS VIVIDOS O PADECES AFANTASIA

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


Si una enfermedad afecta entre un 2 y un 5 por ciento de la población mundial, debería encender una luz de alerta. Sin embargo, no ocurre eso con la afantasía, un mal que se caracteriza por no poder crear imágenes en la mente y que es casi desconocida para el gran público.

La poca información y la poca divulgación por parte de la comunidad científica quizás se deba  a que no es una enfermedad que provoca la muerte, pero que sí puede generar trastornos mentales. 

 

Por lo general, nuestros recuerdos vienen acompañados de imágenes que vemos de forma natural al recordar cualquier hecho, cosa o persona. Pero en el caso de las personas que padecen afantasía es imposible. Por este motivo, les cuesta realizar descripciones, ya que estas las deben hacer de memoria y sin la ayuda de la visualización cerebral.

 

"La afantasía desafía algunas de nuestras suposiciones más básicas sobre la mente humana", explica Alexei Dawes, de la Escuela de Psicología de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia. "La mayoría de nosotros asumimos que la imaginación visual es algo que todo el mundo tiene, algo fundamental para la forma en que vemos y nos movemos por el mundo. Pero, ¿qué significa tener una 'mente ciega' para los viajes mentales que hacemos cada día cuando imaginamos, recordamos, sentimos y soñamos?".

 

El mismísimo Dawnes, ansioso por explorar ese universo sin imágenes, condujo un estudio que ha sido publicado recientemente en la revista Scientific Reports y que refleja resultados sorprendentes. Encuestaron a más de 250 personas que sufren esta condición y se concluyó que no solo está asociada con la ausencia de imágenes visuales, sino también con un patrón generalizado de cambios en otros procesos cognitivos importantes. Las personas con afantasía reportaron una reducida habilidad para recordar el pasado, imaginar el futuro, e incluso soñar. 

 

Los participantes del estudio completaron una serie de cuestionarios sobre temas como la fuerza de las imágenes y la memoria. Los resultados se compararon con las respuestas de 400 personas de control independientes. Se pidió a los participantes que recordaran una escena de su vida y que calificaran la vivacidad utilizando una escala de cinco puntos, en la que uno indicaba "Ninguna imagen en absoluto, solo 'sé' que estoy recordando la memoria", y cinco era "Perfectamente claro y tan vívido como la visión normal". 

 

Mientras que las personas con afantasía no habrían podido imaginar una puesta de sol, muchos podrían haber imaginado la sensación de arena entre los dedos de los pies, o el sonido de las gaviotas y las olas chocando.  Sin embargo, el 26 por ciento de los participantes en el estudio afantástico registraron una falta más amplia de imágenes multisensoriales, incluidas las imágenes de sonido, tacto, movimiento, sabor, olor y emoción. 

 

Además, los individuos con afantasía también experimentaron recuerdos menos vívidos de su pasado y reportaron una capacidad significativamente menor para recordar eventos de vidas pasadas en general. Importante: no confundir con el Mal de Alzheimer, donde el enfermo no recuerda. En la afantasía, los recuerdos no tienen el color y la viveza de todos los sentidos.

 

Otra de las razones por las cuales se habla muy poco de esta patología es la falta de información. De hecho, este es uno de los primeros estudios sobre la enfermedad. Es probable que las personas que lo padecen no se den cuenta de ello o no le darán una importancia extrema. A menos que su afantasía sea de las más profundas, ya que hay distintos grados de la misma. En el caso de que el paciente sea consciente del problema, produce una profunda tristeza que puede llegar a la depresión. Si, como mínimo hay un 2% de la población que sufre este mal, quiere decir que al menos hay 150 millones de personas que lo padecen. ¿Y si eres uno de ellos? La respuesta está escondida en tu mente.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

jueves, 26 de noviembre de 2020

Hoy 26 de Noviembre se celebra el Día Nacional de los Salvadoreño en el Exterior

Texto tomado de Wikipedia

Los salvadoreños en los Estados Unidos de América constituyen la mayor comunidad salvadoreña fuera de su país. Sus aportes conocidas como remesas familiares, son una de las principales columnas de la economía salvadoreña.


Aunque no existe un censo, para el año 2010, las estimaciones indican que dos millones y medio de salvadoreños residen fuera de su país, lo que implica que uno de cada cuatro salvadoreños está radicado fuera de las fronteras nacionales. Los cálculos del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, indican, un 94 % de la población salvadoreña en el exterior, reside en los Estados Unidos concentrándose principalmente en los estados de CaliforniaTexasNueva YorkMaryland y el Distrito de Columbia.


Durante las décadas de los años 1970 y 1980, centenares de miles de salvadoreños, abandonaron su país a consecuencia de la guerra civil que vivía El Salvador y de la grave crisis económica provocada por el conflicto bélico. Algunos de los lugares de destino de esta corriente migratoria fueron Estados Unidos, CanadáAustraliaCosta RicaMéxicoPanamáEspañaItalia y Suiza, hasta llegar a formar una numerosa comunidad salvadoreña en el exterior. Este fenómeno social ha impactado la política y la economía de El Salvador y ha tenido gran relevancia en la historia reciente del país centroamericano.

sábado, 21 de noviembre de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL NARCISO EN MI : SELFIES

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos



Un teléfono inteligente. Una locación. Una pose. Un click, una ráfaga de fotos. Un par de filtros, una aprobación, y a las redes…

 

Ese, básicamente, es el proceso completo de una selfie. Una palabra que irrumpió con fuerza en nuestro vocabulario y que grafica la acción de tomarnos un autorretrato.  

 

Casi nadie puede resistirse a la tentación de las selfies. En España se le llama postureo, es una forma de promocionar y reconfirmarnos a nosotros mismos que somos personas atractivas, especiales, que llamamos la atención y que gustamos. Además, gracias a las redes sociales, hay una manera de medir y comparar esa aceptación y es en forma de likes.

 

Una buena cantidad de ellos nos pueden cambiar el humor. Una mala cantidad nos puede sumir en la depresión...

 

Cuando estamos de viaje buscamos la selfie más atrevida, incluso a veces arriesgando la vida, como múltiples casos de personas -278 hasta el año 2018- que han muerto al caerse de acantilados, balcones o ser atropelladas en su afán de la foto perfecta. Todo porque sabemos que una buena foto generará además comentarios como “qué bien”, “qué suerte” o “qué belleza” que nos provocan una sensación agradable. El resto del tiempo podemos ser simples mortales, pero nos hemos anotado un gol.

 

Quizás haya que aclarar que esto no es nuevo, es tan viejo como la naturaleza humana. De hecho, la vanidad es uno de los siete pecados capitales. Sin embargo, gracias a la tecnología ahora es muy fácil lograr que nos mire una cantidad considerablemente más grande que antes.

 

Todo está hecho para que luzcamos mejor. Los nuevos teléfonos, con sus maravillosos lentes y filtros, nos permiten además controlar nuestra imagen mejor que antes y publicamos lo que deseamos, lo que nos agrada y nos hace sentir gloriosos. Las selfies son el complemento perfecto del espejo. 

 

De esa ráfaga de fotos elegimos la mejor, le agregamos filtros y, de ser necesario, le quitamos arrugas o expresiones no deseadas hasta lograr la “perfección”.

 

Esto es el colmo de la vanidad. En artistas o gente de los medios podría justificarse, pero ellos llegan a abusar, creando expectativas falsas y que desmoralizan aún más a los mortales de a pie, quienes también pueden utilizar estos mecanismos para mejorarnos. Son síntomas de superficialidad en la que vivimos. Se valoran las mejoras externas y cada vez nos preocupamos menos de mejorar internamente: en conocimientos, en valores o calidad de seres humanos. Nos hemos vuelto más frívolos.

 

Existe una pieza de humor gráfico -algunas la llaman meme- que retrata a la perfección la compulsión por las selfies. Muestran una foto del astronauta Neil Armstrong y dice “Fue a la Luna y tomó cinco fotos”. Le sigue otra de una jovencita con la leyenda: “Fue al baño y tomó 36 fotos”. Aunque parezca increíble, a esa patología la llaman “selfitis”, aunque la Asociación Americana de Psicología (APA)  no la reconoce como una enfermedad.  

 

Sin embargo, un estudio publicado en la International Journal of Mental Health and Addiction en la que los investigadores Janarthanan Balakrishnan (Escuela de Administración Thiagarajan, India) y Mark Griffiths (Universidad Nottingham Trent) concluyen que “el deseo obsesivo compulsivo de tomarse fotos y publicarlas en las redes sociales es una manera de compensar la falta de autoestima y llenar un vacío en la intimidad”.

 

La obsesión por las selfies y el culto a la imagen nos hace vulnerables, pero también dificulta más las relaciones humanas verdaderas, el ser y aceptarnos tal como somos. Demostrar que si queremos mejorar, debemos esforzarnos desde adentro, con tenacidad y no solamente aparentando muchas veces lo que no somos.

 

Algo importante: queremos vernos bien no solo por autocomplacencia, ya que ésta se queda corta si no la compartimos. ¿De qué sirve tener zapatos bonitos, autos lujos, maquillajes, viajes exóticos si no podemos hacer que se entere el mundo?


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 7 de noviembre de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: DESCUBRE EL EFECTO FOMO Y SI LO PADECES

Si alguna vez sientes que te estás perdiendo algo de lo que el resto disfruta, puede que sea normal. Pero si vives con esa sensación permanente entonces eres una víctima del Síndrome FOMO (Fear of missing out).

Se trata de una necesidad constante de estar conectado y revisando las redes sociales para enterarse de las actividades que hace el resto de nuestro círculo y así no perderse de disfrutar algo. 

De esta práctica, obviamente enfermiza, surge un claro elemento: el miedo a la exclusión. 

Por ejemplo, comprobar que nuestros amigos tienen un plan mejor que el nuestro para el fin de semana provoca una sensación de estar perdiéndonos algo. Surge, inevitablemente, una comparación en la que siempre la vida propia resultará menos interesante que la ajena. Eso genera frustración, ansiedad, stress y tensión.

No se trata de una enfermedad nueva, pero sí hay que reconocer que la tecnología y las redes sociales la han amplificado. En mi forma de ver, tiene que ver con el deseo de participar en todos los eventos sociales y conocer a mucha gente, sobretodo de alto rango social que manifiestan muchas personas. 

Antes, cuando no existían los teléfonos inteligentes, todo era más lejano. Se relacionaba más con indagar todos los eventos sociales existentes -desde bodas a bautizos- y tratar de pertenecer a ellos. Muchas personas leían de cabo a rabo los eventos de la sección sociales de los periódicos y muchas revistas que retrataban la vida de personajes famosos y adinerados.

Hoy la tecnología nos permite conocer todo esto en segundos y tener la sensación de que controlamos más estos mundillos, pero a la vez nos provocan la incertidumbre de perdernos de algo si no estamos en vigilancia plena y continua.

Con personajes, noticias y medios que se multiplican con una asombrosa velocidad, “perderse algo” cada vez es más probable, y por lo tanto más frustrante. 

Este fenómeno lo vemos mayormente entre adolescentes y jóvenes. Es lógico: de alguna manera tienen más tiempo y, a la vez, menos vida propia o grupo familiar al cual sentirse atados y obligados a mantener y atender. 

Alguien puede estar pasándola genial en su casa, ya sea disfrutando de un libro, de una película o una cena exquisita, pero un post en Instagram de alguien cercano -quizás de viaje o en un restaurante- le cambiará por completo el panorama y la angustia y la ansiedad se apoderan de esa persona.  
 
En la medida que seamos más inseguros, será más fácil que tratemos de integrarnos de alguna manera a toda esta actividad y grupos a los cuales quizás ni siquiera pertenecemos, pero el miedo a la exclusión puede ser muy fuerte. 

Según un estudio, 3 de cada 10 personas de entre 13 y 34 años han experimentado esta sensación, y generalmente sucede cuando ven que sus amigos hacen cosas a las que no están invitados.

Gran parte de las causas se deben a la facilidad para presentarnos -y comprar- un mundo más maravilloso y deslumbrante de lo que la realidad suele ser. 

La fantasía de vivir en un universo de emociones fuera de lo común engaña a aquellos que no se dan cuenta que la realidad es bastante más monótona de lo que queremos creer. Y esto conlleva muchas veces al uso de factores externos como alcohol, drogas, juegos de azar, ludopatías, comilonas y todo en exceso.
 
Para contrarrestar este síndrome debería de regularse el uso de la tecnología, con aumento de los acontecimientos de vida del individuo que se ha aislado de su mundo real para vivir de una forma virtual. Eso ocasiona, muchas veces, un olvido total de su propia higiene personal, alimentación y vida escolar, laboral y social. Por eso es necesario acompañarlo, además, de una terapia adecuada.

Por supuesto, también influye el mundo de la publicidad y el marketing, los cuales nos hacen sentir que siempre nos falta algo para ser felices y nos convierte en seres insaciables.  Es la forma de vender, de crear expectativas para que siempre parezcamos incompletos y necesitemos consumir lo que el marketing anuncia. 

En ese sentido, somos carne de cañón para el gasto descontrolado de objetos que rápidamente nos dejarán de satisfacer. Porque así es: pronto crean la necesidad de seguir buscando algo más para ser felices, cuando en realidad muchas veces tenemos todo para serlo. 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
 
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 


sábado, 24 de octubre de 2020

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR. EL CRIMEN VISTO DE REOJO: INCESTO

El incesto es un crimen mucho más común de lo que se cree. Someter a una relación sexual -o incluso el abuso- a personas de nuestro propio círculo familiar se da con una frecuencia alarmante y en todo tipo de estratos sociales. 

En muchas culturas se ha considerado que los parientes, especialmente los hijos, son parte de nuestro patrimonio. Por lo tanto pueden ser “utilizados" como si de una posesión se tratara. Entre las tipologías podemos observar que algunas son de poder, otras de derecho sexual, de posesión, otras de seudo-pareja o incluso de buscar en los niños del núcleo familiar lo que creen que no obtienen de sus parejas.

También es propiciado por vivir en espacios muy pequeños, por el hacinamiento y, sobre todo, por falta de cultura y respeto sobre los seres humanos más desprotegidos. 

En Estados Unidos, cada minuto es violada una mujer, organismos feministas calculan que una de cada cuatro niñas en el rango de 0-12 años ha sido víctima de incesto. En México, 7 de cada 10 agresiones sexuales son cometidas por conocidos, el 35% de ellas por familiares. Cifras que asustan.

El proveedor, que solía ser el hombre, era visto como una especie de Dios, de poderoso e irrefutable al que todo se le permitía. Algo ha empezado a cambiar. Coincide, además, con que las mujeres han entrado a la economía y a empezar a ver por sus derechos que este papel autoritario ha sido cuestionado. En países como China, Japón y Rusia, por citar tres ejemplos, las relaciones incestuosas no están penadas pero el matrimonio civil tiene restricciones.

Hay muchas mujeres que dan mucho valor a una pareja, aunque sean ellas quienes lo mantienen. Existe, incluso, una modalidad de incesto que consiste en ofrecer al patrón de latifundios a nuestras hijas y se justifica que el primero debe ser el padre que la ofrece. 

No es tan sencillo detectar un caso de incesto en la familia. Existen pactos de silencios preservados por los que creen que es un derecho del proveedor hasta los que callan por vergüenza y miedo. Por otro lado, la autoridad no da muchas salidas, ya que en el mejor de los casos aislarán a la víctima del medio, pero solo para caer en las tutelares u hospicios en donde tampoco existen buenas condiciones. 

Todo esto, obviamente tiende a condicionar la armonía familiar. Pero solo a veces. En otros, no influye para nada el hecho, ya que los integrantes echan un velo de oscuridad sobre el asunto y es como si no pasara nada. Es decir, no se habla de él, por lo tanto no existe.

Por eso es más duro para las víctimas. El incesto puede darse entre hermanos, primos o cualquier familiar que aprovecha una situación de indefensión de sus víctimas. A veces, en nombre de la armonía familiar es que se le hace callar a la víctima, que incluso queda con una extraña sensación de culpabilidad. 

Las consecuencias en el abusado son variadas y complejas: mucha tristeza, baja autoestima, culpabilidad, depresión, problemas para dormir y regresiones a etapas más tempranas, como volver a orinarse en la cama o chuparse el dedo. También suelen autolesionarse, llegando incluso a manifestar el deseo de no vivir e intentar quitarse la vida. 

Aún si se tratase de la relación con un padrastro o si la víctima es un hijo adoptivo, si bien no puede describirse como incesto, la situación es igualmente condenable. Puede que no lleven la misma sangre, pero la falta no por eso es menos grave. El círculo familiar, ese núcleo que debería estar protegiéndole, es el caldo de cultivo de las vejaciones. 
 
Hay muchas parejas que prefieren hacerse “los del ojo pacho” para no perder al depredador prefiriéndolos por sobre sus propios hijos. En el país ya se han dado casos de niñas que han sido echadas de su casa por sus madres debido a que el padrastro las ha abusado, e incluso embarazado, aduciendo que han tenido conductas provocadores imposibles de resistir por los depredadores. 

El incesto es un crimen y debe detenerse, aunque para eso se necesite mucho valor. Hay víctimas, hay victimarios, pero también cómplices. 
Acerca de la Dra. Mendoza Burgo 
Consultas on line 
www.dramendozaburgos.com 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España. 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador. 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.  

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad. 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.