domingo, 16 de enero de 2011

Hackers anuncian falsamente renuncia de Canciller de Tunez desde web oficial

Agencias Noticiosas


Foto de archivo del Canciller de Túnez, Kamel Morjane, quien fue víctima de hackers para anunciar falsamente su renuncia desde la web oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país.

Subieron una falsa renuncia a la web del ministro de Relaciones Exteriores de ese país. En el falso comunicado hacían duras críticas a la represión por parte del gobierno.

Renunció el canciller de Túnez. Y lo hizo a través de su página web. la noticia corrió como pólvora hasta que se supo la verdad. Un grupo de hackers atacaron la web del ministro tunecino de Relaciones Exteriores, Kamel Morjane, y simularon su renuncia por medio de un comunicado falso en el que el jefe de la diplomacia criticaba la dura represión del Gobierno de manifestaciones en su contra.

"Abandono el gobierno de Túnez para poder expresar mi tristeza y mi enfado por la brutal reacción a la crisis que ha causado la muerte de muchos jóvenes tunecinos'', dice parte del falso texto que colgaron los hackers en la web del ministro.

Además, incluyeron en el comunicado disculpas a las "familias de los mártires". Según se puede leer en el texto -que aún figura en la Web- Morjane no quería seguir siendo un instrumento de una "represión ciega'".

Aunque es el sitio ofiicial, el ministro no lo utilizaba con frecuencia. De hecho, su publicación anterior había sido del 18 de octubre del 2010, casi tres meses atrás.

El gobierno en Túnez desmintió el contenido del comunicado cuando los periodistas pidieron una confirmación. El texto, redactado hábilmente, incluso está acompañado por fotos del ministro.

La moda de los zapatos entre las celebridades

Tomado de El Clarín



Plataformas de vértigo, tacos aguja de más de quince centímetros y una indisimulable influencia del arte pop en colores y estampados. Nuevos fetiches de las stars de Hollywood, así es la propuesta de esta diseñadora inglesa. Mirá las fotos y rendite a sus pies.

Producto de la perfecta ecuación padre millonario – madre ex modelo (hermosa y brasilera), Charlotte es todo lo contrario. De hecho, su nombre completo es Charlotte Olympia Dellal, apellido que ella esconde. De perfil humilde y sencillo, dedicó su vida a estudiar y perfeccionarse en el diseño de accesorios y calzado y fue ganando su propio espacio a fuerza de trabajo y sacrificio.

Esos raros zapatos nuevos

¿Qué tienen en común los pies de, entre otras, Sarah Jessica Parker, Kim Kardashian, Gwyneth Paltrow, Kate Moss y Keira Knightley? Los zapatos. Sí, los íconos fashionistas del momento la eligen para lucirla en fiestas, avant premiers y alfombras rojas. Su estilo retro glam con indiscutidas influencias pin up años ‘50, las altísimas plataformas externas pegadas de manera artificial y vertiginosos tacos híper finos (y femeninos) son su sello característico. Además de la tela de araña. Porque así como Louboutin llegó al mundo de la moda y se destacó por sus suelas rojas, Charlotte lo hizo con este delicado dibujo de una pequeña “Spider Web”.

Pero hay más. Extravagantes, sus diseños se caracterizan por la inclusión de detalles naive, estampas shocking con rayas, lunares o animal print y, lo más importante, el uso de colores: fucsias, rojos, naranjas, verdes, amarillos y azules conviven con zapatos negros combinados con detalles en dorado o plata. Sus creaciones son una apuesta cercana al arco iris que rara vez propone el clásico negro o blanco puro. ¿El toque chic? El armado artesanal de cada uno de ellos que se hace a mano en Italia.

Elegida también por los modistos más importantes del mundo, su calzado ha recorrido interminables metros en las pasarelas más destacadas acompañando outfits de, por ejemplo, Gianbattista Valli. ¿Querés un par? No es fácil conseguirlos. Los puntos de venta son tan exclusivos como los propios zapatos e incluyen “paraísos” del shopping de vanguardia, como Dover Street Market, Harvey Nichols o Net-a-porter.

¿Una familia muy normal?

Ya lo dijimos. Papá Dellal es un empresario exitoso y multimillonario que se casó con Andrea, una imponente ex modelo brasilera que aún hoy, a los 50 años, es un ícono de belleza.

Llegamos al infaltable personaje de toda familia. En este caso, es Alice Dellal, su hermana, la famosa mediática eventera que siempre es noticia por sus agitadas relaciones con otros jóvenes del jet set europeo (los Casiraghi y los Jagger), su look trash y sus devaneos con las drogas.

En este entorno, la discreta Charlotte optó por el perfil bajo y la sutileza. Estudió diseño de accesorios en Londres, desde 2006 maneja su propia empresa y está forjándose una sólida carrera que día a día la ubica en los primeros puestos del fashion mundial.

Salvadoreño en el exterior es juramentado Director del ISSS

Tomado de Diario El Mundo

El Presidente de la República, Mauricio Funes, juramentó ayer a Leonel Antonio Flores Sosa como nuevo director del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).

El Doctor Leonel Flores es un salvadoreño residente en Washington DC, amigo personal del presidente Mauricio Funes

Se desempeñaba como funcionario de la Embajada salvadoreña en Washington

Redacción de Diario El Mundo

Flores Sosa fue médico en Maryland, Estados Unidos, y tuvo reconocimientos importantes como el Premio Nacional a la Excelencia en el Cuidado de la Salud en Estados Unidos, fue profesor en la Universidad de Maryland y presidente de la Junta Directiva de la Clínica del Pueblo, en Washington DC.

También fue director Ejecutivo Regional de la Asociación Nacional Salvadoreño Americana (SANA) y dirigió distintos proyectos comunitarios a favor de la comunidad salvadoreña que reside en los Estados Unidos.

El nombramiento se realiza exactamente un día después de la renuncia de Óscar Kattán de la dirección del ISSS. Kattán es investigado por la Corte de Cuentas por irregularidades en el manejo de $17 millones, pero dijo que renunciaba porque quería dar el ejemplo al ser el primer funcionario que renunciaría para hacer proselitismo.

Funes también juramentó a la nueva directora del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (Isdemu), Yanira Argueta Martínez, fundadora de la Escuela Mesoamericana Feminista Mar de Cambios.

La Nueva Ruta de la seda Parte 7: Los “shanta-Sini” la nueva clase de empresarios chinos en África

Tomado de RFI


Hombres y mujeres de todas las edades, oriundos de todos los rincones de China, deciden dejarlo todo y aventurarse en la conquista de mercados o sectores económicos africanos.

Por Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araújo

Durante nuestro recorrido por África los hemos visto, como explicamos en el capítulo anterior de reportajes sobre la nueva Ruta de la Seda, en El Cairo, tirando de un carrito cargado con ropa y vendiendo casa por casa sus productos. Son los “shanta-sini”, los chinos bolsa, en árabe.

Se mueven silenciosos, chapurreando apenas unas palabras de árabe, lo suficiente para comerciar. Muchos de ellos provienen de los polos desindustrializados de China, zonas afectadas gravemente por el desempleo, sobre todo en el noreste (las tres provincias fronterizas con Rusia), después de que Pekín decidiera cerrar buena parte de las empresas estatales que operaban con pérdidas.

China tenía que sanear su economía -basada en la ideología y no en la eficiencia- y millones de trabajadores se quedaron sin empleo. Algunos optaron por emigrar y buscar fuera del país oportunidades.

Es loable la capacidad que tienen de adaptación, de obtener una oportunidad de una situación que les es desfavorable. Un ejemplo de ello son las “agencias de exportación de mano de obra” que se han creado a lo largo y ancho del país asiático.

Son una especie de agencias de viajes que se encargan de buscar trabajadores para una empresa que quiere construir una presa o una carretera con mano de obra china en el corazón de África o en un rincón inaccesible de Sri Lanka.

Visitamos algunas en Chongqing, en el interior del país. Allí, se ha creado un nuevo empleo: el cazainmigrantes. Se trata de comerciales, por llamarlos de alguna manera, que cada día recorren los pueblos más pobres de la región en busca de potenciales emigrantes.

Identificado el potencial cliente -casi siempre un desempleado- les proponen un paquete imbatible: visado, permiso de residencia en tal o cual país y un contrato de tres o cuatro años, el tiempo que dure la obra. Todo por unos 3.000 dólares.

Las empresas chinas tienen, por una parte, remesas frescas de mano de obra leal y que conocen los estándares Made in China y, el emigrante, una oportunidad de ahorrar y mejorar su nivel de vida. Es de esta forma subrepticia que China, sin hacer mucho ruido, tiene ya 750.000 chinos a lo largo de África, según algunas estimaciones.

Una cifra que, según nos contaba el experto chino Li Anshan recientemente, podría incluso llegar hasta los “250 millones de personas”. “Es un efecto de la globalización”, justificaba este profesor de la Universidad de Pekín, una de las voces más acreditadas en el tema de China en África.

Un grupo de mujeres del populoso grupo de esforzados y exitosos empresarios chinos radicados en el continente africano conocido ahí como "shanta-sini" que se traduce del árabe como "chino-bolsa".

Para saber más del tema:

A History of Overseas Chinese in Africa (sólo disponible en chino), del profesor Li Anshan.

Un libro algo antiguo (2000) sobre los planes de China en África.

The Encyclopedia of the Chinese Overseas, editado por Lynn Pan. Una retrospectiva histórica excelente para conocer la migración china al extranjero.

Médicos cubanos desertan de la explotación de la dictadura castrista

Tomado de The Wall Street Journal

Médico cubano, Dr. Félix Ramirez, quien desertó en Gambia de la explotación del regimen castrista y se refugió en Estados Unidos.

Más de 37,000 trabajadores de la salud cubanos, entre ellos médicos y enfermeras, son enviados y explotados por el régimen en el extranjero

Se estima que la dictadura recibe 8 Mil millones de dólares anuales por sus servicios

A cambio los médicos enviados reciben salarios menores a 100 dólares mensuales

Por Joel Millman


Félix Ramírez entró en un café Internet de Gambia, buscó en Internet la información de contacto de diplomáticos estadounidenses, y llamó a la embajada de Estados Unidos en Banjúl, la capital del país africano.

Ramírez dijo a la recepcionista que era un turista estadounidense que había perdido el pasaporte, y pidió hablar con la oficina devisas. Mientras esperaba la conexión, practicó el guión que había memorizado: "Soy un doctor cubano que quiere ir a Estados Unidos. ¿Cuándo nos podemos ver?".

El médico cuenta que se le indicó que fuera a un concurrido supermercado de Banjúl y que buscara a una mujer rubia con un vestido verde, una funcionaria del consulado. Luego de dar unas cuantas vueltas, comenzaron a hablar.

Ese furtivo encuentro en septiembre de 2008 dio inicio a una travesía para el cirujano de 37 años que finalizó en mayo de 2009 en Miami, donde se convirtió en un refugiado con estatus legal y posibilidades de obtener la ciudadanía.

Ramírez forma parte de una ola de cubanos que han desertado a EE.UU. desde 2006 bajo un programa poco conocido llamado en inglés Cuban Medical Professional Parole (CMPP), que permite a los galenos y algunos otros trabajadores de salud cubanos que trabajan para su gobierno en el exterior entrar inmediatamente a EE.UU. como refugiados. Datos divulgados a The Wall Street Journal bajo la Ley de Libertad de Información de EE.UU. muestran que, hasta el 16 de diciembre, los consulados de EE.UU. en 65 países han expedido 1.574 visas CMPP.

Cuba ha estado enviando "brigadas" médicas al extranjero desde 1973 para respaldar a regímenes "revolucionarios" en países como Etiopía, Angola y Nicaragua y, quizás más importante, para ganar dinero. El diario oficial del Partido Comunista cubano, Granma, informó en junio que Cuba tenía 37.041 doctores y otros profesionales de la salud en 77 países. Las estimaciones sobre lo que gana Cuba con sus equipos médicos —ingresos que el banco central de Cuba considera "exportaciones de servicios"— difieren ampliamente, llegando hasta los US$8.000 millones anuales. Muchos cubanos se quejan de que las brigadas han socavado la capacidad de Cuba para mantener en el país un alto estándar de calidad médica.

La iniciativa de inmigración a EE.UU. recuerda al tipo de estrategias típicas de la Guerra Fría, al interferir con el programa cubano alentando las deserciones de personal médico estacionado en todo el mundo, un promedio de un profesional al día desde su creación en 2006. Por lo general, Cuba no incluye a los doctores entre los al menos 20.000 cubanos que autoriza a inmigrar a EE.UU. cada año.

Funcionarios del Departamento de Estado afirman que el gobierno estadounidense no pretende usar el CMPP para realizar tareas de espionaje o frustrar misiones médicas. A los doctores cubanos, dijo una portavoz de la institución, "el gobierno cubano les niega a menudo el permiso de salida para venir a EE.UU. cuando califican bajo otros canales legales establecidos". Uno de los objetivos del CMPP es lograr que Cuba modifique estas prácticas. Las relaciones entre Cuba y EE.UU, en contra de las expectativas de algunos, no han mejorado mucho bajo la administración Obama, por lo que parece improbable que Washington cambie su política sobre el CMPP.

El CMPP fue idea del diplomático cubano Emilio González, director de los servicios de inmigración y ciudadanía de EE.UU. de 2005 a 2008. González, ex teniente coronel del Ejército estadounidense, es un ferviente exiliado anticastrista, y ha llegado a calificar la política cubana de enviar doctores y a otros profesionales de la salud al extranjero de "tráfico humano patrocinado por el estado". Los doctores cubanos, afirma, trabajan directamente para las autoridades de salud en otros países y no pueden decidir sobre sus destinos, salarios, horarios o condiciones laborales.

Los propios doctores cubanos tienen otra opinión sobre sus destinos en el extranjero. Sus salarios en Cuba no superan los US$25 al mes. Cuando trabajan en otros países, reciben sus salarios cubanos, más un estipendio de $50 mensuales, ambos pagados a sus dependientes mientras viven fuera de la isla, según doctores cubanos entrevistados para este artículo. Además, ganan salarios en el extranjero de entre US$150 a US$1.000 al mes, dependiendo de la misión, dicen los doctores.

"En Haití nos pagaron US$300 mensuales en gourdes, la divisa local", dice una doctora que regresó a Cuba tras trabajar en el extranjero. "Convertía mi salario, y vivía bien con US$100 al mes". Con sus ahorros, afirma, se compró un televisor y una computadora portátil, artículos que no habría podido conseguir en Cuba.

Ramón González, un refugiado que trabajó en misiones médicas en Ghana y Gambia, afirma que los instintos empresariales de los cubanos ofrecen oportunidades casi ilimitadas de obtener ganancias. "Si va a un mercado de pulgas y compra un traje de baño hecho en EE.UU., cualquier cosa de marca Speedo o Nike, le cuesta 45 centavos de dólar en África", afirma. "Lo puede vender por US$5 en Cuba".

González menciona un negocio incluso más lucrativo: la práctica de medicina privada, incluyendo abortos. El médico afirma que realizar abortos puede ser la gallina de los huevos de oro para los cubanos, especialmente en países de Medio Oriente que pagan los mejores salarios.

"La gran mayoría de los doctores cubanos se pelea para entrar en una misión ya que pueden acumular miles de dólares", dice el doctor Darsi Ferrer Ramírez, director del grupo antigubernamental Centro de Salud y Derechos Humanos Juan Bruno Zayas, en La Habana.

El disidente de 41 años afirma que en el programa abunda la corrupción. "Se sabe que para entrar en los mejores países —estamos hablando de Sudáfrica, Brasil— hay funcionarios que reciben dinero bajo la mesa. Cuesta entre US$500 y US$1.000", afirma.

El programa de inmigración estadounidense ofrece a los doctores cubanos otra razón para trabajar en el extranjero: la posibilidad de asentarse en EE.UU. Los demás cubanos que solicitan asilo deben alcanzar las costas estadounidense antes de hacer la solicitud. Bajo el CMPP, los doctores cubanos pueden hacer el trámite desde las embajadas estadounidenses en cualquier parte del mundo.

De las casi 1.600 deserciones hasta el 16 de diciembre, más de 800 trabajadores del sector de salud han desertado desde Venezuela, y casi 300 de Colombia y Curacao, que no tienen brigadas médicas cubanas pero son de fácil acceso desde Venezuela. Otros 135 procedieron de otros cuatro países: Bolivia, Guatemala, Namibia y Perú. Algunos se han acogido al programa desde sitios remotos como Qatar, Fiji, Yibuti e islas Mauricio.

La odisea de Ramírez comenzó al ser elegido para trabajar durante dos años en Gambia. El médico afirma que su objetivo desde el primer momento era usar el CMPP para desertar. Dice que mantuvo su plan en secreto de sus padres y su esposa, quienes se quedaron en la isla cuando viajó en 2008. Cuando llegó a Banjul como parte de una delegación cubana de 138 personas, tuvo que entregar su pasaporte a personal de seguridad en la embajada cubano.

Cuando decidió desertar y contactó a la funcionaria estadounidense —dice que se llamaba Wendy Kennedy—, Ramírez tuvo que esperar varios meses para saber si le concedían asilo, información que recibió por teléfono en mayo de 2009.

El Departamento de Estado de EE.UU. negó el acceso a Kennedy, pero confirmó algunos detalles de la historia de Ramírez, incluyendo que Kennedy trabajó en Gambia en las fechas en las que solicitó asilo.

Conseguir un visado fue una cosa, pero salir de Gambia fue otra totalmente diferente. Sin pasaporte, la mejor opción para no alertar a los cubanos era ir por tierra a Senegal, país al que llegó gracias a su amistad con un paciente, un rico empresario libanés que le conectó con un contrabandista que aceptó llevarle a la nación vecina por US$500.

Una vez en Senegal, mostró en el aeropuerto internacional los documentos de entrada en EE.UU. que le permitieron tomar un vuelo con destino a España. Al llegar a este país, un diplomático estadounidense le facilitó los trámites para abordar otro avión con destino a EE.UU.

No está claro el efecto que tienen las deserciones como la de Ramírez en el programa de misiones médicas de Cuba. Tan sólo un pequeño porcentaje de doctores cubanos enviados al extranjero ha desertado, lo que hace improbable que las acciones de Washington hayan reducido considerablemente los ingresos recolectados por el régimen castrista.

También es difícil obtener información que muestre exactamente cuánto dinero obtiene Cuba con las brigadas médicas. La isla recibe un pago directo bien del gobierno anfitrión o de un grupo de ayuda internacional. A los doctores cubanos tan sólo se les paga una parte de lo que gana el gobierno cubano.

Julie Feinsilver, experta en diplomacia médica cubana del centro de estudios Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA por sus siglas en inglés) en Washington, caracteriza estos acuerdos de beneficiosos para el gobierno cubano y para los países anfitriones. "¿Cree que es posible contratar doctores por menos de US$1.000 al mes?.

El gobierno cubano gana dinero, si bien bastante menos de lo que otros ganarían por similares servicios".

Meses después, Ramírez y otros cinco cubanos que desertaron con él de Gambia se encontraban en Miami. Cuatro de ellos trabajan como instructores en el Dade Medical Collegue.

Ramírez es ayudante de cirujano en el hospital Baptist Health South Florida en Homestead, Florida.

Los padres y esposa de Ramírez —y un hijo nacido poco después de salir de África y a quien no ha visto nunca— permanecen en Cuba, en Camagüey. Todos ellos tienen derecho a recibir visados de entrada a EE.UU. bajo el CMPP, pero no existe prácticamente ninguna posibilidad de que salgan pronto de la isla. Ramírez dice que su esposa perdió el trabajo en un hospital debido a su deserción.

"Están en la lista negra durante cinco años, como mínimo", afirma Ramírez. "Ahora soy un traidor a la patria".

Información de Compartiendo Mi Opinión:

Al llegar a Estados Unidos aquellos médicos cubanos que pretenden ejercer como tal, deben cumplir con los requisitos de ley para la incorporación de profesionales en el área de salud, la cual consiste en la presentación y aprobación de exámenes de suficiencia profesional, conocidos como “The United State Medical Licensing Examination (USMLE)”, cursos de asimilación y cumplir además con tiempos de práctica supervisada respectivamente.

El requisito anterior es para todo médico graduado en el exterior de Estados Unidos, salvo los graduados en Inglaterra, India y otro reducido número de paises con los que la nación americana tiene vigentes convenios de homologación de títulos profesionales.

Algunas leyes estatales difieren en requisitos a lo establecido por la ley federal, exigiendo mayores requerimientos, pero en ningún caso exime a los aspirantes de cumplir con las leyes en vigencia ni de cumplir los requisitos de incorporación profesional.

Es importante decir que no todos los aspirantes logran aprobar los exámenes, muchos de ellos ni siquiera llegan a presentarlo, quedándose únicamente en el intento.

sábado, 15 de enero de 2011

La cubanización de la medicina en El Salvador

Tomado de La Prensa Gráfica

Por Eduardo Cálix

Título original del artículo: La internacionalización de la medicina


Escribo con el conocimiento de haber vivido en carne propia los cambios de nuestra práctica médica y la diaria lucha de los salvadoreños por aferrarse a una salud cada vez más precaria, a pesar de la “buena voluntad” de aquellos que llevan a cargo la responsabilidad de elaborar las políticas de la salud nacional y por sobre todo los últimos intentos de “internacionalizar” este bienestar.

He mamado desde mi infancia la medicina y viví lo que mi padre siempre nos predicó: “Haz el bien y no mires a quién”, lo vi a él desvelarse, sacrificarse y vivir, en el ámbito del fútbol, las carencias de un sistema que él se preocupaba por mejorar a como diera lugar.

Más reciente viví la experiencia de mi hermano, médico de profesión, que con el deseo de ayudar regresa a nuestro país luego de ocho años de carrera y 10 de especialización y es puesto a prueba durante dos años, debiendo incorporarse con la Universidad de El Salvador y la Junta de Vigilancia de la Profesión Médica, para poder entrar a participar de un sistema orgulloso que lo puso a prueba por largo rato, y que hoy pretende sin ninguna restricción la incorporación de médicos salvadoreños formados en el extranjero, porque entre otras cosas, se afirma que no hay médicos calificados para realizar las labores que se requiere.

Por qué si a mi hermano la Universidad y la J.V.P.M. le exigieron dos años para su legal incorporación, hoy se busca permitir sin ningún otro requisito, la incorporación de estos “médicos” al sistema de manera automática (según me he informado los requisitos no han cambiado), y según se revisa el convenio suscrito recientemente con Cuba, con prerrogativas y ganancias que hoy la mayoría de médicos debidamente reconocidos por la J.V.P.M. no poseen.

Los médicos egresados de la ELAM de Cuba no cumplen con las 224 unidades valorativas que exige la ley; no pueden considerarse como doctores en El Salvador. Sus estudios alcanzan cinco años de preparación, muy lejos de los siete que necesita un aspirante a médico en nuestro país para graduarse, así como los demás requisitos pregrado que debe de cumplir.

Solo esa disparidad en el tiempo de estudios hace que los títulos que presentan no puedan acreditarse como iguales.

No estamos en contra de que los salvadoreños que aspiran regresar a su tierra a poner en práctica lo que han aprendido contribuyan a fortalecer las falencias que hoy por hoy presenta nuestro sistema de salud, pero no a costa de una “incorporación automática” por decreto, o del arrebato de plazas de médicos que se han ganado a pulso su legítima aspiración y derecho a tener una plaza en el sistema de salud pública.

Lo que creemos es que para que puedan incorporarse al regresar a nuestro país deben de seguir lo que las leyes y los reglamentos prescriben para ser considerados como médicos por nuestro sistema, y con ello competir en igualdad de condiciones para ganar un puesto por oposición.

Tampoco se debe menospreciar a los más de 13,000 médicos salvadoreños, la mayoría educados en universidades salvadoreñas y muchos de ellos actualmente desempleados.
Si es lo nuevo la participación de todos en un sistema justo y equitativo, por qué entonces no empezar con aquellos que son la herramienta primaria del mismo: ¡los médicos salvadoreños!

En que se basa la educación exitosa que las madres chinas dan a sus hijos

Tomado de The Wall Street Journal

Amy Chua con sus hijas, Louisa y Sophia, en su casa en Connecticut.

Por Amy Chua

Mucha gente se pregunta cómo los padres chinos crían niños tan estereotípicamente exitosos. Se preguntan qué hacen esos padres para producir tantos genios matemáticos y prodigios musicales, cómo funciona la familia por dentro y si es un modelo imitable. Bueno, yo les puedo responder porque lo hice. Estas son algunas de las cosas que mis hijas, Sophia y Louisa, nunca tuvieron permiso para hacer:

- Ir a dormir a la casa de amigas.

- Quedar con los amigos para jugar.

- Participar en una obra de la escuela.

- Quejarse por no poder participar en la obra de la escuela.

- Mirar televisión y jugar con videojuegos.

- Elegir por sí mismas sus actividades extracurriculares.

- Tener una calificación inferior a excelente.

- No ser las número 1 en todas las asignaturas con la excepción de gimnasia y teatro.

- Tocar un instrumento que no sea piano o violín.

- No tocar el piano y el violín.

Estoy utilizando el término "madre china" con flexibilidad. Conozco algunas madres coreanas, indias, jamaiquinas, irlandesas y ghanesas que también entran en la categoría. A la inversa, conozco a algunas madres de origen chino, casi siempre nacidas en Occidente, que no son "madres chinas". También utilizo el término "padres occidentales" con holgura. Los padres occidentales vienen en todas las variedades.

En cualquier caso, incluso cuando los padres occidentales piensan que están siendo estrictos, normalmente no están ni cerca de ser una "madre china". Por ejemplo, mis amigos occidentales que se consideran severos hacen que sus hijos practiquen sus instrumentos 30 minutos al día. Una hora como mucho. Para una madre china, la primera hora es la parte fácil. Son la segunda y la tercera hora las que se ponen difíciles.

A pesar de nuestra aprensión a los estereotipos culturales, hay muchísimos estudios que evidencian diferencias marcadas y cuantificables entre los chinos y los occidentales a la hora de criar a sus hijos.

En un estudio de 50 madres occidentales estadounidenses y 48 madres chinas inmigrantes, casi 70% de las estadounidenses dijo que "enfatizar el éxito académico no es bueno para los niños" o que "los padres tienen que alimentar la idea de que aprender es divertido". En contraste, aproximadamente 0% de las madres chinas opinaba lo mismo. En cambio, la gran mayoría de las madres chinas respondió que creían que sus hijos podían ser "los mejores" estudiantes, que "los logros académicos reflejan que están siendo buenos padres" y que si los niños no brillaban en la escuela había "un problema" y sus padres "no estaban haciendo su trabajo".

Otros estudios indican que en comparación con los padres occidentales, los chinos dedican aproximadamente 10 veces más tiempo a repasar actividades académicas con sus hijos. En contraste, es más probable que los niños occidentales participen en deportes de equipo.



When it comes to parenting, the Chinese seem to produce children who display academic excellence, musical mastery and professional success - or so the stereotype goes. WSJ's Christina Tsuei speaks to two moms raised by Chinese immigrants who share what it was like growing up and how they hope to raise their children.

Lo que los padres chinos entienden es que nada es divertido hasta que uno logra ser bueno en algo. Para eso, hay que trabajar y por iniciativa propia los niños nunca quieren trabajar, por lo cual es crucial ignorar sus preferencias. Esto frecuentemente requiere entereza por parte de los padres porque el niño se resistirá; las cosas siempre son más difíciles al comienzo, motivo por el que los padres occidentales tienden a darse por vencidos rápidamente. Pero si es aplicada correctamente, la estrategia china produce un círculo virtuoso. La práctica tenaz es fundamental para la excelencia; la repetición está subvalorada en Estados Unidos.

Una vez que un niño comienza a destacarse en algo (ya sea matemáticas, piano o el ballet), recibe elogios, admiración y satisfacción. Esto alimenta su confianza y hace que la actividad que no era tan divertida lo sea.

Una vez cuando era joven, cuando me mostré extremadamente irrespetuosa con mi madre, mi padre enojado me llamó "basura" en nuestro dialecto nativo Hokkien. Me sentí terrible y profundamente avergonzada por lo que había hecho. Pero no dañó mi autoestima ni nada por el estilo. Yo sabía bien el alto concepto que tenía de mí.

Ya de adulta, una vez hice lo mismo con Sophia, llamándola "basura" en inglés cuando fue muy impertinente conmigo. Cuando mencioné durante una cena lo que le había dicho, fui inmediatamente marginada. Una asistente quedó tan afectada que comenzó a llorar y se fue temprano. Susan, la anfitriona, trató de reintegrarme al grupo de las demás invitadas.

El hecho es que los padres chinos pueden hacer cosas que serían inimaginables —incluso legalmente cuestionables— a ojos de los occidentales. Las madres chinas pueden decirles a sus hijas: "Eh, gordita, debes perder un poco de peso". Al contrario, los occidentales tienen que andar con los pies de plomo, hablando en términos de "salud" para que, al final, sus hijos terminen necesitando terapia igualmente por sufrir desórdenes alimenticios y con una autoestima por los suelos.

Tres diferencias

He dedicado mucho tiempo a pensar en cómo pueden salirse con la suya los padres chinos. Pienso que hay tres grandes diferencias entre las mentalidades de los padres chinos y los occidentales.

La primera es que he notado que los occidentales están muy ansiosos por la autoestima de sus hijos. Les preocupa cómo se sienten si fracasan en algo y constantemente intentan reafirmar a los niños sobre lo buenos que son en algo, aunque su desempeño en una prueba o un recital haya sido mediocre. En pocas palabras, a los padres occidentales les preocupa la psiquis de sus hijos. A los chinos, no. Asumen que son fuertes, no frágiles y, como resultado, se comportan de manera muy diferente.

Los padres chinos exigen notas perfectas porque creen que sus hijos pueden sacarlas. Si el niño no las saca, el padre chino asume que es porque el hijo no trabajó lo suficiente. Es por eso que la solución a un desempeño por debajo de la norma sea siempre reprobarlos, castigarlos y avergonzarlos. El padre chino está convencido de que su hijo es lo suficientemente fuerte como para aceptar la vergüenza y mejorar a partir de ella. A su vez, cuando los niños chinos se destacan, los padres se explayan con generosidad en halagos y elogios.

La segunda diferencia es que los padres chinos creen que sus hijos les deben todo. Se asume que los niños chinos deben pasar su vida pagando a sus padres, obedeciéndolos y haciendo que se sientan orgullosos. Por el contrario, no creo que la mayoría de los occidentales tenga la misma opinión respecto a que los niños tienen una deuda permanente con sus padres. Mi marido, Jed, en realidad tiene la opinión contraria. "Los niños no eligen a sus padres", me dijo una vez. "Ni siquiera eligen venir al mundo. Es la responsabilidad de los padres cuidarlos. Los hijos no les deben nada a los padres. Su deber será para con sus propios hijos". A mí, eso me parece un mal negocio para cualquier padre occidental.

La tercera es que los padres chinos creen que saben lo que es mejor para sus hijos y por lo tanto ignoran sus deseos y preferencias. Esa es la razón por la que las hijas chinas no pueden tener novios en la secundaria y por la que los niños chinos no se van de campamento.

Los padres occidentales tratan de respetar la individualidad de sus hijos, alentándolos a seguir sus verdaderas pasiones, respaldando sus opciones, reforzándolos positivamente y proporcionándoles un entorno enriquecedor. Por el contrario, los chinos creen que la mejor forma de proteger a sus hijos es preparándolos para el futuro, haciéndoles ver de lo que son capaces, armándolos con habilidades, disciplina de trabajo y confianza que nadie les podrá arrebatar.

Amy Chua es catedrática de la Facultad de Derecho de Yale y autora de "El mundo en llamas". Este ensayo es un extracto de "Battle Hymn of the Tiger Mother" (algo así como 'El himno de batalla de la madre tigresa') de Amy Chua.