sábado, 29 de octubre de 2011

Inmigrantes documentados o indocumentados, aportan a la economía

Tomado de AOL Latino

Por David Ramirez

Steve Levy, reconocido anti inmigrante que ostenta el cargo de Ejecutivo del Condado de Suffolk se empeña en desconocer el aporte positivo de los inmigrantes

Luis Montes analista de Panamerican Communications en cambio coincidió con el estudio, "Los datos reportados por el Instituto de Política Fiscal ayudan a desmitificar muchas leyendas urbanas inventadas por políticos xenófobos como Steve Levy".

Un reporte del Instituto de Política Fiscal (FPI, por sus siglas en inglés) sobre el impacto de la población inmigrante en Long Island, Nueva York revela que son fundamentales y motor de desarrollo para la economía.

El estatus es lo de menos, el aporte de los inmigrantes a la economía es lo que cuenta, determinó el estudio "Nuevos Americanos en Long Island" presentado por la organización, misma que hace investigaciones no partidistas y tiene respaldo sindical.

Entre las cifras más importantes, destaca que los inmigrantes representan el 16 por ciento de la población y aportan el 17 por ciento con su trabajo al valor neto a la economía de Nassau y Suffolk, en Long Island, condados situados entre los 50 más prósperos de la nación.

Un 50 por ciento de la fuerza laboral inmigrante tienen empleos de cuello blanco, así llamados los trabajos en los sectores de ingeniería, educación y salud y con ingresos que rondan los 80,000 dólares anuales por encima del promedio del ingreso nacional pero que representa una cuarta parte menos de lo que perciben los trabajadores estadounidenses, destaca el estudio.

"El informe incluye los mejores datos que existen sobre los inmigrantes indocumentados en Long Island". Dijo David Kallick, director de la investigación de inmigración del Instituto de Política Fiscal.

"Lo último que queremos hacer es seguir el camino de Arizona y Alabama, donde parece, están empeñados en crear un clima adverso para los inmigrantes y que los está perjudicando económicamente y socialmente", agregó Kallick.

De acuerdo con el estudio, la población inmigrante en Long Island se duplicó en las últimas tres décadas. Uno de cada cinco de sus habitantes es nacido en el extranjero.

La composición de la población inmigrante es muy diversa: Los inmigrantes asiáticos que tienen mayor presencia provienen de la India, Paquistán, China y Corea del Norte; luego están los de Europa del Este e de Italia.

Los salvadoreños representan entre los latinos el grupo de inmigrantes de mayor crecimiento. Entre el 2000 y 2009 registraron un crecimiento del 27 por ciento; ellos fueron favorecidos en parte, por el TPS (Estatus de Protección Temporal) que Estados Unidos otorgó a los ciudadanos de este país centroamericano que emigraron empujados por la guerra civil.

En Long Island, entre los inmigrantes latinos, después de El Salvador hay presencia importante de nacionales de Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Ecuador y Colombia.

El estudio detalla que los inmigrantes hispanos indocumentados, comúnmente llamados jornaleros se inclinan por el sector de la construcción, los trabajos temporales de limpieza, jardinería y otros empleos de servicios de bajos ingresos.

Un segmento de los inmigrantes son propietarios de pequeñas empresas, lo que representa un 22 por ciento de los negocios pequeños de Long Island.

Entre los negocios más comunes propiedad de inmigrantes figuran restaurantes, panaderías, salones de belleza, lavanderías, agencias de viajes y oficinas de transferencia de dinero, desde donde se envían las remesas a sus respectivos países.

El estudio resalta que en Long Island, la mayoría de los inmigrantes vive en casas de su propiedad – el 75 por ciento, en comparación con el 85 por ciento de los nacidos en Estados Unidos. Así mismo, los inmigrantes pagan en promedio, la misma cantidad en impuestos a la propiedad que los estadounidenses.

"Poco se dice de lo bueno que hacemos. Ojalá que este informe ayude a crear conciencia a los políticos para que puedan hacer un mejor trabajo en nuestra comunidad", dijo la hondureña Rosa Ortega, residente de Farmingville.

Arturo Suárez, un activista pro inmigrante de Hempstead dijo "el estudio viene a dar crédito a lo que todos sabemos, los inmigrantes no hacemos otra cosa que trabajar duro".

Suárez se refirió a quienes critican y dicen que los inmigrantes son una carga financiera, "es obvio que aportamos a la economía. Todo se está moviendo con el trabajo de los inmigrantes, quien lo niegue, oculta la realidad", dijo Suárez.

De su parte, Steve Levy, Ejecutivo del Condado de Suffolk, conocido por su radical oposición a la inmigración ilegal, dijo en un comunicado: "Nadie niega que la inmigración legal contribuye a nuestra cultura y nuestra economía, pero parece que los datos que se seleccionaron para el estudio omiten el consumo de los servicios que surgen de la población ilegal".

Levy comentó que el estudio fue realizado por un "grupo de izquierda" que no distingue apropiadamente entre los inmigrantes legales e ilegales.

Luis Montes analista de Panamerican Communications en cambio coincidió con el estudio, "Los datos reportados por el Instituto de Política Fiscal ayudan a desmitificar muchas leyendas urbanas inventadas por políticos xenófobos como Steve Levy".

"A pesar de la contundencia de los resultados del estudio", según Montes, "Levy insiste que la información ha sido manipulada con el fin de hacer quedar bien a la comunidad inmigrante".

El martes 8 de noviembre habrá elecciones en el condado de Suffolk para elegir a un nuevo Ejecutivo del Condado. Hay dos aspirantes, la republicana Angie Carpenter actualmente tesorera del condado y el demócrata Steve Bellone, que ejerce las funciones de Supervisor de la ciudad de Babylon.

Realeza Británica modifica reglas de sucesión al trono

Agencias Noticiosas

Los países de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth) decidieron cambiar las reglas para la sucesiòn de la realeza, y como cambian los tiempos cambian las costumbres.

Con esta modificación, si los duques de Cambridge -William y Catherine- tienen "una hija, esa hija será un día reina", según explicó el primer ministro británico, David Cameron.

Desde Australia, donde se celebra la reunión de los 16 países que tienen a la reina Isabel de Inglaterra como jefa de Estado, Cameron dijo que en el futuro la sucesión estará determinada "por el orden de nacimiento" y precisó que esta decisión "se aplicará a todos los descendientes del príncipe de Gales".

La otra modificación adoptada por los países de la Mancomunidad Británica prevé permitir que los miembros de la familia real inglesa puedan casarse con una persona de una religión diferente a la protestante sin tener que renunciar a la corona.

A lo largo de los años ha habido 11 intentos de modificar las leyes de sucesión, pero ninguno prosperó.

Ahora, explica Kennedy, la aparición en la escena pública de William y Catherine, aceleró los cambios.

El gobierno británico está estudiando qué leyes deberán ser modificadas para adaptarse a la nueva medida. De momento han identificado nueve, alguna de las cuales datan del siglo XVI, aunque la lista podría ampliarse.

El problema es que la prioridad del varón para acceder al trono está basada en cientos de años de normas de derecho común y no en una sola ley.

Pero, ¿qué hubiera sucedido si la igualdad de acceso al trono hubiera existido desde siempre? Probablemente la historia de la monarquía británica hubiera sido muy diferente.

Si la medida se aplicara a la familia real británica actual, la línea de sucesión sufriría bastantes cambios.

Enrique VIII (1491-1547), quien siendo rey estableció la Iglesia de Inglaterra, no hubiera sido rey, sino su hermana Margarita.

Mientras, Carlos I (1600-1649), durante cuyo reinado se desató una sangrienta guerra civil, tampoco hubiera accedido al trono, ya que tenía una hermana mayor, Isabel, conocida como "La reina de invierno", por el corto reinado que tuvo junto a su marido en Bohemia.

Más recientemente, el primer hijo de la reina Victoria (1819-1901) era una niña, la princesa Victoria, que acabó casándose con el emperador alemán Federico III.

Si ella hubiera sido reina, el trono hubiera pasado a su hijo, el emperador Guillermo II.

Con Alemania y Reino Unido con el mismo monarca, quizás la I y II Guerra Mundial no hubieran tenido lugar.

Si la medida se aplicara a la familia real británica actual, la línea de sucesión sufriría bastantes cambios.

El duque de York, actualmente cuarto en la línea de sucesión, pasaría a ser el octavo, por detrás de su hermana mayor Ana, los dos hijos de esta -Peter y Zara Phillips- y la hija mayor del primero, Savannah.

Suecia fue la primera monarquía que estableció la igualdad entre hombres y mujeres en el acceso al trono.

Desde entonces, le han seguido Noruega, Holanda, Bélgica, Dinamarca y Luxemburgo.

Acerca de un Estado Fallido

Tomado de Gurú Político

Indice global de Estados Fallidos 2011

Por Luis Gutierrez Esparza

Twitter: @lgutierreze

El debilitamiento de la democracia puede traducirse en la caída de los niveles de gobernabilidad, situación que, en casos extremos, desemboca en el surgimiento de un Estado fallido. Los estados pueden resultar fallidos por explosión, implosión, erosión o invasión, conforme a sus circunstancias, tiempos y características básicas.

En la edición correspondiente a 2011 del Índice de estados fallidos, que preparan anualmente el Fund for Peace y la revista Foreign Affairs, México aparece en el rango de alarma, número 93 de una lista de 177 que encabezan Somalia, Chad, Sudán, la República Democrática del Congo y Haití.

El método utilizado para el estudio, es el denominado CAST methodology, que consiste en: coleccionar datos relevantes de los conflictos, desarrollar una cronología completa de los eventos y seleccionar datos importantes y tendencias. Luego, se incluyen 12 indicadores económicos, sociales, políticos y militares:

  • Incremento de la presión demográfica;
  • movimientos masivos de refugiados;
  • herencia de venganza;
  • escape masivo, crónico y sostenido de seres humanos;
  • desarrollo económico desigual;
  • declive severo y brusco de la economía;
  • criminalización y deslegitimización del Estado;
  • deterioro progresivo de los servicios públicos;
  • violación generalizada de los derechos humanos;
  • aparato de seguridad con un Estado dentro del Estado;
  • ascenso de una elite excluyente e intolerante;
  • la intervención de otros estados y de factores externos.

Entre los 20 primeros lugares, el factor común es que los gobiernos han perdido el control de su territorio y el monopolio del uso de la fuerza. No se trata sólo de un problema de desarrollo, sino también -y es lo más importante- de un problema de seguridad. Según el Fund for Peace, los países en riesgo de convertirse en estados fallidos, representan una de las principales amenazas que enfrenta Estados Unidos, a diferencia de lo que sucedió en la primera mitad del siglo XX y aun durante la Guerra Fría.

De hecho, la Estrategia de Seguridad Nacional estadunidense, concluyó que ese país, en la actualidad, '”está menos amenazado por estados con ambiciones de conquista, que por estados fracasados”. Sin ir más lejos y a modo de ejemplo, Washington insiste en dar la voz de alerta sobre el riesgo de que el presidente venezolano Hugo Chávez exporte su “fallido modelo” político a otros países; para ello, Washington reitera su apoyo a los presidentes de Perú y Colombia.

Además, varios de los vecinos de Venezuela –Ecuador y Bolivia, entre ellos--, son considerados “estados frágiles” --en el lenguaje habitual de los análisis del Departamento de Estado, este concepto es utilizado para designar los países con riesgo de transformarse en estados fallidos-- que no tienen la riqueza petrolera de Venezuela para enfrentar sus problemas económicos y sociales. El informe advierte asimismo que los países latinoamericanos pueden subir próximamente en el fatal ranking, dada la ola de inestabilidad que afecta a la región.

Se hace necesario, por tanto, definir inequívocamente qué se entiende por Estado fallido o fracasado. Los estados-nación fracasan porque ya no pueden garantizar los bienes políticos a su población --seguridad, educación, salud, oportunidades económicas, un marco legal de orden y un sistema judicial, infraestructura elemental, etc.--; son incapaces de controlar sus fronteras y experimentan un crecimiento constante de la violencia criminal. ¿Suena conocido el perfil? Se parece en buena medida al de México en 2011.

Un Estado-nación también fracasa cuando pierde la legitimidad básica. La anarquía deviene más y más en la norma. La calificación de Estado fallido se refiere, en palabras simples, al fracaso de un país en mantener una sociedad justa y viable, una sociedad donde sus ciudadanos tengan la oportunidad de que sus derechos se respeten, de que estén protegidos. Nuevamente, la descripción se aproxima a la realidad mexicana.

En un Estado fallido, el gobierno no tiene el control físico sobre su territorio y carece del monopolio de la fuerza. Sus instituciones son débiles o inexistentes, el debate democrático está ausente. Y atención: la guerra civil por sí sola no conlleva el fracaso del Estado. ¿Alguien podría negar que esto en buena medida ocurre en México?

Entendido lo anterior, no se pretende realizar aquí un análisis de caso, pero es claro que el único país que puede clasificarse como Estado fallido en América Latina es Haití. La presencia de la Misión Estabilizadora de las Naciones Unidas, MINUSTAH, es un ejemplo de ello.

Lo que no puede obviarse, sin embargo, es la falta de gobernabilidad que caracteriza a muchos países de la región, México incluido, entendida como tal una cualidad propia de cada comunidad política, según la cual sus instituciones de gobierno actúan eficazmente dentro de su espacio, en forma tal que a la ciudadanía le parece legítima; y permite así el libre ejercicio gubernamental mediante la obediencia de los ciudadanos.

La gobernabilidad democrática es la capacidad de un gobierno para controlar el cambio político e institucional dentro de los procesos electorales. Como afirmara José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), “la falta de gobernabilidad en algunos países latinoamericanos amenaza a las democracias de la región”. La clave del problema para entender a América Latina, entonces, está en la gobernabilidad.

Sin embargo, los niveles de gobernabilidad aún no son tan alarmantes como para hablar de Estados fallidos en América Latina, en el sentido de unidades políticas colapsadas, aunque cabe el concepto de los que Peter Waldmann denomina “estados anómicos”; y, más claro en el caso de México, lo que he definido como gobierno fallido.

Según Waldmann, se dice que una situación social es anómica cuando faltan normas o reglas claras, consistentes, sancionadas y aceptadas, hasta cierto punto, por la sociedad para dirigir el comportamiento social y proporcionarle una orientación. La posibilidad de cumplir parcialmente con estas exigencias evidencia que puede haber diferentes grados y niveles de anomia social. Así lo vivimos en México.

Un Estado débil es, a pesar de todo, un Estado. Pero un gobierno fallido, tiende a despeñarse por el precipicio del Estado fallido. En esta dirección han llevado a México los gobiernos de la alternancia, los conductores del panismo empoderado que cumplirá el año próximo el ciclo de su docena trágica.

Periodista y escritor. Licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la Universidad del Valle de Atemajac, en Guadalajara, Jal. Ha sido reportero, jefe de sección, jefe de información, jefe de redacción, subdirector y director de diarios y revistas, así como colaborador y conductor de programas en radio y televisión, guionista, productor y director de videodocumentales. Enviado especial y corresponsal de guerra en más de 30 países. Editorialista de Excélsior. Presidente del Círculo Latinoamericanos de Estudios Internacionales (CLAEI). Más información: http://claei.org.mx

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: PADRE AUSENTE

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Constantemente conocemos noticias de personajes famosos, máximos triunfadores en sus carreras, en sus respectivas áreas, que a nivel privado, a nivel familiar dejan mucho que desear o resultan ser verdaderos fracasados. En los últimos días he leído noticias sobre dos de ellos. Uno es Steve Jobs, quien tuvo una hija de la cual se desentendió, como su propio padre biológico había hecho con él. El otro es John Lennon. Su hijo ha declarado “Mi padre le cantaba al amor, pero nunca me lo dio a mi”.

¿Existe acaso una relación inversa entre el éxito profesional y social de las personas, y su éxito personal y familiar? Es discutible. Tantos ejemplos como los expuestos anteriormente parecen indicar que existe cierta incompatibilidad, aunque por otro lado pueden encontrarse también ejemplos (menos de los que sería deseable) de lo contrario. Éxito profesional y social habitualmente van de la mano, especialmente en carreras expuestas a la opinión pública y medios de comunicación, y hay quienes una vez que lo han alcanzado renuncian total o parcialmente a él para dedicarse a su familia. Hay otros que en un determinado momento reconocen llegar a una disyuntiva en la que se ven obligados a elegir, sabiendo que elegir lo uno significa renunciar de algún modo a lo otro.

Todo ello tiende a confirmar que aunque teóricamente no puede reconocerse dicha incompatibilidad, en la práctica sí parece existir en mayor o menor medida, en función de las exigencias de la carrera profesional. Y tiene bastante lógica; el éxito social y profesional requiere, normalmente, de mucha dedicación y atención a infinidad de compromisos, que tienden a restar tiempo y energía para dedicar a la familia. Y ello es mucho más acusado en hombres que en mujeres, debido al instinto maternal, que supone un inevitable vínculo difícil de olvidar. Quizás porque no se reconoce un “instinto paternal” es que es más fácil para los hombres olvidarse del compromiso familiar.

Pero es más que eso. En muchos casos los compromisos sociales y profesionales son intensos pero ocasionales, y fuera de ello, puede elegirse dedicar tiempo a la privacidad y a la familia. En otros muchos casos puede dosificarse el nivel de dedicación al éxito profesional y social en función del compromiso que se siente con la familia. Y sin embargo no se hace. ¿Por qué? Porque la mayor dedicación a la carrera o a la exposición pública proporciona más reconocimiento social y más dinero, y ambos son como una droga que embriaga y alimenta la vanidad de la que parece haber tanta gente necesitada. Obviamente no parecen encontrar en la dedicación a la familia la misma recompensa.

Mencionaba antes que esto es más común en el hombre por no reconocerse un “instinto paternal”. Sin embargo, sí existe dicho instinto paternal, y bastantes hombres lo saben. Solo que, lógicamente, no tiene un carácter tan biológico como el maternal. Pero basta que un padre limpie a su bebé, lo bañe, o le dé pacha, o lo cargue en brazos, o lo bese, o simplemente deje que le agarre un dedo, para que empiece a surgir ese instinto paternal y a embriagarse con él. Lamentablemente, muchos “padres” no han tenido esa experiencia, ni sus hijos la experiencia de tener un padre presente. Mi reconocimiento a todos aquellos, especialmente hombres, que renuncian lo suficiente al éxito social o profesional por anteponer la dedicación a sus hijos. Pero el mayor reconocimiento lo tendrán de sus propios hijos.

Acerca de la Doctora Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamin Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

viernes, 28 de octubre de 2011

TPS una oportunidad que deja el desastre

Por Luis Montes Brito

Para Diario El Mundo, El Salvador

Revista Digital Gurú Político, México




El beneficio migratorio solicitado al Gobierno estadounidense por su par de El Salvador aliviaría la difícil situación por la que atraviesan miles de salvadoreños.

Las condiciones están dadas para que el Gobierno salvadoreño gestione ante su par estadounidense un nuevo Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en Inglés) que beneficie a miles de compatriotas que residen de manera indocumentada en la nación del norte.

La petición del beneficio migratorio es justificada; además, existen antecedentes de otros países centroamericanos que han sido favorecidos con dicha medida por desastres naturales similares.

El TPS es un beneficio migratorio temporal que otorga el órgano ejecutivo de Estados Unidos a los nacionales de aquellos países que han sido afectados por desastres naturales o guerras civiles.

La condición en la que viven dentro del territorio estadounidense los indocumentados actualmente se caracteriza por una persecución sin precedentes en su contra, el beneficio migratorio solicitado aliviaría la difícil situación por la que atraviesan miles de salvadoreños que son parte de los 11 millones de indocumentados que según cálculos de expertos residen en la unión americana. La medida disminuiría automáticamente el número de deportaciones, reservándose éstas únicamente para aquellos que tengan algún récord delictivo.

Aproximadamente unos 218,000 salvadoreños gozan actualmente del TPS, sumados a 66,000 hondureños y 3,500 nicaragüenses. Los salvadoreños recibieron el beneficio en marzo de 2001 debido a los terremotos suscitados en el país en enero y febrero de ese mismo año, mientras que los otros centroamericanos en noviembre de 1998 debido a los daños causados por el huracán Mitch.

La renovación del TPS para salvadoreños vence en marzo de 2012, mientras que para los nicaragüenses y hondureños el próximo mes de enero.

De lograrse el beneficio migratorio evidenciaría en la práctica la continuación del excelente clima del que gozarían las relaciones entre el gobierno estadounidense y el salvadoreño, ya que en las últimas décadas El Salvador ha disfrutado de un trato preferencial en esta materia, lo cual se refleja en el número de beneficios migratorios del que gozan los nacionales de El Salvador, comparado con el de otras comunidades latinoamericanas residiendo en territorio estadounidense.

Las condiciones están dadas y la justificación existe. Adicionalmente el momento político es propicio para que la administración Obama subsane su credibilidad y su simpatía ante los votantes hispanos de cara a la búsqueda de la reelección presidencial a llevarse a cabo en noviembre de 2012.

Obama está en deuda con los hispanos, grupo que votó masivamente a su favor, ya que no le ha cumplido la promesa del Dream Act, dirigido a aquellos estudiantes indocumentados, ni mucho menos una reforma migratoria integral, cuyas posibilidades de lograrse son casi nulas, debido a que tiene que superar el casi imposible filtro del congreso.

La ventaja del TPS es que consiste en una medida tomada por el ejecutivo, a través de la Secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, con lo que la administración Obama mostraría un gesto de buena voluntad hacia los hispanos, mismo que haría contrapeso al récord de su gobierno que se ha convertido en el mayor deportador de la historia.

Para el gobierno salvadoreño el logro del TPS sería un éxito cuyos réditos políticos capitalizaría en las elecciones del próximo marzo, ya que echaría por tierra cualquier duda que existiese sobre una incompatibilidad entre un gobierno efemelenista con el de Estados Unidos.

Más importante aún, es el inmediato beneficio social y económico que significaría el alivio migratorio para miles de salvadoreños residentes en Estados Unidos, ya que éstos además de mejorar su calidad de vida, evitarían la persecución a la que son sometidos actualmente.

La amenaza de deportación que pende sobre los indocumentados se traduce en un aumento de la presión social existente en nuestro país. Al obtener el TPS, el beneficio se ampliaría a los familiares de los favorecidos que residen en El Salvador, ya que la ayuda que envían en carácter de remesas familiares tendría una mayor certidumbre.