Por Dra. Margarita Mendoza Burgos
No tienen una base sólida y suelen ser más del tipo sexual, en donde lo pasional es la tónica. No en vano redes sociales como Tinder, donde uno busca compañero para el acto sexual, tienen tanto éxito: son dos desconocidos o más que entran en comunicación a través de una app sobre todo para pasar un buen momento juntos, y digo dos o más porque actualmente están muy de moda los tríos.
En lugar de seguir un camino lineal hacia la exclusividad y el compromiso, las personas en una situationship pueden encontrarse en un estado constante de incertidumbre, sin saber si están avanzando hacia una relación más seria o simplemente disfrutando del momento presente.
La falta de etiquetas claras en una situationship puede llevar a una serie de desafíos emocionales y psicológicos para las personas involucradas. La ambigüedad puede generar ansiedad, confusión y dudas sobre el estado de la relación.
Al vivir cada vez más desconectados de la sociedad y en un mundo más digital, se propicia un ambiente más relajado, ya que el grado de intimidad es más carnal que otra cosa. Esto puede traer consecuencias peligrosas a la integridad física. Recordemos el caso de un joven español que asesinó a su pareja sentimental en una isla donde pensaban vivir idílicos momentos. Para las mujeres, que asociamos más lo físico a lo emocional, siempre existe riesgo de sentir sentimientos que no sean compartidos.
Sin embargo, las situationships también tienen sus ventajas y atractivos. Para muchas personas, ofrecen la libertad de explorar conexiones emocionales y físicas sin sentirse limitadas por las expectativas convencionales de una relación.
En definitiva, son un reflejo de la naturaleza cambiante de las relaciones en la sociedad moderna. Cada vez más nos alejamos de los compromisos, pues ya agobia bastante el día a día donde incluso los trabajos ya no son seguros: se utilizan nuestros recursos en forma de free lance o con contratos temporales, que pueden ser renovables o no.
Además, las situationships pueden ser una forma de experimentar diferentes tipos de relaciones y descubrir qué es lo que realmente buscan en una pareja a largo plazo. Y aunque no suele ser la norma, puede darse que una situationship derive en una relación formal.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infanto-juvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.