Tomado de The Wall Street Journal
Las escuelas de negocios compiten por ser
las mejores incubadoras
Por
Melissa Korn
Si quiere crear una empresa, ¿cuál es escuela de negocios a la que
más le conviene asistir?
Steve Kaplan, un profesor de emprendimiento y finanzas de la
Escuela de Negocios Booth, de la Universidad de Chicago, afirma que ese es el
lugar indicado. Como muestra, menciona el éxito de dos empresas lanzadas por
estudiantes, como el servicio de entrega de comida GrubHub, que se fusionó con
Seamless este año, y Braintree Payment Solutions LLC, comprada en septiembre
por eBay Inc. por US$800 millones.
Pero los profesores de la Escuela de Negocios de la Universidad de
Stanford afirman que su institución es la más destacada para emprendedores y
apuntan al caso de empresas como Palo Alto Delivery Inc. (que opera bajo el
nombre de DoorDash), un servicio de entrega de comida cofundado por egresados
del MBA de la universidad en 2013 y que acaba de conseguir US$2,4 millones en
financiación. La escuela aclara que 18% de los graduados del último año
lanzaron sus propias compañías.
La Escuela de Negocios Wharton, de la Universidad de Pensilvania,
no se queda atrás y promociona su propia incubadora y a empresas como Warby
Parker, el fabricante de lentes fundado por cuatro graduados de 2010.
Hoy en día, las escuelas de negocios quieren ser conocidas como el
mejor lugar para incubar una empresa nueva. En momentos en que los baluartes
tradicionales de los programa de MBA, como las finanzas, pierden fuerza en
Estados Unidos, las escuelas de negocios buscan atraer a candidatos con
ambición emprendedora a través de la oferta de aceleradoras, incubadoras,
clases y centros de investigación dedicados al emprendimiento. Pero, ¿cómo
pueden saber los estudiantes cuál es realmente mejor?
Las clasificaciones abundan. El ránking más reciente de programas
de MBA para el emprendimiento de la revista Bloomberg Businessweek ubicó a
Stanford en el primer lugar, mientras la revista Entrepreneur le da el premio
máximo a la Escuela de Negocios Ross, de la Universidad de Michigan. Poets
& Quants, un sitio web dedicado a las escuelas de negocios, hizo una lista
con las escuelas de negocios de donde surgieron empresas nuevas que captaron al
menos US$1,6 millones en financiación durante los últimos cinco años y le
otorgó los laureles a la Universidad de Harvard, pero esa medida no tiene en
cuenta el tamaño de las clases; de lo contrario, Stanford tendría más startups
per cápita.
Las escuelas de negocios, a su vez, promocionan los éxitos de sus
incubadoras. Booth registra al menos ocho emprendimientos de estudiantes
comprados o fusionados en los últimos 12 meses; Kaplan afirma que gran parte
del logro se debe al rigor de los cursos, la competencia amistosa y el
asesoramiento intensivo que provee el programa New Venture Challenge de la
escuela.
La iniciativa consiste en que emprendedores e inversionistas
eligen los 30 planes de negocios más prometedores entre un grupo de casi un
centenar. Los que son seleccionados ingresan en un curso que otorga créditos
académicos para perfeccionar sus planes, practicar la exposición de propuestas
ante inversionistas, conocidos como pitches, y hacer contactos. Los mejores
planes se reparten más de US$200.000 en dinero y servicios. El año pasado, un
puñado de propuestas tenía similitudes con GrubHub, el ganador de 2006, por lo
que Kaplan reunió a esos equipos con los líderes de dicha compañía.
"Aunque no se cree una empresa, es una gran experiencia de
aprendizaje", dice Kaplan. "Nos
dedicamos a enseñar".
Las mejores ideas a menudo se generan en la intersección de dos
disciplinas, así que los aspirantes a emprendedores podrían considerar escuelas
de negocios que comparten instalaciones con los mejores programas médicos o de
ingeniería. El Centro de Innovación y Emprendimiento de la Universidad Carnegie
Mellon es codirigido por profesores de informática y negocios.
Sin embargo la verdadera señal del éxito podría no ser el éxito:
las escuelas de negocios quizás dan su mejor lección cuando brindan a los
estudiantes un espacio seguro para fracasar, opina Stefanos Zenios, profesor de
Stanford. "Si podemos enseñarles a usar el capital que recaudan de forma
muy eficiente, descubrir (...) si una idea es viable y desistir sin
desperdiciar recursos, eso es un éxito", asegura.
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