Tomado de BBC Mundo
Rousseff vs. Neves: ¿qué
efectos tendrá la elección de Brasil para A. Latina?
Brasil decide este domingo en las urnas si su gobierno
sigue en manos de la presidenta Dilma Rousseff o pasa al opositor Aécio Neves,
una encrucijada que determinará cómo este país gigante se relaciona con sus
vecinos en los próximos cuatro años.
Por
Gerardo Lissardy
Casi 143 millones de brasileños
están llamados a votar en este balotaje presidencial, considerado uno de los
más parejos y ásperos desde el fin del régimen militar en 1985.
Las principales encuestas antes
del inicio de la votación sugieren que Rousseff, de 66 años, puede llegar con
una ventaja de pocos puntos para darle un nuevo triunfo al izquierdista Partido
de los Trabajadores (PT), en el gobierno desde 2003.
Pero el sondeo de Datafolha
divulgado el sábado marcó un empate técnico ya que la diferencia de cuatro
puntos está en el límite de su margen de error. Esto deja abierta la
posibilidad de un triunfo de Neves, de 54 años y líder del centrista Partido de
la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Si bien ambos exponen planteos
similares en temas como los programas de ayuda social, en la campaña tuvieron
fuertes choques por denuncias de corrupción y el manejo de la economía.
La política exterior es uno de los
puntos donde los candidatos más difieren, sobre cómo Brasil se coloca en el
mundo y en especial con los vecinos sudamericanos
Paulo Velasco, profesor de
relaciones internacionales en la Universidad Candido Mendes
Un área con discrepancias
profundas es la relación política y comercial de Brasil con otros países: Neves
plantea cambiar la prioridad estratégica que Rousseff y su antecesor Luiz
Inácio Lula da Silva le dieron a la región, y explorar acuerdos en otras zonas.
"La política exterior es uno
de los puntos donde los candidatos más difieren, sobre cómo Brasil se coloca en
el mundo y en especial con los vecinos sudamericanos", dijo a BBC Mundo
Paulo Velasco, experto en relaciones internacionales de la Universidad Candido
Mendes, con sede en Río de Janeiro.
"Potencia"
Para un país como Brasil, que se
ve a sí mismo como un líder regional y una potencia global emergente, la
cuestión de la política externa tuvo llamativamente escasa importancia en la
campaña.
Las principales polémicas se
centraron en asuntos domésticos como las denuncias de sobornos en la petrolera
estatal Petrobras y otros escándalos que salpican a ambos partidos, o la
gestión de Neves gobernando Minas Gerais entre 2003 y 2010.
Sin embargo, las diferencias
respecto a cómo moverse en el mundo quedaron claras en sus propuestas sobre
temas que van desde Argentina hasta Cuba.
La presidenta ha defendido la
política de relaciones "sur-sur" de su gobierno y la estrategia de
promover negocios para las empresas brasileñas en América Latina y África.
En uno de los debates antes de la
primera vuelta electoral del domingo 5, Rousseff sostuvo que Brasil "asume
la responsabilidad de ser la mayor potencia regional" latinoamericana.
"Brasil antes miraba a los
países desarrollados y ahora mira a América Latina, África y tiene relación con
los BRICS", dijo en referencia al grupo de potencias emergentes que incluye
a China, Rusia, India y Sudáfrica.
Su programa de gobierno plantea
fortalecer organizaciones que Brasil construyó en los últimos tiempos de
espaldas a Washington, como la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la
Comunidad de los Países de América Latina y el Caribe (Celac).
"Hoy Brasil se coloca en el
mundo a partir de Sudamérica, con relaciones muy estrechas con todos los
vecinos", dijo Velasco.
"Eso seguramente cambiaría
(en un gobierno de Neves), especialmente con los países que están más a la izquierda
del espectro político. Entonces el cambio no sólo sería económico",
agregó.
Las boletas electorales están listas
Argentina y
Venezuela
Neves sostiene que la política
exterior del gobierno de Rousseff ha dado prioridad a la "ideología"
al tratar con gobiernos de la región como Venezuela o Argentina.
Su propuesta es cambiar eso y
salir a buscar con mayor determinación acuerdos con Estados Unidos, Europa y
Asia, como lo hicieron Chile, Perú, Colombia y México en la Alianza del
Pacífico.
"Debemos mantener las buenas
relaciones con nuestros vecinos, pero no podemos permitir, como ocurrió en
estos últimos dos años, por ejemplo, que la posición de Venezuela y Argentina le
impida a Brasil avanzar en acuerdos con otras regiones", dijo Neves esta
semana.
Su propuesta es
"flexibilizar" las reglas del Mercosur, el bloque comercial que
Brasil integra con Argentina, Venezuela, Uruguay y Paraguay, que exigen que
cualquier negociación con terceros países debe ser aceptada por el resto de los
socios.
Según analistas, esto supondría
renunciar a la idea del Mercosur como una unión aduanera y dejarlo apenas como
una zona de libre comercio, con menos compromisos comunes.
Rousseff afirmó que tal
estrategia amenaza la integración regional. "Si miras la política externa
propuesta (por Neves), el Mercosur no es más importante, volvemos las espaldas
para América Latina entera", sostuvo hace unos días.
Thiago de Aragão, principal
analista para la región de Arko Advice, una consultora basada en Brasilia,
descartó que Neves sea contrario al Mercosur, pero dijo que sí tendría
"menos paciencia" con Argentina ante el incumplimiento de compromisos
del bloque.
"Sería más pragmático en
política externa y ese pragmatismo podría traer algunas rupturas", indicó
Aragão a BBC Mundo.
Créditos
regionales
Neves también reclama más
exigencias a países vecinos productores de drogas, lo que muchos aquí
interpretan como una alusión a Bolivia, donde se genera buena parte de la
cocaína que llega a Brasil.
Por otro lado, el candidato
opositor ha puesto la mira en acuerdos recientes con Cuba, reclamando mejores
salarios para miles de médicos de la isla que llegan a Brasil o cuestionando el
papel brasileño en la remodelación de un puerto al oeste de La Habana.
En el último debate con Rousseff
el viernes, Neves calificó de "secreto" el acuerdo para financiar con
unos US$800 millones la obras del puerto Mariel y preguntó por qué se hacían
favores a un país "que no respeta siquiera la democracia".
Rousseff respondió que el
financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), una
institución estatal brasileña, no fue a Cuba sino a una empresa constructora de
Brasil para generar miles de empleos.
El BNDES se volvió en los últimos
años una gran fuente de créditos para obras de infraestructura de las
principales constructoras brasileñas a lo largo y ancho de la región.
Esos préstamos crecieron más de
1.000% entre 2001 y 2010, algo que algunos atribuyen a una estrategia de
Brasilia para ganar poder e influencia.
Sin embargo, Aragão anticipó que
esto sí cambiaría durante un nuevo mandato de Rousseff.
"Hoy la prensa, la sociedad
y la oposición están mirando con mucho más detalle las operaciones del BNDES
con algunos países, principalmente por cuenta del puerto Mariel", dijo.
"El BNDES tendría que actuar
de una forma mucho más discreta, precisa y pragmática en un gobierno de
Dilma", concluyó.
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