
En
el caso al que me refiero, después de unos días de investigaciones, salen a la
luz detalles con los que empezar a construir una explicación. En principio, el
señor había ya cumplido pena de cárcel años atrás por matar a un hijo propio en
un hecho bastante confuso, y tenía otros numerosos antecedentes de violencia.
Parecía ser un señor irritable, violento, y capaz de cualquier cosa en un
arrebato de locura. Más detalles revelan que su hija, de veintiocho años, junto
con los seis hijos de ésta, de entre diez años y pocos meses de edad, vivían
todos en la casa del señor, que la hija no tenía ingreso estable ni ocupación
definida, a parte de quedar embarazada de diferentes hombres casi año tras año,
y que, después de seis alumbramientos, seguía en una vida de irresponsabilidad,
alcohol y drogas, de la que sus hijos eran testigos permanentemente. Debido a
todo ello, la fiscalía estaba investigando la situación y a punto de retirar la
custodia de los pequeños para ser entregados a foster homes.
La
irritabilidad y tendencia violenta del señor probablemente tendría orígenes
bastante remotos, pero no me cabe duda de que la situación familiar de su hija
y sus nietos la exacerbó sensiblemente. No me cabe duda de que hubo bastante
violencia en ese hogar desde mucho tiempo atrás. Y no me cabe duda de que la
insistente vida irresponsable de la mujer era una forma de escapar a la dura
realidad de su situación familiar y de la violencia con que se manejaba, aun
cuando las consecuencias de todo ello contribuyeran a hacer aún más dura la
situación. Era, en definitiva, circulo vicioso, un cóctel explosivo que se
retroalimentaba, y que en algún momento podía estallar, y la chispa que lo hizo
estallar fue la inminente pérdida de la custodia de los seis pequeños.
Me
llama la atención que la fiscalía, aun cuando actuara adecuadamente al querer
retirar la custodia de los niños, no maneje las situaciones de una forma más
integral, porque conociendo todos los antecedentes mencionados, y probablemente
más que no han salido a la luz, no era tan difícil sospechar en la posibilidad
de que la situación terminara de esta manera, más cuando este tipo de tragedias
no son tan fuera de lo común en Estados Unidos. Probablemente el señor sopesó
los escenarios posibles para sus nietos: La situación actual era ya
insoportable; los foster homes, salvo excepciones, tampoco suponen nada
positiva para los niños; a veces al contrario, termina siendo peor el remedio
que la enfermedad. La decisión que tomó debió ser la que él consideró como mejor
opción para terminar la triste historia. Este tipo de tragedias deben servir
para algo más que para llevarnos las manos a la cabeza y luego olvidarnos hasta
que llega la siguiente. En nuestras sociedades, este tipo de situaciones son
demasiado comunes, y personas involucradas capaces de darles solución “de
cualquier tipo”, tampoco faltan.
Acerca de la Dra. Mendoza
Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y
Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas
en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993,
en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el
ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la
colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones
también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad
de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra
infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas
especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también
con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir,
Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador.
He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la
atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de
reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El
Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido
en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con
otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido
establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a
distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo
cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque
esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en
ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos.
Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la
prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y
dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de
experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el
desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy
fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió
en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se
independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental
que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.
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