Hace unos años leí una noticia titulada:
“Condones XS para niños de 12 años en Suiza”. La razón de tal iniciativa era
que una investigación había detectado que los “jóvenes” de esas edades no están
bien protegidos con los preservativos de adultos. O sea, una cuestión de talla.
Obviamente no podía ocultar mi perplejidad. Siempre he tenido una mentalidad
franca y relativamente abierta en temas de sexualidad, a parte de que también
en mi trayectoria profesional he conocido y tenido que manejar situaciones
realmente complicadas, que han abierto aún más mi mentalidad, pero siempre se
han tratado de situaciones puntuales. Sin embargo, generalizar como normales
las relaciones sexuales a esa edad me empieza a asustar bastante.
Siempre existe una brecha entre la
madurez sexual desde el punto de vista biológico y la madurez sexual desde el
punto de vista psicológico, de modo que cuando llega la biológica, normalmente
el ser humano aún no está preparado para manejarla psicológicamente; incluso
muchas personas no son capaces de manejarla aún en edad adulta. Pero cuando
tienen que inventar preservativos con talla de niño, significa que ni siquiera
existe esa madurez biológica; mucho menos aún la psicológica.
Supongo que los fabricantes dirán que no
es su problema si las relaciones sexuales a esa edad son aceptables o no;
simplemente suceden, y por tanto, hay que proporcionar protección. Quizá no
entienden que están transmitiendo la idea de que el sexo es un juego, y que los
niños pueden jugar. En los varones, esa edad ni siquiera es de la adolescencia,
sino de la pubertad o prepubertad. A esas edades empieza a despertarse el interés
por el sexo opuesto, pero conocerlo en la intimidad al mismo tiempo es como ver
el final de la película a la vez que empieza; ¿Qué gracia tiene?. Se supone que
hay un cierto camino que recorrer, toda una película que ver y disfrutar.
La precocidad en la relación sexual
normalmente ha estado asociada a los bajos niveles educativos, asociados a su
vez a la pobreza, fundamentalmente en países subdesarrollados y emergentes.
Pero en este caso estamos hablando de una “precocidad precoz” (valga la redundancia)
y de un país modelo de desarrollo, en los que antes podían encontrarse estas
situaciones solo en casos muy puntuales. El hecho de que se empiece a
generalizar es un claro indicio de que actualmente los medios de comunicación,
tan accesibles para todos, “educan” más que los padres. ¿Culpa de los medios, o
culpa de los padres?. En gran medida, de los medios porque usan su enorme poder
de una forma poco responsable. Pero sobre todo de los padres, que se
despreocupan de la incidencia que el entorno tiene sobre sus hijos y no ofrecen
una respuesta educativa adecuada.
Acerca
de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica,
Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad
Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador,
se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la
profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los
diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también
internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud
mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta
familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras
instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de
Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido
también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a
su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de
reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El
Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008
resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional
con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos
como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes
en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para
mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite
a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son
demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta
privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la
prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y
dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de
experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el
desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy
fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió
en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se
independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que
juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.