sábado, 11 de enero de 2014

En Francia también lo hacen...hoy se preguntan: Es normal que un presidente tenga una amante?

Tomado de ABC

Introducción por Compartiendo mi opinión:


 Nuevo affaire de Hollande provoca varios cuestionamientos entre los franceses:

Hasta dónde llega la vida privada de un mandatario?

Es totalmente normal que un presidente tenga una amante?

Hollande lucha contra imagen de p…floja” . ¿Cómo afecta esta ambigüedad” política su gestión de gobierno?

Deberían los mandatarios dar mejor ejemplo de control sobre sus bajos instintos?

 

A partir de acá inicia de artículo tomado de ABC

 

 
El amor secreto de Hollande complica su estrategia política


Con el paro y la crisis causando estragos, la aventura del presidente es percibida como una ligereza muy dañina para su credibilidad



Por J. P. QUIÑONERO / PARÍS

La aparente relación íntima entre François Hollande y Julie Gayet, revelada por el semanario sensacionalista Closer, se ha transformado en una bomba de relojería política instalada en el lecho conyugal del presidente y Valérie Trierweiler, su compañera sentimental, primera dama de Francia. El presidente de la República ha lamentado, «a título privado», la violación de su derecho al respeto de su vida íntima, sin desmentir la portada de Closer, que ha presentado su historia con este titular: «El amor secreto de Hollande».

Los abogados de Hollande estudian ahora la posible interposición de una querella contra el semanario. El artículo 9 del Código civil francés protege muy celosamente la vida sentimental de las personalidades públicas.
Hollande, Trierweiler y un guardaespaldas del jefe del Estado podrían querellarse contra Closer, que aceptó retirar sus informaciones de su página web, comentando: «Nadie ha desmentido nuestras informaciones. Nadie ha pedido la retirada de nuestro semanario, que ha tenido una acogida excepcional».
Closer vende semanalmente unos 300.000 ejemplares. El número consagrado a los presuntos amoríos del jefe del Estado con una actrizde 41 años ha tenido una primera tirada superior a los 600.000 ejemplares. Y su página tuvo más de un millón de visitas en pocas horas.
Hollande, su Gobierno y el PS pueden reclamar, a gritos, angustiados, el «respeto de la vida íntima». Toda la clase política apoya la instalación de un muro protector contra las revelaciones más o menos escandalosas. Pero la portada y fotos de Closer han dado un giro político imprevisible a la presidencia de François Hollande, a los diecinueve meses de su elección.

Desviar la atención


Hollande ha recibido el apoyo espectacular de la líder ultra, Marine Le Pen. El Gobierno ha montado un «frente unido» en defensa de la intimidad presidencial. El PS afirma «preferir el silencio y el respeto ante la vida íntima del presidente». La oposición conservadora guarda un silencio relativo, sin entrar en un terreno pantanoso.

Sin embargo, el calendario político confiere al escándalo una gravedad particular. El Elíseo comenzó ayer mismo a recibir las demandas de acreditación para la rueda de prensa del próximo martes, día 14. Estaba previsto que, a partir de entonces, Hollande intentara una reconquista de la opinión pública, explicando su «nueva» política, «social liberal», haciendo pedagogía política. Hollande buscaba reinventarse en el terreno político. Ahora nadie va a prestar atención a esa estrategia. Un consejero de Hollande, citado por Le Figaro, comenta: «Todo tendrá consecuencias imprevisibles en el terreno político».
Primera consecuencia grave: cuando Francia se ha convertido en el «enfermo» político de Europa, cuando el multiculturalismo hace estragos, cuando la extrema derecha se está convirtiendo en el tercer partido de Francia, cuando el paro sigue creciendo y la salida de la crisis se percibe todavía muy lejana, las aventuras amorosas del presidente se perciben como una ligereza catastrófica para su credibilidad personal.

Un diputado socialista que prefiere guardar el anonimato declara: “Los comentarios oficiales pidiendo respeto para la vida privada son pura filfa. Hollande es jefe del Estado. Y las revelaciones sobre su vida privada afectan a la imagen misma del funcionamiento del Estado. No está claro cual será la consecuencia práctica. Si los obreros y la gente menos favorecida se queda en la pirotecnia de la escena, el efecto puede ser catastrófico, ilustrando el alejamiento devastador entre las élites y las clases populares. Si la gente se dice que es totalmente normal que un presidente tenga una amante, en ese caso, Hollande se habrá convertido en un verdadero presidente. Veremos”.

Rivalidades

Julie Gayet

La vida privada de Hollande nunca ha estado alejada de la guerra política más dura. Su relación amorosa con Valérie Trierweiler estalló cuando la madre de sus cuatro hijos, Ségolène Royal, era candidata a la presidencia de la República, derrotada por Sarkozy, el 2007. Durante la campaña electoral que le dio la victoria, Hollande fue acusado por su rival socialista, Martine Aubry, de ser un “p... floja”.

Calificándolo de “p... floja”, Aubry -hija de Jacques Delors, el primero de los mentores de Hollande- deseaba insistir en la “ambigüedad” política de Hollande. A los veinte meses cortos de su elección como jefe del Estado, el presidente sigue sigue siendo víctima de tal “ambigüedad”, presumida o real. Las revelaciones sobre su vida íntima solo empañarán su perfil político, apenas apreciado por un 10 % de los jóvenes y un 11 % de los obreros.
Antes de la campaña presidencial de 2011/2012, la hostilidad brutal entre Ségolène Royal (la madre de sus cuatro hijos, su compañera amorosa durante treinta años) y Valérie Trierweiler (divorciada en dos ocasiones), la compañera oficial de Hollande desde el 2007, provocó un largo rosario de pequeñas crisis de “celos” y rivalidad. La irrupción de una tercera señora a ese vodevil, Julie Gayet, solo puede introducir elementos imprevisibles, cuando las campañas de las elecciones municipales (marzo) y europeas (junio), serán un campo abonado a la guerra política sin cuartel.


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