Tomado de The Wall Street Journal
La historia económica de dos Latinoaméricas
Por DAVID LUHNOW
Existen dos Latinoaméricas. La primera se trata de un bloque
de países —entre ellos Brasil, Argentina y Venezuela— que colinda con el océano
Atlántico, desconfía de la globalización y otorga al Estado un papel más
importante en la economía. La segunda —compuesta por países que dan al
Pacífico, como México, Perú, Chile y Colombia— promueve el libre comercio y la
apertura de mercado.
Debido a que ambos grupos cuentan con una geografía, cultura
e historia similares, esta división ha convertido al subcontinente en una
especie de experimento económico controlado. Durante casi una década, las
economías de los países del Atlántico han crecido con mayor rapidez, en gran
parte gracias al alza de precios de las materias primas. Pero los próximos años
pintan mejor para los países del Pacífico. Por consiguiente, la región como un
todo enfrenta una decisión sobre qué camino tomar: ¿el del Atlántico o el del
Pacífico?
Existen buenos motivos para pensar que los países que
colindan con el Pacífico tienen una ventaja. Alan García, ex presidente de
Perú, afirmó en una conferencia reciente en Ciudad de México que buena parte
del continente está pagando los costos del proteccionismo exagerado y la
política irresponsable.
El ex mandatario agregó que esta no es la América Latina que
ve en el futuro, sino una representada por países como Chile —que, señaló,
desde hace mucho ha sido un buen ejemplo de cómo hacer las cosas; Colombia,
Perú y México.
En 2014, la Alianza del Pacífico —bloque comercial
conformado por México, Colombia, Perú y Chile— crecería en promedio 4,25%,
impulsada por altos niveles de inversión extranjera y baja inflación, según
previsiones de Morgan Stanley. No obstante, el grupo del Atlántico integrado
por Venezuela, Brasil y Argentina —países miembros del Mercosur— se expandiría
sólo 2,5%, y el peso pesado de la región, Brasil, apenas 1,9%.
Las tendencias divergentes de las dos Latinoaméricas podrían
continuar más allá de 2014. Cuando el crecimiento económico de China se
encontraba en su cúspide, el gigante en ascenso consumía petróleo venezolano,
soya argentina, cobre chileno y mineral de hierro brasileño. Sin embargo,
conforme la economía china se ha desacelerado, ha ocurrido lo mismo con los
precios de los commodities, lo que ha golpeado con mayor fuerza a las economías
del Atlántico. El ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, solía jactarse
de que el modelo de desarrollo económico del país pronto se extendería por todo
el mundo. Pero Brasil —con sus altos impuestos, burocracia y aranceles— hizo
poco para prepararse para el momento en que los precios de las materias primas
pudieran debilitarse.
Los economistas señalan que los países en la zona de libre
comercio de América Latina están mejor preparados para prosperar, con mayores
aumentos de la productividad y economías abiertas más propensas a atraer
inversión. Los países del Pacífico, incluso aquellos como Chile que siguen
dependiendo de bienes básicos como el cobre, han tomado más medidas para
fortalecer todo tipo de exportaciones. En México, las exportaciones
manufactureras actualmente generan casi un cuarto de la producción económica
anual. (El porcentaje de Brasil es un insignificante 4%). Las economías del
Pacífico son también más estables. Países como México y Chile gozan de una
menor inflación y abundantes reservas extranjeras.
Por contraste, Venezuela y Argentina empiezan a parecer
casos económicos perdidos, con alta inflación y débiles finanzas públicas. En
Venezuela, la inflación supera 50%, a la par de la de Siria, que se encuentra
devastada por una guerra civil. El presidente Nicolás Maduro, sucesor del
difunto populista Hugo Chávez, está intensificando los controles de precios
para intentar controlar la inflación. El resultado bastante predecible ha sido
una amplia escasez de todo, desde autos nuevos hasta papel higiénico. Una nueva
aplicación popular utiliza el crowdsourcing, o la colaboración del público,
para indicar a los residentes de Caracas en qué lugares se han encontrado
productos como carne, lo que permite a otros salir disparados a la tienda para
conseguir artículos preciados.
Las finanzas de esta América Latina tampoco son ejemplares.
Las monedas de Venezuela, Argentina y Brasil fueron algunas de las tres divisas
con peor desempeño en la región en 2013. Por ejemplo, el peso argentino cayó
32% frente al dólar al tipo de cambio oficial, y cerca de 47% en el mercado
negro.
Argentina también ha sufrido a causa de una regulación
abrumadora. En Buenos Aires, los meses de verano en el hemisferio sur han
traído temperaturas extremadamente altas, así como frecuentes apagones. El
gobierno impuso controles a los precios de la energía en 2002, con la esperanza
de ayudar a los pobres a superar el colapso financiero de 2001. Aun así, lo que
se suponía que sería una medida temporal se convirtió en algo permanente. Las
empresas eléctricas, desalentadas por los controles de precios, dejaron de
invertir en su anticuada red eléctrica.
Incluso Brasil, que ha tenido una gestión económica mucho
más responsable que la de Venezuela o Argentina, comienza a luchar contra un
alza de precios y un auge del crédito que empieza a revertirse. El año pasado,
un brasileño resumió el bloque del Atlántico con dureza: "Brasil se está
convirtiendo en Argentina, Argentina se está convirtiendo en Venezuela y
Venezuela se está convirtiendo en Zimbabue".
Un momento clave en la creación de las dos Latinoaméricas
ocurrió en 2005, cuando Brasil, Argentina y Venezuela (entonces gobernada por
Chávez) se unieron para poner fin a la propuesta de crear el Área de Libre
Comercio de las Américas, que se extendería desde Alaska hasta la Patagonia.
Preocupados por el fracaso del ALCA, la Alianza del Pacífico creó su propia zona
de libre comercio, eliminando aranceles a 90% de los bienes y fijando un
cronograma para hacer lo mismo con el resto.
También difieren en su diplomacia: el bloque del Atlántico
suele mostrar desconfianza u hostilidad hacia Estados Unidos, mientras que los
países del Pacífico tienden a tener lazos más estrechos con Washington.
Muchos de los jóvenes de la región, la mayoría de la
población, han votado por políticos como Chávez, que ofrecieron crecimiento
fácil a base de imprimir dinero. Estos votantes jóvenes podrían recibir duras
lecciones a futuro.
"Al final, los resultados de los diferentes bloques
resolverán los debates", dice Pedro Pablo Kuczynski, ex ministro de
Economía y Finanzas peruano, "pero las ideas malas tardan mucho en
morir".
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