Tomado de The Wall Street Journal
Por
Arian Campo-Flores
La
crisis económica desata un éxodo de puertorriqueños a EE.UU.
SAN JUAN, Puerto Rico—Francisco
Armstrong no veía mucho futuro para sí mismo en esta isla llena de problemas
económicos. El egresado de escuela de derecho de 27 años enfrentaba un mercado
laboral saturado de candidatos pero escaso de oportunidades.
Por tanto en noviembre, se mudó a
Nevada para reunirse con su hermano de 24 años, un artista gráfico que se había
marchado dos meses antes. Otros diez amigos han abandonado la isla en años
recientes, y la mayoría de los amigos que permanecen lo están considerando,
agregó.
"Es triste cómo esta isla está
perdiendo la mayoría de su talento joven", expresó una mañana antes de
abandonar San Juan. "Pero algunas veces uno se siente empujado a
salir".
En su séptimo año de una recesión
demoledora, Puerto Rico está experimentando un éxodo histórico de residentes
que huyen de la azotada economía de la isla y el crimen desenfrenado. Entre
2000 y 2010, un número neto de 288.000 personas se trasladó a Estados Unidos
continental, según el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico. El ritmo ha
acelerado en los últimos años a medida que la situación económica ha empeorado,
con una pérdida neta de 54.000 migrantes al año en 2011 y 2012 en una isla de
poco más de 3,6 millones. Los datos preliminares de 2013 sugieren que el éxodo
sigue siendo pronunciado.
El estado libre asociado de EE.UU.
también batalla con una deuda de US$70.000 millones, las agencias de
calificación crediticia han rebajado sus bonos a un nivel por encima de
chatarra y los inversionistas temen que podría caer en cesación de pagos.
"Un país que no tiene poder
crediticio es destinado al fracaso", precisó Janette Mondo, una ingeniera
de 46 años que se mudó de San Juan a Basking Ridge, New Jersey, en agosto. La
agitación financiera influyó su decisión de marcharse, dijo.
La actual ola de salidas es la mayor
desde los 1950, cuando 470.000 puertorriqueños se mudaron a EE.UU. continental.
En ese entonces, eran en su mayoría migrantes rurales y de clase obrera que
conseguían empleos en granjas y fábricas en el noreste del país, anotó Deepak
Lamba-Nieves, director de investigación en el Centro para una Nueva Economía,
un centro de estudios sin afiliación política en San Juan. Debido a que la
economía de la isla no estaba generando suficientes empleos, el gobierno los
motivó a irse, señaló.
Hoy en día, la mayoría de las personas
que migran son profesionales jóvenes que la isla quiere retener, indicó Mario
Marazzi, director ejecutivo del Instituto de Estadísticas. Las personas que se
mudaron en 2011 ejercían una amplia gama de profesiones, incluyendo unos 2.700
trabajadores de servicios alimenticios, 2.000 maestros y 180 abogados, según
los cálculos del instituto. Se trasladaron a estados en todo EE.UU., principalmente
a Florida, Nueva York y Texas.
El éxodo, combinado con una tasa de
fertilidad en descenso, ha ocasionado que la población de Puerto Rico descienda
a 3,62 millones en 2013 desde un máximo de 3,83 millones en 2004, una mayor
caída porcentual que cualquier otro estado de EE.UU. durante el mismo periodo.
Está proyectado a caer a 2,98 millones para 2050, según la Oficina del Censo de
EE.UU., cerca de la población que la isla tenía en 1975.
Esto podría tener efectos profundos en
el territorio, que ya lucha con una tasa de desempleo de 14,7%. El declive en
la población reducirá la base de impuestos de la isla, la demanda por bienes y
servicios y la inversión, apuntan los economistas.
Además, "si estamos perdiendo a
profesionales jóvenes, la gente de las edades más productivas, podríamos
enfrentar un problema enorme al intentar sustentar a la población
anciana", aseveró Sergio Marxuach, director de política pública en el
Centro para una Nueva Economía.
Algunos mantienen que el flujo de
personas a EE.UU. continental tiene potenciales beneficios.
"Hemos estado migrando por
décadas", expresó Lamba-Nieves. "Muchos de ellos probablemente
regresarán en algún momento". Y cuando lo hagan, indicó, podrían aportar
habilidades nuevas y energía emprendedora para vigorizar la economía.
Sin embargo ya se pueden ver los
efectos de las salidas en la isla. Casi 320.000 viviendas estaban vacantes en
2012, comparado a 186.000 en 2005, según datos del censo. Los letreros "En
Venta" se ven en todas las cuadras de algunos vecindarios.
Todas las semanas, algunos de los profesionales
más talentosos de la isla se dirigen al aeropuerto con un boleto de ida hacia
EE.UU. continental. Los datos de la escuela de medicina de la Universidad de
Puerto Rico muestran que un 30% de sus residentes abandonan la isla una vez que
terminan su capacitación. En algunas especialidades, como medicina familiar o
obstetricia y ginecología, el porcentaje es mucho mayor.
Las migraciones de médicos amenazan con
crear escasez en ciertas especialidades, como los cirujanos ortopédicos y los
anestesiólogos, según un estudio de 2012 comisionado por el Colegio de Médicos
y Cirujanos de Puerto Rico.
Los distritos escolares en EE.UU.
entusiasmados por contratar instructores bilingües incorporan de manera regular
a maestros de Puerto Rico. Y empresas como Boeing Co. y Lockheed Martin Corp. se
llevan a muchos de los ingenieros recién egresados de la isla.
Los que se marchan también incluyen a
obreros. Juan Álvarez Fernos, de 45 años, un ex taxista, dijo que no ha podido
encontrar trabajo en seis meses y ha acumulado una deuda de unos US$20.000.
Planea mudarse a Austin, Texas, en
cuanto reciba un cheque por una lesión en el cuello que sufrió en un accidente
automovilístico. Ya ha enviado unos 100 currículos para empleos de restaurantes
allí, y envió 10 cajas de pertenencias a un amigo en Dallas. "Solo estoy
esperando para irme", afirmó. "No hay plan B".
El gobernador Alejandro García Padilla
está intentando detener las migraciones al atraer a inversionistas, promover el
turismo y estimular la producción agrícola. Recientemente anunció que desde que
asumió la gubernatura el pasado enero, más de 25.000 empleos han sido creados,
la mitad de su meta de generar 50.000 empleos en 18 meses.
"Esta no es la primera vez en la
que nuestro pueblo se ha enfrentado a grandes problemas y ha logrado
superarlos", indicó Ingrid Vila Biaggi, secretaria de la Gobernación.
Ella y otros argumentan que los flujos
migratorios siempre han estado vinculados a los ciclos económicos. "Si la
situación empieza a mejorar y la brecha entre EE.UU. y Puerto Rico se
estabiliza, entonces la migración disminuirá", anotó Vicente Feliciano,
presidente de Advantage Business Consulting en San Juan.
Algunos puertorriqueños están
determinados a quedarse en la isla. Raúl Santiago-Bartolomei, de 28 años, un
ingeniero que obtuvo su licenciatura en la Universidad de Puerto Rico en
Mayagüez y su maestría en la Universidad de Cornell, podría escoger de varios
trabajos en el continente. Pero él y su esposa, abogada, dijeron que planean
permanecer en donde están.
"Creo que es algo más ligado a
orgullo nacional", señaló Santiago-Bartolomei. "Entristece un poco
ver que el país se está derrumbando. Tengo un sentido de deber de
quedarme".
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