miércoles, 8 de enero de 2014

Puertorriqueños de la isla emigran masivamente hacia EEUU debido a crisis económica

Tomado de The Wall Street Journal
 
Juan José Álvarez Fernos, un ex agente de viajes y taxista está desempleado y vive en la casa de un amigo, en la que varias de sus pertenencias están en cajas en una vieja todoterreno. Fernos espera un dinero para mudarse a Austin, Texas.

 

Por Arian Campo-Flores

 

La crisis económica desata un éxodo de puertorriqueños a EE.UU.


SAN JUAN, Puerto Rico—Francisco Armstrong no veía mucho futuro para sí mismo en esta isla llena de problemas económicos. El egresado de escuela de derecho de 27 años enfrentaba un mercado laboral saturado de candidatos pero escaso de oportunidades.
Por tanto en noviembre, se mudó a Nevada para reunirse con su hermano de 24 años, un artista gráfico que se había marchado dos meses antes. Otros diez amigos han abandonado la isla en años recientes, y la mayoría de los amigos que permanecen lo están considerando, agregó.
"Es triste cómo esta isla está perdiendo la mayoría de su talento joven", expresó una mañana antes de abandonar San Juan. "Pero algunas veces uno se siente empujado a salir".


En su séptimo año de una recesión demoledora, Puerto Rico está experimentando un éxodo histórico de residentes que huyen de la azotada economía de la isla y el crimen desenfrenado. Entre 2000 y 2010, un número neto de 288.000 personas se trasladó a Estados Unidos continental, según el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico. El ritmo ha acelerado en los últimos años a medida que la situación económica ha empeorado, con una pérdida neta de 54.000 migrantes al año en 2011 y 2012 en una isla de poco más de 3,6 millones. Los datos preliminares de 2013 sugieren que el éxodo sigue siendo pronunciado.
El estado libre asociado de EE.UU. también batalla con una deuda de US$70.000 millones, las agencias de calificación crediticia han rebajado sus bonos a un nivel por encima de chatarra y los inversionistas temen que podría caer en cesación de pagos.
"Un país que no tiene poder crediticio es destinado al fracaso", precisó Janette Mondo, una ingeniera de 46 años que se mudó de San Juan a Basking Ridge, New Jersey, en agosto. La agitación financiera influyó su decisión de marcharse, dijo.
La actual ola de salidas es la mayor desde los 1950, cuando 470.000 puertorriqueños se mudaron a EE.UU. continental. En ese entonces, eran en su mayoría migrantes rurales y de clase obrera que conseguían empleos en granjas y fábricas en el noreste del país, anotó Deepak Lamba-Nieves, director de investigación en el Centro para una Nueva Economía, un centro de estudios sin afiliación política en San Juan. Debido a que la economía de la isla no estaba generando suficientes empleos, el gobierno los motivó a irse, señaló.
Hoy en día, la mayoría de las personas que migran son profesionales jóvenes que la isla quiere retener, indicó Mario Marazzi, director ejecutivo del Instituto de Estadísticas. Las personas que se mudaron en 2011 ejercían una amplia gama de profesiones, incluyendo unos 2.700 trabajadores de servicios alimenticios, 2.000 maestros y 180 abogados, según los cálculos del instituto. Se trasladaron a estados en todo EE.UU., principalmente a Florida, Nueva York y Texas.
El éxodo, combinado con una tasa de fertilidad en descenso, ha ocasionado que la población de Puerto Rico descienda a 3,62 millones en 2013 desde un máximo de 3,83 millones en 2004, una mayor caída porcentual que cualquier otro estado de EE.UU. durante el mismo periodo. Está proyectado a caer a 2,98 millones para 2050, según la Oficina del Censo de EE.UU., cerca de la población que la isla tenía en 1975.
Esto podría tener efectos profundos en el territorio, que ya lucha con una tasa de desempleo de 14,7%. El declive en la población reducirá la base de impuestos de la isla, la demanda por bienes y servicios y la inversión, apuntan los economistas.
Además, "si estamos perdiendo a profesionales jóvenes, la gente de las edades más productivas, podríamos enfrentar un problema enorme al intentar sustentar a la población anciana", aseveró Sergio Marxuach, director de política pública en el Centro para una Nueva Economía.
Algunos mantienen que el flujo de personas a EE.UU. continental tiene potenciales beneficios.
"Hemos estado migrando por décadas", expresó Lamba-Nieves. "Muchos de ellos probablemente regresarán en algún momento". Y cuando lo hagan, indicó, podrían aportar habilidades nuevas y energía emprendedora para vigorizar la economía.
Sin embargo ya se pueden ver los efectos de las salidas en la isla. Casi 320.000 viviendas estaban vacantes en 2012, comparado a 186.000 en 2005, según datos del censo. Los letreros "En Venta" se ven en todas las cuadras de algunos vecindarios.
Todas las semanas, algunos de los profesionales más talentosos de la isla se dirigen al aeropuerto con un boleto de ida hacia EE.UU. continental. Los datos de la escuela de medicina de la Universidad de Puerto Rico muestran que un 30% de sus residentes abandonan la isla una vez que terminan su capacitación. En algunas especialidades, como medicina familiar o obstetricia y ginecología, el porcentaje es mucho mayor.
Las migraciones de médicos amenazan con crear escasez en ciertas especialidades, como los cirujanos ortopédicos y los anestesiólogos, según un estudio de 2012 comisionado por el Colegio de Médicos y Cirujanos de Puerto Rico.
Los distritos escolares en EE.UU. entusiasmados por contratar instructores bilingües incorporan de manera regular a maestros de Puerto Rico. Y empresas como Boeing Co.  y Lockheed Martin Corp.  se llevan a muchos de los ingenieros recién egresados de la isla.
Los que se marchan también incluyen a obreros. Juan Álvarez Fernos, de 45 años, un ex taxista, dijo que no ha podido encontrar trabajo en seis meses y ha acumulado una deuda de unos US$20.000.
Planea mudarse a Austin, Texas, en cuanto reciba un cheque por una lesión en el cuello que sufrió en un accidente automovilístico. Ya ha enviado unos 100 currículos para empleos de restaurantes allí, y envió 10 cajas de pertenencias a un amigo en Dallas. "Solo estoy esperando para irme", afirmó. "No hay plan B".
El gobernador Alejandro García Padilla está intentando detener las migraciones al atraer a inversionistas, promover el turismo y estimular la producción agrícola. Recientemente anunció que desde que asumió la gubernatura el pasado enero, más de 25.000 empleos han sido creados, la mitad de su meta de generar 50.000 empleos en 18 meses.
"Esta no es la primera vez en la que nuestro pueblo se ha enfrentado a grandes problemas y ha logrado superarlos", indicó Ingrid Vila Biaggi, secretaria de la Gobernación.
Ella y otros argumentan que los flujos migratorios siempre han estado vinculados a los ciclos económicos. "Si la situación empieza a mejorar y la brecha entre EE.UU. y Puerto Rico se estabiliza, entonces la migración disminuirá", anotó Vicente Feliciano, presidente de Advantage Business Consulting en San Juan.
Algunos puertorriqueños están determinados a quedarse en la isla. Raúl Santiago-Bartolomei, de 28 años, un ingeniero que obtuvo su licenciatura en la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez y su maestría en la Universidad de Cornell, podría escoger de varios trabajos en el continente. Pero él y su esposa, abogada, dijeron que planean permanecer en donde están.
"Creo que es algo más ligado a orgullo nacional", señaló Santiago-Bartolomei. "Entristece un poco ver que el país se está derrumbando. Tengo un sentido de deber de quedarme". 

No hay comentarios:

Publicar un comentario