Tomado de El País
La Casa Blanca niega el
rescate financiero a la ‘Grecia del Caribe’
Puerto Rico ha declarado “impagable” su deuda de 72.00 millones de
dólares
Por Silvia Ayuso
Mientras el mundo mira preocupado hacia Grecia, otro drama muy similar
estallaba en el Caribe. La deuda pública de Puerto Rico es “impagable”, reconocía
su gobernador, Alejandro García Padilla. La isla de 3,6
millones de habitantes debe 72.000 millones de dólares a sus acreedores. Y no
tiene dinero para pagar. Su estatus jurídico le impide acogerse a la ley de
quiebras y Washington no parece dispuesto a ceder. La misma Casa Blanca que
lleva insistiéndole a Europa que ayude a Grecia ha descartado un rescate
financiero para la isla.
Como en Atenas, el endeudamiento de Puerto
Rico no paró de crecer durante años para financiar un gasto público muy
superior a sus ingresos y tiene el dudoso honor de ostentar la mayor deuda per
cápita de todo Estados Unidos. Una elevada evasión fiscal, problemas de
corrupción y falta de transparencia son otros de los problemas que comparten
Grecia y Puerto Rico.
Al igual que los europeos, Puerto Rico tiene una moneda, el dólar, pero
sin capacidad para aplicar una política monetaria propia. Su estatus jurídico
de estado asociado a Estados Unidos, tampoco le permite declararse en
bancarrota, una opción a la que se han acogido ciudades como Detroit recientemente.
En palabras que podría haber tomado prestadas del primer ministro Alexis
Tsipras, García Padilla advertía de una “espiral mortal” si la isla no logra
estimular el crecimiento. “El tamaño de esa deuda nos impide salir del ciclo de
recesión y contracción. No se trata de política, se trata de matemáticas”,
sostuvo el gobernador puertorriqueño que pide una reestructuración de la deuda.
Si las consecuencias de una quiebra griega se podrían llegar a sentir en
toda Europa, las de una suspensión de pagos puertorriqueña podrían afectar a
todo EE UU, porque la gran mayoría de sus bonos se negocian en el mercado
estadounidense de deuda municipal.
Pero los paralelismos acaban ahí. Para empezar porque mientras Grecia
tiene claro a quiénes debe dinero, en el caso de Puerto rico la deuda se
distribuye entre una miríada de bonistas —desde individuos a aseguradoras,
cooperativas, bancos, instituciones eclesiásticas o planes de pensiones— que
hacen más difícil la negociación, advierten los expertos.
Pese a ello, García Padilla acaba de crear un “grupo de trabajo para la
recuperación económica de Puerto Rico” cuya misión es intentar lograr, explicó,
“una moratoria negociada con los bonistas para posponer, por un número de años,
los pagos de la deuda, de forma tal que ese dinero se invierta en Puerto Rico”.
A pesar de las dificultades, la isla pagó el 1 de julio los casi 1.900
millones de dólares que le tocaba ante el vencimiento de algunos bonos,
consciente de las implicaciones que tiene un impago de deuda.
Un informe elaborado por antiguos expertos del Fondo
Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial trazó esta
semana un duro panorama para una isla que, afirman, no podrá eludir “tiempos
difíciles”.
“Problemas estructurales, shocks económicos y finanzas
públicas débiles han llevado a una década de estancamiento, emigración y deuda.
Los mercados financieros solían hacer la vista gorda ante estas realidades,
pero desde entonces han cortado a la isla el acceso normal a mercados. Una
crisis se cierne” sobre Puerto Rico, advirtieron.
El informe traza una hoja de ruta que pasa por reformas estructurales
para recuperar la competitividad, una reforma fiscal y acciones para recuperar
la “credibilidad institucional”. García Padilla admitió la necesidad de hacer
ajustes —aunque rechazó algunas de las propuestas de los expertos, como pedir
que se exima a la isla de pagar el salario mínimo federal— y llamó a todos los
sectores a “asumir nuestra responsabilidad” y aceptar “sacrificios
compartidos”.
Quien por ahora parece hacer oídos sordos a su petición de ayuda es
Washington. La misma Casa Blanca que lleva insistiéndole a Europa que
ayude a Grecia ha descartado un rescate para la isla. Esta
semana, las llamadas entre Washington y las capitales europeas se han sucedido
sin parar, urgiendo un acuerdo que permita a Grecia seguir en el euro y
preservar la estabilidad de los Balcanes.
Las
miradas se dirigen ahora al Congreso, con capacidad de modificar la Ley de
Quiebras para que Puerto Rico se pueda acoger a ella. Esto le permitiría a las
empresas públicas de la isla reestructurar su deuda en los tribunales de
bancarrota como hizo en su momento Detroit. En el caso de Puerto Rico, esa
deuda asciende a 25.000 millones de dólares, es decir, un nada desdeñable
tercio del total. Pero una propuesta en este sentido sigue sin avanzar en la
Cámara de Representantes.