Tomado de The Huffington Post
Inmigración: Republicanos enfrentan disyuntiva
perder-perder
Por
Luis E. Montes

Hablemos un poco de los detalles que se
conocen de la negociación. La semana pasada se filtró que no todos los
inmigrantes indocumentados tendrían oportunidad para normalizar su situación.
Además de los antecedentes criminales, los "negociadores" han puesto
el 31 de diciembre del 2011 como fecha límite de entrada al país para poder
acogerse a los beneficios de la potencial reforma. Adicionalmente se conoció
que los legisladores republicanos están interesados en cerrar la puerta a las
peticiones de hermanos de ciudadanos con el fin de expandir el número de visas
y peticiones para profesionales e inversionistas. Es irónico que el partido que
se autoproclaman como los defensores de los valores familiares pondere los
intereses económicos sobre la reunión familiar.
Otro de los pormenores filtrados ha sido
la intención republicana de alargar el tiempo requerido para que un residente
permanente pueda aplicar a la ciudadanía. Reportes indican un rango de 10 a 15
años lo que un mínimo duplicaría el tiempo. En el peor de los casos los
triplicaría. Y es ese tipo de propuestas las que levantan mayor número de
suspicacias. ¿Por qué hacer el trecho más largo para los residentes?
¿Qué hay detrás de esa postergación?
Estudios y más estudios concuerdan que la
reforma migratoria traería un efecto económico positivo al país. De los más
recientes se encuentra el publicado por la organización American Action Forum
el cual proyecta que una reforma migratoria pudiese significar hasta un punto
porcentual de crecimiento en el corto plazo, incrementar los ingresos per
capita anuales de toda la población estadounidense en $1,500 y reducir el
déficit federal cumulativo en más de $2.5 billones (trillones en la escala
numérica utilizada en Estados Unidos).
¿Entonces? Sin rodeos, las razones son
políticas; mera aritmética electoral. Basta ver las dos últimas elecciones
presidenciales para darse cuenta que el partido republicano no ve con buenos
que más de 8 millones de hispanos (cerca del 60% de los inmigrantes
beneficiados por posible reforma) logren su ciudadanía lo más pronto posible
porque eso disminuye sus posibilidad de llegar a la Casa Blanca. El presidente
Obama se llevó cerca del 70% de los votos hispanos en el 2012.
El problema republicano es que la base del
partido y sus principios son incompatibles y están en conflicto con los
principios progresistas e incluyentes enarbolados por los hispanos. A pesar de
los intentos del líder republicano Reince Priebus, la retórica y políticas
públicas promovidas por sus partidarios en las legislaturas estatales y de
muchos de sus representantes a nivel federal dejan al descubierto los
verdaderos sentimientos de la base republicana en referencia a los grupos
minoritarios.
Así el partido republicano enfrenta la
disyuntiva migratoria con dos opciones: Si los republicanos votan por aprobar
la reforma migratoria, están de hecho facilitando el acrecentamiento del
partido demócrata y por lo consiguiente haciendo más difícil su retorno a la
Casa Blanca y a muchas oficinas importantes en las capitales estatales. Si no
la apoyan, entonces, estarían haciendo (más) evidente lo que la mayoría de
hispanos y resto de votantes progresistas ven: la propagación de una agenda en
contra de los grupos minoritarios residentes en Estados Unidos.
La reforma estructural del partido
republicano dejo de ser un sueño y un deseo; dada las opciones que le quedan es
una necesidad para su supervivencia.
Para mayor información sobre el autor, puede seguirle
en twitter: @LuisMontes
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