domingo, 21 de abril de 2013

Levantando la alfombra de mi alma



Yoda el gran maestro de la película Star Wars le dijo a Luke Skywalker en medio de su entrenamiento, que tuviera cuidado con el angustia, el miedo o la agresión ya que son parte del lado oscuro de la maldad. Que una vez entrara a caminar en el camino de cualquiera de esos sentimientos, se unirían para siempre y dominarían su destino y consumirán su deseo.

Mientras cada uno de nosotros va creciendo, en la inmensa mayoría del tiempo rodeado de nuestros familiares y amistades suceden cientos o mejor dicho miles de situaciones en las que nuestros sentimientos están envueltos y en muchas ocasiones son reprimidos sin saberlo.

Un ejemplo de esto es cuando les decimos a los varones que los hombres no lloran, que el demostrar que un hombre tiene sentimientos es ser estigmatizado y señalado como una persona débil.

Esto lo atamos a su vez, que si en el proceso de crecimiento tienes personas con tendencias machistas, por alguna razón que al día de hoy no entendemos como siguen vivas, te ponen el sello de que tienes unas preferencias sexuales diferentes a ellos.

Otro de los ejemplos es cuando llegas a casa de alguien y una de las preguntas que no falla que le preguntan a los varones es ¿cuántas novias tienes? y contradictoriamente pretendemos que cuando crezcan y que no sea mujeriegos y mucho menos machista.

Los medios de comunicación son unos expertos en perpetuar este y otras conductas que se nos quedan en el subconsciente y que diariamente pasean entre nuestros pensamientos libremente y sin restricción alguna.

Por ejemplo, las películas nos enseñan unas historias de amor extraordinarias, en done el desenlace de la misma es siempre en donde el mal fracasa y el bien triunfa, terminan los novios juntos y viviendo eternamente enamorados sin problema alguno.

Pero no nos dicen que los protagonistas tienen problemas de alcohol o drogas y que sus relaciones personales son un desastre fuera de la pantalla pequeña o que la película que dura aproximadamente unas dos horas se tomaron en filmarla meses, sino años.

Por su parte, a las mujeres las visten de princesas, marginándolas, ilusionándolas con la ilusión de que existen príncipes azules que las trataran como reinas. 

Otro ejemplo es el dejarlas que jueguen con la muñeca que tiene una cintura que jamás una niña pudiera tener o dejarlas que se obsesionen con revistas que venden ilusiones, excepciones de mujeres que son hermanas gemelas de los espaguetis.

A las mujeres se les enseña desde pequeña que tienen que soportar y ser ciegas, que se tienen que someterse, que tienen que ser super women, que le multi-tasking es parte de ser mujer y que no importa que esté pasando, tienen que poner una linda sonrisa en sus labios pintados y decir adiós.

El reprimir los sentimientos es una epidemia que si no la atacamos a tiempo, nos consumirá gran parte de nuestra vida, ya que cuando nos damos cuenta del daño que nos está haciendo, invertimos otra gran parte de nuestras vidas tratando de ponernos en contacto con eso que desconocemos que existe.

Popularmente se le llama que uno ponga “las cosas debajo de la alfombra de nuestra alma” y seguimos caminando. Es en esa acción la de evadir nuestros sentimientos que no entendemos, que nos duelen o que no podemos descifrar de donde vienen, que surgen cuando estamos en relaciones de cualquier tipo, en esas que no son saludables, que son enfermizas, las que nos preguntamos ¿cómo llegamos aqui?.

En el hombre regularmente son asociadas cuando vemos que su corazón se ha endurecido y ha perdido la sensibilidad de recordar como ser un ser humano.

Pero desgraciadamente de pequeño no se nos explicó que el sentir es parte de la experiencia de ser un ser humano, que los sentimientos más fuertes, que nos estremecen el alma, que se somatizan en nuestro cuerpo, que nos cambian la manera de pensar, de ver la vida, que nos hacen reflexionar, esos también son parte de quienes somos.

Esos sentimientos que nos dan las grandes lecciones, lo que hacemos es ponerlos debajo de la alfombra, en vez de incluirlos como parte de quienes somos, o como lo es el respirar.

Que no debemos de reprimirlos, ya que en algún momento determinado saldrán, y nos perseguirán hasta que le hagamos caso.

Desgraciadamente tenemos que estar en una posición de perderlo todo, para enfrentar esa cruda realidad de levantar la alfombra y enfrentar todo aquello que está allí.

Por alguna razón u otra, no entendemos la raíz de cada una de las situaciones que las repetimos, pero es que nunca se nos explicó y mucho menos fuimos expuestos a enfrentar de una manera adecuada las diferentes situaciones que nos causaron resentimiento, angustia, incertidumbre, miedo o dolor.

Cada vez que nos ocurría algo, lo que hacíamos o lo que nos enseñaron era que teníamos que ser fuertes, que necesitábamos procesar las cosas rápidas, que lo que sentíamos lo teníamos que reprimir.

Hoy es un buen momento de hacer un detente y en vez de criticarnos, de ponernos en actitud de víctima y de cogernos pena, que tal si nos salimos de esa rutina diaria la cual nos permite continuar en un estado de conciencia baja.

El sentir no es un pecado, no es malo, no es el fin del mundo, el sentir y saber de dónde viene, el conocer la raíz del mismo es lo que nos diferencia del resto de los animales.

Hoy es un buen día para hacer una resaca de aquello que nos ha atormentado, aquello que hemos puesto debajo de la alfombra.

Hoy es un buen día para recordar quienes somos, lo cual nos ayudará a ver nuevamente lo extraordinarios que somos.

Waldemar Serrano-Burgos, CEC
Certified Executive-Business Coach
Dragonfly Coaching Group | 305.335.4044 

No hay comentarios:

Publicar un comentario