Tomado
de The Wall Street Journal
El nuevo mercado emergente: Estados Unidos
Por
Jason Zweig
El visionario inversionista que acuñó el término "mercados
emergentes" y ayudó a lanzar los primeros fondos para invertir en países
en vías de desarrollo cree que ha identificado el que podría llamarse el
próximo gran mercado emergente: Estados Unidos.
Podría decirse que Antoine van Agtmael es el fundador de la
inversión en mercados emergentes y aún es un evangelista de la inversión en
partes de África, Asia, América Latina y otras regiones menos desarrolladas,
donde piensa que el futuro sigue siendo favorable. Pero Van Agtmael cree que
EE.UU. está en el inicio de una revitalización industrial que la mayoría de los
analistas apenas comienzan a reconocer.
Durante el último año, inversionistas han sacado US$22.000
millones de fondos bursátiles de EE.UU. y han inyectado US$339.000 millones a
fondos de bonos, según Morningstar, una firma que monitorea el sector. Si Van
Agtmael tiene razón, ese éxodo es prematuro.
El inversionista, ahora de 68 años, ha estado analizando mercados
emergentes desde 1971. A fines de los años 70 dirigió un banco de inversión en
Bangkok cuando el mercado bursátil local experimentó un auge y luego se
derrumbó. Eso le enseñó el enorme potencial —y el riesgo explosivo— de las
acciones en países en vías de desarrollo, lo que resalta la necesidad urgente
de diversificación.
Luego, en International Finance Corp., una corporación afiliada
del Banco Mundial, Van Agtmael ayudó a crear la primera base de datos de
retornos de acciones y presionó para lanzar un fondo diversificado para invertir
en lo que entonces se denominaba el Tercer Mundo.
Luego de idear el término más atractivo de "mercados
emergentes", el primer portafolio de su tipo fue lanzado en 1986 por
Capital International con US$50 millones. Hoy en día, sólo los inversionistas de
fondos estadounidenses tienen más de US$420.000 millones en mercados
emergentes.
En 1987, Van Agtmael fundó una firma de inversión, Emerging
Markets Management, que llegó a su punto máximo de US$20.000 millones en
activos antes de que una participación de 63% fuera vendida en 2011 a Ashmore
Group por más de US$126 millones.
Así que cuando Van Agtmael afirma que ve una oportunidad de
inversión poco apreciada, vale la pena escucharlo. Cuando visitó China el año
pasado, varios ejecutivos del sector manifacturero se quejaron de la
competencia estadounidense. "Algo de lo que nunca había escuchado en 40
años en Asia", sostiene.
Van Agtmael señala que los costos laborales en China han subido
alrededor de 15% al año mientras en EE.UU. se estancaron. En tanto, océanos de
petróleo y gas natural barato fluyen desde los esquistos estadounidenses.
EE.UU. está muy por delante de China en infraestructura de
telefonía celular, sostiene. También avanza con más rapidez en impresión
tridimensional y en el uso de robots en fábricas. Al menos 200 empresas han
trasladado plantas desde otros países a EE.UU., estima Van Agtmael.
"Hace una década, nueve de cada 10 empresas hubiera dicho que
pensaban construir su próxima planta en China", señala. "Hoy tres de
cada 10, y quizás cinco de cada 10, afirman que quieren construir en
EE.UU.".
Algunas de estas ventajas emergentes no se han traducido en
mayores ganancias para las empresas estadounidenses, hasta ahora. "La
fabricación estadounidense se está volviendo más competitiva de lo que uno
pensaría, y la china menos", dice Van Agtmael. "Y la idea de que la
manufactura es anticuada es en sí misma anticuada".
Estas ideas no son un secreto, por supuesto. Los optimistas del
mercado bursátil han acudido a acciones ligadas al gas de esquistos y la
impresión 3-D desde hace un par de años. Van Agtmael delineó su mensaje en la
revista Foreign Policy el año pasado y hace poco estuvo
haciendo presentaciones ante fondos soberanos, oficinas familiares y otras
audiencias de inversión. Sin embargo, cree que los inversionistas han
subestimado el ritmo y la importancia de estos cambios.
"Cuando hace 30 años empecé a hablar de mercados emergentes,
la gente supo que tenía sentido, pero no lo creían por completo", dice.
"Lo que sucede ahora es similar: entienden el mensaje en un nivel, pero
aún no lo han absorbido racionalmente y aún no los ha hecho cambiar su comportamiento",
agrega.
Van Agtmael, ahora asesor senior en la consultora Garten Rothkopf
en Washington, está escribiendo un libro sobre la resurgencia del sector
manufacturero en EE.UU. y el norte de Europa. Pero aún es optimista sobre
muchos mercados emergentes, incluidos México, Perú, Colombia, Indonesia, Corea
del Sur, Turquía y gran parte del África subsahariana.
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