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sábado, 11 de julio de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: REINTERPRETANDO AL SEÑOR TRUMP


 En mi columna anterior   LA SUSCEPTIBILIDAD LATINA hablaba algo de cómo son los norteamericanos en comparación con los latinos, y mencionaba que suelen ser bastante suaves y correctos para decir las cosas. Esto es en su mayoría, claro, porque no todos son así. Un conocido señor, llamado Donald Trump, aspirante a la presidencia de los Estados Unidos, hizo recientemente unas declaraciones contra los mexicanos que han destrozado el orgullo no solo de los mexicanos, sino de los latinos en general, porque los latinos de diferentes nacionalidades se sienten identificados con esa unidad cultural que formamos todos, así como con los objetivos de la emigración; y porque sabemos que para muchos norteamericanos, del río Grande hacia el sur, todos somos mexicanos; o, al menos, es cierto que casi todos los inmigrantes ilegales llegan por esa frontera.

El grave error del señor Trump no está solo en lo que dijo, sino, sobre todo, en cómo lo dijo, con una enorme acritud, desconociendo la sensibilidad de la cultura objeto de sus palabras, señalando únicamente el aspecto negativo que conlleva la inmigración latina, y generalizándolo a casi todos, olvidándose de la valiosa aportación que la mayoría de inmigrantes latinos hace a la vida social y económica norteamericana, e ignorando que, como aspirante a presidente, esas formas son absolutamente inaceptables en política. Ello ha desencadenado una ola de reacciones adversas por parte de personalidades y empresas latinas que tiende a polarizar aún más esta relación norte-sur.



Y no me parece éste un escenario positivo, porque esa confrontación nos lleva a los latinos a cerrarnos más en nuestro infundado orgullo, y a no querer saber nada de ninguna crítica que venga del norte, y por tanto a no ser capaces de entender por qué en Norteamérica hay cierta queja hacia los latinos. Porque no nos engañemos; más allá de la desafortunada forma de expresarse del señor Trump, se supone que sus palabras trataban de plasmar un descontento de bastantes norteamericanos sienten hacia bastantes inmigrantes latinos. Y es un descontento con cierto fundamento. No caigamos en el error de pensar que como el señor Trump se equivocó, entonces no hay nada malo con los latinos en USA.

Estados Unidos es un país de inmigrantes y siempre ha tenido y sigue teniendo la puerta relativamente abierta a la inmigración. Lo que no aceptan, es que, aprovechando que en su casa tienen la puerta medio abierta, los latinos la botemos a empujones y entremos en tropel, que es lo que solemos hacer, y hasta nos creemos con derecho a hacerlo. Y creo que se quejan con razón, porque si se tratara de mi casa, me sentiría igual ¿Ustedes no? Otra cosa es la desesperación de los latinos por escapar de nuestra pobreza e inseguridad, pero ese es un problema nuestro, y habría que buscarle solución más dentro y menos fuera de nuestras fronteras.

Y la otra cosa que no aceptan es que arrastremos hacia su país problemas y vicios característicos de nuestra cultura, basados en el abuso, el engaño, la falta de educación, de control y de respeto, en la impunidad, y en la violencia como inmediata forma de respuesta; aspectos que les afectan, y que no encajan en su forma de vida. No es sorprendente que ahora que nos van conociendo más, estén empezando a ser más desconfiados. Y creo que también tienen razón. Si eso pasara en mi casa con invitados, me sentiría mal, y más aún si pasara con quienes ni siquiera han sido invitados ¿Ustedes no? 

En conclusión, no podemos dejar que las desafortunadas palabras del señor Trump nos impidan visualizar las causas de los problemas de integración que los latinos tienen en Estados Unidos, y que, en general, no son culpa ni de los norteamericanos ni del señor Trump, porque mientras no veamos esta realidad, la tendencia al rechazo no hará sino aumentar más y más. Y aunque se califiquen como racistas semejantes declaraciones, la sensación de rechazo en la mayoría de la población no tiene fundamentos raciales, sino más bien educativos. El racismo en Estados Unidos aún existe, pero no es mayoritario; lo que es mayoritario es el rechazo a la falta de orden, de control, de respeto y de educación.

Y aunque la mayoría de inmigrantes hacen un gran esfuerzo por integrarse, lo hacen sin preparación alguna, corrigiéndose tras malas experiencias. Y no son pocos, sino bastantes, los que aún así no entienden que están en un generoso país de acogida en el que su gente es amante de la ley y el orden, y donde no cabe el descontrol al que estamos acostumbrados. Y aunque éstos no sean una mayoría de los inmigrantes, sí son una minoría lo suficientemente visible como para que todos se vean afectados por la mala imagen que ellos generan.


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 11 de octubre de 2014

EEUU: Corte Suprema decreta ilegal exigir ID a votantes

Tomado de La Voz de América
Es ilegal exigir documento de identidad a votantes

Corte deroga ley de identificación de votantes

Los críticos de este tipo de leyes aducen que éstas son discriminatorias y afectan de manera desproporcionada a las minorías.

La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos bloqueó una nueva ley que requiere que los votantes muestren un documento de identificación con foto al momento de emitir el sufragio.
La decisión de la Corte coincidió con otra emitida por una jueza federal en Texas que deroga una ley local similar.
Ambas decisiones significan que los votantes en Wisconsin y en Texas no tendrán que identificarse en las elecciones del 4 de noviembre. Los dos estados, al igual que otros, habían argumentado que dichas leyes eran necesarias para prevenir el fraude electoral.
Los críticos de este tipo de leyes aducen que éstas son discriminatorias y afectan de manera desproporcionada a las minorías.
La jueza de Texas, Nelva González Ramos, dijo en su fallo que la ley que requiere una identificación con foto “crea una carga inconstitucional sobre el derecho al voto, tiene un impermisible efecto discriminatorio en contra de los hispanos y los afro-estadounidenses y fue impuesta con un propósito inconstitucional discriminatorio”.
La jueza agregó que la medida “constituye un impuesto inconstitucional al voto”.
El fallo ha sido dado cuatro semanas antes de que los ciudadanos estadounidenses voten para escoger a todos los 435 miembros de la Cámara de Representantes y 33 de los 100 senadores.  

domingo, 24 de agosto de 2014

Ferguson vínculo de unión de una desintegrada comunidad Afroamericana estadounidense

Tomado de El País
  Las cuatro Américas (EEUU) negras


Los afroamericanos se reparten entre la minoría abandonada, la clase media y la élite

 

Por Marc Bassets

 

Las protestas de Ferguson (Misuri) se han acercado estos días afroamericanos para quienes este municipio en las afueras de San Luis, con sus bolsas de pobreza y marginación, les parecía tan exótico como a un visitante europeo. Son pocos, cada vez menos, los contactos entre las clases sociales y los grupos culturales que dividen a la América negra, una América que hace medio siglo formaba un grupo más homogéneo y cohesionado y que desde entonces no han dejado de “desintegrarse”, explica el columnista de The Washington Post Eugene Robinson en el libro Desintegration (Desintegración), publicado en 2010.

Robinson describe un proceso por el que varios grupos de afroamericanos se han alejado entre ellos hasta casi no reconocerse. “Estas cuatro Américas negras cada vez son más distintas y están más separadas por la demografía, la geografía y la psicología”, escribe Robinson. “Cada vez más, llevamos vidas separadas”.

Robinson distingue cuatro grupos en la América negra. El que centra los debates sobre la marginación y el racismo es la “minoría abandonada”. Los abandonados albergan ahora menos esperanzas de escapar de la pobreza y la desestructuración “que en cualquier momento desde el final devastador de la Reconstrucción”. La Reconstrucción es el periodo posterior a la guerra civil de EE UU (1861-1865), un intervalo de mejoras para los negros del Sur entre la era de la esclavitud y la era Jim Crow, la del sistema de segregación.
El analista Eugene Robinson afirma que los afroamericanos se han alejado en grupos hasta casi no reconocerse entre ellos


Cuando se habla ahora de marginación y discriminación, se habla de la minoría abandonada, los cerca del 25% de afroamericanos que viven por debajo del umbral de la pobreza, en barrios violentos y con infraestructuras deficientes donde el acceso a supermercados con comida fresca y de calidad es difícil. El presidente Barack Obama conoció bien este grupo cuando, veinteañero, trabajó como organizador vecinal en los barrios más castigados de Chicago. “Ser negro, pobre y sin educación en América supone, posiblemente, hallarse en una situación más desesperada e intratable que hace 40 ó 50 años”, escribe Robinson.
Otro grupo es la clase media, perfectamente integrada en la corriente principal de la sociedad norteamericana: ha sabido aprovechar las oportunidades que las leyes sobre los derechos civiles y las medidas para diversificar la educación brindaron a las minorías. Obama y la primera dama, Michelle, eran hasta hace unos años miembros típicos de esta clase media.
En lo alto del escalafón se sitúa, según la clasificación de Robinson, la “élite trascendente”, que disfruta de “una riqueza, poder e influencia tan enormes que incluso mueven a los blancos a la genuflexión”. La magnate televisiva Oprah Winfrey es uno de los miembros más ilustres de esta élite. Ahora también lo son los Obama. Uno de los lugares predilectos de encuentro es la isla de Martha's Vinyeard (Massachusetts), donde la familia presidencial ha pasado varios años las vacaciones.
El grupo más nuevo es de los “emergentes”, según la expresión de Robinson, y obligarán a “redefinir lo que significa ser negro”. Son, de un lado, los inmigrantes africanos o caribeños, con capacidad para prosperar relativamente rápido; y del otro los norteamericanos de raza mixta. De nuevo, Obama —que es un afroamericano con una biografía y origen familiar atípico: hijo de un negro de Kenia y una blanca de Kansas— también podría incluirse en este grupo.

“Cada vez más”, concluye el autor de Desintegración, “los abandonados y el resto de la América negra fracasan a la hora de establecer comunicación, y no digamos ya de entenderse”. Ocasiones como la muerte de un joven negro desarmado a tiros de un policía blanco, como ocurrió en Ferguson (Misuri) el 9 de agosto, propician uno de los pocos momentos de comunión. La experiencia de la intimidación policial es común a todos. 

domingo, 15 de junio de 2014

Un pasado presente: Segregación racial vigente en aulas de escuelas de Nueva York

Tomado de El País
El director de la Bedford Academy High School de Brooklyn, Adofo Muhammad, en marzo, en una clase en la que solo hay estudiantes negros y latinos. / BEBETO MATTHEWS (AP)


Nueva York se convierte en el epicentro de la segregación educativa en EE UU
La mitad de los niños negros y latinos de la ciudad estudia en colegios sin apenas blancos

La separación racial vuelve a las aulas, 60 años después de que el Supremo la declarara ilegal

Por Vicente Jiménez

Cada mañana, 849 alumnos cruzan la puerta del renovado edificio del Achievement First Endeavor Chartel School, un centro público de enseñanza secundaria en Brooklyn, al norte de Prospect Park, no muy lejos del Barclays Center, la cancha de los Nets (NBA). Ninguno de ellos es blanco. 76 son hispanic y el resto, chicos afroamericanos. El Achievement First Endeavor es lo que los expertos más críticos llaman un colegio apartheid. Unas calles más al sur, en Prospect Heights, la situación no cambia: solo dos de los 263 estudiantes del Elijah Stroud Middle School son blancos. Otros dos son asiáticos; el resto, negros (85%) e hispanos (13%). En los dos centros, más del 80% de los chicos reciben free lunch (almuerzo gratis o subvencionado para familias de bajos ingresos). A escasos veinte minutos a pie de allí, en Park Slope, el barrio del escritor Paul Auster y de alguna de sus obras, los colegios públicos ofrecen una realidad muy distinta: de los 387 alumnos delHenry Bristow, solo el 6% son negros. Cerca, en el John W. Kimball, la cifra asciende a un escaso 7%.
¿Qué hay entre los codiciados barrios de Prospect Heights y Park Slope que justifique semejante diferenciación racial? Nada, aparentemente. Solo una avenida, la Flatbush Avenue, y un sistema escolar público que durante años ha desatendido las medidas integradoras en favor de otras de carácter mercantilista. Con sus 1,1 millones de alumnos, 75.000 profesores, 1.800 escuelas y 24.000 millones de dólares de presupuesto anual, la muy liberal y progresista Nueva York, no las ciudades del sur, se ha convertido, 60 años después de la primera gran victoria legal contra la separación entre blancos y negros en las escuelas, en el “epicentro” de la segregación racial educativa de Estados Unidos.
Las escuelas americanas están ahora tan segregadas  o más que hace 40 años"

La denuncia ha llegado como un puñetazo desde el otro extremo del país, en forma de estudio firmado por los veteranos investigadores Gary Orfield y John Kucsera, del Proyecto de Derechos Civiles de la Universidad de California-Los Angeles (UCLA) . El objetivo de esta organización —“renovar el movimiento de los derechos civiles”— podría parecer anacrónico si no fuera porque los datos del estudio son duros, incómodos y muy actuales. El documento, cuyo título es Segregación extrema en el Estado de Nueva York, es un tributo al 60º aniversario de la histórica sentencia del Tribunal Supremo de EE UU Brown v. Board of Education, en la que, por unanimidad, los jueces acabaron con la segregación entre negros y blancos en las escuelas. El argumento del tribunal, entonces, fue innovador: la separación atenta contra la igualdad de oportunidades. Sin embargo, si Oliver L. Brown y los otros 12 padres negros que se enfrentaron a las injustas leyes de la ciudad de Topeka (Kansas) conocieran la situación que hoy se vive en muchos colegios de Nueva York sufrirían una enorme decepción.
“Las escuelas americanas están ahora tan segregadas o más que hace 40 años. Nuestro informe no es catastrófico. Simplemente, denuncia la falta de voluntad para asumir una profunda desigualdad y la ausencia de un trabajo serio en favor de la integración”, denuncia Orfield a EL PAÍS por correo electrónico desde Los Ángeles. “Estamos ante un problema legal, político e institucional que determina una enorme diferencia de oportunidades entre unos estudiantes y otros”, remacha el profesor.
Las conclusiones del informe han escocido. Pese a que sus críticos denuncian que el problema es antiguo, lo cierto es que desagrada a los neoyorquinos, que se resisten a abordarlo. EL PAÍS intentó recabar la opinión de ocho directores y directoras de otros tantos centros educativos de la ciudad. Solo una de ellos accedió a ser entrevistada: Jill Bloomberg, principal (directora) del Park Slope Collegiate, un instituto con una composición racial desequilibrada (41% de hispanos, 39% de negros, 8% de blancos y 8% de asiáticos) situado en Brooklyn. La predisposición de Bloomberg a hablar no es casual: el barrio tiene alguna de las escuelas más segregadas del Estado. Otro responsable accedió a recibir a este periódico siempre y cuando su nombre no apareciera. El resto de los directores consultados respondieron a EL PAÍS con el silencio o con un escueto: “Lo siento, pero no puedo aceptar su entrevista”.

Un grupo de alumnos solicitan permiso para intervenir en clase en el instituto Bedford Academy de Brooklyn, en Nueva York. / BEBETO MATTHEWS (AP)

El Departamento de Educación de Nueva York asume la denuncia, pero destaca la, a su juicio,  discutible interpretación de la concentración racial en algunos barrios. La ciudad de Nueva York es la más diversa y heterogénea de los Estados Unidos. El 50% de sus residentes son negros y latinos, el 40% son blancos y el resto, básicamente, asiáticos. Sin embargo, y a pesar del cliché del crisol de razas, muchos barrios ofrecen poca o ninguna diversidad. Pero la segregación inmobiliaria no lo explica todo, afirma Orfield. La clave del problema, según él, es la ausencia de políticas integradoras o las medidas adoptadas en los últimos años a partir de una concepción mercantilista de la educación. “Los neoyorquinos me dicen a menudo que la integración es una buena idea, pero que es imposible de alcanzar. Los neoyorquinos tienen miedo de tomar medidas en favor de la integración porque no han experimentado sus ventajas. No pueden imaginar los avances que en muchas ciudades del Sur han supuesto décadas de escuelas integradoras”, afirma Orfield en su estudio.
Carmen Fariña, de 71 años, canciller de las escuelas públicas de Nueva York, es una de las funcionarias más importantes de la ciudad. Nacida en Brooklyn e hija de emigrantes gallegos, Fariña invitó a EL PAÍS a visitar una escuela en el extremo norte de Manhattan, la Dos Puentes Elementary School. Situada en un barrio de mayoría dominicana y mexicana, el centro ofrece un perfil muy segregado (81% de niños hispanos, 16% de blancos y 2% de afroamericanos y asiáticos). “Somos conscientes de lo que sucede. Estamos ante un problema de clases sociales. Aquí, en Nueva York, tú mandas a los hijos a las escuelas del barrio donde vives. Si vives en uno con un determinado perfil racial, esa es la gente que va a ir a esas escuelas. Lo que tenemos que hacer es dar la oportunidad de que los niños puedan ir a escuelas de otros barrios. Particularmente, donde podemos tener más efecto es en el bachillerato (high school), donde los centros están abiertos a estudiantes de otros barrios. Ahí es donde estamos analizando qué se puede hacer para evitar institutos segregados”.
Los neoyorquinos tienen miedo de tomar medidas en favor de la integración porque no han experimentado nunca sus ventajas"

Lejos de allí, desde su despacho en la 7ª avenida de Brooklyn, Jill Bloomberg, directora del Park Slope Collegiate, no solo tiene una vista privilegiada de Manhattan, sino también del fenómeno contradictorio de una segregación escolar persistente en un distrito, el número 15 (Park Slope), cada día más integrado y diverso socialmente (40% de hispanos, 26% de blancos, 16% de negros y 16% de asiáticos). Tras diez años en su puesto, Bloomberg cree que las raíces del problema son profundas: segregación inmobiliaria, libre elección de centros, selección de alumnos por parte de los colegios, políticas que apuestan por institutos especializados... “El informe de Orfield no es exagerado, pero mucha gente quiere pensar que la segregación es un asunto resuelto. Nueva York es una ciudad diversa, no integradora. El problema de la segregación no se ha solucionado. La gente se siente cómoda con él. En 1954, el Tribunal Supremo dijo que la separación escolar por razas no era legal. La cuestión es que, aunque no la ampare la ley, si hay separación hay desigualdad. No es ilegal tener una escuela con el 100% de alumnos negros. La separación conduce a la desigualdad, es intrínsecamente injusta”, explica.
Para Bloomberg, el problema no es nuevo. Lo que ha cambiado con respecto a décadas de gran preocupación por los derechos civiles es la actitud de la gente. “La segregación inmobiliaria es determinante. Hasta 1948 era legal negarse a vender la casa a un negro. Ya no lo es, pero los patrones permanecen. Se ha hecho muy poco para corregir esto. Y, sin embargo, hay barrios que son intencionadamente integrados porque sus habitantes creen en las ventajas de la integración y toman medidas. Luego es posible hacer algo. Si los barrios están segregados, las escuelas lo estarán también. Las notas que los chicos obtienen están directamente ligadas los ingresos de sus padres. Bajos ingresos, bajos resultados; altos ingresos, altos resultados”, añade.

Portada de 'The New York Times' del día en que el Supremo declarara ilegal la segregación racial en las escuelas.

Sobre los centros especializados o selectivos que eligen a sus alumnos con un examen, Bloomberg reflexiona: “Creo que es un poco contradictorio con la idea de una educación pública. Cuando el Ayuntamiento apuesta por escuelas selectivas, apuesta por algo que no es para todo el mundo. No dice que va a crear una escuela para familias blancas, dice que va a crear una escuela selectiva. Y cuando una escuela elige, qué pasa con los que se quedan fuera, cuál es el plan para ellos. Las escuelas integradas ayudan a combatir este problema”. Y pone un ejemplo: “Nosotros tenemos 375 estudiantes. Este año han entrado 10 chicos blancos. Ahora la gente piensa que somos mejor escuela de lo que lo éramos el año pasado. Solo por esto somos más interesantes para las familias blancas”.
La concentración de estudiantes negros y latinos con escasos recursos en escuelas muy segregadas se ha disparado en el Estado de Nueva York en los últimos años. En 2010, según los datos censales disponibles, casi la mitad de los estudiantes de Nueva York procedían de familias con escasos recursos. Sin embargo, el estudiante blanco tipo acude a escuelas en la que solo el 30% de sus compañeros proceden de familias con bajos ingresos, mientras que el estudiante negro o latino estudia en centros donde el 70% de los alumnos padece ese problema.
La mitad de los jóvenes negros y latinos de Nueva York acude a colegios en los que la presencia de blancos es mínima, apenas un 10%. Solo el 20% de los distritos escolares del área metropolitana de Nueva York se considera integrado racialmente. En los 32 distritos de la ciudad, 19 tienen el 10% o menos de estudiantes blancos. Esto incluye todos los de Bronx, dos tercios de Brooklyn, la mitad de Manhattan y un tercio de Queens. Y la situación no ha hecho más que empeorar. Por escuela segregada se entiende la que tiene entre el 50% y el 100% de alumnos afroamericanos; muy segregada, entre el 90% y el 100%; y escuela apartheid, entre el 99% y el 100%.

Los abogados George E. C. Hayes, Thurgood Marshall y James Nabrit (de izquierda a derecha) celebran en 1954, ante la Corte Suprema de Washington, la histórica sentencia contra la segregación escolar. / AP

La primera dama de Nueva York, la afroamericana Chirlane McCray, esposa del alcalde, el demócrata Bill de Blasio, alzó su voz al respecto en un artículo publicado en el New York Amsterdam News, un semanario dedicado a la población negra. “Sesenta años después de la sentencia Brown v. Board of Education, los neoyorquinos se enfrentan a una incómoda verdad: los jóvenes afroamericanos siguen siendo estafados por el sistema educativo. El año pasado, solo el 11% de los estudiantes negros de la ciudad abandonó el instituto con los conocimientos para acceder a la universidad. No podemos dejar pasar otro año sin abordar esta crisis. Los niños que no tiene acceso a una educación de calidad tienen un 25% más de posibilidades de abandonar la escuela, un 40% más de convertirse en padres adolescentes y un 70% más de cometer un crimen violento”.
Capítulo aparte merecen las llamadas escuelas chárter, objeto de polémica por sus características y porque, siempre según el estudio de la UCLA, han llevado la segregación en York a niveles insoportables. Las chárter nacieron a principios de los años 90 con el objetivo de agilizar el sistema y dotarlo de alternativas. Son escuelas gratuitas que reciben fondos públicos pero que operan de forma autónoma, según los términos de un contrato o carta (charter, en inglés). Aunque son públicas no dependen del Departamento de Educación correspondiente. Se comprometen a lograr determinados objetivos, como ayudar a estudiantes con pocos recursos, y tienen absoluta libertad para definir sus métodos de trabajo. Si estos objetivos se consiguen, el contrato con las autoridades educativas se mantiene; si no, se revoca. Su peculiaridad permite a estas escuelas centrarse en determinados objetivos. Una escuela chárter puede ser creada por un grupo de padres, un equipo de maestros, una organización ciudadana o una empresa privada.
Nueva York es una ciudad diversa, no integradora. El problema de la segregación no se ha solucionado"

En el caso de Nueva York, donde el ex alcalde Michael Bloomberg apostó por este tipo de centros en sus 12 años de mandato, la experiencia ofrece resultados polémicos. El 97% de los alumnos de las 183 escuelas chárter existentes en Nueva York en 2013 eran afroamericanos o latinos. El 73% de estos centros es definido por algunos investigadores como “escuelas apartheid” (el número de estudiantes blancos no supera el 1%) y el 90% se consideran “intensamente segregadas” (menos del 10% de alumnos blancos). Solo el 8% son multirraciales. En Bronx, Brooklyn y Manhattan, donde estas escuelas son una parte importante del total, casi todas las escuelas chárter son “intensamente segregadas”. El 100% de las escuelas chárter del Bronx sufre este problema. En Brooklyn y Manhattan esta situación afecta el 90% y el 97%, respectivamente, de dichos centros.
El máximo responsable de una de las principales organizaciones de escuelas chárter de Nueva York accedió a hablar con EL PAÍS en su despacho de Wall Street con la condición de no revelar su identidad. “Los colegios han estado segregados durante décadas y sabemos por qué, lo sabemos con precisión. Si se quiere hablar de segregación hay que ir a los distritos. Allí está el pecado. Resulta curioso oír que las chárter fomentan la segregación cuando es el sistema el que está diseñado para ser segregado, para seguir siendo segregado, y la gente protege sus privilegios. No digo que no haya quien desee fomentar la integración, pero, en general, la gente está bastante satisfecha. ¿La posibilidad de elegir aumenta la segregación? Sin duda, pero en todo el sistema, no solo en nuestros centros. La posibilidad de elegir centro se ha utilizado como una herramienta de segregación, de forma voluntaria y planificada. Así ha sido en muchos estados del Sur”, denuncia.
Y añade: “Si hablamos seriamente de segregación hay que hablar de un sistema intocable protegido políticamente, no de las escuelas chárter… Nos utilizan para buscar un responsable, porque nos les gustamos, porque estamos fuera de los sindicatos educativos, porque tenemos autonomía en nuestros métodos”. La misma fuente consideró despreciable la utilización del término apartheid: “Es una palabra que debe usarse para sistemas educativos en los que por la fuerza, por ley, se separa a blancos y negros… Pero los chárter son centros de elección, ningún padre está obligado a llevar a sus hijos. Utilizar esa palabra es una ofensa para todos los que trabajan y estudian en las escuelas chárter. Y lo es también para quienes tenían, como en Sudáfrica, un régimen de verdadero apartheid”.
La mitad de los jóvenes negros y latinos de Nueva York acude a centros en los que la presencia de blancos es mínima, apenas un 10%

En los institutos especializados, joyas del sistema educativo público de Nueva York a las que se accede por examen, los datos mueven también a la preocupación. Pese a que hispanos y negros constituyen más de dos tercios del total de estudiantes de la ciudad, solo representan el 9% en el Bronx High School of Science (más de 3.000 alumnos), uno de los mejores. En el Stuyvesant High School de Manhattan (3.200 alumnos), de los 952 estudiantes que obtuvieron plaza para el próximo curso, solo 21 eran hispanos y siete, negros. El año pasado, en ese mismo centro, solo nueve afroamericanos y 24 hispanos fueron aceptados. Los directores de estos dos centros se negaron a hablar para EL PAÍS. Asimismo, de los más de 5.000 estudiantes a los que se ofreció una plaza en alguno de los ocho centros especializados que realizaron examen de ingreso para el próximo curso, solo el 11% eran negros o hispanos. “Esta es una ciudad bendecida por la diversidad. Nuestros colegios, especialmente los mejores, deben reflejar esa diversidad”, dijo al respecto en una declaración pública De Blasio. Sin embargo, el anterior alcalde, Michael Bloomberg, siempre consideró que el sistema era justo. “Creo que el Instituto Stuyvesant y otros centros similares son justos. No hay nada subjetivo. Superas el examen, obtienes la puntuación más alta y entras en el centro. No tiene nada que ver con tu raza ni con tu situación económica”, declaró en 2012 a The New York Times.
Los motivos que explican que el Estado de Nueva York haya sido el más segregador de todo el país son variados, según los autores del informe del Proyecto de Derechos Civiles. Orfield atribuye la causa principal al abandono de las políticas integradoras que caracterizaron los años 60 y 70, además de una “intensiva segregación inmobiliaria, fragmentación de las ciudades en distrito escolares muy pequeños y un sistema de elección de centros que favorece la separación por razas en función del nivel de renta”. Los análisis más críticos afirman que el sistema escolar público conduce a los estudiantes más desfavorecidos a un embudo que les lleva a los peores colegios. Un ejemplo: en el distrito 15, en Brooklyn, las tres mejores escuelas captaron al 64% de los estudiantes que mejor rendimiento dieron en el examen de lectura; las seis peores, según los rankings, apenas matricularon a una docena de ellos.


Entre 1950 y 1980 la lucha por la integración racial en las escuelas de EE UU era un tema importante. La presión de organizaciones civiles, las decisiones de los tribunales y la legislación intentaron combatir el problema. En las últimas décadas, sin embargo, la mayor parte de las políticas anti segregación se han ido abandonando mientras las minorías (latinos y negros) iban creciendo aisladas en determinados barrios. Orfield recuerda el gran boicot escolar que se produjo en febrero de 1964, cuando medio millón de alumnos negros, sobre todo puertorriqueños, decidieron no acudir a la escuela en Nueva York como protesta contra las escuelas gueto y la política de “separados pero iguales”. Fue la mayor protesta civil jamás registrada en Estados Unidos.
Durante los años 80 y 90, las autoridades educativas se centraron más en los sistemas de medición del rendimiento de las escuelas, la libre elección de centros y las citadas escuelas chárter. “La posibilidad de elegir centro o de que los centros seleccionen a sus alumnos puede aumentar la igualdad o la integración, si se acompaña de las medidas adecuadas, o, todo lo contrario, producir más desigualdad y estratificación social. El Sur, hace 50 años, fue un excelente ejemplo de que la posibilidad de elegir centro solo sirve para aumentar la segregación cuando no va a acompañada de políticas de igualdad”, sostiene Orfield. La concepción de una escuela pública bajo el lema “separados, pero iguales” se ha demostrado incapaz de reducir la brecha entre estudiantes blancos y de otras razas. “Separados pero iguales, después de 60 años de análisis social, solo conduce a separados y desiguales. Separados pero iguales conduce a que las escuelas racial y económicamente aisladas poseen siempre profesores con menos experiencia, peor formados, peores materiales, profesores que abandonan, mayores tasas fracaso escolar, violencia, indisciplina….”, señala el profesor de Los Ángeles.
Pedro Noguera, sociólogo de la Universidad de Nueva York (NYU) y autor de muchos trabajos de investigación sobre desigualdad en las escuelas de EE UU, está totalmente de acuerdo con su colega de Los Ángeles. “Si concentramos los niños más pobres en determinados colegios, esos colegios son los que más problemas tendrán. El Gobierno anterior, con Michael Bloomberg, no dedicaba recursos a esos centros. Los colegios se deterioraban y los cerraban. Conocían el problema, pero no tenían estrategia para afrontarlo. La razón era ideológica. Su estrategia era hacer que los colegios rindiesen cuentas, que se viesen sus datos y que se viese cómo estaban funcionando, y si no mejoraban, en primer lugar se ejercía presión, se imponían sanciones y luego se cerraban” explica a EL PAÍS en su despacho del 726 de Broadway.
Es el sistema el que está diseñado para ser segregado, para seguir siendo segregado, y la gente protege
sus privilegios"

Noguera lamenta que el nuevo alcalde y Carmen Fariña se resistan a hablar de segregación: “Me siento decepcionado. Carmen tiene mucha experiencia, ha sido directora de colegio, y sabe que la solución no es cerrar un centro que no ofrece buenos resultados, sino dotarle de más recursos. Sin embargo, no han dicho ni una palabra sobre segregación. Ni una declaración, salvo para decir: “¡Qué vergüenza!”. No están haciendo nada para crear colegios integrados”. Noguera va más allá: “Para combatir la segregación hay que tener liderazgo y programas de calidad. No se puede dejar la solución del problema al mercado. Hay que intervenir”. Hay ejemplos. Centros como el Dos Puentes o el Manhattan Country organizan visitas diarias de niños con menos recursos a las casas de los compañeros más pudientes, y viceversa. El objetivo es que los chicos tomen consciencia de que pueden crecer juntos aunque el del pupitre de al lado tenga una casa mejor, o peor.
Los demógrafos señalan que en 2040 la población de color de los Estados Unidos será mayoría. “Si no preparamos a nuestros alumnos para interactuar con gente diversa, les estaremos privando de una buena educación. Hubo una época en que este tema era importante. Ahora se acepta la segregación. Hemos vuelto a la idea de separados pero iguales. La igualdad no se ha alcanzado, pero mucha gente se siente satisfecha con la separación”, afirma Noguera. Las cifras, parecen darle la razón. En la actualidad, el 64% de los estudiantes negros de Nueva York van a clases en escuelas muy segregadas. En New Jersey, el porcentaje es del 48%. En Pensilvania, el 46%. En Illinois es el 61%, en Maryland el 53%, en Michigan el 50%. Todas esas escuelas tienen tasas de pobreza del 90%. Solo el 1,9% de las escuelas con mayoría blanca tienen ese tipo de problemas. Dicho de otra manera, y en palabras de Orfield, en las escuelas del norte urbano de Estados Unidos la integración nunca se produjo.  

domingo, 20 de abril de 2014

Estudiantes negros e hispanos tienen menos oportunidades en sistema educativo EEUU

Tomado de El País
Obama rinde hoy homenaje al movimiento de derechos civiles que mejoró hace medio siglo las oportunidades para las minorías del país.
Educación de peor calidad y más abandono entre negros e hispanos

La ONU denuncia que la discriminación racial se da de forma constante en todas las esferas de la sociedad de EE UU


El fracaso escolar lastra el progreso socioeconómico de las minorías


Por Joan Faus

“Definitivamente sigue siendo un factor esencial”. Ayana, una joven negra de 18 años que estudia Ciencias Políticas en la Universidad de Howard en Washington DC, nació 41 años después de la sentencia del Tribunal Supremo que prohibió la segregación racial en el ámbito educativo en Estados Unidos. Pero en pleno 2014, cuando se cumple el 60 aniversario de ese fallo y el 50 de la aprobación de la Ley de Derechos Civiles, deplora que aún son bien patentes en la educación los efectos de la discriminación por color de piel. Y no solo allí. En marzo el Comité de Derechos Humanos de la ONU denunció que, pese a los progresos alcanzados, "en la práctica" la discriminación se da hoy en día de forma constante en todas las esferas de la sociedad estadounidense.
Medio siglo después del fin de la vergonzosa segregación, el racismo es mucho más residual en EE UU, y han aumentado las oportunidades y el acceso de afroamericanos a cargos de responsabilidad -basta recordar la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca-, pero las desigualdades socioeconómicas entre blancos y negros se han disparado, lo que ha enquistado una discriminación más sutil pero aún muy determinante.
La educación, como etapa inicial en la vida, es sin duda el eslabón más definitorio. Las estadísticas revelan que, pese a que se ha expandido el acceso a la formación, los estudiantes negros y latinos siguen en desventaja respecto a los blancos en los factores que determinan su desarrollo educativo. Y, por ende, condicionan enormemente sus oportunidades de progreso a lo largo de la vida: es más probable que reciban una enseñanza de peor calidad, sean más castigados y abandonen sus estudios. Y por ello, gozan de menos opciones que los blancos de acceder a la universidad y aún menos a las de mayor prestigio.
Ayana, de hecho, dice haber notado sobre todo el peso racial en los procesos de aplicación a universidades. En las colmadas mayoritariamente por estudiantes blancos, como Georgetown o Maryland, no fue aceptada, mientras sí lo fue en Howard, el templo educativo afroamericano por excelencia en EE UU. La joven lo achaca a las cuotas por raza que fijan las instituciones más prestigiosas y lamenta que el proceso no se base únicamente en la cualificación académica. "Lo hace mucho más difícil", se queja a las puertas de su facultad.
Las cifras le dan la razón. Según un informe de 2013, solo un 7% de los estudiantes de primer año en las mejores 468 universidades de EE UU eran negros en comparación con el 75% de blancos. En consecuencia, la proporción de alumnos pertenecientes a minorías es mucho mayor en las universidades de menos reputación. "Más negros e hispanos están yendo a la universidad pero a una ratio más baja que los blancos y con grandes diferencias en el tipo de instituciones", apunta por teléfono Joseph Yeado, analista de Education Trust, una organización en defensa de la igualdad educativa.
Así, mientras en 1975 la probabilidad de que un ciudadano de color fuese licenciado universitario era del 11%, en 2013 fue del 20%; mientras la de los latinos ha pasado del 9% al 16%, según datos de esta organización con sede en Washington. Pero, a su vez, la de los blancos también ha aumentado en ese periodo -del 24% al 40%-, lo que mantiene la amplia brecha.
Fuera del ámbito universitario, Ayana niega, sin embargo, que la raza influyera en su educación escolar aunque admite que depende mucho del entorno económico. Algo en lo que coincide Philip, un estudiante de tercer año de Economía en Howard, que critica que "se tienda a hacer un prototipo uniforme" de los afroamericanos.
Los expertos comparten esa tesis pero avisan de que, pese a que las disparidades socioeconómicas afectan profundamente, el papel de las escuelas y la planificación gubernamental también resultan primordiales. "Hay factores no escolares, como que es más probable que los estudiantes de color crezcan en un ambiente de pobreza y tengan menos acceso a sanidad y a una buena alimentación, así como apoyo familiar. Pero las escuelas pueden hacer mucho, pues el sistema empeora las diferencias", sostiene Natasha Ushomirsky, también de Education Trust.
En este sentido, critica que los niños negros e hispanos tiendan a tener profesores nuevos y poco especializados, lo que lastra su aprendizaje. Por ejemplo, una cuarta parte de las escuelas de 14 a 18 años con mayor porcentaje de alumnos de minorías no ofrecen clases avanzadas de matemáticas, según un estudio del Departamento de Educación. Pero, paradójicamente, en algunos colegios los niños de bajos recursos obtienen mejores notas que los más acaudalados por la misma asignatura, lo que es un "gran problema" porque significa que se les exige mucho menos. Y eso no ayuda en nada a acortar la brecha. De hecho, Obama recordó en febrero, en la presentación de un plan para mejorar la capacidad académica de los afroamericanos, que el 86% de los niños negros de 10 años y el 82% de los hispanos leen por debajo del nivel adecuado para su edad, en comparación con el 58% de los blancos.
A la baja preparación académica se le une el hecho de que los estudiantes negros suelan ser castigados con mayor severidad. Según Educación, pese a que los alumnos negros tienen un peso del 16% en las escuelas públicas, suponen el 27% de los remitidos a las autoridades policiales y el 31% de los detenidos en los centros. Unos expedientes policiales que luego merman sus oportunidades laborales. Y en este círculo perverso, todo ello conduce a un mayor abandono escolar. "¿Por qué los estudiantes latinos abandonan la escuela cuatro veces más que los blancos, y los negros dos veces más?", preguntó Yuji Iwasawa, uno de los miembros del Comité de la ONU en las recientes sesiones. A lo que la delegación estadounidense replicó destacando los "esfuerzos" para combatir la disparidad y la mejora -muy ligera- en las cifras, y abogando porque los alumnos no sean enviados a sus casas por faltas menores.
En el ámbito universitario, la brecha de abandono es aún más acentuada para los negros. En las carreras de cuatro años, se estima que es del 37% en blancos, 48% en hispanos y 60% en negros. Además, cuanto más bajo es el nivel del centro, mayor es el abandono. El experto Yeado lo atribuye a dos factores interrelacionados: el menor bagaje académico con el que suelen empezar la universidades y sus aprietos económicos. Los alumnos de bajos recursos tienden a tener que tomar clases de refuerzo, que les suponen un coste extra y que, por tanto, hace que tengan menos dinero -procedente en parte de las ayudas públicas que reciben- para pagar el resto de asignaturas regulares. En paralelo, esto provoca que avancen más lentamente durante la carrera, por lo que se pueden desmotivar y optar a la postre por abandonar.
"Los estudiantes de bajos ingresos y de color sufren una combinación de factores que desatan la tormenta perfecta", lamenta. Por ello, insta a la Administración a aumentar la dotación de ayudas y a los alumnos que necesitan más dinero a optar únicamente a préstamos del Gobierno porque ofrecen mejores condiciones que los de los bancos, y se ha demostrado que cuantos más préstamos piden para poder pagar las asignaturas menos posibilidades tienen de completar la carrera. En resumen, la clave, insisten los expertos, consiste en poner el foco en las barreras que enquistan la disparidad racial, pero medio siglo después del fin de la segregación el avance es desesperadamente lento. 

domingo, 10 de febrero de 2013

Cuestionan capacidad del gobernador de Nueva Jersey debido a su sobrepeso


Tomado de El País
El gobernador de Nueva Jersey, durante su entrevista con David Letterman. Votantes EEUU un país con alto índice de obesidad cuestiona capacidad para gobernar de Christie por sobrepeso

Algunos votantes EEUU no son tan civilizados como podría esperarse de una sociedad multicultural y que hace gala de la defensa de las libertades civiles. En pleno siglo XXI aún discriminan de entre candidatos para gobernar por el solo hecho de prejuicios tales como: raza, género, preferencia religiosa o sexual y ahora hasta por sobrepeso.

La semana de Chris Christie

EE UU se pregunta si el Gobernador de Nueva Jersey podría llegar a presidente siendo obeso

El mandatario acudió al programa de David Letterman y bromeó sobre su exceso de peso

Por Cristina F. Pereda

Desde que el republicano Chris Christie fuera aspirante y ganase las elecciones a gobernador de Nueva Jersey en 2009 hasta los rumores sobre su posible candidatura en unas presidenciales, sus cualidades políticas siempre han ido asociadas a una pregunta: ¿es su sobrepeso un obstáculo?
Christie, de 50 años, ha lidiado con estos comentarios mediante una estrategia que varía, según la ocasión, entre sumarse a las bromas acerca de su sobrepeso, ignorar el asunto para restarle importancia o deslegitimar cualquier duda sobre el efecto que pueda tener en su calidad como gobernador. Cuando aumentan los rumores sobre su posible candidatura a la presidencia en 2016, cuando hay más cámaras, más micrófonos y más focos a su alrededor, Christie es capaz desde zamparse un donut durante una entrevista en televisión hasta zanjar una polémica con un claro “cierra la boca”.
El gobernador republicano, uno de los políticos de su partido de mayor carisma y con mejor aceptación entre los ciudadanos, nunca ha rehuido la conversación sobre su peso. En 2012,  reconoció ante Oprah Winfrey que intenta adelgazar desde hace treinta años a pesar de que considera estar “perfectamente sano”. También admitió que “los médicos me han dicho que mi suerte se va a acabar relativamente pronto” y que “estaría mucho más sano si no tuviera sobrepeso”.
Christie ha protagonizado -y ha sido víctima- de decenas de chistes en los ‘Late Night Shows’. Pero, acostumbrado a reírse de sí mismo, esta semana decidió participar en la fiesta. Acudió al programa de David Letterman. No cabía en el sillón, pero envió un mensaje, está bien, se puede hablar abiertamente de su sobrepeso. Contestó algunas preguntas, sacó un donut del bolsillo y mordió. “No pensé que esta entrevista fuese a durar tanto”, bromeó mientras Letterman le acercaba una servilleta.
El episodio se suma a la larga lista de ocasiones en las que Christie ha contestado a una polémica con el lenguaje de cualquier ciudadano en las calles de ‘Jersey’. Pero cuando parecía que el gobernador se había adueñado de la polémica, reivindicando su derecho a tratar su gordura como un asunto personal y privado que no merece la atención pública, Christie debía entrar de nuevo en escena. La que fuera doctora de la Casa Blanca durante la presidencia de Bill Clinton aseguró en CNN que estaba preocupada porque Christie, en el caso de acceder a un cargo de tanta presión como la presidencia, “se puede morir durante su mandato”.
El gobernador acudiría después a una rueda de prensa sobre los avances en la recuperación tras el paso del huracán Sandy, que afectó especialmente al Estado de Nueva Jersey, y allí su peso volvió a robar la atención. “Me parece fascinante que una doctora de Arizona que ni me conoce ni sabe mi historial médico pueda hacer un diagnóstico a miles de kilómetros de distancia, debe ser un genio”, contestó Christie. “Cuando llegué a casa mi hijo de doce años me preguntó si me voy a morir. Esa señora debería cerrar la boca”.
A diferencia de otros políticos, Christie no ha publicado nunca los informes médicos sobre su salud y en 2011 estuvo hospitalizado durante varias horas por un ataque de asma del que culpó al calor y la humedad. Tampoco ha revelado si su sobrepeso está relacionado con otra afección médica o no.
El gobernador cuenta con el apoyo del 90% de los votantes republicanos de su Estado, así como el 75% de los independientes y el 62% de los demócratas, según una encuesta reciente. Su aprobación se ha visto reforzada además por su gestión tras el huracán Sandy. Entonces, la periodista Barbara Walters le preguntó si su peso había representado algún problema. Christie presumió de haber trabajado turnos de 18 horas durante varias semanas y de “levantarse cada día dispuesto a volver a empezar”.
Hay quien ha pedido el fin de esta conversación criticando la insensibilidad de un debate sobre si Christie está gordo o no. Otros aluden a la oportunidad, tanto personal como política, que puede aprovechar el gobernador si con su iniciativa para perder peso lidera a un país en el que dos tercios de sus ciudadanos tienen problemas de peso y uno de cada tres son obesos.
Desde personalidades de la televisión como Winfrey hasta candidatos a la presidencia de Estados Unidos, como el exgobernador de Arkansas, Mike Huckabee, han convertido su lucha contra el sobrepeso en una campaña de relaciones públicas. Su afán de superación y esfuerzo, seguir una dieta o hacer ejercicio -Huckabee acabó corriendo una maratón después de perder 45 kilos- inspiró a decenas de personas a seguir su ejemplo. Una estrategia que bien podría servir a Christie si finalmente lanza una campaña presidencial.
CNN encendió la mecha
Tomado de Agencias Noticiosas
La CNN reveló hoy la opinión de un exmédico de la Casa Blanca, quien opinó que la obesidad de Christie podría ser un problema si optara finalmente a la presidencia en 2016, ya que podría sufrir un infarto o complicaciones como diabetes o apnea. 
Según el doctor Connie Mariano, quien ha ejercido durante 9 años como médico presidencial, Christie podría sufrir un ataque al corazón, "es casi como una bomba de relojería esperando a que algo pase, a no ser que solucione ese problema antes de presentarse a la presidencia". 

El debate en los medios estadounidense se ha iniciado después de que el carismático Christie, que suena como candidato republicano para 2016, bromeara en el Show de David Letterman sobre su obesidad. 

"Soy básicamente el gordo más sano que jamás haya usted visto en su vida", dijo Christie, de 50 años y que mostró ayer que no tiene problemas para bromear sobre su gusto por la comida. 

Hoy, en una rueda de prensa tras una reunión con víctimas del huracán "Sandy", que golpeó el estado de Nueva Jersey el pasado octubre, Christie aseguró que tiene un "plan" para perder peso. "Si tengo éxito o no, podrán notarlo", indicó Christie. 

Hasta el momento Christie ha negado que tenga intención de optar a la presidencia en 2016, pese a que sigue copando las apuestas políticas.