martes, 17 de agosto de 2010

La batalla de los economistas muertos: ¿Keynes o Friedman?


¿Debe EE.UU. pisar el acelerador o el freno en materia fiscal? Dos tratamientos opuestos para un paciente que todavía convalece

Por Jon Hilsenrath

WASHINGTON—Dieciocho meses después de que el presidente Barack Obama administrara una dosis masiva de aumentos del gasto y de recortes de impuestos, economistas y políticos se han enfrascado en un acalorado debate sobre si la medicina del estímulo fiscal está curando o empeorando al paciente.

La discusión no es meramente académica. Está influyendo en las decisiones legislativas sobre si es mejor responder al angustiante pronóstico para la economía estadounidense con más gasto gubernamental o con iniciativas para reducir el déficit.

Un bando dice que el paquete de estímulo fiscal de Obama de US$862.000 millones impidió una recesión aún mayor. Una reducción del déficit en las actuales circunstancias, se insiste, haría que la economía cayera en picada.

La esquina contraria cuestiona los beneficios del estímulo fiscal y alega que es crucial abordar ahora los déficits a largo plazo para evitar un alza de las tasas de interés y problemas incluso más graves más adelante.

Por último, hay quienes se encuentran en el medio: defendieron el año pasado el paquete de estímulo, pero ahora exigen un plan para recortar el déficit fiscal.

La pugna está en el centro de muchas disputas en el Congreso. Los republicanos se opusieron a la propuesta de Obama para ampliar las prestaciones por desempleo hasta 99 semanas, insistiendo en recortar gastos en otras partidas para no elevar el déficit, pero perdieron la batalla. El mandatario sostiene que los beneficios son vitales para millones de desempleados y que ayudarán a reforzar el consumo.

La Casa Blanca dice que apoyará un alza de los impuestos a las familias con ingresos superiores a los US$250.000 al año. Los republicanos y unos pocos demócratas afirman que permitir la expiración a fin de año de los incentivos tributarios promulgados por el ex presidente George W. Bush asfixiaría a la economía. "Rechazo la falsa premisa de que sólo una intervención gubernamental enérgica y sostenida puede asegurar la renovada prosperidad de este país", dijo en julio Paul Ryan, representante republicano por Wisconsin quien es partidario de un plan de recorte fiscal a largo plazo.

La opinión pública parece estar del lado de los defensores de una reducción del déficit. Una encuesta realizada en junio por The Wall Street Journal/NBC News pidió a los participantes que dijeran con qué afirmación estaban más de acuerdo: (1) el presidente y el Congreso deberían preocuparse más de impulsar la economía aunque suponga déficits más altos; (2) el presidente y el Congreso deberían preocuparse más de mantener bajo el déficit aunque esto signifique que la economía tardará más en recuperarse. El 63% eligió la segunda opción.

La mayoría de los economistas coincide en algunos puntos. La economía de EE.UU. necesitaba algún tipo de ayuda fiscal en 2009 ante la inestabilidad del sistema financiero y la decisión de la Reserva Federal (Fed) de dejar las tasa de interés prácticamente en cero. En algún momento, se tendrá que controlar el déficit, en parte al limitar el crecimiento del gasto en salud y otras prestaciones. Y, en tercer lugar, el desarrollo en estos momentos de un plan a largo plazo para lograr este objetivo reducirá los riesgos de una futura calamidad financiera y ayudará a mantener bajas las tasas de interés.

En la actualidad, ningún bando puede afirmar con seguridad si el paquete de estímulo más reciente cumplió su cometido, ya que nadie sabe qué habría pasado en su ausencia.
El presidente de la Fed, Ben Bernanke, respaldó el paquete fiscal a principios de 2009. Ahora, indica que la economía aún lo necesita, pero que debe ir acompañado de un plan viable para reducir déficits futuros. Al igual que el gobierno de Obama, no cree que se debería implementar un ajuste fiscal hasta que la economía se estabilice.

A diferencia de EE.UU., Europa ha optado, al menos retóricamente, por la reducción del déficit. En algunos casos, como los de Grecia y España, ello se debe a la presión de los mercados y del Fondo Monetario Internacional (FMI). En otras instancias, como las de Gran Bretaña y Alemania, los factores internos han sido más preponderantes.

El argumento de que el gasto fiscal puede ser vital para contrarrestar los efectos de una recesión se remonta a John Maynard Keynes, el economista británico cuyas teorías dominaron las décadas posteriores a la Gran Depresión de los años 30.

Una contrarrevolución encabezada por Milton Friedman, de la Universidad de Chicago, desacreditó el papel del gobierno. Sus ideas se empezaron a poner en práctica con el ascenso a posiciones de influencia de los economistas conocidos como los Chicago Boys durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, a mediados de los 70, y los triunfos electorales de Margaret Thatcher en Gran Bretaña y de Ronald Reagan en EE.UU. Keynes cayó en desgracia durante la estanflación de finales de los años 70 y principios de los 80. La manipulación de las tasas de interés por parte de los bancos centrales pasó a considerarse como la mejor herramienta para que los gobiernos combatieran los altibajos de la economía.

Un tema crucial: las lecciones sobre política fiscal en tiempos normales no son necesariamente aplicables hoy en día, cuando la Fed ha reducido las tasas de interés a cero y el desempleo se mantiene alto.

Ambos bandos hicieron hincapié en pasadas victorias. Los keynesianos citan el gasto deficitario como el remedio que puso fin a la Gran Depresión y advierten que el prematuro recorte del déficit fiscal en Japón en 1997 causó un regreso de la recesión.

La otra parte menciona a Margaret Thatcher, quien en 1981 hizo caso omiso de las protestas de cientos de economistas y subió los impuestos y ajustó el gasto para recortar el déficit presupuestario en medio de una recesión. Gran Bretaña emergió de la crisis con una menor inflación, tasas de interés más bajas y una economía pujante.

Los keynesianos dicen que el episodio no tiene relevancia para la situación actual porque EE.UU. no puede disminuir las tasas de interés, como hicieron los británicos. Otra diferencia: la libra esterlina perdió la mitad de su valor en los años 80, lo que impulsó las exportaciones. El dólar, en cambio, se fortaleció tras el inicio de la crisis financiera al ser considerado un refugio por los inversionistas.

Algunos funcionarios estadounidenses reconocen, en privado, que sus expectativas sobre la creación de empleo pecaron de un exceso de optimismo. La economía, sostienen, se encontraba en un estado más deplorable en 2009 de la que creía la mayoría. En el primer trimestre del año pasado, cuando se aprobó el plan de estímulo, EE.UU. se contrajo a una tasa anualizada de 6,4%. Desde entonces, ha crecido a un ritmo de 2,5%. Además, ha comenzado a añadir empleos, aunque de manera muy pausada.

Cuesta aislar el impacto del paquete fiscal del de otras medidas. Su aprobación, en febrero de 2009, coincidió con una mejora de la economía. Pero antes de su promulgación, la Fed redujo las tasas de interés a corto plazo a casi cero y comenzó a comprar valores hipotecarios para hacer bajar las tasas a largo plazo. Poco después de que el estímulo recibiera el visto bueno, la Fed expandió sus compras de valores.

Un repunte bursátil coincidió con los mayores esfuerzos de la Fed y con la realización de las "pruebas de resistencia" del banco central y del Departamento del Tesoro para apuntalar la confianza en los bancos.

Un estudio de 91 programas de estímulo fiscal en 21 países desarrollados entre 1970 y 2007 efectuado por el economista de la Universidad de Harvard, Alberto Alesina, mostró que los recortes de impuestos estimulan más la economía que el gasto fiscal. "Yo habría hecho más por el lado fiscal que por el lado del gasto", afirma Alesina.

La demografía y su impacto en la riqueza de los países

Tomado del Wall Street Journal

Naciones con poblaciones enormes como China pueden beneficiarse de grandes ideas que conduzcan a un mayor desarrollo

Por David Wessel

La demografía no es sinónimo de supremacía. En el año 1300, la población de China era más grande que la de Europa y su tecnología era la más sofisticada del mundo.

Pero desperdició su oportunidad. Para 1850, tenía 65% más habitantes que Europa, pero —gracias a la Revolución Industrial—los europeos eran mucho más ricos.

Con todo, la demografía sí es importante. "Nunca le prestamos suficiente atención a la demografía debido a que es a tan largo plazo", dice Dominique Strauss-Kahn, director del Fondo Monetario Internacional.

En los próximos 40 años, las poblaciones en edad productiva de Japón y Europa se contraerán en 30 millones y 37 millones, respectivamente, según proyecciones de Naciones Unidas. Las tasas de natalidad allí son bajas y muchos de sus ciudadanos ya están en la tercera edad.

La población en edad productiva de China seguirá creciendo por 15 años o más, luego bajará, como resultado de su política de hijo único y la tendencia a que las tasas de natalidad caigan a medida que incrementa el ingreso de la gente. En 2050, estima la ONU, China tendrá 100 millones de trabajadores menos que hoy en día. En cambio, en los próximos 40 años la población de India en edad productiva crecerá en 300 millones de personas. Estados Unidos está beneficiándose de una tasa de natalidad más alta y una población más joven que Europa y Japón, así como una mayor migración. Se calcula que sumará 35 millones de personas en edad productiva para 2050.

¿Y eso qué importa?

La historia nos enseña que mientras haya más personas, habrá más ideas. Y a diferencia de la tierra o el petróleo, las ideas pueden ser usadas por más de una persona a la vez. Antes de que los países comenzaran a compartir ideas, los más grandes tenían el desarrollo tecnológico más acelerado. Ahora, el comercio, los viajes e Internet distribuyen las ideas por todo el mundo a un ritmo cada vez más rápido. Por lo tanto, los beneficios se propagan.

"En las próximas décadas, debido a Internet, debido a muchos otros cambios que han encogido al mundo, es casi imposible que un solo país mantenga la propiedad de una tecnología para sí mismo", dice Strauss-Kahn. Durante algún tiempo, países pequeños como el Reino Unido y Francia eran potencias mundiales debido a sus avances tecnológicos. Esa época ya pasó, asegura. "El poder es sinónimo de números", argumenta y eso lo lleva a predecir la creciente influencia de China e India.

El aumento de la población y el creciente número de consumidores de carne, petróleo y más bienes, crea tensión entre los costos ambientales y los beneficios de la generación de ideas. A algunos les preocupan los costos, otros ven los beneficios.

"La población de China es casi igual a la de EE.UU., Europa y Japón combinadas", dijeron hace poco los economistas de la Universidad de Stanford Chad Jones y Paul Romer en una revista académica. "En las próximas décadas, el continuo desarrollo económico de China podría duplicar el número de investigadores en todo el mundo que expandan la frontera tecnológica.

¿Qué efecto tendrá esto en los ingresos en países que compartan ideas con China a largo plazo?" Mucho, o muchísimo, señalan los dos economistas. De hecho, dicen que incluso si EE.UU. tuviera que cargar con todos los costos de mitigar el dióxido de carbono extra emitido por una China en rápido desarrollo, las ideas generadas por los chinos incrementarían los ingresos per cápita en EE.UU. a niveles más que compensatorios.

Hoy, uno de cada cinco japoneses y europeos tiene más de 65 años. En 2050 será uno de cada tres. El rápido crecimiento de la productividad —la cantidad de cosas producidas por hora de trabajo— podría ayudar a las poblaciones en edad productiva a mantener a sus ancianos. Pero la tendencia no es prometedora. Los japoneses y europeos muy probablemente tendrán que trabajar por más tiempo, tomar menos vacaciones y quizá pagar más impuestos.

Para China, el reto es construir estructuras sociales y esquemas de jubilación para sostener a un creciente grupo de ancianos, que a diferencia de generaciones anteriores, no podrá depender tanto de sus hijos para su sustento. Hoy, 1,4% de los chinos tiene más de 80 años; en 2050 serán 7,2%, según la ONU.

En EE.UU., una población en alza, la apertura a inmigrantes ambiciosos y al comercio y un fuerte aumento de la productividad podrían elevar los estándares de vida y acelerar el crecimiento.

lunes, 16 de agosto de 2010

Economía China desplaza a Japón como la segunda economía del mundo

Tomado de EL País
Basado en un artículo de The New York Times

Planta Industrial en Japón

El PIB chino alcanza los 1,33 billones de dólares, entre abril y junio, por los 1,28 billones del nipón

La economía japonesa experimentó un débil crecimiento en el segundo trimestre de 2010, de apenas un 0,1%, mucho menos de lo esperado, según los datos oficiales publicados hoy. Las cifras, según el diario estadounidense The New York Times, suponen que China desbanca a Japón como segunda potencia económica mundial, sólo por detrás ya de EE UU.

El diario estadounidense subraya que Tokio cifra el valor de su Producto Interior Bruto en el segundo trimestre en 1,28 billones de dólares (1 billón de euros), ligeramente por detrás de los 1,33 billones de la economía china. No obstante, en el conjunto del año, la economía japonesa sigue siendo la segunda del mundo, con un PIB valorado en 2,57 billones de dólares, por los 2,53 billones del PIB chino. En cualquier caso, se da por descontado que la economía china será en breve, tan pronto como termine el año, la segunda del mundo.

La economía japonesa creció un 0,1% entre abril y junio, lo que supone un 0,4% en términos interanuales. El crecimiento trimestral es mucho menor del 2,3% que se esperaba y muy lejos de las cifras de sus cercanos competidores: EE UU creció entre abril y junio a un ritmo del 2,4%, mientras que Alemania lo hizo al 2,2%, tirando del resto de la eurozona.

La fuerte subida del yen, que ha alcanzado su máximo nivel en lustros frente al dólar en fechas recientes, lastra las exportaciones japonesas, de las que depende en buena medida la economía del país. El Gobierno japonés, de hecho, está intentando rebajar el valor de su moneda, en vista de que las previsiones de crecimiento de EE UU y China, principales destinos de las exportaciones niponas, para la segunda mitad del año auguran una desaceleración.

Tokio reconoce oficialmente que la economía china les ha superado en el segundo trimestre, pero prefiere hacer las comparaciones con los datos del conjunto del año. Keisuke Tsumura, miembro del Gabinete, "sería correcto y justo comparar las cifras de todo el año, ya que tenemos distintos cálculos para los ajustes temporales".

Médicos cubanos denuncian al régimen ante tribunales por explotación laboral

Tomado del Wall Street Journal


Por Maria C. Werlau

Presentaron una demanda judicial en corte contra de Cuba, Venezuela y la petrolera estatal venezolana por mantenerlos en condiciones equivalentes a las de una "esclavitud moderna".


Durante décadas, Cuba ha "exportado" médicos, enfermeras y técnicos de salud para obtener influencia diplomática en países pobres y efectivo para su economía tambaleante. Según los medios oficiales cubanos, unos 38.544 profesionales de la salud cubanos se desempeñaron en el extranjero en 2008, de los cuales 17.697 eran médicos. (Cuba informa que cuenta con 70.000 doctores en total).

Estos "misionarios de la revolución" son bien recibidos en los países anfitriones, desde Argelia a Sudáfrica y Venezuela. Sin embargo, quienes alaban la generosidad de Cuba pasan por alto aspectos más feos de la diplomacia de la salud cubana.

El régimen es acusado de violar varios acuerdos internacionales como el Protocolo de Tráfico de Personas y la Convención ILO sobre la Protección de Salarios debido a la forma en que son tratados estos proveedores de salud. En febrero, por ejemplo, siete médicos cubanos que trabajaron en Venezuela y luego desertaron, presentaron una demanda judicial en una corte de Florida, EE.UU., contra Cuba, Venezuela y la petrolera estatal venezolana por mantenerlos en condiciones equivalentes a las de una "esclavitud moderna".

Sostienen que el régimen cubano retenía los fondos que Venezuela enviaba por sus servicios y luego les pagaba, un acuerdo que afirman es una forma de servidumbre de deuda. También afirman que los obligaban a trabajar jornadas extremadamente largas en zonas peligrosas, incluidas áreas urbanas con altos índices de crimen y en la selva. (El gobierno venezolano y su petrolera cuestionan la jurisdicción de la corte para admitir el caso; Cuba no se ha pronunciado al respecto).

Desde 2002, Hugo Chávez acordó pagar, en su mayor parte en la forma de petróleo venezolano subsidiado y barato, para que Cuba brindara servicios médicos a poblaciones marginalizadas en Venezuela sin costo para los pacientes. Pero en los últimos años extendió la iniciativa a otros países, y ayudó a forjar apoyo para su agenda regional marxista mientras mantenía a flote la economía cubana.

Cuba no hace públicos sus acuerdos con países anfitriones, pero se han conocido detalles a través de fuentes abiertas, incluidos los medios oficiales cubanos. Estos muestran que, típicamente, el país anfitrión le paga a Cuba en moneda dura por cada trabajador de la salud y le brinda alojamiento, alimentación y un estipendio mensual que suele oscilar entre US$150 y US$350. Cuba costea los pasajes aéreos y el apoyo logístico, además de pagar los salarios de los trabajadores de la salud con los fondos que retiene.

Los proyectos de salud global de Cuba también reciben apoyo del mundo desarrollado. En 2005, por lo menos US$27 millones fueron donados a la misión cubana en Haití, incluidos recursos provenientes de Francia y Japón. La benevolencia internacional también se traduce en asistencia directa. En 2008, Cuba recibió US$127 millones de países de la OCDE. Estas transferencias explican el reciente aumento en la exportación de servicios de Cuba a US$8.600 millones en 2008 frente a US$2.800 millones en 2003. La cifra representa 75% del PIB y los servicios generan muchos más ingresos que cualquier otra industria.

Los médicos cubanos van al exterior porque en su país ganan escasos US$22 a US$25 al mes. En otros países, suelen recibir un pequeño estipendio en moneda local mientras sus familias en su país natal reciben su salario habitual más un pago en moneda dura, de entre US$50 y US$325 al mes.

Pero cuando el Estado es el único empleador y los ciudadanos tienen prohibido dejar el país sin permiso, el sistema está hecho para la explotación. Varios doctores cubanos que se han desempeñado en el extranjero me dicen que además de trabajar muchas horas no pueden conducir un auto, salir de su vivienda luego de un horario determinado o hablar con los medios. En algunos países sólo pueden asociarse con "revolucionarios". Miles de profesionales de la salud cubanos han desertado en todo el mundo. Casi 1.500 de ellos han llegado a EE.UU. sólo desde 2006, según un informe del Departamento de Seguridad Interior de EE.UU. divulgado en marzo.

El rentable negocio global de Cuba tiene ramificaciones para su propio sistema de salud. Periodistas cubanos independientes al igual que por los occidentales que acaban en un hospital para la gente común, que los cubanos enfrentan una escasez crónica de médicos e instalaciones médicas dilapidadas. Los pacientes o sus familias incluso deben llevar su propia comida y sábanas al hospital.

En tanto, la producción en masa de médicos cubanos de exportación ha llevado a asociaciones médicas en países anfitriones como Bolivia, Paraguay, Uruguay, Brasil y Portugal a cuestionar su experiencia y antecedentes. Algunos médicos venezolanos se han quejado de ser despedidos y reemplazados por médicos misionarios cubanos. Y hace unos años la prensa boliviana informó que la asociación médica del país se quejaba de miles de profesionales de la salud sin empleo ganaban mucho menos que lo que Chávez les pagaba a los cubanos.

El humanitarismo no puede ser selectivo. Los trabajadores de la salud de Cuba merecen la protección total de las leyes locales e internacionales, sus ciudadanos merecen acceso a una cobertura médica adecuada y los pacientes en todas partes merecen que sus proveedores de salud respondan ante las autoridades pertinentes.


Werlau es directora ejecutiva de la organización de derechos humanos sin fines de lucro Cuba Archive.

domingo, 15 de agosto de 2010

Continúa discusión sobre la nacionalidad de hijos de inmigrantes

Tomado de El Espectador
Tras la realización de una encuesta se reveló que los estadounidenses apoyan el proyecto de ley impulsado por el republicano, Russell Pearce.

Estadounidenses aprueban negar la nacionalidad a los hijos de los inmigrantes indocumentados, así hayan nacido en el país norteamericano, según una encuesta de la compañía Rasmussen Reports, publicada el jueves.

El 58% de los encuestados considera que los hijos de los inmigrantes ilegales, nacidos en Estados Unidos no deberían otorgarle la ciudadanía de manera automática.

Los sondeos fueron realizados por la firma Rasmussen Reports, a raíz de la idea impulsada por el senador estatal de Arizona, Russell Pearce, quien tiene la voluntad de presentar, a nivel regional, un proyecto de ley para que se prohíba la entrega de la nacionalidad estadounidense a niños de ilegales.

El pasado mes de mayo, el republicano reveló una serie de correos electrónicos, que tenían como destinatarios a sus constituyentes, el cual indica que la idea podría debatirse durante la próxima sesión anual de la legislatura estatal que inicia en enero de 2011. “Intento promover una iniciativa en Arizona en la que se rechace emitir un certificado de nacimiento que reconozca la ciudadanía a aquellos nacidos de extranjeros ilegales, al menos que uno de los padres sea ciudadano”, redactó Pearce en sus misivas.

Según las agencias de noticias, en uno de los correos, Pearce critica a la enmienda 14 de la Constitución de Estados Unidos, que establece el otorgamiento en forma automática la ciudadanía a los niños nacidos en este país.

La encuesta revela que el 85% de los votantes se opone a que los extranjeros indocumentados reciban beneficios públicos. Sólo el 9 por ciento está de acuerdo con esta resolución.

Mientras que el 33%, apoyan la vigente legislación que establece: si una mujer entre de manera ilegal al país norteamericano y da a luz, el recién nacido es ciudadano estadounidense automáticamente. Sólo mil personas fueron entrevistadas a nivel nacional, usadas como muestra general.

La diferencia entre las opiniones es más notable en los partidos políticos, debido a que el 76 por ciento de los republicanos y el 60 por ciento de los votantes independientes favorecen el proyecto impulsado por Pearce.

El 56 por ciento de los demócratas opinan lo contrario, que no es necesario la implementación de la ley. Mientras tanto, el 83 por ciento manifestó su rechazo al Gobierno federal por no tomar acciones sobre el tema migratorio y solamente el 12 por ciento indicó que los inmigrantes son causas de este problema.

Asimismo, el 67 por ciento de la muestra general considera que los efectivos de la Guardia Nacional deben estar desplegados en la frontera, para prevenir la migración ilegal.

La encuesta se llevó a cabo los dos primeros días de este mes de junio y tiene un porcentaje de error de tres puntos.

Memorias del Festival de Woodstock tres días de Amor y Paz

Por Luis Montes Brito

Hace 41 años, para ser exactos el 15 de agosto de 1969 inició en la ciudad de Bethel, Nueva York el Festival Musical que ha pasado a la historia como el referente de los eventos en su categoría, Tres días de Paz y Música como decía en el cartel de promoción del evento, pero que más tarde la historia y el mundo lo reconocería como Tres días de Amor y Paz. Medio millón de personas se reunieron en un área de 240 hectáreas de campo para experimentar "la edad de la inocencia y la creación de una utopía".

Aquellos, en esos entonces jóvenes rebeldes que se atrevieron a desafiar al mundo y sus normas públicas de vida hasta entonces establecidas, son ahora adorables ancianos o respetables miembros de la tercera edad, definida ésta para referirse a las personas que están en la etapa de los 60 años y más.

Personalmente en aquella época desde mi corta de edad de 7 años mi realidad era menos compleja, no entendía de la lucha por las libertades civiles, la inclinación por las drogas de algunos miembros de la juventud de entonces y mucho menos el apogeo de un fenómeno en los movimiento sociales llamado el “movimiento hippie”. El cual concuerda con la definición de lo que mi amigo Jorge Guzman de Ikarus Cultural Program ha descrito como contracultura en uno de sus artículos.

Mi realidad estaba plenamente satisfecha, ya que felizmente mi padre recién regresaba de participar en la guerra de mi país El Salvador contra la hermana República de Honduras y aunque la guerra oficial duró 5 días mi padre estuvo destacado en el Teatro de Operaciones Norte más de 40 días. No hay realidad más importante ni felicidad más grande para un chiquillo a esa edad que abrazar a su padre vivo y de una sola pieza después que este regrese del campo de batalla, el mundo y lo demás podían esperar.

Ni siquiera supe en ese momento de la realización de ese festival, me vine a enterar muchos años más tarde, ya cuando entraba en mi adolescencia, esa edad difícil para los hombres, que oscila alrededor de los 13 años, donde sos muy grande para ser niño y sos muy chico para ser grande o adolescente al menos, pero de igual manera ya buscás crear tu propio mundo aunque las opciones son pocas y sobre todo en una ciudad tercermundista en los años setentas. Fue así que a alguien de la “mara”, nombre no desprestigiado en aquella época y que aún ahora en El Salvador se le da al grupo más cercano de amigos, dijo que fuéramos al cine Roxy a ver la película Woodstock, la cual era clasificada para mayores de 15 años, pero el boletero del Roxy no era muy exigente con ese tema.

Fue ahí cuando vi por primera vez en imágenes la inmensa dimensión del festival de Woodstock, en realidad vi una pequeña parte porque a pesar que la película la vimos en el matineé, me dormí. Recuerdo que de ella, lo que más me impresionó fueron las piernas de Tina Turner, hoy una venerable y todavía bien conservada anciana, que se resiste a serlo. Fueron las piernas más hermosas que yo había visto hasta entonces y una de las mejores que he visto en mi vida. Gracias a la pantalla gigante del cine y a la moda de aquella época en que las mujeres usaban minifalda, las muy bien torneadas extremidades inferiores de la bronceada cantante podían apreciarse en casi toda su dimensión. De lo demás de la película solo me acuerdo que eran un grupo de Hippies, peludos, barbudos y marihuaneros que interpretaban una música que yo no entendía, y a fuerza de ser sincero debo confesar que muchas de ellas todavía no me gustan y no las entiendo, pero que según mi entender y el comentario entre cheros en esa época, era que difícilmente las podrían repetir debido a la alta condición dopada de sus intérpretes.

En aquella época no tenía ni idea donde quedaba Woodstock, Nueva York. Quien diría que décadas más tarde la vida me tenía preparada la sorpresa de hacer el lugar de mi residencia el estado imperio, mejor conocido como Nueva York, viviendo a unas escasas 100 millas de tan significativo lugar para la historia moderna de los movimientos sociales, por lo cual he podido visitar en varias ocasiones el lugar donde sucedieron los hechos que inspiraron este artículo.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra Hippie como: “Se dice del movimiento contracultural juvenil surgido en los Estados Unidos de América en la década de 1960 y caracterizado por su pacifismo y su actitud inconformista hacia las estructuras sociales vigentes”.

Wilkipedia amplía sobre el tema: La palabra se deriva del inglés hipster que solía usarse para describir a la subcultura previa de los beatniks (no confundir con Generación Beat), que también tuvo como base importante a la ciudad estadounidense de San Francisco (California) y su distrito Haight-Ashbury. Esta nueva subcultura heredó algunos valores contraculturales de la Generación Beat y en menor grado del naturismo alemán, y en determinados casos crearon sus propias comunidades intencionales.

Escuchaban rock psicodélico groove y folk contestatario, abrazaban la revolución sexual y creían en el amor libre. Algunos participaron en activismo radical y en el uso de estupefacientes como la marihuana, el LSD y otros alucinógenos con la intención de alcanzar estados alterados de conciencia, en realidad una forma de rebelarse por la homogeneidad de conceptos que ofrece el Sistema. También buscaron formas de experiencia poco usuales, como la meditación. Debido a su rechazo al consumismo solían optar por la simplicidad voluntaria, ya sea por motivaciones hedonistas, espirituales-religiosas, artísticas, políticas, o ecologistas.

A finales de los años sesenta en EE. UU. los hippies constituyeron una corriente juvenil masificada, para después quedar pasada de moda (anticuada), pero las siguientes generaciones llamados neo-hippies mantendrían vivo al movimiento como una subcultura establecida en muchas formas y con nuevas generaciones hasta hoy. Así pues han emergido fenómenos como la Rainbow Family, la escena psytrance y goa trance o los deadheads y phishheads. En tanto pequeños enclaves de hippies originales y neo-hippies continúan desarrollando en parte este estilo de vida, aunque con algunas modificaciones, bien en la ciudad o en el campo.

Vea Fotos del Festival Woodstock Aquí

Leer sobre los acontecimientos en el festival de Woodstock aquí

sábado, 14 de agosto de 2010

Paulo Coelho y su nuevo libro Las Valkirias

Tomado de El Clarín


El reconocido escritor Paulo Coelho acaba de lanzar Las Valkirias, un nuevo libro de Editorial Sudamericana. Confiesa que ha sido difícil de escribir porque revela episodios y sentimientos personales. Entre otras cosas, repasa dos conceptos fundamentales en su vida y en la de todos nosotros: el éxito y el fracaso. Lo debatimos con él:

¿Cómo vivimos el éxito y el fracaso?

Tendemos a culpabilizarnos muchísimo cuando tenemos éxito y, también, nos culpabilizamos cuando no tenemos éxito. Las culpas están siempre presentes y cuando vivimos una experiencia muy positiva, decimos: “creo que no lo merezco”. Personalmente, tuve la experiencia de pasar 40 días en el desierto y pude vivir eso, romper el ciclo de éxito-culpa, culpa –éxito. Fue muy importante para mí.

¿Y la sociedad aprendió a romper ese ciclo?

No creo que lo hayamos aprendido. Mucha gente asocia el sufrimiento con una bendición y el placer con la maldición. Asocian el “sí” como una bendición y el “no” como una cosa negativa. La verdad es que en esta sociedad tenemos que decir “sí”, pero también tenemos que decir “no”. Entonces, podremos vivir con placer y con alegría.

¿Qué lugar ocupa la religión en esos sentimientos?

Tenemos una tendencia al sacrificio, a repetir los tres días de la vida de Cristo sin llegar a la pasión. Nos olvidamos de que pasó todo el resto de su vida comiendo, bebiendo, caminando, viajando y encontrando a la gente. Entonces, es tan fuerte el peso de la cruz que nos olvidamos de la alegría del vino y del pan.

¿Por qué destruimos siempre lo que amamos?

Destruimos lo que amamos por culpa. Creo que todos nos preguntamos: “¿lo merezco?”. Y siempre contestamos “no, no lo merezco”. Somos educados para tener culpa de todo y hay que desertar eso.

¿Cómo podemos aceptar el perdón?

Tenemos que comprender que erramos pero que errar es de humanos. No tenemos que sentir culpa por errar, sólo se equivocan las personas que tienen el coraje de hacer algo distinto. Hay que decir: “y, bueno, me equivoqué pero mi corazón estaba puro”. Primero te perdonás a vos mismo y después le pedís perdón a los otros.

¿Cuál es la batalla que cada uno debe librar en su interior?

Creo que la gran batalla es con nosotros mismos. Es la batalla más difícil y más complicada, porque siempre decimos que el enemigo es el otro, nunca nosotros. Y, bueno, para vencer hay que ganar el combate con uno mismo.

¿Cómo podemos alcanzar el equilibrio en un mundo tan complejo como el actual?

Yo no busqué el equilibrio. Alrededor nuestro hay invierno, hay verano, hay frío y hay calor. El mundo no es equilibrio y a mí no me interesa el equilibrio. Me interesa vivir caminando, es lo que hace a la vida más interesante.