domingo, 15 de agosto de 2010

Memorias del Festival de Woodstock tres días de Amor y Paz

Por Luis Montes Brito

Hace 41 años, para ser exactos el 15 de agosto de 1969 inició en la ciudad de Bethel, Nueva York el Festival Musical que ha pasado a la historia como el referente de los eventos en su categoría, Tres días de Paz y Música como decía en el cartel de promoción del evento, pero que más tarde la historia y el mundo lo reconocería como Tres días de Amor y Paz. Medio millón de personas se reunieron en un área de 240 hectáreas de campo para experimentar "la edad de la inocencia y la creación de una utopía".

Aquellos, en esos entonces jóvenes rebeldes que se atrevieron a desafiar al mundo y sus normas públicas de vida hasta entonces establecidas, son ahora adorables ancianos o respetables miembros de la tercera edad, definida ésta para referirse a las personas que están en la etapa de los 60 años y más.

Personalmente en aquella época desde mi corta de edad de 7 años mi realidad era menos compleja, no entendía de la lucha por las libertades civiles, la inclinación por las drogas de algunos miembros de la juventud de entonces y mucho menos el apogeo de un fenómeno en los movimiento sociales llamado el “movimiento hippie”. El cual concuerda con la definición de lo que mi amigo Jorge Guzman de Ikarus Cultural Program ha descrito como contracultura en uno de sus artículos.

Mi realidad estaba plenamente satisfecha, ya que felizmente mi padre recién regresaba de participar en la guerra de mi país El Salvador contra la hermana República de Honduras y aunque la guerra oficial duró 5 días mi padre estuvo destacado en el Teatro de Operaciones Norte más de 40 días. No hay realidad más importante ni felicidad más grande para un chiquillo a esa edad que abrazar a su padre vivo y de una sola pieza después que este regrese del campo de batalla, el mundo y lo demás podían esperar.

Ni siquiera supe en ese momento de la realización de ese festival, me vine a enterar muchos años más tarde, ya cuando entraba en mi adolescencia, esa edad difícil para los hombres, que oscila alrededor de los 13 años, donde sos muy grande para ser niño y sos muy chico para ser grande o adolescente al menos, pero de igual manera ya buscás crear tu propio mundo aunque las opciones son pocas y sobre todo en una ciudad tercermundista en los años setentas. Fue así que a alguien de la “mara”, nombre no desprestigiado en aquella época y que aún ahora en El Salvador se le da al grupo más cercano de amigos, dijo que fuéramos al cine Roxy a ver la película Woodstock, la cual era clasificada para mayores de 15 años, pero el boletero del Roxy no era muy exigente con ese tema.

Fue ahí cuando vi por primera vez en imágenes la inmensa dimensión del festival de Woodstock, en realidad vi una pequeña parte porque a pesar que la película la vimos en el matineé, me dormí. Recuerdo que de ella, lo que más me impresionó fueron las piernas de Tina Turner, hoy una venerable y todavía bien conservada anciana, que se resiste a serlo. Fueron las piernas más hermosas que yo había visto hasta entonces y una de las mejores que he visto en mi vida. Gracias a la pantalla gigante del cine y a la moda de aquella época en que las mujeres usaban minifalda, las muy bien torneadas extremidades inferiores de la bronceada cantante podían apreciarse en casi toda su dimensión. De lo demás de la película solo me acuerdo que eran un grupo de Hippies, peludos, barbudos y marihuaneros que interpretaban una música que yo no entendía, y a fuerza de ser sincero debo confesar que muchas de ellas todavía no me gustan y no las entiendo, pero que según mi entender y el comentario entre cheros en esa época, era que difícilmente las podrían repetir debido a la alta condición dopada de sus intérpretes.

En aquella época no tenía ni idea donde quedaba Woodstock, Nueva York. Quien diría que décadas más tarde la vida me tenía preparada la sorpresa de hacer el lugar de mi residencia el estado imperio, mejor conocido como Nueva York, viviendo a unas escasas 100 millas de tan significativo lugar para la historia moderna de los movimientos sociales, por lo cual he podido visitar en varias ocasiones el lugar donde sucedieron los hechos que inspiraron este artículo.

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra Hippie como: “Se dice del movimiento contracultural juvenil surgido en los Estados Unidos de América en la década de 1960 y caracterizado por su pacifismo y su actitud inconformista hacia las estructuras sociales vigentes”.

Wilkipedia amplía sobre el tema: La palabra se deriva del inglés hipster que solía usarse para describir a la subcultura previa de los beatniks (no confundir con Generación Beat), que también tuvo como base importante a la ciudad estadounidense de San Francisco (California) y su distrito Haight-Ashbury. Esta nueva subcultura heredó algunos valores contraculturales de la Generación Beat y en menor grado del naturismo alemán, y en determinados casos crearon sus propias comunidades intencionales.

Escuchaban rock psicodélico groove y folk contestatario, abrazaban la revolución sexual y creían en el amor libre. Algunos participaron en activismo radical y en el uso de estupefacientes como la marihuana, el LSD y otros alucinógenos con la intención de alcanzar estados alterados de conciencia, en realidad una forma de rebelarse por la homogeneidad de conceptos que ofrece el Sistema. También buscaron formas de experiencia poco usuales, como la meditación. Debido a su rechazo al consumismo solían optar por la simplicidad voluntaria, ya sea por motivaciones hedonistas, espirituales-religiosas, artísticas, políticas, o ecologistas.

A finales de los años sesenta en EE. UU. los hippies constituyeron una corriente juvenil masificada, para después quedar pasada de moda (anticuada), pero las siguientes generaciones llamados neo-hippies mantendrían vivo al movimiento como una subcultura establecida en muchas formas y con nuevas generaciones hasta hoy. Así pues han emergido fenómenos como la Rainbow Family, la escena psytrance y goa trance o los deadheads y phishheads. En tanto pequeños enclaves de hippies originales y neo-hippies continúan desarrollando en parte este estilo de vida, aunque con algunas modificaciones, bien en la ciudad o en el campo.

Vea Fotos del Festival Woodstock Aquí

Leer sobre los acontecimientos en el festival de Woodstock aquí

1 comentario:

  1. Simplemente.... WOW! :)

    Ojala hubiera nacido antes para verlo con mis propios ojos

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