lunes, 10 de mayo de 2010

En el XVI Aniversario de haber asumido el poder. LA TOMA DE POSESION DE NELSON MANDELA


Nelson Mandela y Frederick de Klerk

LA TOMA DE POSESION DE NELSON MANDELA

Mi llegada al aeropuerto de Johannesburgo, el 9 de mayo de 1994, fue una bendición, después de haber volado de San Salvador a la ciudad sudafricana, con escalas continuas en Miami, Washington y Londres. El cansancio de tantas horas continuas de viaje solo le permitía a mi mente pensar en una cama adonde reposar por unas horas. Al momento del desembarco del avión, había un numeroso grupo de personas esperándome, lo cual me sorprendió, sin embargo, en ese momento, todo lo que me facilitara llegar a mi hotel era lo primordial.

En el trayecto, acompañado por un contingente de seguridad compuesto por ocho miembros, distribuidos en tres vehículos, se me explico que ellos estarían permanentemente conmigo mientras durara toda mi estadía, solicitándome las disculpas anticipadamente, porque se me había asignado una habitación en el mismo piso de Yasser Arafat, lo cual significaba que el mismo estaría sumamente resguardado.Yo le agradecí a mi interlocutor, un oficial sudafricano de casi dos metros de altura, llegando al hotel minutos después, adonde procedí inmediatamente a dormir unas horas.

Al despertarme, en la madrugada del 10 de mayo, me preguntaba repetidamente porque me habían asignado tantos miembros de seguridad, lo cual me había causado gran incógnita. Esa mañana los actos protocolarios de la Toma de Posesión de Nelson Mandela como 11º Presidente de Sudáfrica, daban inicio con un desayuno a temprana hora, ofrecido por el Presidente Frederick de Klerk, en el cual se encontraban las figuras políticas más connotadas del mundo, así como los principales miembros de las casas reales del planeta. Yo había llegado hasta aquí, en mi capacidad de Viceministro de Relaciones Exteriores, representando al Presidente Alfredo Cristiani, quien me había designado como único delegado de El Salvador en ese histórico evento.

Luego del desayuno, los invitados debíamos trasladarnos a la ceremonia, la que se llevaría a cabo al aire libre, en los “Union Buildings”, en la capital, Pretoria, donde después de 27 años en prisión, Nelson Mándela tomaría el juramento. Durante el recorrido, de aproximadamente 45 minutos, luego de pensarlo varias veces, decidí terminar con la incógnita, preguntando si era necesario tener tanta seguridad para mí.

La respuesta no se hizo esperar, obteniéndola casi de inmediato de parte del oficial asignado como jefe de la escolta, quien me recordó que yo era el primer enviado salvadoreño que visitaba oficialmente este país, después del secuestro y el posterior asesinato del Embajador de Sudáfrica en El Salvador, Archibald Gardner Dunn, así como la negociación de su cadáver, en 1979, por parte de la guerrilla del FMLN, específicamente las FPL, por lo que ellos tenían órdenes de tomar conmigo, todas las precauciones necesarias.

La ceremonia, que marcaba el final del apartheid e iniciaba una nueva era, convertía a Nelson Mandela en el primer presidente de raza negra, en esta maravillosa nación multifacética, mientras yo, aun con el recuerdo del comentario sobre el asesinato del Embajador Dunn en mi cabeza, procedía a ser acomodado, por parte de los oficiales de protocolo, en una de las primeras filas de la plaza, junto a otros dignatarios mundiales; habiendo asistido luego a un espectacular almuerzo bajo una carpa de seda en los jardines de la Presidencia.

A la mañana siguiente, antes de dirigirme a una reunión del Presidente Mandela con los enviados de cada país, un diplomático de la cancillería sudafricana desayuno conmigo en el restaurant de mi hotel, conversando en su momento sobre la triste historia que precedía a nuestras relaciones, acordando en esa ocasión, luego de solicitar el perdón del caso y expresar nuestro sentimiento de pesar por lo sucedido, iniciar nuevamente el camino para su pleno restablecimiento, lográndose esto formalmente en 1997, con la reapertura de relaciones diplomáticas. En la actualidad nuestros países mantienen Embajadores concurrentes, siendo nuestra Embajada en Israel, desde donde se lleva la relación bilateral.

Sudáfrica quedara para siempre en mi memoria, no solo por su inmensa belleza e increíble hospitalidad, sino también, porque me recordará de por vida, las barbaridades cometidas durante nuestra guerra, por quienes, hoy gobiernan vestidos de traje, asegurando haber cambiado, tratando de hacer a un lado la destrucción y el dolor impunemente causado, siendo Dios quien los juzgara por esto.

*Diplomático de Carrera

6 comentarios:

  1. Excelente recordatorio de una buena época de historia que finalizo con la división racial e inicio de una nueva nación unida a un solo simbolismo racial.

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  2. Al fin habla de algo positivo este `pseudo Embajador y no se dedica a insultar a nadie.....
    Quien le pago el viaje Robertio Mathis o se lo consiguio Rene Figueroa, por que Charlaix no lo queria mucho...., Los que seguimos trabajando en Cancilleria estamos contentos que alguien que gozo de tantos privilegios y no se los merecia al fin salio

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  3. Jose Roberto Canizales10 de mayo de 2010, 19:56

    Le corroe la mala sangre al anonimo. Pobrecito. La biblia manda a hablar las cosas buenas, no a hacer critica asolapada. Las maldiciones existen para los que no dan la cara, asi que pronto tendras la tuya "valiente" anonimo.

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  4. El Embajador Alfaro Pineda - quien es de mi conocimiento desde la infancia - es uno de los diplomaticos que mejor han representado nuestro pais en el exterior en los ultimos tiempos.
    Mauricio Harrison Parker

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  5. Anonimo:tene huevos y da tu nombre,o tenes miedo a que sen den cuenta lo que sos?Hipocrita a saber a cuantas gentes saludas y por dentro los odias.El Doctor "mMerenge se queda pequeno a la par tuya.Pero ni siquiera Cicuta.Ojo canciller Martinez ,que ahi tiene un Judas.Si hay algo que tiene el Embajador Alfaro es educacion.
    Te aclaro que yo nunca he estado en politica,me vine a la USA de mojarra y ya tengo papeles.hace lo mismo,marmita de gobierno!

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  6. Estimados Amigos,
    Muchas gracias por sus comentarios, aunque es lógico y además respetable que haya diferentes puntos de vista sobre un mismo tema, desafortunadamente, a falta de argumentos, algunos persisten en la descalificación y el insulto hacia quienes opinan diferente, pareciera que se basan en el anonimato o en la clandestinidad para sentirse fortalecidos y ejecutar acciones bajas y a veces brutales como las que le quitaron la vida el entonces Embajador de Sudáfrica Archibald Gardner Dun.

    La situación de por si es triste porque a casi 20 años de firmados los acuerdos de paz, pareciera que algunos no abandonan esos métodos nefastos.

    La situación es aún más triste porque la persona del anónimo dice ser parte de nuestra cancillería. De ser esto cierto sería muy preocupante, ya que esto evidenciaría en manos de quien está la representación de nuestro país y sobre todo demuestra la pobreza o falta de argumentos para defender las posiciones de país, a menos que se piense que en los foros internacionales el método del insulto y de la calumnia sea el modelo a seguir, ya que hay algunos admiradores de aquellos mandatarios que son reconocidos por su procacidad y no por su capacidad intelectual.

    Recomiendo a la persona del anónimo que si no tiene la entereza de debatir con su nombre y apellido por convicción que al menos lo haga como un voto de confianza al gobierno o a su partido de gobierno, ya que según ellos en El Salvador la democracia está asegurada y ahora la libertad de expresión es parte del diario vivir, por lo que ya no hay razón para esconderse en el anonimato o clandestinidad para emitir un opinión libre. Lo invito a que viva un verdadero “cambio”, el cual iniciaría abandonado viejos esquemas de resolver diferencias.

    Atentos saludos.

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