jueves, 13 de mayo de 2010

Kevin Bowen el nuevo rey de Belice

Tomado de America Economia


La muerte de Barry Bowen, el principal empresario de Belice, deja su imperio en manos de su hijo Kevin, quien podría buscar una integración con el resto de América Latina.

David Santa Cruz

Barry y Kevin: transición inesperada

Millonario y viviendo una vida paradisíaca en el Caribe. La vida de Barry Bowen era lo más cercano que uno puede imaginarse a la felicidad. A los 64 años, el empresario, cuya fortuna es la más grande de Belice, el pequeño país anglosajón en medio del istmo centroamericano, confesaba no obstante que nada lo hacía más feliz que volar su avioneta Cessna 206 con motor Rolls-Royce. Esa misma que estrelló dos veces: la primera vez producto de un acto de sabotaje, de la cual no obstante vivió para contarlo, y la segunda, ocurrida el último día de febrero pasado y que terminó con su vida.

Su imperio tropical no se conoce en números redondos, pero baste decir que su empresa tiene el monopolio del agua embotellada, las sodas y la cerveza, a pesar de los esfuerzos de Femsa por comprar su negocio y de las cerveceras mexicanas y guatemaltecas por que se levantara la prohibición de US$50 de multa por botella introducida al país.

Por si fuera poco era el dueño de la granja camaronera más grande de la región, con una capacidad instalada para 8.000 toneladas anuales; poseía el lodge más lujoso y exclusivo de Centroamérica, ubicado en una reserva ecológica de 52.600 hectáreas; era distribuidor exclusivo de Ford y dueño de un sexto del territorio de Belice. Además, producía café y tenía una marca de salsa picante.

Como magnate era alguien fuera de lo común, vivía en la isla de San Pedro -aquella a la que Madonna le compusiera La Isla Bonita- junto con su esposa, Dixie, quien dirige el colegio más prestigiado del archipiélago. De día piloteaba su avioneta hasta la ciudad y cada tarde regresaba a las 17h00 en punto. Vestía pantalones caqui y andaba descalzo por toda la isla, no había quien no conociera su casa verde (color que identificaba todos sus productos), era cliente habitual de los bares de la isla y amaba los tacos mexicanos, que comía en un local que distaba mucho de estar en la guía Michelin, o bien, en un puesto callejero frente al mar.

Las oficinas de The Coca-Cola Company en Belize City, ubicadas en el número uno de King Street, hoy tienen un nuevo rey: Kevin Bowen, el quinto de la dinastía y primogénito de Sir Barry. De él dependerá ahora mantener el imperio donde la Corona es ilegal y la reina (británica) tiene sus limitaciones.

Un mes antes de la muerte de su padre, Kevin, en aquel entonces director de la granja camaronera, había conversado con AméricaEconomía sobre su grupo empresarial y las dificultades de su integración con América Latina. “Si el país se abriera y quitara las leyes proteccionistas nos aplastarían”, dice Kevin Bowen. “El problema es que de nosotros dependen 1.500 familias en un país de 300.000 personas, somos los principales contribuyentes para el gobierno y mantenemos una gran reserva ecológica que en otras manos podría desaparecer”. Si bien Kevin no tiene el peso político de su padre –ex senador, lord inglés y embajador honorario del Reino de Noruega–, cuenta con otras ventajas, como lo son su perfecto español y entendimiento de América Latina, lo cual le permitirá salir de la burbuja anglocentrista que es Belice.

Y aunque no ha salido a los medios, tras la muerte de Sir Barry para indicar cual será el rumbo de la empresa, altos ejecutivos de Bowen and Bowen Ltd. han señalado a los periódicos locales que todo marcha en orden y que ninguna de las empresas ha detenido su funcionamiento ni pretende realizar cambios en lo inmediato. Por ahora, lloran a su patrón, mientras preparan la transición.

1 comentario:

  1. Excenlente nota, personalmente conoci a Señor Bowen siendo una excelente persona y es una gran perdida para el pais de Belize

    Roberto E. Pastore

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