lunes, 17 de mayo de 2010

EEUU preocupado por acercamiento diplomático de Brasil a Iran

Tomado de New York Times
El presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva junto al mandatario iraní Mahmoud Ahmadinejad


Eraldo Peres / AP

Por Alexei Barrionuevo y Ginger Thompson / The New York Times

SAO PAULO

A medida que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se dirige a Teherán este fin de semana, para intentar lo que muchos diplomáticos occidentales ven como un esfuerzo de último minuto por convencer a Irán de que modere sus ambiciones nucleares, funcionarios en Washington han expresado inquietud con respecto a que dicho esfuerzo pudiera tener serias repercusiones, contribuyendo a que la república islámica obstruya --o cuando menos, demore-- a Estados Unidos y sus aliados en la imposición de sanciones.

Da Silva tiene programado hablar sobre ese tema este domingo con su contraparte iraní, el presidente Mahmoud Ahmadineyad, pero el viaje se da en un delicado momento diplomático. Tras meses de negociaciones, funcionarios estadounidenses dijeron que EEUU estaba cerca de asegurar el respaldo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para una resolución que impusiera sanciones en contra de Irán.

A la secretaria de Estado estadounidense, Hillary R. Clinton, le advirtieron de que Ahmadineyad pudiera utilizar sus conversaciones con Brasil para ganar tiempo a fin de acercar más a Irán al desarrollo de un arma nuclear. "No vamos a recibir una sola respuesta seria de los iraníes sino hasta después que actúe el Consejo de Seguridad'', señaló el viernes.

Brasil se opone a sanciones porque considera que son inefectivas y tienen probabilidades de intensificar el conflicto. Como un país en desarrollo que ha defendido sus propias aspiraciones nucleares en contra de la presión internacional, Brasil se identifica considerablemente con Irán.

Celso Amorim, el canciller brasileño que representó al país ante Naciones Unidas cuando Estados Unidos recurrió a evidencia inconcluyente para formar un argumento en contra de Irak, ha descrito las pláticas de esta semana como un esfuerzo enfocado a impedir que eso vuelva a ocurrir de nuevo.

Empero, este esfuerzo difícilmente es desinteresado, destacan analistas, argumentando que da Silva ve las conversaciones con Irán como una forma de posicionarse en contra del dominio estadounidense y lograr el progreso de Brasil como un participante de importancia sobre el escenario internacional.

En ese nuevo papel --que se fundamenta mayormente en la posición de Brasil como la mayor economía de Sudamérica-- la enorme popularidad de da Silva ha desafiado a Estados Unidos en todo, desde comercio y cambio climático hasta el golpe de estado en Honduras del año pasado, así como el añejo embargo de Washington en contra de Cuba.

No obstante lo anterior, la discusión a causa de Irán ha generado una dosis inusual de fricción, al tiempo que funcionarios brasileños temían que si no lograban hacer progreso en las pláticas de este fin de semana, da Silva podría terminar pareciendo un amateur y echar por tierra la búsqueda de su país en pos de escaño permanente en el Consejo de Seguridad. Los detractores en Brasil también han puesto en duda las razones por las cuales da Silva ha acogido de buena gana a Irán en los ültimos meses, a riesgo de ganarse la enemistad de Estados Unidos.

"En Washington prevalece la idea de que buena parte de esto es producto de la tremenda confianza que Lula tiene en sí mismo, en que cree que es un mago que puede obrar milagros y lograr lo que otros han intentado y fracasado hacer'', apuntó Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, grupo de investigación estratégica con sede en Washington.

Esa confianza estuvo de manifiesto cuando da Silva declaró ante reporteros en Moscú que sus probabilidades de éxito eran de "9.9'' de 10. En la misma rueda de prensa, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, estimó que las probabilidades del presidente brasileño ascendían a 30 por ciento. Previamente en la semana, da Silva regañó a las naciones más poderosas del mundo por televisión en cadena nacional, diciendo que ninguno de los jefes de estado que pugnan con mayor fuerza por las sanciones había hablado directamente con Ahmadineyad.

"¿Por qué Obama no se comunica con Ahmadineyad?", preguntó da Silva, --o Sarkozy, o Angela Merkel, o Gordon Brown--, dijo, refiréndose a los líderes de Francia, Alemania y, hasta hace poco, Gran Bretaña, tres de los países que apoyan con firmeza la aplicación de sanciones en contra de Irán.

"La gente no está hablando'', agregó el presidente brasileño. "Yo voy allá para hablar''.

En público, la administración Obama le ha deseado buena suerte a Brasil en las pláticas, aunque algunos funcionarios agregan que ellos difícilmente se sienten optimistas con respecto al resultado. Un oficial de alto rango en el Departamento de Estado dijo que Irán probablemente demostraría la misma intransigencia que había mostrado en negociaciones anteriores.

"Esta es la única gran jugada de Brasil'', dijo otro oficial. "Si falla, el Consejo de Seguridad pondrá en marcha las sanciones, y esperará a que Brasil esté ahí con sus integrantes''.

En la sede de Naciones Unidas, algunos diplomáticos dijeron que el viaje de da Silva había proyectado una sombra sobre las conversaciones desde que empezaron a comienzos de abril, debido a que le daban tanto a China como Rusia, que han mostrado escaso entusiasmo real por las sanciones, razón para seguir haciendo énfasis en la vía diplomática.

El texto de la resolución podría llegar a los 15 integrantes del Consejo de Seguridad en las próximas semanas, destacaron algunos diplomáticos. Debido a que Brasil ocupa uno de los escaños rotativos en el Consejo, su apoyo por las sanciones es crucial para el tipo de votación unánime que quieren las potencias occidentales.

Los desacuerdos con respecto a Irán quedaron claramente de manifiesto hacia finales de marzo, cuando la ONU convocó a una reunión para concentrarse en la reconstrucción de Haití.

Durante una conferencia de prensa al final de dicha reunión, Clinton celebró el respaldo internacional hacia las sanciones en contra de Irán. Empero, Amorim, el canciller brasileño, dejó en claro que su país creía que las negociaciones serían más efectivas. Clinton devolvió el golpe, diciendo que incesantes conversaciones no habían logrado captar la atención de Irán. El canciller de Francia hizo eco de los comentarios de la secretaria estadounidense.

René Preval, el presidente haitiano en ese momento, interrumpió, diciendo, "¿Acaso necesito desarrollar un programa nuclear para que volvamos a hablar sobre Haití?".

Dejando de lado las diferencias en torno a Irán, funcionarios estadounidenses y brasileños comentaron que la discusión no había impedido que sus respectivos gobiernos alcanzaran nuevos acuerdos en otras áreas, incluido el primer pacto de cooperación en más de tres décadas, así como un trato que puso final a una añeja discusión por los subsidios estadounidenses para productores de algodón.

Matías Spektor, académico brasileño en el Consejo de Relaciones Internacionales, dijo que la no-proliferación nuclear era un tema particularmente delicado para Brasil porque, en vista de la oposición estadounidense en los años 70, había establecido un esfuerzo secreto que desarrolló la capacidad para enriquecer uranio.

Brasil no firmó el Tratado de No-Proliferación Nuclear a lo largo de otra década, notó Spektor. La constitución más reciente del país prohíbe el uso de materiales nucleares para aplicaciones militares.

Spektor recordó un comentario vertido por un importante diplomático de Brasil, quien le dijo: "Cuando Brasil ve a Irán no sólo ve a Irán, ve también a Brasil''.

Julia Sweig, también perteneciente al Consejo de Relaciones Internacionales, dijo que Brasil estaba ejerciendo su propia versión de lo que EEUU hacía con frecuencia.

"Los estadounidenses creen que solamente ellos pueden proyectarse a medio mundo de distancia para reorganizar los sucesos en el terreno, y esperan que la comunidad internacional se someta'', indicó. "Brasil, de igual forma, y por razones similares, está motivado a insertarse en un tema que al parecer está más allá de su interés natural''.

Antecedentes

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1 comentario:

  1. El hecho es que, con o sin AIEA (mas probablemente que con) las antiguas potencias no poderan mas dictar al mundo sus decisiones, sin oir a los paises de BRIC, entre ellos Brasil, que ha probado que puede ser un actor de primer nivel en el concerto internacional. El suceso de Lula calla la boca de sus detractores, que quieren tratar como ingenua una de las mas sofisticadas y competentes diplomacias del mundo.

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