
Pero todo eso nos lleva a plantear otra
cuestión con difícil respuesta. Y si los padres no tienen suficiente
educación..., o si los padres no pueden dar ejemplo..., ¿significa que no
pueden educar a sus hijos? ¿Por otra parte, el hecho de que los padres tengan
una educación y puedan dar ejemplo, ¿Acaso eso garantiza el éxito en la educación
y formación de los hijos? Si pensamos un poquito seguro que todos conocemos
ejemplos de padres en condiciones educativas desfavorables que han conseguido
una buena formación de sus hijos, así como lo contrario, hijos en los que algo
falló en su educación cuando en su familia se daban condiciones aparentemente
favorables.
Asimismo todos conocemos también casos de
hermanos que siendo de la misma familia, y
habiendo vivido bajo las mismas condiciones y el mismo modelo educativo,
en unos casos tienen una buena formación, y en otros no. Todo ello parece
indicar que ni Napoleón tenía tanta razón, ni es tan cierto eso de que hay que
educar con el ejemplo. Sí, ya sé que esto puede parecer una herejía, porque lo
de educar con el ejemplo es algo que hemos escuchado tantas veces, que lo
tenemos asumido como un dogma, aun cuando probablemente no hemos reflexionado
mucho sobre ello.
La explicación es sencilla. El error está
en aceptar las cosas como dogmas; en pensar que las cosas o están bien o están
mal, y así deben ser siempre o nunca; en asumir que lo que funciona en la
mayoría de los casos debe funcionar siempre. La educación no son matemáticas;
en cuestión de educación no existe el “siempre o nunca”, el “blanco o negro”.
Por eso la tarea de ser padres es bastante más complicada de lo que parece.
Indudablemente, el que los padres tengan una educación, y el que puedan dar
ejemplo, favorece, pero no son, ni mucho menos, factores determinantes. Hay
otros factores, algunos más importantes incluso que eso del ejemplo, que
determinan en gran medida el éxito o el fracaso en la educación; entre ellos,
la claridad de objetivos que los padres tienen para con los hijos.
Y resalto lo de CLARIDAD en los
objetivos, refiriéndome con ello a no asumir que por el hecho de tener un
objetivo, se va a cumplir solo porque sí, porque es lo que nos gustaría.
Claridad significa la disposición a buscar y encontrar el camino adecuado para
que se cumpla ese objetivo; es decir, que el objetivo no se va a cumplir solo;
nosotros hacemos que se cumpla; sí o sí. Otro factor importante es reconocer
que no existe un método general de educación de los hijos, como si fuera una receta
de cocina, y que en la mayoría de los casos no tenemos una preparación adecuada
para ello. Cada hijo es diferente y lo que para uno funciona, puede no
funcionar para otro. Eso obliga a conocer mucho a cada hijo individualmente, y
encontrar un camino para formar a cada uno.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica,
Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad
Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador,
se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la
profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los
diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también
internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud
mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta
familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras
instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de
Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido
también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a
su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de
reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El
Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido
en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con
otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos
como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes
en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para
mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite
a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son
demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta
privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la
prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y
dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de
experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el
desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy
fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió
en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se
independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que
juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.
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