sábado, 2 de agosto de 2014

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL SACRIFICIO DE LA FELICIDAD


  

Siempre he abogado por luchar por conservar la pareja, especialmente cuando hay hijos. A veces recibo comentarios en el sentido de que no tiene sentido seguir con una relación que está muerta, y yo no voy a discutir esto, pero quisiera hacer entender que muchas veces la relación, y la familia completa, no se muere por sí sola, sino porque nosotros mismos la matamos, y con ello, indirectamente, nos matamos a nosotros mismos. Suelo hacer la comparación con una empresa a la que hay que dedicar un poquito de atención para que funcione y proporcione beneficios.

O bien con un carro que uno compra. Si el carro no sale bueno, tiene sentido ver de cambiarlo por otro; pero si se termina arruinando porque lo maltratamos, hacemos uso inadecuado de él y no le damos mantenimiento, no es culpa del carro, obviamente. Y si cambiamos de carro, pero no entendimos por qué se arruinó el primero, probablemente volverá a pasar lo mismo con el segundo, y con el tercero... Podemos pasar la vida entera cambiando de carro, porque “todos salen malos”, y dudo mucho que ello nos haga sentirnos satisfechos. Pero, a diferencia de un carro, las personas no tienen un certificado de garantía, por lo que para formar una familia es recomendable elegir la pareja cuidadosamente, y con criterios maduros; y no solo en base a las “prestaciones” que pueda dar (bueno, las prestaciones son en los carros; en las personas...  interprétenlo como quieran).

       Aún así, uno se puede equivocar, o incluso el amor se puede acabar, y claro que es entendible la separación; la separación de la pareja que se eligió, se entiende. Pero si hay hijos, éstos no pueden dejar de serlo, y nuestra responsabilidad como padres no desaparece con la separación. Los hijos no pueden sacrificarse. Si entendemos bien esto, es perfectamente factible que ambos ejerzan bien como padres, aun cuando estén separados. De hecho, hay ex parejas que ejercen mejor como padres y madres estando separados que cuando estaban juntos. Estando separadas son capaces de mirar en la misma dirección, la que marcan los hijos, no habiendo sido capaces de hacerlo estando juntos, y es entonces cuando comprenden cuál fue el error. Lamentablemente, no sucede con la mayoría.

      
Por otra parte, es bastante común entender el amor y la relación de pareja de una forma egoísta, beneficiándose de lo que la otra parte da, y entendiendo al mismo tiempo que hacer felices a otros (aun cuando sea la propia familia) es un sacrificio, y es incompatible con nuestra propia felicidad. Me parece una forma muy equivocada de interpretar la vida, pero hay personas que insisten en que es así. Bueno, yo siempre digo que doy mi opinión o mi consejo para que cada quien saque el provecho que mejor le parezca. Quien cree que la felicidad es individual es que no la ha probado compartida. Si se trata de hacer felices a otros, esa felicidad suele reflejarse en uno mismo. Quizás no siempre se es adecuadamente recompensado por la pareja, pero ya no es culpa de uno. Con los hijos funciona casi siempre.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

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