lunes, 16 de marzo de 2015

Mi versión de lo que ocurrió en la historia un día como hoy 16 de Marzo

Compilado por Luis Montes Brito
Un día como hoy 16 de Marzo de 1802 en West Point, Nueva York, se funda la academia militar para oficiales. La Academia Militar de West Point se construyó en un apacible territorio cercano al Río Hudson. Se fundó un día como hoy 16 de Marzo de 1802, por empeño de Thomas Jefferson, que pensó no sólo en la utilidad de dar una formación técnica avanzada a los ingenieros militares, sino también en el beneficio que sería si éstos, además de intervenir en el ejército, pudieran desarrollar los beneficios de su trabajo en el ámbito público. Fue sin duda el inicio de un sello particularmente propio del ejército americano: a pesar de su vida apartada de la sociedad civil, y de alabar los conceptos de honor y trabajo, éste nunca desarrolló una ideología militar pretoriana del todo alejada de la vida civil. Al contrario, el ejército ha sido siempre un importante creador de grandes técnicos, ingenieros, y políticos. El carácter de la academia lo fijó el Superintendente Thayer entre 1817 y 1833. Fue él quien introdujo un currículo según el cual cada estudiante era evaluado cada día por sus instructores, y una serie de deméritos acumulativos para fortalecer los estrictos estándares de expulsión del programa. Permanecer en West Point se convirtió en cuestión de héroes, confirmando la visión elitista de sus fundadores y el objetivo de que en esta academia se formaran, sólo, los mejores. El único idioma extranjero que se enseñaba era el francés, y todo el sistema estaba imbuido por un gusto exacerbado por el formalismo. Este culto a la formalidad recibió un nuevo impulso, aunque acompañado de ciertas modificaciones, por Mahan –profesor de ingeniería entre 1832 y 1871, cuando muchos generales de la guerra civil aplicaron su experiencia en combate para mejorar la instrucción de los jóvenes líderes. Por ejemplo, se empezó a enseñar que la clave de una batalla era tomar los puestos clave de la misma, antes que preocuparse por lanzarse a destruir completamente al enemigo. El éxito de West Point, sin embargo, ya era un realidad antes de la guerra civil: durante la contienda, 291 generales unionistas, y 151 confederados, se habían graduado en la academia militar. Sin embargo, los favoritos de Mahan siempre fueron Halleck y McClellan, que eran de los que pensaban que una guerra se podía ganar únicamente manejando los movimientos con inteligencia. Cuando los oficiales se graduaban, empezaban a comandar contingentes en la guerra. Pero no sólo era esa la utilidad de la academia, sino que, como había querido Jefferson, de ella salieron algunos de los ingenieros más extraordinarios del país. Prueba de ello fue, por ejemplo, la construcción del Canal de Panamá por Goethals. La última modificación importante fue ya parte del siglo XX. El General MacArthur había aconsejado la introducción de una asignatura que tratara específicamente cuestiones de liderazgo, materia que no existía hasta ese momento y que hubo de esperar su introducción a la presidencia de Eisenhower. Al ritmo que lo hacía todo lo militar, West Point cayó en un importante descrédito durante la Guerra de Vietnam. Se acusaba a sus miembros de perpetuar abusivos y decadentes rituales masculinos, lo que unido a la presión feminista, consiguió que las mujeres fueran admitidas en la academia, por primera vez, en 1976.
Un día como hoy 16 de Marzo de 1817 en Chile el Capitán General Bernardo O´Higgins funda la Escuela Militar. (Tomado del sitioweb de la Escuela Militar de Chile). La historia de la Escuela Militar se mezcla con la génesis de la patria chilena, dejando en evidencia el aporte del Ejército al país. De esta manera, desde el momento mismo de su fundación ese instituto se ha caracterizado por su vocación de servicio a Chile. La escuela ha pasado por diversos períodos desde su fundación en plena Patria Nueva hasta la actualidad. De éstos, resulta importante mencionar: Finalizado el cruce de los Andes con la victoria de Chacabuco, Bernardo O’Higgins Riquelme inició de inmediato la organización del ejército chileno. El Director Supremo concibió la idea de una Academia Militar que permitiera, de acuerdo con sus propias palabras, “tener un depósito de donde pueda sacarse oficiales ya formados e instruidos para llenar las vacantes de los regimientos, cubrir los cuerpos de milicia cívica y aun tomar cuadros enteros para levantar pronto un nuevo Ejército”. Así fue como un día como hoy 16 de marzo de 1817 se firmó el decreto supremo que dio vida a este instituto, nombrando Director al sargento mayor de ingenieros Antonio Arcos y Subdirector al teniente de caballería Jorge Beauchef. Estos oficiales, fogueados en las guerras napoleónicas, organizarán la enseñanza teórico-práctica en la academia de acuerdo a la doctrina francesa, por orden del general O’Higgins. En este período se produjo el primer hecho de armas en que participó la recién creada Academia Militar, siendo la batalla de Maipú el 5 de abril de 1818 su bautismo de guerra. Junto con la organización de la República, la Academia Militar se consolidó como único plantel formador de los oficiales del Ejército, demostrando su valer en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839), donde los oficiales formados hicieron gala de las lecciones aprendidas durante su período en la academia, mostrando solidez, técnica y valor en enfrentamientos como Portada de Guías, Buin o Yungay, donde la dirección certera y el liderazgo del general Manuel Bulnes, unido a la valentía del soldado chileno, permitió la victoria final contra el adversario. Durante este período se reorganizó la academia, y en 1843, una vez realizada la reapertura del establecimiento, se cambió su designación de Academia Militar por “Escuela Militar”, denominación que conserva hasta el día de hoy. El instituto recibió a 40 cadetes, como estipulaba la ley y, además, una sección de cabos que debían venir de los cuerpos del ejército. Este período se distinguió además por la contratación de nuevos oficiales europeos de doctrina francesa, lo que afianzará este componente distintivo del ejército chileno de la época. Será con esta doctrina que Chile se enfrentará a uno de los conflictos más importantes de nuestra historia: la Guerra del Pacífico. Junto a la consolidación de la República, también se afianza nuestra escuela como centro formador militar. Por Decreto Supremo del 9 de octubre de 1878, fue aprobado el reglamento para la Escuela Militar, cuyo artículo 1º disponía que en ella “se harán los estudios necesarios para ingresar al Ejército en clase de subteniente y a la armada en clase de guardia marina”. Con el inicio de la Guerra de Pacífico (1879) la Escuela Militar nuevamente se transformó en base importante para la formación de las unidades que deberán marchar hacia el norte. Gracias a la nueva reglamentación y al esfuerzo educativo implementado en aula y terreno, Chile contó con destacados oficiales en el campo de batalla como los comandantes Ricardo Santa Cruz, Tomás Yávar o el teniente coronel Baldomero Dublé Almeyda, quienes representan sólo un ejemplo de la capacidad profesional y espíritu del personal salido de la Escuela Militar. A pesar de la victoria chilena en la Guerra del Pacífico, se llegó a la necesidad de implementar un proceso de modernización al interior del Ejército que debía partir en una reestructuración de la Escuela Militar, por lo que se revisó su malla curricular y su instrucción bajo la atenta supervisión del recientemente contratado oficial alemán Emilio Körner Henze, quien además fue uno de los fundadores de la Academia de Guerra y llegó a ocupar el puesto de Jefe de Estado Mayor General de Ejército. Este período destaca por los cambios revolucionarios en la forma de ver y estudiar la guerra al interior del Ejército de Chile. La influencia prusiana tomó como elemento central la profesionalización y modernización de la Escuela Militar mediante un programa que permitiera a los oficiales luego de egresados, servir como instructores y formadores destacados en cada uno de los regimientos. De esta manera, a través de la formación de los oficiales en el plantel se inició la prusianización del resto del Ejército. A mediados del siglo XX se inició en la formación de los oficiales una nueva etapa donde las lecciones aprendidas de la Segunda Guerra Mundial definieron nuevas realidades tácticas, estratégicas y logísticas a considerar en el campo de batalla, como lo fue la aparición de los vehículos motorizados, el desarrollo de las telecomunicaciones y la necesidad del apoyo en parejas. Para esto los primeros en incorporar la nueva doctrina serán los oficiales que realizarán cursos de perfeccionamiento profesional en el extranjero, para luego replicar lo aprendido en las diversas unidades del país. En el año 2001 surgió uno de los cambios docentes más importantes de la historia de la Escuela Militar: la nueva realidad impuso que de ser un instituto con características de enseñanza media se transforma en un plantel de educación de nivel superior, orientado a potenciar la preparación de los futuros oficiales principalmente en el ámbito militar. De esta manera, hoy la malla curricular contempla cuatro años de estudios que le permiten a los egresados recibir, junto con el nombramiento como oficiales de Ejército, una licenciatura en Ciencias Militares, aumentando significativamente la carga horaria asignada a la preparación profesional militar, tanto en terreno como en aula, manteniendo inalterables los principios, virtudes y tradiciones que caracterizan el Ejército chileno.
Un día como hoy 16 de Marzo de 1892 nace el poeta y escritor peruano César Vallejo en la ciudad Santiago de Chuco. César Abraham Vallejo Mendoza  nace un día como hoy 16 de Marzo de 1892 en la ciudad andina de Santiago de Chuco del norte del Perú. Es considerado uno de los mayores innovadores de la poesía del siglo XX y el máximo exponente de las letras en su país. Es, en opinión del crítico Thomas Merton, «el más grande poeta católico desde Dante, y por católico entiendo universal» y según Martin Seymour-Smith, «el más grande poeta del siglo XX en todos los idiomas. De familia mestiza, fue el menor de once hermanos y creció en medio de una gran devoción cristiana, su familia deseaba que se convirtiera en cura. Completó secundaria en la ciudad de Huamachuco en 1908 y obtuvo su bachillerato de letras en la universidad de Trujillo en 1916 escribiendo dos años más tarde su primer libro de Poesía llamado "Los Heraldos Negros" (impreso en 1918, circula en 1919), uno de los más representativos ejemplos del posmodernismo. En 1920 regresa a su pueblo natal, donde debido a unos problemas es encarcelado; esta experiencia tendrá una crítica y permanente influencia en su vida y obra, y se refleja de modo muy directo en varios poemas de su siguiente libro, Trilce (1922). Un año después parte para París, donde permanecerá (con algunos viajes a la Unión Soviética, España y otros países europeos) hasta el fin de sus días. Estos años estuvieron marcados por una gran pobreza y un intenso sufrimiento físico y moral. Conoció a poetas como Huidobro, Gerardo Diego, Juan Larrea y Juan Gris, con los que participó en actividades de sesgo vanguardista, pero pronto abjura de su propio Trilce y hacia 1927 aparece firmemente comprometido con el marxismo y su activismo intelectual y político. Trabajó para periódicos y revistas, escribió piezas teatrales, relatos y ensayos de intención propagandística, como Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin (1931). Afiliado al Partido Comunista de España (1931) y nombrado corresponsal, sigue de cerca las acciones de la Guerra Civil y escribe su poema más político: España, aparta de mí este cáliz, que aparece en 1939 impreso por soldados del ejército republicano. Toda la obra poética escrita en París, y que publicó en diversas revistas, se recopiló con el título Poemas humanos(1939). Cónyuge de Georgette Vallejo de 1934 a 1938. César Vallejo falleció en París el 15 de abril de 1938.
Un día como hoy 16 de Marzo de 1988 en Iraq se produce el ataque químico a Halabja, produciendo alrededor de 5000 muertos y 10.000 heridos. El ataque con gas venenoso Halabja, también conocido como masacre de Halabja o Bloody viernes, fue una masacre genocida contra el pueblo kurdo que tuvieron lugar un día como hoy 16 de marzo de 1988, durante los últimos días de la guerra entre Irán e Iraq, cuando las armas químicas fueron utilizadas por los las fuerzas del gobierno iraquí en la ciudad kurda de Halabja en el sur de Kurdistán. El ataque mató a entre 3.200 y 5.000 personas, y heridas alrededor de 7.000 a 10.000 más, la mayoría de ellos civiles, miles más murieron de complicaciones, enfermedades y defectos de nacimiento en los años después del ataque. El incidente, que ha sido definido oficialmente como un acto de genocidio contra el pueblo kurdo en Iraq, ha sido y sigue siendo el más grande de armas químicas ataque contra una zona civil de población de la historia. El ataque de Halabja ha sido reconocido como un evento separado del genocidio de Anfal, que también se llevó a cabo contra el pueblo kurdo por el régimen iraquí de Saddam Hussein. El Alto Tribunal Penal iraquí reconoció la masacre de Halabja como un acto de genocidio, el 1 de marzo de 2010, una decisión bien recibida por el Gobierno Regional de Kurdistán. El ataque también fue condenado como un crimen contra la humanidad por el Parlamento de Canadá. El ataque químico a Halabja fue una serie de incidentes militares ocurridos en 1988 desde un día como hoy 16 de marzo al 19 del mismo mes, en el contexto de la Guerra Irán-Iraq, cuando fuerzas iraquíes utilizaron armas químicas contra la localidad kurdo-iraquí de Halabja causando gran mortandad entre la población civil. Se estima que entre 5,000 a 7,000 personas murieron en el ataque. Prácticamente todos los testimonios actuales del incidente apuntan a que Iraq fue el responsable de los ataques con gas nervioso contra la ciudad de Halabja, controlada en esos momentos por tropas iraníes y guerrillas kurdas aliadas con Teherán. El ataque comenzó en la tarde de un día como hoy 16 de marzo de 1988, cuando un grupo de ocho aviones comenzó a arrojar bombas químicas, y se extendió a lo largo de toda la noche con agentes múltiples como el gas mostaza y los gases nerviosos sarín, tabun y VX entre otras sustancias. La masacre de Halabja no levantó protestas de la comunidad internacional por aquellas fechas. Iraq era entonces un buen aliado de los Estados Unidos y se hizo circular la versión de que las muertes se habían producido accidentalmente cuando los ocupantes iraníes manejaban agentes químicos, según consta en documentos desclasificados del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Al terminar la guerra y deteriorarse las relaciones de Iraq con el resto del mundo, comenzaron las acusaciones contra este país. Fue el informe de Pascal Zanders, del Proyecto de Guerra Química y Biológica en el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI) quien concluyó por primera vez que el culpable de los ataques había sido Iraq y no Irán. Los agentes químicos fueron manufacturados en Iraq con tecnología y sustancias precursoras procedentes de numerosas naciones occidentales entre las que cabe destacar Estados Unidos y Alemania aunque también India y Singapur. Según el Informe Riegle del Senado estadounidense, estos países habían suministrado a Iraq inteligencia satelitaria, helicópteros de dispersión de agentes químicos y hasta 60 toneladas de dimetil metilfosfonato (DMMP), un precursor para venenos nerviosos, a través de una empresa de Nashville, Tennessee. Además, se ha sugerido repetidamente que Donald Rumsfeld –en aquella época enviado especial de Ronald Reagan para el Oriente Medio – dio su visto bueno al uso de armas químicas contra el enemigo común iraní. Por todo ello, se tardó años en establecer la verdadera responsabilidad sobre el incidente pese a que en aquellos momentos las tropas iraquíes desarrollaban un amplio ataque sobre el sector conocido como la Ofensiva de Al-Anfal. Tras la ocupación de Iraq de 2003, tanto el presidente de Iraq Saddam Husein como el general Ali Hassan al-Mayid («Alí el Químico») fueron acusados de los sucesos de Halabja ante el tribunal que les juzga por crímenes contra la Humanidad. Ambos negaron su participación en los hechos. Ambos acusados fueron ejecutados en la horca.
Un día como hoy 16 de Marzo de 1998 en el Vaticano, el papa Juan Pablo II pide perdón por la inactividad y silencio de muchos católicos durante el Holocausto Judío. Un día como hoy 16 de marzo de 2008 la Iglesia católica pidió perdón por su insensibilidad frente al holocausto, al mismo tiempo que exculpó a Pío XII y a la jerarquía. El Vaticano hizo un "acto de arrepentimiento" público en nombre de los cristianos que no fueron suficientemente sensibles a la tragedia del holocausto o que compartieron los sentimientos antisemitas que favorecieron el exterminio de judíos durante la II Guerra Mundial. Éste es el mensaje del documento, en cuya elaboración el Vaticano invirtió 10 años de reflexión, hecho público en Roma y en el que, al mismo tiempo, se exculpa de toda responsabilidad al papa Pío XII y a la jerarquía católica de aquellos años. Este reconocimiento de culpa es lo más lejos que la Iglesia católica ha sido capaz de llegar en su esfuerzo de reconciliación con la. comunidad judía mundial, un esfuerzo considerado claramente insuficiente por Israel. El gran rabino de Israel, Meir Lau, expresó ayer su "decepción" por el contenido del documento. "Me esperaba algo más que una excusa genérica", aseguró en Jerusalén. El arrepentimiento de la Iglesia católica no supone la aceptación de alguna forma de implicación o tolerancia de las autoridades eclesiásticas en el holocausto, sino el reconocimiento de su responsabilidad de ligarse "a los pecados y virtudes de sus hijos e hijas", en este caso, el pecado de omisión de los cristianos que aprobaron o no denunciaron la persecución y exterminio que sufrieron los judíos a manos de los nazis. En ese sentido, el documento hecho público por el Vaticano acepta la responsabilidad "de aquellos cristianos que no estuvieron a la altura de su papel como discípulos de Cristo". El Vaticano hace, no obstante, un juicio positivo de la labor de Pío XII, que fue, afirma el texto, merecedora de "gratitud" por parte de numerosos miembros de la comunidad judía. El objetivo último del documento es firmar la paz con el pueblo de Israel, adonde desea viajar cuanto antes Juan Pablo II, en el umbral del tercer milenio.
Un día como hoy 16 de Marzo de 2008 en el Puente Internacional Simón Bolivar (entre Colombia y Venezuela) se celebra el gran recital Paz sin Fronteras, con la presentación de Juanes, Juan Luis Guerra, Carlos Vives y Juan Fernando Velasco; asisten más de 100 000 personas de ambos países. Un canto a la paz, un grito de "no a la guerra" y una reafirmación a la hermandad entre los pueblos colombiano, venezolano y ecuatoriano, centraron el concierto "Paz sin fronteras" que tuvo lugar un día como hoy 16 de marzo de 2008 en el puente Simón Bolívar, límite entre Colombia y Venezuela. Con un calor sofocante, al menos cincuenta mil personas se congregaron para asistir al concierto que ofrecieron los españoles Alejandro Sanz y Miguel Bosé, el ecuatoriano Juan Fernando Velasco, el dominicano Juan Luis Guerra, el venezolano Ricardo Montaner y los colombianos Carlos Vives y Juanes, que tuvo la iniciativa. Juan Esteban Aristizábal, verdadero nombre de Juanes, tuvo la idea de reunir a varios cantantes cuando estalló la crisis entre Colombia, Ecuador y Venezuela, debido a la operación militar colombiana en territorio ecuatoriano en la que resultó muerto el considerado número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), "Raúl Reyes". Ecuador rompió relaciones con Colombia, Nicaragua hizo lo mismo y Venezuela cerró su embajada en Bogotá y expulsó al personal diplomático colombiano en Caracas, pero la crisis se resolvió en la reunión que el Grupo de Río mantuvo en República Dominicana la semana pasada. Juanes, que cerró el concierto, recordó que "estamos afirmando el derecho a vivir en paz" e hizo un llamado para que se tome conciencia de que "el futuro de un país no solo tiene que ver con un gobernante o presidente" sino de la ciudadanía. "Éste es el comienzo de una nueva era, aquí no hay diferencias políticas, ni raciales, ni de religión; hoy somos uno, somos hermanos", dijo Juanes que comenzó su actuación con "A Dios le pido" y la terminó con "La camisa negra". Agradeció a "todos los que han hecho posible" el concierto y también a los presidentes Álvaro Uribe (Colombia), Rafael Correa (Ecuador) y Hugo Chávez (Colombia), así como a otros cantantes que no pudieron acudir, pero que se solidarizaron con su iniciativa. El lugar del concierto, en la frontera entre Colombia y Venezuela "hoy es un símbolo", dijo Juanes. Cantó con Bosé "Nada particular", del último disco de éste, y el cantante español, muy expresivo, afirmó que "a Juanes habría que clonarlo" porque, dijo "tiene un par de cojones". Bosé insistió en el "no a la guerra, sí a la paz, sí al derecho a la paz, a vivir en paz", porque "la guerra es una estupidez humana". Una afirmación que compartieron los siete cantantes, todos vestidos de blanco, que en las actuaciones de Sanz y de Guerra subieron juntos al escenario para cantar "Corazón partío", del español, y "Ojalá que llueva café en el campo", del dominicano. Carlos Vives abrió el concierto con un llamado para que los secuestrados por las FARC "vuelvan a casa", pidió que "soñemos que los secuestrados, policías y militares, vuelvan a casa" y agregó que "toda esta energía va para ellos, para que eso ocurra". Con Colombia, Ecuador y Venezuela bajo "una sola bandera", Vives se refirió a la idea de Juanes de realizar este concierto. "Hoy se acabaron las fronteras", gritó el cantante a la multitud y "el mundo va a conocer este corazón grande como una papaya dulce". El cantautor ecuatoriano Juan Fernando Velasco, que actuó a continuación, declaró que "yo nací aquí, en Colombia, en Venezuela, en Ecuador" y afirmó que "ustedes son las voces, el mandato que pide la paz". El cantante español Alejandro Sanz, que dijo que ahora "se está haciendo historia en esta frontera", aseguró rotundo que "el mensaje es muy claro: no queremos guerra".

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