miércoles, 18 de marzo de 2015

Mi versión de lo que ocurrió en la historia un día como hoy 18 de Marzo

Compilado por Luis Montes Brito

Un día como hoy 18 de Marzo de 1673 en Nueva Jersey, John Berkeley vende su parte de esa región a los cuáqueros. Nueva Jersey fue colonizada originalmente por nativos americanos, siendo los lenape la tribu dominante al momento de la llegada de los europeos. Se organizaban libremente en grupos que practicaban la agricultura a pequeña escala (basadas principalmente en el cultivo de maíz) la caza y la recolección, asentados principalmente en la región que rodea el río Delaware, la parte baja del río Hudson y el oeste de long Island Sound. Durante la Guerra Civil Inglesa la isla de Jersey se mantuvo leal a la Corona y dio asilo al rey. Fue desde la plaza real de Saint Helier que Carlos II fue proclamado rey por primera vez en 1649, después de la ejecución de su padre, Carlos I. Las tierras de América del Norte fueron divididas por Carlos II, que dio a su hermano, el duque de York (más tarde el rey Jacobo II), la región entre Nueva Inglaterra y Maryland. Jacobo entonces concedió la tierra entre el río Hudson y el río de Delaware a dos amigos que habían permanecido fieles durante la Guerra Civil: George Carteret y John Berkeley. El área fue nombrada provincia de Nueva Jersey. Un día como hoy 18 de marzo de 1673, Berkeley vendió su mitad de la colonia a cuáqueros en Inglaterra, que se asentaron como una colonia cuáquera en la región del valle del Delaware.


Un día como hoy 18 de Marzo de 1850 en Estados Unidos, Henry Wells y William Fargo fundan American Express. AmEx inició sus operaciones en Buffalo, Nueva York, Estados Unidos, como un servicio de ferrocarriles que transportaba cargas y valores por todo el territorio de los Estados Unidos. Debido a la creciente demanda de estos servicios, de una forma rápida y segura, AmEx empezó a concentrarse en servicios financieros que daban mucha más seguridad en los viajes de negocios de aquellos tiempos. Debido al éxito, AmEx comenzó a dar servicio de giros y cheques de viaje. Marcellus Berry, empleado de American Express, creó el giro o "Money Order" en 1882, precursor del Cheque de Viaje que era una necesidad absoluta tanto para los viajeros nacionales como internacionales. Terminada la expansión internacional y la gran demanda hacia la industria de viajes, AmEx lanzó su tarjeta de compra conocida como "La tarjeta American Express", emitiendo más de un millón en Estados unidos y Canadá. En 1970, esta tarjeta ya era aceptada en más de 121.000 establecimientos y ya aceptaba 11 tipos de divisas. En abril de 1986, AmEx se mudó a lo que hoy son sus oficinas principales: la American Express Tower o el Three World Financial Center en Nueva York. Las ganancias de la empresa oscilan alrededor de 1,500 millones anuales, cuenta con más de 1.700 oficinas en más de 130 países en todo el mundo. La revista Fortune la coloca en el número 95 en el ranking mundial de las compañías más grandes.

Un día como hoy 18 de Marzo de 1881 en El Salvador se abole legalmente el castigo corporal como pena a pagar por cualquier condenado en juicio. El uso de castigos corporales fue abolido por la Asamblea Legislativa de El Salvador un día como hoy 18 de Marzo de 1881 en los siguientes términos: “Considerando que la pena de palos no solo es contraria a la civilización y al espíritu liberal de nuestra Carta Fundamental, sino también al artículo 26 de la misma, pero que, a pesar de esto, los tribunales han estado divergentes en cuanto a la interpretación del artículo citado, la Cámara ha tenido a bien emitir el siguiente decreto: Art. 1: Se declara expresamente abolida la pena de palos por los delitos y faltas, debiendo abstenerse de aplicarla, aún en los casos en que estuviere impuesta por sentencia ejecutoriada”. Palacio Nacional, 18 de marzo de 1881. (Tomado de María Leistenschneider. Administración del Dr. Rafael Zaldívar. Tomo IV. Primera Parte. Colección María Leistenschneider. Archivo General de la Nación. 1974. p. 164.) El gobierno de Rafael Zaldívar cayó en 1885 por obra de un levantamiento popular dirigido por Francisco Menéndez, en el que participaron los indios de Cojutepeque y diversos pueblos de Occidente, los artesanos capitalinos y un sector de la oligarquía de Santa Tecla opuesta al Gobierno. La política social y económica de Zaldívar le había ganado la enemistad de los grupos populares, mientras que un sector de la elite estaba dispuesto a ir a la guerra para vencerlo, a pesar de haberlo apoyado durante sus primeros años en el poder. Aunque no se manifestaba abiertamente, es de suponer que algunos estaban resentidos con el régimen de Zaldívar porque solo la camarilla que rodeaba al mandatario había disfrutado de las ventajas del poder. Esta fue la primera vez que la clase emergente de propietarios ricos participó directamente en la oposición política y militar a un gobernante que consideraban ajeno a sus intereses. Pero las divergencias políticas iban más allá de los simples intereses personales. Los opositores consideraban que Zaldívar no había cumplido con los preceptos fundamentales del liberalismo, especialmente los relacionados con los derechos ciudadanos, tales como libertad de expresión, democracia representativa, igualdad de los ciudadanos ante la ley y supresión de la tortura (las llamadas “penas infamantes”). Aunque estos derechos se habían incluido en las Constituciones promulgadas hasta entonces, no se habían respetado. Como ejemplo puede mencionarse el asunto de los castigos corporales que habían sido expresamente prohibidos por todas las Constituciones salvadoreñas desde la Independencia. Sin embargo, las leyes secundarias permitían su utilización como parte de los castigos judiciales. Frecuentemente, los jueces condenaban a los delincuentes no solo a permanecer determinado tiempo en la cárcel, sino también a recibir determinado número de azotes. Por el robo de un caballo o de algunos sacos de café, el condenado debía sufrir el tormento de doscientos o trescientos palos. Un día como hoy 18 de Marzo de 1881, siendo presidente Zaldívar, el Poder Legislativo emitió un decreto que prohibía los castigos corporales por ser contrarios a la Constitución vigente. Sin embargo, estos castigos se siguieron practicando con mucha regularidad.
Un día como hoy 18 de Marzo de 1938 en México, el presidente Lázaro Cárdenas del Río decreta la nacionalización de la explotación petrolera en ese país. Teniendo como antecedente la política de apoyo a la organización de los obreros y la creación de Petromex, ahora Pemex. La expropiación petrolera en México fue un acto de nacionalización de la industria petrolera realizado un día como hoy 18 de marzo de 1938, como resultado de la ejecución de la Ley de Expropiación del año de 1936 y del Artículo 27 de la Constitución Mexicana a las compañías que explotaban estos recursos, mediante el decreto anunciado el 18 de marzo de 1938, por el presidente Lázaro Cárdenas del Río. Éste consistió en la expropiación legal de maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías, estaciones de distribución, embarcaciones, oleoductos y, cosas de ese tipo en general, todos los bienes muebles e inmuebles, de la Compañía Mexicana de Petróleo llamada El Águila (subsidiaria de la Royal Dutch Shell), la Compañía Naviera San Cristóbal, la Compañía Naviera San Ricardo, la Huasteca Petroleum Company (subsidiaria de la Standard Oil Company de New Jersey, que se vio afectada a cambiar su nombre Amoco Corporation), la Sinclair Pierce Oil Company, la Mexican Sinclair Petroleum Corporation, la Standford y Compañía, la Penn Mex Fuel Company, la Richmond Petroleum Company, la California Standard Oil Company of Mexico (hoy Chevron Corporation), la Compañía Petrolera El Agwi, la Compañía de Gas y Combustible Imperio, la Consolidated Oil Company of Mexico, la Compañía Mexicana de Vapores San Antonio, la Sabalo Transportation Company, Clarita Sociedad Anónima y Cacalilao Sociedad Anónima, así como de sus filiales o subsidiarias, con la promesa de cumplir con los pagos a los involucrados en el tiempo de diez años conforme a derecho, ya que estas compañías, constituidas bajo leyes mexicanas, se habían rehusado a acatar la sentencia emitida por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje a favor del pago de mejores salarios a los obreros y trabajadores de esta industria, la cual fue ratificada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Fragmentos del texto leído por el Presidente de la República, General Lázaro Cárdenas, en Palacio Nacional un día como hoy 18 de marzo de 1938, decretando la Nacionalización de la Industria Petrolera en México. “Las compañías petroleras, no obstante la actitud de serenidad del Gobierno y las consideraciones que les ha venido guardando, se han obstinado en hacer, fuera y dentro del país, una campaña sorda y hábil, que el Ejecutivo Federal, hizo conocer hace dos meses, a uno de los gerentes de las propias compañías y que ese no negó y que han dado el resultado que las mismas compañías buscaron: lesionar seriamente los intereses económicos de la nación, pretendiendo por este medio hacer nulas las determinaciones legales dictadas por las autoridades mexicanas. Se trata de un caso evidente y claro, que obliga al Gobierno, a aplicar la Ley de Expropiación en vigor, no sólo para someter a las empresas petroleras a la obediencia y a la sumisión, sino porque habiendo quedado rotos los contratos de trabajo entre las compañías y sus trabajadores, por haberlo así resuelto las autoridades del trabajo; de no ocupar el Gobierno las instituciones de las compañías, vendría la paralización inmediata de la industria petrolera, ocasionando esto, males incalculables al resto de la industria y a la economía general del país. Las compañías petroleras, han gozado durante muchos años, los mas de su existencia, de grandes privilegios para su desarrollo y expansión; de franquicias aduanales; de exenciones fiscales y de prerrogativas innumerables, cuyos factores de privilegios, unidos a la prodigiosa potencialidad de los mantos petrolíferos que la nación les concesionó, muchas veces contra su voluntad y contra el derecho publico, significan casi la totalidad del verdadero capital que se habla. Planteada así la única solución que tiene este problema, pido a la nación entera, un respaldo moral y material suficiente ,para llevar a cabo una resolución tan justificada, tan trascendente y tan indispensable. Y como pudiera ser que los intereses que se debaten en forma acalorada en el ambiente internacional, pudieran tener de este acto de exclusiva soberanía y dignidad nacional que consumamos, una desviación de materia primas, primordiales para la lucha en que están empeñadas las más poderosas naciones, queremos decir que nuestra explotación petrolífera ,no se apartará un sólo ápice de la solidaridad moral que nuestro país mantiene con las naciones de tendencia democrática y a quienes deseamos asegurar que la expropiación decretada, sólo se dirige a eliminar obstáculos de grupos ,que no sienten la necesidad evolucionista de los pueblos, ni les dolería ser ellos mismos quienes entregaran el petróleo mexicano al mejor postor, sin tomar en cuenta las consecuencias que tienen que reportar las masa populares y las naciones en conflicto.” Las 17 empresas petroleras extranjeras expropiadas fueron:
1- Compañía Mexicana de Petróleo El Águila,
2-London Trust Oil-Shell,
3-Mexican Petroleum Company of California (ahora Chevron-Texaco la segunda empresa petrolera global) con sus tres subsidiarias:
4- Huasteca Petroleum Company, 5-Tamiahua Petroleum Company, 6-Tuxpan Petroleum Company;
7-Pierce Oil Company, subsidiaria de Standard Oil Company (ahora Exxon-Mobil, la más grande empresa petrolera mundial);
8- Californian Standard Oil Co. de México;
9-Compañía Petrolera Agwi, SA.,
10-Penn Mex Fuel Oil Company (ahora Penzoil);
11-Stanford y Compañía Sucs.
12-Richmond Petroleum Company of Mexico , ahora (ARCO);
13-Compañía Exploradora de Petróleo la Imperial SA.,
14-Compañía de Gas y Combustible Imperio y Empresas;
15- Mexican Sinclair Petroleum Corporation, sigue siendo Sinclair Oil;
16-Consolidated Oil Companies of Mexico SA,
17-Mexican Gulf Petroleum Company (luego llamada Gulf).


Un día como hoy 18 de Marzo de 1968 en Estados Unidos, el Congreso deroga el respaldo de oro para el dólar estadounidense. Un día como hoy 18 de Marzo de 1968, Estados Unidos decidió acabar con la pérdida incesante de oro. El remedio que se aplicó consistió en que todos los bancos centrales asumieran el compromiso de no comprar ni vender oro en los mercados libres. Así, confiaban, la Reserva Federal (FED) dejaría de perder oro y el precio mundial de la onza de oro volvería a niveles muy por debajo de los 35 dólares. Se equivocaron a lo grande. Como la FED seguía inflando el dólar, su valor en los mercados fue cayendo mientras el oro se iba apreciando. Ya en 1973, una onza de oro se cambiaba en los mercados internacionales por 125 dólares. Los bancos centrales europeos amenazaron con vender gran parte de los dólares que tenían en sus reservas a cambio de oro, contraviniendo el acuerdo. Así que, en agosto de 1971, por orden del presidente Richard Nixon, el dólar dejó de ser convertible en lingotes de oro, tanto para todos los gobiernos como para los bancos centrales. El patrón de cambio oro fue un sistema monetario internacional por el cual el valor de una divisa se fijaba en términos de una determinada cantidad de oro. El acuerdo permitía que el emisor de la divisa garantizara poder devolver, al poseedor de sus billetes, la cantidad de oro en ellos representada. Este sistema se implantó en Bretton Woods, cuando surgió el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las divisas que garantizaban el cambio al oro fueron el dólar y la libra esterlina. Bretton Woods dio lugar a una estabilidad relativa y duradera, de 1944 a 1971. Como para entonces la mayoría de las economías del mundo se desarrollaron, esta etapa se conoce en la historia como la “Edad de Oro”. La vigencia del patrón oro, que imperó durante el siglo XIX, como base del sistema financiero internacional, terminó a raíz de la Primera Guerra Mundial, de forma que ya no se utiliza en ningún lugar del mundo. Suiza fue el último país en abandonarlo en 1998. La caída. Cuando el mundo utilizaba el patrón oro, los valores relativos de las diferentes monedas se mantuvieron estables. El sistema también mantenía una compensación automática que llevaba al equilibrio de las balanzas de pagos, las cuales fueron reforzadas por los constantes flujos de capitales. A pesar de estas ventajas, el patrón fue abandonado durante los primeros años de la crisis de los años 30 fundamentalmente debido a que los precios y los salarios no descendieron en la magnitud que bajaba la demanda global, de modo que los ajustes recayeron sobre la cantidad de empleo total; en estas condiciones se consideró menos doloroso (presión de sindicatos) la depreciación del tipo de cambio para abaratar las exportaciones que la reducción de los salarios. El patrón oro era un sistema que no podía funcionar sin la cooperación de los países que lo adoptaban. Mientras funcionó impidió que las naciones llevasen a cabo políticas aislacionistas que disminuyeran el comercio mundial y tiendan a producir un estancamiento. Después de su colapso surgieron políticas nacionalistas discriminatorias, en particular devaluaciones recurrentes, que restringieron el comercio multilateral y ahondaron la crisis de los años treinta. La crisis del dólar. Durante todo el siglo XIX, con veinte dólares se podía adquirir lo mismo que con una onza de oro. En la primera década del siglo XX se empezó a pervertir el patrón oro y, con sólo veinte años, en 1934, el valor del dólar se había dilapidado de tal forma que hacían falta treinta y cinco para comprar una onza. Cuando, a mediados de siglo, se abogaba por el retorno al patrón oro con una paridad que costaba el doble, más de setenta dólares, el valor del dólar respecto del oro siguió cayendo mucho más. Ya en Marzo de 2014, en los mercados internacionales, no bastaban 1,380 dólares para comprar una onza de oro. Es decir, en los últimos cien años, el dólar ha perdido, en términos de oro, más del 100% de su valor. Así, cuando Nixon decidió romper el último lazo entre el oro y el dólar, en el mercado predominaron los que quisieron deshacerse a toda prisa de sus dólares para poder comprar activos cuyo valor no se degrade tan rápidamente. Por eso, el oro, el petróleo y otros activos vieron como su precio se disparaba en dólares. La inflación del dólar llegó a los dos dígitos. Curiosamente a esto no se le llamó “la crisis del dólar” sino “la crisis del petróleo”. Cuando se financió el enorme gasto público a fuerza de imprimir más dólares sin respaldo en reservas, el dólar perdió su valor rápidamente. Para frenar la inflación, los gobiernos impusieron todo tipo de restricciones y controles de precios y salarios. El estancamiento económico se vino a sumar a la inflación. Así se creó la llamada “estanflación. Entre otras cosas, la estanflación dejaba en evidencia los errores de la teoría keynesiana, que había dado por hecho que una inflación y un estancamiento no podían darse al mismo tiempo. Con unas economías occidentales estancadas y una abundancia de dólares, los bancos se encontraron con que nadie les pedía préstamos para nuevas inversiones. Esta circunstancia fue aprovechada por los gobiernos de los países pobres. Por fin, podrían conseguir dinero a bajo costo. Tristemente, esos gobiernos latinoamericanos no dedicaron los préstamos a empresas productivas que permitieran desarrollar sus países. Muy al contrario, en gran medida, esos fondos fueron a parar a cuentas privadas de los altos funcionarios de esos países. Otra parte muy considerable fue destinada a gastos militares. Solo a principios de la década de 1980, Occidente empezó a levantar cabeza. Con la reactivación económica, las empresas volvieron a pedir préstamos a los bancos, pero, obviamente, los tipos de interés volvieron a subir. Fue un amargo despertar para los países pobres. Después de una década desaprovechando préstamos, llegaba la hora de pagarlos. Saldar una deuda cuando los tipos de interés están en plena escalada, es complicado. Que, encima, no se use el dinero para producir la suficiente riqueza con que devolverla, hace imposible el pago. Y, como era de esperar, México, un país grande, fue el primero en reconocer que no podía pagar la deuda. De ahí, el caso se repitió en multitud de países. En algunos los gobiernos deciden echar mano de la máquina de emitir dinero y acabar con la curiosa combinación de contar cada vez con más billetes y menos riqueza. La crisis de los 70 nos dejó una valiosa enseñanza que Carl Menger había explicado un siglo antes. El dinero no es una cantidad que pueda generarse o imprimirse a partir de la nada y por decreto, sino una cualidad (la liquidez) que el mercado descubre en los bienes y en los activos. La liquidez consiste en no sufrir pérdidas de valor (o pérdidas de tiempo) al desprenderse de cantidades, incluso enormes, de un bien. Bien sea dinero mercancía o activos monetizables, se deben constituir o representar los bienes más deseados por el mercado. Inexorablemente, la violación de esta ley significa tener que pagar el precio de las recesiones. Que sean “deflacionarias” o “inflacionarias” sólo dependerá del activo que tomemos como referencia para expresar los precios. Como muy bien señalan Eiteman y Stonehill (2006), desde marzo de 1973, los tipos de cambio se han hecho mucho más volátiles y menos predecibles. Esta variabilidad se debió en parte a un gran número de crisis inesperadas en el orden monetario mundial. Y la crisis del dólar han sobre-llevado, de alguna manera, una gran cantidad de crisis importantes: la crisis del petróleo de 1973, la falta de confianza en 1977-78, la segunda crisis del petróleo, la formación del Sistema Monetario Europeo y la diversificación de las reservas de los bancos centrales en monedas extranjeras en 1979 y la sorprendente fuerza de los flujos de capital hacia los bienes raíces en 1981-1985, seguido del rápido avance de políticas proteccionistas hasta comienzos de 1988. Cambio de sistema. En la posguerra, la Reserva Federal (FED) reinició su política de emitir dólares de manera alegre. Mientras, Europa y Japón, aplicando políticas más sensatas, se recuperaron y la balanza comercial comenzó a inclinarse en contra de E U. Esos países se encontraron con que sus reservas nacionales se estaban llenando de dólares sobrevaluados que habían adquirido vendiendo sus productos a EU. Por ello, empezaron a vender dólares a la FED a cambio de lingotes de oro. De este modo, las reservas de oro de la FED, que tras la Segunda Guerra Mundial estaban valoradas en 20 mil millones de dólares, se vaciaron hasta los 9 mil millones. Pero, a medida que las ventas de dólares hacían subir la demanda de oro, en los mercados internacionales el precio del metal iba subiendo. A la FED le resultaba cada vez más difícil mantener el cambio de 35 dólares por una onza de oro. La cifra. 14.5 por ciento. Fue la tasa de crecimiento promedio de los precios del oro en el mercado internacional entre 1991 y 2009. En ese lapso, el mercado promedió un total de 1.23 euros por dólar, con un crecimiento de 5.4% anual. Récord histórico del precio del oro. El récord histórico del precio internacional del oro fue alcanzado entre el 5 y 6 de Septiembre de 2011 cuando e una onza de este metal precioso llegó a cotizarse en el mercado internacional a $1,923.20 debido a que la caída del dólar y los temores por el panorama económico de Estados Unidos y de la Zona Euro impulsaban la demanda por el oro como refugio. Una cotización récord del oro se debe entender como consecuencia de la incertidumbre de los mercados por la recesión económica y el temor a un acusado repunte inflacionista en el medio plazo por los efectos secundarios de los planes de estímulo económico y las inyecciones de liquidez. La tenencia de oro es considerada como una de las pocas formas de conservar la riqueza y al propio patrimonio durante la peor crisis financiera desde la Gran Depresión.


Un día como hoy 18 de Marzo de 2009 la República de Bolivia, cambia de nombre y pasa a denominarse oficialmente “Estado Plurinacional de Bolivia”. Bolivia dejó de llamarse República de Bolivia para pasar a ser el Estado Plurinacional de Bolivia. Sobre la base de la nueva Constitución Política del Estado, el presidente Evo Morales promulgó el Decreto Supremo 48 que ordena la nueva denominación oficial del país. La norma fue aprobada un día como hoy 18 de marzo del 2009. El rotativo de La Paz destaca que incluso el oficio que se usó para la aprobación del decreto llevaba inscrito la tradicional nominación de República de Bolivia, que se empleaba en documentos oficiales hasta antes de la puesta en vigencia de esta normativa. El decreto, que tiene un solo artículo señala que “ (...) deberá ser utilizado en todos los actos públicos y privados, en las relaciones diplomáticas internacionales, así como en la correspondencia oficial nacional e internacional, la siguiente denominación: Estado Plurinacional de Bolivia. La nueva Constitución, vigente desde febrero de 2009, establece que Bolivia se constituye en un Estado unitario, social, de derecho plurinacional comunitario. El decreto consta de un solo artículo y establece que en todos los actos públicos y privados, en las relaciones diplomáticas internacionales, así como en la correspondencia oficial nacional e internacional deberá utilizarse la denominación Estado Plurinacional de Bolivia. Pero la analista en temas políticos, Ximena Costas, cuestionó que en democracia el cambio del nombre de un Estado se debe hacer mediante una ley. Bolivia es un estado pluricultural, descentralizado y con autonomías. Se divide en 9 departamentos. Sucre es la capital y sede del órgano judicial, mientras que La Paz es la sede de los órganos ejecutivo, legislativo y electoral. En el territorio boliviano se desarrollaron civilizaciones antiguas como Tiwanaku y la Cultura Hidráulica de las Lomas. Los Incas y los conquistadores españoles dominaron el territorio hasta que el país se independizó en 1825. Bolivia, al haber heredado las tradiciones del mestizaje colonial y las culturas precolombinas, es un país multiétnico y pluricultural, rico en la mezcla de tradiciones y folclore de habitantes mestizos, indígenas, blancos descendientes de criollos, afrobolivianos y en menor proporción de migrantes europeos y asiáticos.


Un día como hoy 18 de Marzo de 2009 se reporta el primer enfermo de influenza porcina en México, causando la epidemia de influenza humana en todo el mundo. La pandemia de gripe A (H1N1) conocida popularmente como la “gripe porcina”, que se inició en 2009, entró en México un día como hoy 18 de marzo de 2009. Éste fue el primer país en reportar casos de gripe A en el continente americano y en el mundo entero. Según la Organización Mundial de la Salud, el primer enfermo registrado en el mundo fue un niño de 10 años de edad, quien enfermó el 30 de marzo de 2009 en San Diego, California, Estados Unidos, que no había tenido ningún contacto con cerdos, y además no había tenido ningún antecedente de haber viajado a México. Los primeros casos de influenza en México se detectaron el 11 de abril de 2009 en el estado de Veracruz. Se especula que el inicio de la pandemia haya tenido como origen la condición de las Granjas Carroll en el municipio de Perote de ese estado. Al mes la pandemia se extendió por varios estados de México, Estados Unidos y Canadá, para exportarse a partir de entonces, con aparición de numerosos casos en otros países de pacientes que habían viajado a México y Estados Unidos. Comparación de la Gripe Porcina con Gripes estacionales Realizada por la Organización Mundial de la Salud. Cuando se intenta evaluar la gravedad de la pandemia por virus gripal A (H1N1) a veces se compara el número de defunciones confirmadas por esta con el de defunciones estimadas por gripe estacional, ya sea a escala nacional o mundial. Estas comparaciones no son fidedignas por varios motivos y pueden resultar engañosas. El número de defunciones por gripe estacional es una estimación que se usa en modelos matemáticos con el fin de calcular la llamada mortalidad excedente que se produce durante el periodo en que los virus de la gripe circulan ampliamente en un grupo de población determinado. Estimaciones que se basan en la mortalidad por todas las causas. Los modelos utilizan datos sobre la mortalidad por todas las causas extraídos de certificados de defunción y registros médicos, y comparan el número de defunciones durante las epidemias de gripe estacional con los datos de referencia sobre las defunciones que se producen durante el resto del año. Se parte del supuesto de que las infecciones por el virus gripal contribuyen a producir el «excedente de mortalidad» que se observa durante la estación gripal. En el transcurso de las epidemias de gripe estacional, alrededor de 90% de las defunciones corresponden a ancianos delicados de salud que a menudo padecen una o varias enfermedades. Aunque la gripe puede empeorar estas enfermedades y contribuir a causar la muerte, en la mayoría de los casos no se realizan las pruebas para diagnosticar la gripe y las defunciones generalmente se atribuyen a la enfermedad subyacente. Los métodos para calcular la mortalidad excedente empezaron a utilizarse en el siglo XIX para dar cuenta de estas defunciones vinculadas con la gripe que de otra manera se pasarían por alto. Estas estimaciones han servido para contrarrestar la suposición de que la gripe es una enfermedad leve que raras veces causa la muerte. Muertes confirmadas mediante pruebas de laboratorio. Por el contrario, el número de defunciones por gripe pandémico, notificados por las autoridades nacionales y tabulados por la OMS, representan casos confirmados mediante pruebas de laboratorio, no son estimaciones. Por varios motivos, este número no da la imagen verdadera de la mortalidad durante la pandemia, que indudablemente es más elevada de lo que indican los casos confirmados mediante pruebas de laboratorio. Como la gripe pandémica simula los signos y síntomas de muchas enfermedades infecciosas comunes, es frecuente que los médicos no sospechen la infección por el virus gripal A (H1N1) y no hagan pruebas de diagnóstico. Esto sucede sobre todo en los países en desarrollo, donde las defunciones por enfermedades respiratorias, en particular la neumonía, son comunes. Además, las pruebas corrientes para diagnosticar la gripe pandémica son costosas y difíciles, y están fuera del alcance de la mayoría de estos países. Incluso si las pruebas confirman la infección por el virus gripal A (H1N1) en pacientes con alguna enfermedad subyacente, muchos médicos atribuyen la muerte a esta última y no a la gripe; en consecuencia, estas defunciones tampoco aparecen en las estadísticas oficiales. Como se ha demostrado en estudios recientes, algunas pruebas para diagnosticar la infección por el virus gripal A (H1N1) no son totalmente fiables, y los resultados negativos falsos son un problema frecuente. Por añadidura, la obtención de resultados exactos de las pruebas depende de la manera y el momento en que se recogen las muestras. Algunos médicos han informado de que, aun en los hospitales mejor equipados, se observan pacientes con un cuadro clínico distintivo y casi idéntico, pero las pruebas solo dan positivo en algunos. Por otra parte, los sistemas de registro civil son débiles o inexistentes en muchos países en desarrollo, por lo que la causa de la muerte no se investiga ni se certifica. Los grupos de edad más jóvenes. Hay otra razón por la que la comparación de las defunciones por gripe pandémica y por gripe estacional no cuantifican con exactitud las repercusiones de la primera. Por comparación con la gripe estacional, la pandémica afecta a un grupo de edad mucho más joven: son los que con mayor frecuencia se infectan, acaban hospitalizados, requieren cuidados intensivos y mueren. La OMS sigue considerando que la gripe pandémica ha tenido un impacto moderado. Con toda probabilidad, la determinación exacta de la mortalidad y de las tasas de mortalidad no podrá hacerse sino uno o dos años después de que la pandemia haya alcanzado su punto culminante, y se basará en métodos semejantes a los que se aplican para calcular la mortalidad excedente durante las epidemias de gripe estacional.

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