Se trata de la desintegración familiar
que supone el que uno o los dos padres emigren dejando a los hijos aquí. Suele
dejárseles a cargo de algún familiar, sobre todo abuelos o tíos, pensando que
de ese modo quedarán bien atendidos. Y no suele faltar la voluntad de los
familiares de que así sea; sin embargo, no hay nada que pueda reemplazar a la
familia nuclear como el marco más adecuado para el desarrollo de los hijos.
La experiencia demuestra que si los
padres son sustituidos por los abuelos, éstos son capaces de dar tanto cariño
como ellos mismos, pues afectivamente sienten a los nietos como una extensión
de sus propios hijos; sin embargo suelen ser excesivamente consentidores y
carecer de la firmeza necesaria para dirigir su educación, cosa lógica
considerando que dicha firmeza requiere de la energía propia de la juventud.
Por otro lado, si los padres son sustituidos por tíos, éstos suelen asumir el
compromiso de satisfacer las necesidades materiales, pero no tan fácilmente
llegan a llenar las necesidades afectivas y emocionales de quienes no son sus
hijos, y tampoco suelen llegar a asumir el compromiso educativo en toda su
dimensión, particularmente en temas o situaciones difíciles, conscientes de que
la autoridad la tienen los padres, incluso en la ausencia.
Pero sobre todo, y más allá de lo
anterior, está la sensación de los propios hijos de desubicación, de no
pertenencia a una familia nuclear, de estar en un lugar que no es el suyo, de
haberse roto lo más valioso que tenían, de haberse quedado sin referencia.
Ello, aparte de la crisis general, tiende a generar un prematuro progreso hacia
una mayor autonomía, hacia una mayor madurez aparente, precipitada y sin
fundamento; un salto hacia arriba sin nada hacia donde saltar ni donde caer de
nuevo, lo que unido al vacío relativo de autoridad y de firmeza provoca una
acusada desorientación que se traduce muchas veces en conductas inadecuadas de
cualquier tipo y en carencia de criterios adecuados para valorar los diferentes
aspectos de la vida.
Estas situaciones, obviamente, no se dan
siempre. Hay, por supuesto, casos en que los padres sustitutos cumplen muy bien
con el rol que asumen y que no debería corresponderles. Sin embargo, las
situaciones mencionadas, y el problema en si mismo sí es demasiado común y
trascendente como para no considerarlo cuando unos padres se plantean la
emigración. Si se produce la desintegración por la emigración, y puesto que la
tecnología lo permite, es recomendable invertir algo de las remesas en mantener
una comunicación constante y cercana con los hijos. Esa es una gran inversión.
Acerca de la
Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica,
Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad
Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha
enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión
en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes
medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con
objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de
apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar
acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en
sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital
Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la
embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me
hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por
la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el
campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde
compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como
video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en
diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para
mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite
a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son
demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta
privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención,
y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y
educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia
profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada
persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la
educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde
que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que
juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario