Tomado de esglobal
DEPORTACIONES INTERNACIONALES: FENÓMENO
EN AUMENTO
El Banco Mundial ha publicado un informe en el que se afirma que las
deportaciones de migrantes han aumentado en los últimos meses en todo el mundo.
A continuación, ofrecemos algunos de los países con más deportaciones en 2013.
Por Lino Gónzalez
ARABIA SAUDÍ
Cifras: en enero de 2014 las autoridadescomunicaron que en torno a 250.000
inmigrantes en situación de irregularidad habían sido expulsados del país durante
los tres meses previos. La campaña de deportaciones, afirmaron, continuaría.
Esos deportados se sumaban a los cientos de miles de extranjeros -entre 800.000
y 1 millón- que habrían abandonado"voluntariamente" el país
en los meses precedentes tras la amenaza de ser deportados por la fuerza.
Contexto: el gran desarrollo de las infraestructuras y los servicios
en Arabia Saudí en las últimas décadas ha sido posible gracias al trabajo de
millones de migrantes, unos 9 millones en la actualidad, muchos de ellos sin
papeles. Esos migrantes irregulares -como ocurre en otros países- han tenido
que soportar, en muchos casos, condiciones
de trabajo abusivas. Provenientes de países cercanos como Egipto, Yemen, Etiopía, Somalia o Eritrea, y también de
países como la India, Pakistán, Bangladesh o Indonesia, los inmigrantes
ilegales en el retrógrado reino saudí han visto como desde 2012 se ha venido
implementando una campaña de redadas, detenciones y deportaciones periódicas.
Según algunos análisis, las autoridades saudíes tendrían en mente conseguir que
muchos de los puestos de trabajo ocupados por inmigrantes pasasen a estar
ocupados por trabajadores nacionales. Entorno a dos tercios de la población
saudí es menor de 30 años y la tasa de desempleo se sitúa en un 12%. Está por
ver cuáles son las consecuencias económicas y sociales de
esta medida.
Organizaciones
de derechos humanos han denunciado el trato recibido por algunos de esos inmigrantes ilegales
antes de ser deportados. Merece una mención destacada la deportación de
somalíes. Solo en el primer mes y medio de 2014, habrían sido deportados a Somalia unos 12.000 somalíes,
hombres, mujeres y niños que regresan a
un país en guerra. Arabia Saudí no ha ratificado la Convención de Ginebra de
1951 que garantiza un sistema de asilo y refugio. En
los últimos meses se han producido manifestaciones de trabajadores inmigrantes
que protestaban contra las deportaciones masivas, reprimidas con dureza por la policía saudí.
ESTADOS UNIDOS
Cifras: unos 368.000 deportados entre septiembre de 2012 y
septiembre de 2013.
Contexto: desde 2009, año en el que comenzó la gestión de la
Administración Obama, casi 2 millones de personas han sido
deportadas del país. Una cifra sin precedentes históricos en administraciones
anteriores. En 2012 se alcanzó la mayor cifra en la historia de
Estados Unidos: casi 410.000 personas fueron deportadas, sobre todo a México, El Salvador, Guatemala y Honduras. En cuanto a los menores, el número
de deportados está aumentando.
La
Administración Obama ha anunciado que en su segunda y última legislatura tiene
previsto aprobar la esperada reforma migratoria, una de sus promesas
electorales estrella junto con la reforma sanitaria. Organizaciones que
defienden los derechos de los migrantes -que están llevando a cabo manifestaciones en las que se están sufriendo
algunos arrestos- acusan al actual Gobierno de EE UU de haber criminalizado a estas personas. Según fuentes
gubernamentales, el principal objetivo de las deportaciones es expulsar del
país a todos aquellos migrantes irregulares que hayan cometido un delito. Las
cifras desde 2009 no sostienen ese discurso: solo un 20% de los deportados
desde 2009 había cometido un delito mayor. Si durante la Administración de
George W. Bush, los casos de deportados cuyo delito más grave era haber
cometido una infracción de tráfico era ya elevado, durante los “años Obama” esa
cifra se ha cuadriplicado, alcanzando los 193.000. La maquinaria de las
deportaciones no se detiene en la frontera sur de Estados Unidos y se traslada
a México: entre enero y noviembre de 2013, este país deportó casi 75.000
centroamericanos, más que en el 2012.
UNIÓN EUROPEA
Cifras: en 2013, según Eurostat, entre los 28 países de la Unión
Europea -no todos son miembros del Espacio Schengen- se habrían deportado unas
171.000 personas fuera de la Unión. Para ese periodo, no se disponen aún de las
cifras de Alemania y Grecia.
Contexto: considerando que en 2012 Grecia deportó a más de 16.500
inmigrantes y Alemania a casi 14.000, las cifras al respecto en la UE durante
el pasado año habrían sido muy similares a las de 2012, cuando las
deportaciones ascendieron a 206.000. En estos números se incluyen las
deportaciones de personas que recibieron previamente una orden de expulsión
-incluidos los vuelos de Frontex con deportados de
varios países europeos- quedando fuera, por tanto, las devoluciones llamadas
“en caliente” llevadas a cabo por las fuerzas del orden en fronteras europeas
como la de Melilla. Conviene recordar que dichas expulsiones son ilegales:
según los tratados internacionales, los estados receptores de inmigrantes
tienen la obligación de comprobar, entre otras cosas, si los que llegan son
potenciales solicitantes de asilo.
Los países que más
deportaciones llevaron a cabo en 2013 fueron Reino Unido, con algo más de
55.000; Francia, unas 20.000; España, algo más de 17.000; Suecia, alrededor de
14.000; y Polonia, sobrepasando ligeramente las 8.000.
A falta de que la Unión
Europea decida implementar una política
migratoria que responda tanto a los principios europeos como a la realidad
demográfica del continente, se han firmado diversos acuerdos con terceros
países para delegar el control de las fronteras; con Marruecos y Túnez, por
ejemplo, para el control de su frontera sur o con Turquía para el control de
su frontera
oriental. A cambio de ayudas económicas, la UE consigue así de facto
desplazar sus fronteras al sur y al este. Muchas ONG han denunciado que en
países como Marruecos -que disminuye o aumenta el control sobre los migrantes
en función de sus intereses- el trato que reciben los migrantes no
responde a unos estándares de derechos humanos mínimos.
En el proceso legal que
finaliza en una deportación, juegan un papel destacado los Centros de
Internamiento de Extranjeros, los CIE. Existen en todos los países de la Unión
y las organizaciones de derechos humanoshan denunciado en repetidas ocasiones que
están superpoblados y que en ellos no siempre se respetan los derechos de los
internos.
REPÚBLICA DEL
CONGO-BRAZZAVILLE
Cifras: los datos oficiales arrojan que 80.000
ciudadanos de la República Democrática del Congo han sido expulsados en las
últimas semanas -entre los meses de abril y mayo- de la República del Congo,
también conocida como Congo-Brazzavill.
Contexto: según las autoridades de Congo-Brazzaville se ha tomado
la decisión de deportar a unos 80.000 congoleños sin papeles para luchar contra
el aumento del crimen en el país. A falta de estadísticas que apoyen esa
afirmación, lo cierto es que la expulsión de ciudadanos de la RDC - también
estarían en la lista de futuros deportados migrantes cameruneses y chadianos,
según las autoridades de Brazzaville- resulta sorprendente: ambos países
comparten fuertes relaciones históricas y comerciales. Cada día, numerosas embarcaciones
cruzan el Río Congo que separa las capitales de ambos países, Brazzaville y
Kinshasa. El transporte de los deportados por vía fluvial a través de este río
ha sido, precisamente, el método empleado por las autoridades de la República
del Congo.
Las autoridades de la RDC se
han quejado de algunos métodos empleados por las autoridades del país vecino
para llevar a cabo las expulsiones de inmigrantes sin papeles. Además, según
algunos testimonios recogidos por la agencia Reuters, no todos los
expulsados por Brazzaville carecerían de documentación.
SUDÁFRICA Y BOTSUANA
Cifras: 23.000 zimbabuenses fueron expulsados de Sudáfrica solo entre enero
y abril de 2013. Botsuana habría deportado a unos 62.000 inmigrantes sin
papeles de Zimbabue desde 2011. Entre junio y octubre de 2013 Botsuana habría
llevado a cabo más de 22.500 deportaciones de zimbabuenses.
Contexto: desde hace años, Botsuana y Sudáfrica han estado recibiendo
miles de ciudadanos de Zimbabue que escapan de la pobreza y la falta de
libertades en su país.Aunque resulta difícil saber cuántos migrantes de
Zimbabue viven en Sudáfrica, las estimaciones moderadas establecen una
cifra que podría estar entre 1 y 2 millones. En 2009 se comenzó a implementar
un proceso de regularización de migrantes,
una medida insuficiente según algunas organizaciones. A pesar de las
dificultades que encuentran los zimbabuenses deportados cuando regresan a su país (y de la complicada
vida que tienen que afrontar en Botsuana y Sudáfrica) eléxodo de estos ciudadanos, según algunas
informaciones publicadas en medios africanos, no ha hecho sino aumentar desde
el pasado junio, cuando el régimen de Robert Mugabe revalidó su dictadura
mediante unaselecciones calificadas de fraudulentas
por observadores y oposición. Botsuana ha llegado a construir vallas
electrificadas en su frontera con Zimbabue, en teoría para evitar la expansión
de enfermedades contagiosas entre los rebaños de ganado.
NIGERIA
Cifras: 22.000 deportados a diversos países durante el verano de
2013.
Contexto: el conflicto abierto entre las autoridades de Abuja y
grupos insurgentes, como Boko Haram, al norte del país, motivó que se decretase
un estado de excepción en el verano de 2013. En este marco de luchas “contra el
terrorismo”, tuvo lugar la deportación masiva de 22.000 inmigrantes
procedentes sobre todo de Camerún, Chad y Níger.
En 2012, tras una serie de
atentados atribuidos a ese grupo terrorista, las autoridades nigerianas habían
procedido ya a un campaña de deportaciones que tuvo como resultado la
expulsión de unos 7.000 extranjeros. Las deportaciones masivas han sido, hasta
la fecha, una más de las insuficientes medidas contra insurgentes del Gobierno
nigeriano para mantener el control de su territorio. Nigeria no es el único
país africano que aduce razones antiterroristas para deportar a inmigrantes:
alegando motivos de seguridad en relación con su lucha contras las milicias de
Al Shabaab, las autoridades keniatas han llevado a cabo una operación de
arrestos y detenciones de inmigrantes, sobre todo somalíes. Según Human Rights Watch, decenas de
inmigrantes habrían sido deportados en las últimas semanas.
A estas expulsiones de
nacionales de otros países, se sumarían en Nigeria algunas deportaciones internasde nigerianos musulmanes
que se habrían practicado en el país durante los últimos meses.
Los casos de
Malasia e Israel
En los últimos meses, las deportaciones se
han situado en los puestos más prominentes de la agenda política y mediática de
Malasia e Israel.
A finales del verano de 2013,
las autoridades malayas comenzaron una serie de operaciones en todo el país
para detener a inmigrantes ilegales con la intención de deportarlos de forma
inmediata. Las primeras redadas y arrestos se produjeron en septiembre. Unos
2.500 migrantes ilegales fueron arrestados paso previo a su deportación.
Desde el anuncio oficial de la nueva “lucha contra la inmigración ilegal”, se
extendieron los rumores de que cientos de miles de
migrantes corrían el riesgo de ser expulsados. El crecimiento económico de
Malasia en los últimos años ha atraído a personas de Indonesia, Filipinas,
Bangladesh, Myanmar o Tailandia. Según las cifras disponibles, los detenidos y
deportados hasta la fecha ascenderían “tan solo” a unos pocos miles de
inmigrantes. Las operaciones para detener y deportar personas en situación
irregular han continuado, al menos, hasta comienzos de
2014, recibiendo una buena cobertura informativa en los medios de comunicación
del país.
En Israel, el asunto de las
deportaciones comenzó a ocupar portadas de periódicos en junio de 2013, a
partir de una noticia sobre los planes del Gobierno
Netanyahu para expulsar del país a buena parte de los inmigrantes
africanos ilegales que residen en el país -entre 50 y 60 mil, la mayoría
procedentes de Sudán y Eritrea-. La filtración de un documento oficial a un
medio de comunicación permitió conocer que el Gobierno israelí había firmado un
acuerdo con un gobierno africano -Uganda, según se supo después- para que
aceptase a miles de esas personas en su territorio. A cambio, recibiría tanto
ayuda económica como técnica. Las autoridades israelíes afirmarían más tarde
que dichas deportaciones no serían forzosas pero que su intención era, efectivamente, reducir la
población de personas en situación irregular procedentes de países africanos.
Israel ya ha construido centros de internamiento para su custodia, incluido uno
en mitad del desierto. La aprobación de la ley fue contestada en las calles por
manifestaciones multitudinarias de inmigrantes. Israel es uno de los países del
mundo que menos concesiones de asilo ha aprobado en las últimas décadas.
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