En la actualidad cada vez son más los colegios que contemplan la educación mixta, e incluso algunos de los que eran exclusivos de un género están empezando también a incorporar la enseñanza mixta, más los masculinos que los femeninos. El modelo de educación separada ha sido causa y a la vez consecuencia de la clara separación de roles entre hombre y mujer que ha imperado en nuestra cultura. La actual tendencia a la enseñanza mixta es también causa y consecuencia de la inevitable tendencia a la equiparación de roles.
Los partidarios de la educación
separada (y por eso es que los femeninos tienden a ser más conservadores) han
tenido como uno de sus argumentos fundamentales el temor al contacto con el
sexo opuesto a edades tempranas. Y no se puede negar que existe algún riesgo de
consecuencias indeseadas, pero tampoco se puede negar que al finalizar la etapa
escolar las consecuencias indeseadas tienden a suceder mucho más frecuentemente
entre los que tuvieron educación separada, que entre los que la tuvieron mixta.
Y es lógico; no se puede tapar el sol
con un dedo. La inclinación al conocimiento del género opuesto es una tendencia
natural del ser humano que se despierta desde la pubertad, o antes incluso, y
que se ve muy limitada en la educación separada. Cuando desaparece la
limitación, esa inclinación lleva a los
jóvenes, de una forma brusca, a un terreno que no conocen, y para el que, a lo
sumo, sólo recibieron, si acaso, alguna mínima preparación teórica.
Pero
el problema se incrementa en la actualidad debido a que la tecnología sirve en
bandeja en forma virtual aquello que se obstaculiza en la vida real, de modo
que no es necesario esperar al final de la etapa escolar para entrar de lleno y
sin freno en un terreno que se debió ir conociendo poco a poco. Las relaciones
con desconocidos a través de las redes sociales pueden ser fuente de riesgos
mucho más profundos incluso que la experiencia sexual precoz con algún
compañero.
El conocimiento entre hombre y mujer no
se puede basar en la teoría si no va acompañada del conocimiento que da la
convivencia cotidiana, que debe empezar desde la misma adolescencia, porque la
vida es convivencia entre hombres y mujeres; y el medio escolar es un marco
idóneo para ello. Mediante la adecuada educación de la sexualidad se evita el
riesgo de consecuencias indeseadas permanentemente; mediante la educación
separada se evita sólo provisionalmente; y con las redes sociales, ni siquiera
eso.
Acerca de la
Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica,
Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad
Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha
enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión
en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes
medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con
objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de
apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra
infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas
especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en
sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital
Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la
embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me
hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por
la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el
campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde
compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como
video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en
diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para
mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite
a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son
demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta
privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención,
y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y
educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia
profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona
tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación
que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació,
hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del
rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el
futuro.
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