sábado, 9 de abril de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS CANGREJOS


       Cuentan que un cocinero tenía una olla pacha, llena de cangrejos, destapada; y unos pocos cangrejos en otra olla, alta y tapada. Al preguntarle sobre la paradoja, explicó que los pocos de la olla alta y tapada eran alemanes y se ayudaban hasta que salía el último, mientras que con los del montón de la olla pacha y destapada no había cuidado, porque eran salvadoreños, y en cuanto uno asomaba la cabeza, los demás se encargaban de bajarle.

       Por supuesto, ni los alemanes son únicos en su forma de entender las cosas, ni nosotros tampoco en la nuestra, pero ambos son muestras elocuentes de por qué hay un primer mundo y un tercero. Es cierto que estas características culturales no son la única causa, y que hay otras circunstancias que tienden a perpetuar esos status, pero dichas circunstancias precisamente encuentran terreno fértil en las culturas.

       Vivimos en un mundo cada vez más competitivo, pero si siempre nos hemos caracterizado por competir en lo pequeño, a nivel individual, y la mayoría de las veces de una forma absurda e desenfocada; hoy día, ante fenómenos como el de la globalización, mantener esa táctica, tan arraigada en nuestra cultura, supone perder totalmente la referencia de cuál es la cancha de competencia, y quedar definitivamente condenados al fracaso y al subdesarrollo.

       Para nuestra cultura, el simple hecho de ver ojos en cara ajena ya es motivo de competencia. Tan baja autoestima tenemos, que cuando otro destaca y tiene éxito, lo sentimos como un fracaso propio. Quien debería ser un modelo lo convertimos en un rival. Y esa misma baja autoestima es la que hace que en vez afrontar la situación en forma positiva y tratar de superarnos para estar al nivel de ese modelo, no creamos en esa posibilidad, y manejemos la situación a la inversa, tratando de desacreditar u obstaculizar el éxito de los otros para que caigan por debajo de nuestro pobre nivel.

       En vez de ser parte de la tripulación de un gran crucero, preferimos ser capitanes de un tronco flotando, con tal de tener un mando que ni sabemos manejar. Por ello es mucho más fácil que un salvadoreño destaque fuera del país que dentro de él, porque se le corta la influencia negativa que la propia cultura ejerce sobre él, y se detectan y aprovechan sus valores y talentos para incorporarlos a esfuerzos conjuntos que realmente miran hacia arriba sin el temor de que otros los vean competitivamente y los saboteen.
        Participando en el éxito de otros se ayuda a levantar y fortalecer la imagen y credibilidad de una comunidad o país, lo que supone abrir una puerta para todo aquello que tenga su sello, con lo que todos ganan, y ganan a otro nivel más elevado que el del suelo, que es al que estamos acostumbrados. El verdadero subdesarrollo tiene fundamentos educativos y culturales; el subdesarrollo económico no es más que una consecuencia de ello.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.


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