Por Luis E. Montes
Lialdia.com / *Luis E. Montes / 10 puntos es el
diferencial entre el candidato del FMLN, Salvador Sánchez Cerén, y el candidato
de ARENA, Norman Quijano. De primera fuerza política en el 2012, ARENA ha sido
relegada a segunda posición y la diferencia esta vez es sustancial. En el 2009,
Rodrigo Ávila perdió frente a Mauricio Funes por aproximadamente 60,000 votos;
en el 2014 esa diferencia es 5 veces más alta.
Surgen varias preguntas: ¿puede recuperarse
ARENA en 5 semanas? La segunda vuelta se llevará a cabo el 9 de marzo. ¿Qué
cambios hará ARENA en su dirigencia, campaña, equipo asesor para demostrar
disposición a ser incluyente y que está leyendo atinadamente los mensajes que
le está enviando el electorado?
Los problemas en la campaña de ARENA
seguramente serán casos de estudio para las futuras generaciones de políticos,
asesores y analistas de cómo no se deben hacer las cosas. Entre lo puntos “más
destacados” de la campaña arenera encontramos: El candidato pasó a segundo o
tercer plano relegado por sus dos principales asesores, Francisco Flores Pérez
y Juan José Rendón. El mensaje de Quijano, el partido y sus voceros careció de
disciplina y consistencia: en el tema de seguridad se contabilizan al menos 3
posiciones encontradas sobre el asunto de la tregua. La rigidez ideológica de
su partido evitó que conectará con clase media profesional y las familias
trabajadoras.
El caso Flores tendrá un apartado
especial. ¿Cómo es posible que un ex presidente se presente ante una comisión
de la Asamblea Legislativa a menos de un mes de las elecciones y les diga en su
cara a los diputados que él recibió cheques a su nombre de un país extranjero y
que no pasaron por los canales oficiales de canalización de ayuda exterior? Por
si no fuera suficiente, el ex funcionario en mención también fungía como
principal asesor de campaña del candidato arenero. La campaña y el partido en
lugar de separarlo decidieron “cerrar filas”, apoyarlo pero pedir su
investigación. ¿Hace sentido?
Además de los autogoles de ARENA es de
reconocer el giro y evolución que ha tenido la izquierda extrema de El
Salvador, FMLN. Han pasado de una rigidez ideológica a un pragmatismo político
del que antes hacía alarde ARENA. En 1996, el entonces presidente arenero
Armando Calderón Sol fue capaz de causar una escisión en el FMLN a través del
Acuerdo de San Andrés. El grupo político de izquierda recién había hecho la
transición de grupo subversivo a partido político. Esa primera división en la
izquierda permitió acentuar la polarización del espectro político salvadoreño
en la postguerra. La apuesta arenera por la polarización alcanzó su cúspide
durante la administración de Flores de 1999 al 2004.
Si bien la escisión de derecha en la
historia más reciente (2009) del país difiere en los detalles de origen en
comparación a la división de 1996, el FMLN ha sabido capitalizar de mejor
manera la división de derecha. En buen salvadoreño la dirigencia roja ha sabido
“dar la vuelta a la tortilla” (permutar) y mandar los mensajes apropiados en el
momento correcto y eso se ve reflejado en los números. De 800,000 votos que
recibían en el 2004, las últimas 2 votaciones presidenciales (2009 y 2014) han
logrado subir y mantenerse arriba de los 1.3 millones.
El escenario político salvadoreño no
será el mismo cuando termine el ciclo electoral del 2014 e incluso podrá haber
modificaciones más profundas el 2015. Cuando ARENA tuvo la oportunidad de
escoger su oposición, la apuesta fue por fortalecer la rama más radical del
Frente. Craso error! Por eso hoy la elección es entre la derecha retrograda y
un ex comandante guerrillero. Ahora bien si las acciones de los últimos años
son un indicativo con quien prefiere negociar el Frente, pareciera que El
Salvador se encamina a un proceso político con menos sobresaltos, con
oscilaciones menos extremas. Si bien los 5 años venideros pueden ser incómodos
para algunos, hay esperanza que el 2019 y los demás ciclos sean más estables.
El futuro de la derecha se definirá en
los próximos 14 meses; la historia aún no ha sido escrita pero lo cierto es
que: ARENA carece de un líder carismático que puede echarse el partido y la
derecha al hombro. Los ex presidentes Alfredo Cristiani y Armando Calderón Sol
no tienen la energía, ni la capacidad de reinventarse ni el capital político
para salvarla. Otra opción sería Francisco Flores, de paradero desconocido, y
quien nunca tuvo ni tiene la aprobación de la base arenera. Y el pobre Norman
Quijano quien no ha podido comandar ni su propia campaña ni le han dado la
oportunidad de ser presidente del partido no tiene el liderazgo necesario ni el
respeto adentro del partido mucho menos en el resto de la derecha. ¿Quién
entonces emerge como el líder de la derecha en los próximos meses?
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