Tomado de La Razón
Los estudiantes no dan
tregua a Maduro
· Los universitarios desafían la represión y salen a la
calle en las principales ciudades
· El régimen eleva la tensión al convocar una multitudinaria
marcha en Caracas
Por Angel Sastre
La tensión social en Venezuela sigue creciendo, sin tregua. Mientras estudiantes y chavistas todavía lloran y entierran a sus muertos, las «dos Venezuelas» rivalizan de nuevo en las calles. Por un lado la oposición, con los estudiantes al frente, protagonizó ayer marchas en 17 ciudades mientras que el oficialismo organizó la más multitudinaria, en la Avenida Bolívar de Caracas. Los jóvenes contrarios al Gobierno –bautizados por el presidente Nicolás Maduro como cachorros escuálidos– realizaron una cadena humana desde la caraqueña plaza Alfredo Sadel, de Las Mercedes, hasta la sede de la Magistratura, para «escribir los nombres de nuestros caídos», aseguró Enrique Altimari, portavoz estudiantil de la Universidad Monteávila. Altimari hizo un llamamiento a la sociedad a no caer en la trampa de grupos que han realizado actividades violentas en horas de la noche. El miércoles dos estudiantes y un tupamaro murieron baleados. Hubo casi un centenar de heridos, la mitad por bala.
Respecto a la censura de los medios, que
apenas retratan las manifestaciones opositoras, el gobernador de Miranda,
Henrique Capriles, señaló que hace meses se ejecuta una orden para censurarlo:
«A los que me escriben y preguntan por qué no aparezco en medios, hace meses
que se ejecuta una orden de censurarme». El dirigente afirmó «que el Gobierno
tiene que desarmar a los paramilitares. Sabe quiénes son y dónde están, una de
las acciones más importantes para lograr paz». Las autoridades intentaron
dispersar a los manifestantes en la Plaza Altamira. Con bombas lacrimógenas y
la ballena de agua, la Guardia Nacional se enfrentó a los manifestantes en la
emblemática plaza opositora.
Del otro lado de la ciudad, miles de
simpatizantes de la Revolución Bolivariana iniciaban una gran Movilización en
apoyo al plan de pacificación nacional emprendido por el Gobierno en contra de
la violencia. Maduro aparecía encaramado en el escenario instalado al final de
la Avenida Bolívar, tal y como solía hacer el fallecido Hugo Chávez. Aclamado
por sus fieles anunciaba «no voy a renunciar a ni un solo milímetro del poder
que me ha dado el pueblo.
¿Alguien duda qué haya un juego de doble rol
en la oposición?». «A la oposición, por cobardes, la historia se los va a
tragar y este pueblo les va a pasar la cuenta completa», agregó al mismo tiempo
que les desafiaba a juntar las firmas necesarias para convocar un referendo
revocatorio, el próximo 2016. Aunque para eso todavía queda mucho, dos años
para seguir concentrando poder. Sin embargo, en poco más de un año de Gobierno,
Maduro empezó a perder terreno en su trinchera más preciada: las calles. Parece
que el presidente aboga por la paz, dispuesto a recuperar su bastión por otras
vías ajenas a la violencia.
¿Pero será capaz de contener a los brazos
armados que ya actúan por cuenta propia?
Tomado de el
chiguire bibopolar
Maduro: “Me llamarán dictador, pero voy a hacer todo lo que hace un
dictador”
Durante una alocución transmitida
el día martes en cadena nacional, el presidente Nicolás Maduro dijo que
“seguramente será llamado dictador” mientras anunciaba una
serie de medidas que en efecto lo convierten en un dictador.
“Pues sí. Seguro mañana todos en
Twitter y en los medios fascistas dirán que soy un dictador. Así que ya mismo,
en este mismo momento, me sacan de las cableras a NTN24 y a
cualquier otro canal que me hable mal de mi. Me sacan a esa gente de allí. ¡Pa’
fuera! Aquí no va a venir ningún canal de televisión a transmitir sus
montajes sobre las protestas.
Aquí no hay protestas. Enviamos presos a docenas de estudiantes, los enjuiciamos en cortes militares, bloqueamos parte de la Internet yenviamos a la Guardia Nacional a reprimir a todo el que
proteste. Con plomo, aunque la Constitución diga otra cosa. Ya mismo
lo digo: el que me quiera salir a la calle, me tiene que pedir permiso. Solo
falta que me ponga un uniforme militar, pero la gente de las Fuerzas Armadas no
me deja y solo me permiten usar estas camisas Columbia verdes XXXXXL. Aunque
tengo ganas de comenzar a ponerle medallitas y coroticos de colores aquí en el
pecho” exclamó el Primer Mandatario, mientras admiraba el desfile donde cientos
de niños hacían una figura de su rostro utilizando cuadrados de cartón.
Maduro aprovechó su declaración
para continuar con la serie de anuncios. “Mira, ya que me van a llamar
dictador, vamos a aprovechar, no sé, se me ocurre, de darle un toquecito de electricidad a los detenidos. Un
toquecito, nada más, no mucho, no vaya a ser que haya un apagón después. Se
sobrecargan las líneas del Guri. Un toquecito, pues. En las tetillas. ¿No es
eso lo que hacen los dictadores, pues? Para que esas cloacas periodísticas
hablen con propiedad. No me importa que hablen, que digan de mi lo que sean las
televisoras, porque igual los voy a sacar del aire, sus palabras no las va a
escuchar nadie aquí. Y la prensa igual, ya pronto no va a quedar ni un
periódico aquí. O vamos a sacar a la Guardia a darle una patada en la cabeza a un viejo que
está en el suelo. Eso quedaría de perlas” afirmó Maduro, mientras mandaba a
construir un castillo en Fuerte Tiuna.
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