sábado, 15 de febrero de 2014

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: RIVALIDAD ENTRE HERMANOS



       El Antiguo Testamento narra la primera rivalidad conocida entre hermanos; precisamente entre los primeros hermanos de los que se tiene referencia, Caín y Abel. Independientemente de la fe en la veracidad de este episodio, es importante la interpretación de que la rivalidad fraternal ha existido siempre, y es característica inevitable de la relación entre hermanos.

       Lástima que no podamos conocer detalles sobre las causas que pudieron provocar una distorsión en las conductas de Caín; sobre cómo ambos hermanos fueron educados por sus padres, y sobre cómo manejaron éstos la rivalidad entre sus hijos, desde pequeños, hasta el trágico desenlace. Pero sí pueden analizarse estas circunstancias en cualquier familia, tanto en aquellas en que existe armonía entre los hermanos, como en aquellas en que las relaciones fraternales no son tan cordiales, o incluso tormentosas, que de todo hay.

       La armonía fraternal no significa que no haya rivalidad. La rivalidad y el sentimiento ambivalente de amor - odio entre los hermanos es completamente natural e inevitable. En alguna medida existe siempre. Desde que nace el hermano pequeño, el mayor siente celos de él por las atenciones que recibe, quedando para él sólo las responsabilidades; más adelante, el pequeño también tiene envidia del mayor porque se le permiten cosas que a él todavía no. Existe rivalidad entre varones y hembras por el modelo educativo discriminado en las culturas machistas. Existe una competencia permanente por gozar del cariño y la atención de los padres. Existen actitudes de respuesta de cada uno ante la actitud del hermano; etc.

       El manejo inadecuado de estos sentimientos y la falta de resolución de los correspondientes conflictos genera inconformidad en la parte que se considera afectada o discriminada, y sensación de que son los otros los que gozan de la preferencia de los padres, lo que baja la autoestima. La autoestima baja tiende a distorsionar desfavorablemente la visión que el hijo tiene de su lugar en la familia, y tiende a provocar conductas inadecuadas como respuesta, lo que termina provocando verdaderamente en los padres la no preferencia por ese hijo.

       En gran medida, es la actitud de los padres hacia los hijos, y el manejo de las rivalidades y conflictos lo que hace que ese sentimiento ambivalente de amor - odio se refuerce en un sentido o en otro, y muchos padres son desconocedores de ello, o no saben manejar las situaciones adecuadamente. La rivalidad no se puede evitar, pero los padres deben saber detectar los sentimientos de cada uno, y abordarlos oportunamente. Tampoco debe caerse en el error común de pensar que igualdad en el trato a los hijos significa dar a todos lo mismo. Significa dar a cada quien lo que verdaderamente necesita (y eso es algo que los hijos deben saber); a veces será lo mismo, pero otras no; y ello requiere de un profundo conocimiento de cada uno de ellos. Si habiendo ya los hijos superado la adolescencia, el componente de amor no es claramente más fuerte que el de odio, no será fácil que en la adultez exista una verdadera relación fraternal entre los hermanos.


       Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.        

No hay comentarios:

Publicar un comentario