lunes, 14 de junio de 2010

Copa del Mundo 2010: Las "vuvuzelas" se vuelven centro de polémica

Tomado de El Nuevo HeraldPor LUIS F. SANCHEZ
lfsanchez@elnuevoherald.com

Las "vuvuzelas'', esas cornetas de plástico que resuenan durante los partidos del Mundial y que rompen los timpanos, han polarizado las opiniones en Sudáfrica 2010.

La FIFA no se opuso a ellas, pero muchos cuestionan que sus 140 decibeles de ruido son muy superiores a los 120 que puede resistir el ser humano sin estar en peligro de sufrir afecciones auditivas.

El entrenador de la selección alemana, Joachim Low, afirmó que no hay manera de dar indicaciones a sus jugadores durante los partidos, debido al tronar de las cornetas.

"Sólo podré comunicarme por señas'', se lamentó Low. "El ruido de las ‘vuvuzelas' es infernal''.
Los enviados especiales llegados a Sudáfrica desde los cinco continentes se encuentran al borde de un ataque de nervios porque con ese zumbido ensordecedor no pueden escuchar lo que hablan, ni oir los anuncios que se hacen a través de los altoparlantes en el estadio.

No es fácil erradicarlas, sin embargo, porque forman parte de la cultura de los sudafricanos.
Las "vuvuzelas'', que se fabrican desde hace poco más de 10 años, semejan el ruido que se hace al soplar los cuernos del "kudu'', una especia de antílope que habita en el sur de Africa.

"Hacemos sonar la ‘vuvuzela' para estar juntos y ser una sola voz'', comentó George Nkuna, un agente de seguridad de 44 años, nacido en la provincia de Limpopo, quien perdió el ojo izquierdo tras recibir un varazo de un soldado blanco mientras protestaba contra el apartheid en el Soweto en 1976. "Para nosotros es algo honorable, porque une a la gente y nos convierte en uno solo''.
El sonido de los cuernos del "kudu'' siempre ha formado parte en la cultura sudafricana, y era usado para el anuncio de ceremonias o grandes eventos.

El director ejecutivo del Comité Organizador Local, Danny Jordaan, sentenció que las ‘‘vuvuzelas'' contribuyen a darle un ambiente de fiesta al Mundial.

"Es algo nuevo que estamos disfrutando en la Copa'', afirmó Jordaan. "Además los aficionados respetan fielmente las ceremonias y, por ejemplo, en el momento de los himnos nadie las hace sonar''.

El diario Business Times de Johanesburgo escribió que las "vuvuzelas'' han resultado un magnífico negocio para su inventor Neil Schalkwyk, experto en plásticos y moldes, quien tiene su fábrica en Ciudad del Cabo.

"Estas trompetas de plástico han sido adoptadas como un emblema de la Copa por los sudafricanos y los visitantes'', reportó el Business Times. "El negocio alcanza los $10 millones anuales''.

Durante el Mundial las ventas de "vuvuzelas'' han saltado de 500 a la astronómica cifra de 50,000 al mes.

Se pueden encontrar desde las importadas hechas en China a $3 hasta $8.50 por las fabricadas por Schalkwyk, que tienen un mejor contorno semejante a los cuernos del ‘‘kudu'', y no rompen ni inflaman los labios como las chinas.

Con 37 años de edad y gran aficionado al fútbol, Schalkwyk veía cómo los aficionados en la década de los 90 llevaban a los estadios cuernos delgados convertidos en cornetines para alentar a sus equipos favoritos.

Al principio, Schalkwyk bautizó su nuevo instrumento como "boogie-blaster'' pero el sentido común y la imaginación de la gente le puso el apodo de "vuvuzela'', que en la traducción del Zulu, la población indígena de sudafricana, quiere decir "pump'' (propulsar, impulsar).

"Ver las ‘vuvuzelas' que se venden como pan caliente en las esquinas de las ciudades, en las tiendas ‘duty free' de los aeropuertos y escuchar la cacofonía de sus ruidos en todas partes, me hacen sentir orgulloso'', confesó Schalkwyk al Business Times. "La ‘vuvuzela' es un símbolo de la manera cómo celebramos y cómo nos gustaría que todo el mundo disfrutara esta fiesta''.
Patentar la "vuvuzela'' fue algo imposible para Schalkwyk.

"Nunca tuvimos la ilusión de tener el monopolio del producto y no podíamos patentar el diseño'', explicó Schalkwyk. "Cuando empezamos nos dijeron que el cuerno es simplemente un cuerno que ha estado con nosotros durante siglos y no se puede registrar para el uso de una sola persona''.

Para Schalkwyk las "vuvuzelas'' tienen una importancia económica y para Nkuna un hondo contenido emocional.

"Cuando gana mi equipo, no paro de soplar la ‘vuvuzela' '', exclamó Nkuna con un entusiasmo que lo encendía. "Mis tres hijos la soplan y mi esposa también; entonces nos convertimos en una sola voz, en una sola persona''.

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