Vendedores, transportistas, estudiantes, personal médico, de juzgados, trabajadores de la alcaldía o maestros son algunos de los grupos que se han lanzado a la calle.
Diversos grupos se han echado a la calle para protestar. Hasta el final de mayo se registraron unas 60 manifestaciones y decenas de bloqueos de carreteras por diversas quejas contra el Gobierno, según la Policía. Otras fuentes cuentan tres marchas diarias
EL DIARIO DE HOY
VIERNES, 4 DE JUNIO DE 2010
Si algo marcará el primer año del Gobierno de Mauricio Funes será el número de manifestaciones que han tenido lugar. Sólo en San Salvador ya suman 60 las marchas registradas por la Delegación Centro de la Policía Nacional Civil hasta el 31 de mayo. Esto supone un promedio de casi tres manifestaciones por semana.
Pero aún así las estadísticas se quedan cortas. Desde febrero, cuando se distanciaron aún más el Presidente Funes y el FMLN, han arreciado las marchas y los bloqueos más bien a razón de hasta tres por día. En cinco días de cada semana -sin contar sábados y domingos, cuando los organizadores no pierden tiempo en descansar- en cuatro meses probablemente ha habido 240 manifestaciones con sus correspondientes atascos y fastidios.
De hecho ayer hubo tres marchas distintas que dificultaron el libre tránsito de vehículos en importantes calles de San Salvador y rompieron la pausa que mantenían desde la semana anterior.
Una de ellas fue protagonizada por miembros del Sindicato del Seguro Social, exigiendo mejoras salariales, en tanto que las otras dos fueron convocadas por asociaciones ambientalistas por el Día del Medio Ambiente.
Ya fuera de la capital, los compañeros de Óscar Rivera Fuentes, motorista de la Ruta 113, que fue asesinado por dos jóvenes en la madrugada de ayer, decidieron bloquear la carretera Panamericana en el kilómetro 32. Esto generó un denso congestionamiento durante dos horas.
Lo cierto que es que las protestas generan pérdidas incuantificables de tiempo, combustible y horas laborales, junto con otros incovenientes que resienten los salvadoreños sin que ninguna autoridad ponga orden.
El problema es que, aunque en la Constitución se refleja el derecho a expresarse y difundir libremente el pensamiento (artículo 6) y a asociarse libremente y reunirse pacíficamente (artículo 7), el resto de la sociedad también tiene derechos que no deberían verse vulnerados por minorías.
Es por eso que el magistrado de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, Ulices Guzmán, enfatizó que si bien cualquier sector tiene derecho a manifestarse, no puede vulnerar los derechos de los demás.
El Código Penal establece que los derechos a expresarse y asociarse libremente serán garantizados mientras no se den desórdenes públicos.
Pero obstaculizar las vías públicas o sus accesos, impedir la circulación o el tránsito de personas o invadir edificios estatales constituyen desórdenes públicos, según el magistrado.
EL DIARIO DE HOY
VIERNES, 4 DE JUNIO DE 2010
Si algo marcará el primer año del Gobierno de Mauricio Funes será el número de manifestaciones que han tenido lugar. Sólo en San Salvador ya suman 60 las marchas registradas por la Delegación Centro de la Policía Nacional Civil hasta el 31 de mayo. Esto supone un promedio de casi tres manifestaciones por semana.
Pero aún así las estadísticas se quedan cortas. Desde febrero, cuando se distanciaron aún más el Presidente Funes y el FMLN, han arreciado las marchas y los bloqueos más bien a razón de hasta tres por día. En cinco días de cada semana -sin contar sábados y domingos, cuando los organizadores no pierden tiempo en descansar- en cuatro meses probablemente ha habido 240 manifestaciones con sus correspondientes atascos y fastidios.
De hecho ayer hubo tres marchas distintas que dificultaron el libre tránsito de vehículos en importantes calles de San Salvador y rompieron la pausa que mantenían desde la semana anterior.
Una de ellas fue protagonizada por miembros del Sindicato del Seguro Social, exigiendo mejoras salariales, en tanto que las otras dos fueron convocadas por asociaciones ambientalistas por el Día del Medio Ambiente.
Ya fuera de la capital, los compañeros de Óscar Rivera Fuentes, motorista de la Ruta 113, que fue asesinado por dos jóvenes en la madrugada de ayer, decidieron bloquear la carretera Panamericana en el kilómetro 32. Esto generó un denso congestionamiento durante dos horas.
Lo cierto que es que las protestas generan pérdidas incuantificables de tiempo, combustible y horas laborales, junto con otros incovenientes que resienten los salvadoreños sin que ninguna autoridad ponga orden.
El problema es que, aunque en la Constitución se refleja el derecho a expresarse y difundir libremente el pensamiento (artículo 6) y a asociarse libremente y reunirse pacíficamente (artículo 7), el resto de la sociedad también tiene derechos que no deberían verse vulnerados por minorías.
Es por eso que el magistrado de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, Ulices Guzmán, enfatizó que si bien cualquier sector tiene derecho a manifestarse, no puede vulnerar los derechos de los demás.
El Código Penal establece que los derechos a expresarse y asociarse libremente serán garantizados mientras no se den desórdenes públicos.
Pero obstaculizar las vías públicas o sus accesos, impedir la circulación o el tránsito de personas o invadir edificios estatales constituyen desórdenes públicos, según el magistrado.
TODOS PROTESTAN
Vendedores, transportistas, estudiantes, personal médico, de juzgados, trabajadores de la alcaldía o maestros son algunos de los grupos que se han lanzado a la calle.
Taxistas y buseros han protagonizado unas ocho marchas distintas. Los taxistas han venido reclamando fundamentalmente que se renueven sus permisos, mientras los buseros han protestado contra las extorsiones o, en las últimas semanas, para pedir que se aumente el subsidio al sector o el precio del pasaje.
El sector de los vendedores, sobre todo los ambulantes, ha promovido cuatro marchas, una de las cuales ha sido calificada como violenta por la policía. En otra pusieron a niños al frente. Ellos han reclamado no ser desalojados o que no aumenten los impuestos municipales. También ha habido cuatro protestas contra los despidos, protagonizadas por sindicalistas de los juzgados, la alcaldía o el Ministerio de Trabajo.
Escolares y maestros han desarrollado tres protestas para que tuvieran lugar destituciones o para solicitar mayor seguridad en los centros. A este número hay que sumar las cuatro protagonizadas por supuestos estudiantes de la Universidad de El Salvador, una de las cuales supuso la toma del campus durante dos semanas.
EFECTOS ECONÓMICOS
Pese a que no es posible contabilizar las pérdidas que ocasionan estas marchas, el presidente de la Cámara de Comercio, Jorge Daboub, manifestó que resulta obvio que afectan a la economía salvadoreña y lo hacen de dos maneras. "Como estos disturbios se hacen generalmente de forma violenta, causan daños a la propiedad privada, los centros comerciales o las tiendas, lo que acarrea costos a las empresas".
La segunda consecuencia sobre la productividad del país se da, según Daboub, "cuando las personas no pueden llegar a laborar o llegan tarde por el cierre de calles, cuando los vehículos de reparto no pueden realizar su función comercial". Para el presidente de la asociación, las protestas afectan a todos, a los pequeños comercios del interior del país, que encuentran problemas para ser abastecidos.
Empresarios piden unificar visión de país
Atiende llamado del Presidente pero lo extiende al FMLN, al Órgano Legislativo y al Judicial, para poder generar confianza a inversionistas.
El Diario de Hoy
José Zometa/Daniel Choto
Miércoles, 2 de Junio de 2010
Aunque la cúpula empresarial dijo atender el llamado del Presidente Mauricio Funes de unirse al esfuerzo por sacar adelante al país, pidió un mayor esfuerzo en el combate a la delincuencia, pero también exigió al partido oficial dejar sus intenciones de halar por el camino del Socialismo del Siglo XXI y acompañar al mandatario en su esfuerzo por dar seguridad a los inversionistas. Lo mismo pidieron a los otros dos órganos del Estado: la Asamblea Legislativa y el Órgano Judicial.
“Debemos entender que las contradicciones entre el partido de gobierno y el Presidente de la República no dejan de ser un factor que desafortunadamente minimiza la confianza que se pueda tener en nuestro país; dentro de ello, las pretensiones siempre del partido de gobierno para conducirnos a un Socialismo del Siglo XXI”, apuntó el presidente de la Asociación Nacional de la Empresa privada (ANEP), Carlos Enrique Araujo.
A este cuestionamiento se sumó el presidente de la Cámara de Comercio, Jorge Daboub, quien reconoció que Funes ha dado pasos importantes para generar confianza, pero aseguró que ese constante pulso entre el gobierno y FMLN por imponer cada uno su visión de país, no abona en nada al desarrollo y al despegue económico que busca la nación.
“Para nadie es noticia que en el gobierno del FMLN existe una dicotomía: hay gobierno del FMLN pensando en Socialismo del Siglo XXI que es el mismo Comunismo del Siglo XX, y hay gobierno del FMLN pensando en un plan quinquenal para sacar adelante al país; y cuando hay dos fuerzas totalmente opuestas, el resultado es cero, y eso es en lo que estamos ahorita, a la deriva...”, expresó el dirigente empresarial.
En el tema de seguridad, Daboub dijo que “hay desesperación en los salvadoreños... estamos iniciando desgraciadamente el tema de los secuestros que es una nueva mutación de la delincuencia, y todo esto continúa restándole a la confianza que el país necesita”, indicó.
Pero en esto no hay sólo responsabilidad del gobierno, sino también de los jueces, fiscales, de las autoridades penales, que deben trabajar, a su juicio, en “una visión integrada” de la justicia, señaló.
Los empresarios apuntaron que “las desavenencias” entre dos grupos de magistrados en la Corte Suprema de Justicia, “la convulsión partidaria” que prevalece en el Congreso y las cotidianas protestas populares en las calles están generando desconfianza en el inversionista.
En ese sentido instó a estos sectores a unirse en una visión común de país, tal y como ellos están atendiendo el llamado del mandatario. “Como empresarios, como salvadoreños, más que todo, tenemos que buscar cómo unir los esfuerzos para sacar a El Salvador adelante, debemos unificar esa visión”, manifestó el presidente de la ANEP.
Parangonando la realidad a un partido de fútbol, el líder empresarial dijo que el país es como un equipo que debe ganarle el partido a nuestros principales adversarios, que son la delincuencia, la pobreza y la falta de inversión extranjera. Para ello, dijo, debe apoyarse a los delanteros, que son la empresa privada y los trabajadores, pero se necesita que el Presidente de la República unifique a todos los salvadoreños y haga que los ministros “disonantes” entiendan su estrategia de crecimiento para evitar que el país siga siendo el que crece menos en Centroamérica.
El presidente de la Asociación Bancaria Salvadoreña, Armando Arias, reiteró que la banca está dispuesta a apoyar el crecimiento económico de forma responsable, cuidando los depósitos del público. Recordó que no es el motor ni el disparador de la reactivación, sino que acompaña a los inversionistas.
El presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), Javier Simán, tomó la palabra al presidente Funes, y dijo que pasar de una economía especulativa a una productiva significa que se dará prioridad a la producción nacional y que pasa por reactivar la industria manufacturera del país.
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