Tomado de The Wall Street Journal
Pese a los avances
diplomáticos, Cuba aún no es buen negocio para las empresas de EE.UU.
Por Joel Schectman
Las empresas estadounidenses que están pensando en Cuba no deben
emocionarse demasiado, dicen expertos en sanciones.
En diciembre, el presidente Barack Obama tomó la decisión
de iniciar un proceso de normalización de relaciones con Cuba tras medio siglo
de enemistad, y empezó a relajar el embargo de su país que prohibía hacer
negocios con la isla comunista. Para las empresas estadounidenses, la
perspectiva de poder ingresar a un mercado tan cercano a casa es más que
atractiva.
Sin embargo, tomará años para que el descongelamiento en
las relaciones se traduzca en oportunidades a larga escala para las empresas de
Estados Unidos, señalan abogados que se especializan en leyes de sanciones.
“Hay mucho de lo que yo llamaría ‘exuberancia irracional’
sobre Cuba en este momento”, dijo Jason Poblete, un abogado comercial de
Poblete Tamargo LLP.
Por un lado, la relajación de las prohibiciones contra
Cuba es un cambio de política histórico. Por primera vez en décadas, las
empresas podrán exportar cierto tipo de equipos de telecomunicaciones a Cuba
sin la necesidad de primero obtener una licencia. Eso incluye tecnología de
Internet, como almacenamiento en la nube y servicio de correo electrónico, así
como hardware de infraestructura como cables de fibra óptica.
El cambio diplomático también expandirá los tipos de
viajes permitidos sin la necesidad de obtener una autorización previa de las
autoridades estadounidenses, como viajes culturales. Por ejemplo, el viaje a
Cuba en 2013 de Beyonce y Jay-Z, que provocó el enojo de algunos congresistas
en Washington, ya no requeriría de una licencia. No obstante, el turismo
regular sigue siendo prohibido.
De todos modos, estos cambios no se traducirán
inmediatamente en oportunidades concretas para la mayoría de las compañías de
EE.UU., dicen los expertos. “Estoy contestando muchas llamadas sobre Cuba en
este momento”, dijo Douglas Jacobson, especialista en control de exportaciones
de Jacobson Burton PLLC. “Pero 95% del tiempo tengo que decirles (a los
clientes) que en realidad nada ha cambiado”.
Para empezar, Cuba podría parecer tierra virgen para las
empresas de EE.UU. pero en realidad es un viejo terruño para el resto de
Occidente. A diferencia de otros países en la lista negra, como Myanmar, que
hasta hace poco era blanco de sanciones por parte de la mayoría de Occidente,
EE.UU. es el único país industrializado que cortó lazos comerciales con Cuba.
Cuando las empresas estadounidenses busquen hacer negocios con la isla, tendrán
que competir con ejecutivos franceses y canadienses con décadas de historia en
la nación caribeña, dijo Jacobson.
Además, siendo una isla con una población de solo 11
millones de habitantes, las recompensas podrían no ser tan grandes. “En Cuba no
se trata de llegar primero para poder ingresar”, dijo.
Los cambios también convierten a la mayoría de los
negocios en Cuba en “una pesadilla legal”, dijo Jacobson. Por ejemplo, para
exportar equipos de telecomunicaciones o materiales de construcción, las
empresas necesitan establecer que los acuerdos beneficiarán al “pueblo cubano”,
un lenguaje abierto a la interpretación que podría ser difícil de definir en una
investigación futura de las autoridades.
¿Cómo prueba quién se beneficiará de una transacción en un
país donde la mayoría de los negocios están ligados al Estado? “Tendrá que ir
usted mismo o contratar un representante local para asegurarse de que el drywall
que está vendiendo no está siendo usado para construir instalaciones militares
para Raúl Castro”, dijo Jacobson.
Los agentes de viajes ven con ansias las posibilidades. La
nueva política significa que no necesitarán obtener permisos especiales para coordinar
viajes que promueven el intercambio cultural. Pero esos viajes seguirán
requiriendo itinerarios completos que dejan poco tiempo para el ocio. Los
viajeros deben mantener registros de sus actividades en la isla, probar que sus
viajes no fueron solo para ir a la playa, en caso de que las autoridades
estadounidenses realicen alguna investigación. Este tipo de requerimientos
difícilmente permitirán divertidos viajes de playa que atraerían nuevos
turistas en grandes números.
Las oportunidades más grandes vendrán una vez que EE.UU.
permita el turismo en general, pero los expertos dicen que esto podría requerir
una acción del Congreso, que parece poco probable en el punto muerto partidista
de hoy en día.
Sanciones aparte, hacer negocios con la isla comunista
involucra obstáculos propios, dijo Poblete. Por ejemplo, el apetito real del
gobierno cubano por el tipo de equipos de telecomunicaciones que hoy se permite
no está claro ni se ha ejecutado. Y gran parte de los negocios en la isla aún
necesitan hacerse en efectivo, dijo el abogado. “La gente ve Cuba como la
manzana prohibida, una economía cerrada con todo este potencial”, agregó. “Pero
podría tomar años antes de que las oportunidades realmente se manifiesten”.
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