sábado, 14 de febrero de 2015

Cristina F Kirchner imputada criminalmente por encubrimiento de atentado terrorista

Tomado de El Clarín

Izquierda, Presidenta de Argentina Cristina Fernández Kirchner, derecha, canciller Héctor Timerman ambos imputados jucicialmente por el encubrimiento del atentado terrorista a la AMIA

Imputaron a Cristina por el supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA

La denuncia de Nisman.Tal como anticipó Clarín, el fiscal Gerardo Pollicita impulsó ayer la investigación en su contra y la de varios funcionarios. Pidió medidas para probar si hubo un “accionar criminal”.
La presidenta Cristina Kirchner fue imputada ayer por el fiscal Gerardo Pollicita por el presunto encubrimiento de Irán en la causa por el atentado contra la AMIA, tal como lo había denunciado el fiscal Alberto Nisman antes de su muerte. La imputación, adelantada por Clarín, significa que Cristina será investigada por el supuesto “accionar criminal” desplegado para favorecer a los iraníes. A diferencia de Nisman, Pollicita no pidió la indagatoria de la Presidenta, que ayer viajó a Santa Cruz.
El fiscal Pollicita, elegido por sorteo para hacerse cargo de la denuncia luego de que el juez Ariel Lijo se declaró incompetente, también imputó al canciller Héctor Timerman, al dirigente kirchnerista Luis D’Elía, al diputado Andrés “Cuervo” Larroque, al dirigente islámico Jorge “Yussuf” Khalil, al líder de Quebracho, Fernando Esteche, al ex fiscal Héctor Luis Yrimia y al supuesto espía Héctor Bogado. Varios de ellos fueron parte de la “diplomacia paralela”, descrita en detalle por Nisman en la denuncia presentada el 14 de enero en base a las escuchas telefónicas realizadas por la Secretaría de Inteligencia.
El Gobierno descalificó ayer a través de sus voceros el requerimiento de Pollicita, incluso antes que se hiciera público. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, denunció ayer temprano que el Gobierno enfrenta “la operación más voluminosa de golpismo judicial activo que conozca la historia argentina”. Y el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, calificó la imputación como “una clara maniobra de desestabilización antidemocrática”.
La Procuración del Tesoro, en representación del Estado, realizó ayer una presentación ante el juzgado de Daniel Rafecas (reemplazado en su licencia por el juez Sebastián Ramos) y aseguró que la denuncia de Nisman no tenía sustento probatorio y que es “un entramado ficcional”.
Según pudo saber Clarín, Rafecas adelantará el regreso de sus vacaciones el próximo miércoles, para comenzar a tomar las medidas de prueba que pidió Pollicita.
En el requerimiento, el fiscal destacó como una hipótesis de trabajo la intención del Gobierno de dar de baja las circulares rojas de Interpol para avanzar con acuerdos comerciales con Irán. “Resulta claro que los iraníes sólo firmaron el Memorando de Entendimiento por haber acordado que ello sería suficiente para dar de baja las notificaciones rojas de Interpol”, sostuvo Pollicita.
Sobre las intenciones comerciales que formaban parte del “pacto”, Pollicita citó una escucha entre D’Elia y Khalil en la que el dirigente piquetero le dice que estaba en “Presidencia” y le deja en claro “el interés de las altas esferas locales por restablecer el comercio entre ambos Estados”.
Pollicita también mencionó la construcción de un “nuevo culpable” del atentado: “La maniobra para liberar a los imputados iraníes tenía previsto no solo la desvinculación de la causa de los actuales prófugos, sino también que otros responsables inventados ocuparan su lugar, para cerrar el círculo de la impunidad a cualquier costo”.
Otro de los ejes de la investigación quedó concentrado en la “diplomacia paralela” que llevó adelante las negociaciones con Irán, mucho antes de la firma del memorándum. Según la denuncia de Nisman, un sector de la inteligencia dependiente de Presidencia de la Nación fue parte de esos canales de diálogo paralelos.
Sobre las negociaciones con Irán, el fiscal hizo hincapié en el rol de Timerman: “El Canciller habría realizado actos con los cuales buscó inducir a la baja de las alertas rojas y, consecuentemente, satisfacer las aspiraciones persas pero ellos no tuvieron la recepción esperada en Interpol”.
Todos los imputados serán investigados por tres delitos. El principal es el encubrimiento, que tiene una pena de 1 año y medio a 6 años de prisión. El fiscal destacó que ese delito no requiere que se consume “el logro de la finalidad buscada”, esto es, el levantamiento de las alertas y la firma de acuerdos.


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