Tomado de The Wall Street Journal
El senador republicano de Arizona John McCain
(izq.) y el senador demócrata de Nueva York Charles Schumer
El senado de EE.UU. aprueba proyecto de reforma
inmigratoria
Por SARA MURRAY y JANET
HOOK
Con un amplio apoyo bipartidista, el Senado de Estados Unidos aprobó el
jueves un plan de largo alcance para reformar las leyes de inmigración del país
y envió el proyecto a la Cámara de Representantes, donde enfrentaría un camino
más arduo debido a la oposición de legisladores conservadores.
La votación, 68-32, marca un importante paso hacia adelante para los
cambios más grandes al sistema de inmigración en casi 30 años, y el Senado no
dejó que ello pasara desapercibido. Los legisladores se levantaron de sus
asientos para emitir su voto, un gesto de formalidad raramente utilizado. El
vicepresidente, Joe Biden, presidió el
proceso.
Catorce de los 46 republicanos del Senado votaron a favor de la reforma,
sumándose a los demócratas y dos independientes. Hace apenas seis años, una
medida similar fue derrotada en la misma cámara.
El proyecto de ley, por tanto tiempo esperado por muchos en la creciente
población hispana de EE.UU., le otorgaría estatus legal a unos 11 millones de
inmigrantes que viven en el país sin documentos. También reescribiría las
reglas sobre cómo futuras generaciones de extranjeros recibirían permiso para
entrar a EE.UU.
"Estamos a puertas de un cambio histórico", dijo el senador de
Nueva Jersey Robert Menéndez, un demócrata que ayudó a redactar la legislación.
"Ahora les digo a mis amigos de enfrente: hagan lo correcto".
Los opositores denunciaron el proyecto de ley como un acuerdo que carece
de medidas significativas para garantizar el cumplimiento de la ley e ideado
por grupos con intereses especiales.
"El proyecto que tenemos en frente aspira a un gran ideal pero no
se acerca en lo más mínimo a lo que promete", dijo el senador Jeff
Sessions, un republicano del estado de Alabama y uno de los principales opositores
de la reforma. "Es totalmente viciado".
La legislación ahora pasa a la Cámara de Representantes, donde los
líderes republicanos han prometido presentar su propia propuesta, que
seguramente se diferenciará significativamente del planteamiento bipartidista
del Senado.
"La Cámara Baja no va a aceptar y votar sobre cualquier cosa que
pase el Senado", dijo el representante de la mayoría, John Boehner, horas
antes del voto final en la Cámara Alta. En una señal de la división de su
partido sobre el tema, el republicano del estado de Ohio evadió preguntas sobre
lo que le gustaría ver en la propuesta.
Los republicanos de la Cámara de Representantes se reunirán para
discutir el tema el 10 de julio, después de un receso de una semana por el Día
de la Independencia (el 4 de julio), tiempo durante el cual muchos congresistas
escucharán la opinión de los votantes. "Vamos a esperar y ver qué dicen
nuestros constituyentes la próxima semana", dijo Boehner.
El líder republicano ha dicho que no presentará ninguna propuesta de ley
para votación en la Cámara de Representantes sin contar primero con el apoyo de
más de la mitad de los miembros de su partido.
Quienes apoyan una extensa reforma migratoria esperaban que el Senado,
al aprobar su propuesta por un amplio margen, ejerza presión política para que
la Cámara Baja actúe. Pero los republicanos de esa cámara parecen preparados
para desdeñar el voto del Senado.
La mayoría de los republicanos de la Cámara Baja representan distritos
profundamente conservadores, por lo que el tema de la inmigración significa
para ellos una propuesta política diferente a la que tienen aspirantes a
senadores o presidente, que deben apelar a un público más general.
Muchos líderes republicanos argumentan, en vista del débil apoyo del
voto latino a su partido en 2012, que su bancada enfrenta grandes riesgos si no
apoya una reforma migratoria. El año pasado, 71% de los latinos votaron por el
presidente Barack Obama.
Muchos republicanos temen que la oposición de su partido a cambiar las leyes de
inmigración ha espantado a los hispanos.
Pero miembros individuales de la Cámara de Representantes ven un riesgo
personal mayor (un reto de la derecha) si votan a favor del proyecto de ley que
no es respaldado por la mayoría de los votantes conservadores.
Simpatizantes de la reforma se mantuvieron optimistas el jueves, a pesar
del camino empinado que se espera en la Cámara de Representantes.
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