Tomado de Primer Momento
Eric Cantor (izquierda) líder de la mayoría
republicana, y John Boehner, presidente de la Cámara baja
Republicanos en la Cámara baja rechazan proyecto de ley del
Senado
WASHINGTON- Mientras
el Senado estadounidense parece acercarse a un acuerdo en el tema migratorio,
en la Cámara de Representantes los únicos dos temas que son seguros son el
rechazo a la reforma y las dudas sobre el liderazgo republicano.
En la
jornada de ayer, miembros del Tea Party reunidos frente al Capitolio, dejaron
en claro su oposición a la propuesta que se discute en el Senado, la cual
tildan de “amnistía”; criticaron a su colega del Senado, Marco Rubio, a
quien llamaron “rino” (que por sus siglas en inglés significa republicano solo
de nombre); y advirtieron al presidente de la Cámara y jefe de la bancada
republicana, John Boehner, que si somete a votación la reforma, su liderazgo
quedaría en entredicho y podría ser sustituido.
Por el
momento, Boehner ha tratado de complacerlos. Esta semana declaró que no
someterá a votación la propuesta de reforma si no tiene el apoyo de la mayoría
de la bancada.
Ayer
también tomó distancia de una reunión con la bancada hispana del Congreso (CHC,
por sus siglas en inglés) que antes había considerada como crucial en el
esfuerzo por aprobar la reforma.
Para
remarcar los vientos que soplan en la Cámara, su Comisión Judicial aprobó el
miércoles dos proyectos de ley considerados “antiinmigrantes”: uno que
criminaliza a los indocumentados bajo el cargo de felonía menor (SAFE Act), y
otro que se equipara con el programa bracero, porque crea un grupo de
trabajadores temporales del campo sin protecciones laborales.
Del
otro lado del “muro fronterizo”, las posiciones republicanas son vistas con
filosofía.
El
senador Rubio reaccionó a las críticas del Tea Party pidiendo paciencia y
confianza en el estudio concienzudo que ha dedicado personalmente al tema.
Durante
una entrevista en Fox News, el miércoles por la noche, Rubio concedió que no
espera que su posición sobre este tema le genere “desfiles” entre los
conservadores, pero les advirtió que “si no lidiamos con el problema de la
inmigración y particularmente con el de la seguridad fronteriza… vamos a dejar
montado un desastre, una amnistía de facto”.
De
igual manera, el congresista demócrata Rubén Hinojosa, consideró que la reunión
entre Boehner y el CHC, fue “constructiva” y que en la misma se habían
reiterado los principios de una ley de inmigración con camino a la ciudadanía
“estricta, pero segura”.
Por su
parte, la directora del Centro Nacional de Leyes de Inmigración en Washington,
María Elena Hincapié, consultada por la Voz de América,
dijo que las fricciones dentro del partido republicano, especialmente en la
Cámara de Representantes donde son mayoría, “eran de esperarse” y más bien los
republicanos “tardaron en sacar a la luz” sus posiciones.
Para
ella el problema en el Tea Party es uno de obsolescencia. “Siguen atrasados y
estancados en el clima antiinmigrante de hace cinco años. Ellos no quieren
reconocer el cambio que se está dando”, añadió.
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