sábado, 21 de agosto de 2010

A 70 años de su asesinato, familia reivindica memoria de Trotsky

Por RFI


El 20 de agosto de 1940 fue asesinado en su residencia de Coyoacán, en México, el revolucionario ruso en el exilio León Trotsky. Nacido en Ucrania en 1879, Lev Davidovich Bronstein, llamado León Trotsky, fue el fundador del Ejército Rojo y junto a Vladimir Lenin tuvo un papel protagónico esencial en la Revolución de octubre de 1917. Tras denunciar a la muerte de Lenin en 1924, la degeneración de la revolución soviética y las desviaciones burocráticas del régimen de Stalin, fue expulsado de la Unión Soviética y vivió en el exilio, primero en Europa y luego en México.

Su vida entera estuvo dedicada a la revolución, al fundar en París, en 1938, la Cuarta Internacional, en ruptura con la dictadura estalinista que se había apropiado la denominación comunista de la III Internacional, fundada por Lenin en 1919. Desde entonces los opositores al régimen soviético utilizaron en el mundo entero la apelación de “comunistas revolucionarios”, para diferenciarse de esa III internacional comunista que calificaron de “degenerada”.

Todavía hoy, muy en particular en Francia, en donde nació la Cuarta Internacional, los movimientos trotskistas tienen una importante implantación en el mundo político y social extraparlamentario, así como en el movimiento sindical.

“Trotsky tuvo una vida impregnada en la causa revolucionaria. Primero en la revolución de Octubre, y luego cuando llegó la burocracia parásita al poder en la Unión Soviética. Nadie como él supo analizar el proceso del estalinismo y de su dictadura sangrienta”. Así lo explica hoy el nieto de Trotsky, el ingeniero Esteban Volkov Bronstein, residente en México, entrevistado para RFI por nuestra compañera Alexandra Pineda.

El nacimiento en numerosos países del mundo de secciones de la Cuarta Internacional como oposición de izquierdas al comunismo estalinista, convirtió a León Trotsky en el enemigo público número uno de Moscú. El crimen se produjo un año después de empezada la segunda guerra mundial y tras la firma del pacto entre Hitler y Stalin.

Su asesinato a manos de Ramón Mercader, un sicario de origen catalán, pagado por el KGB (servicios secretos soviéticos) fue perpetrado en México, país que bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas le había concedido asilo político. Aunque protegido por draconianas medidas de seguridad, el sicario Mercader se introdujo en la residencia y mató al viejo revolucionario golpeándole con un pico de alpinismo en la cabeza.

En México 300 mil personas asistieron al entierro de León Trotsky. El estalinismo por su parte desencadenó en el mundo entero una ola sin precedentes de persecución contra esa oposición política en el seno mismo del movimiento comunista internacional.

“Trotsky dejó un gran legado de ideas y análisis marxistas para comprender nuestro siglo y para poder pensar en un futuro mas justo y menos destructivo que el que estamos viviendo hoy en día”. Afirma en esta entrevista a RFI, el nieto del revolucionario ruso.

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