martes, 10 de agosto de 2010

Guerra contra terrorismo y drogas prioridades en materia de seguridad para EEUU

Tomado de El Tiempo


Por RICARDO ÁVILA DIRECTOR DE PORTAFOLIO

Jim Jones encabezó la delegación de Estados Unidos a la posesión de Juan Manuel Santos, Presidente entrante de Colombia.

Tras haber sido comandante de los Marines y jefe de las fuerzas aliadas en Europa, este general de cuatro estrellas pasó a uso de buen retiro en 2007, pero en enero de 2009 fue nombrado consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, debido a lo cual tiene una gran cercanía con Barack Obama. EL TIEMPO lo entrevistó.

¿Cómo le fue con el presidente Santos?
La reunión fue muy cordial y cálida. Expresé el deseo del presidente Obama de continuar con una relación muy cercana, celebrando los éxitos bilaterales que hemos tenido a lo largo de la década pasada y enfatizando que la de Colombia es una historia de éxito.

¿Ve evoluciones en la relación bilateral?
Creo que estamos en una relación madura que, cada vez, es más amplia y tiene que incluir comercio, cultura o tecnología, además de los temas de seguridad y de la lucha contra el terrorismo.

¿Han invitado al presidente Santos a Washington?
Al presidente Obama le encantaría recibirlo, pero, por supuesto, hay que encontrar un momento conveniente para que eso ocurra.

¿Qué les dice a los críticos que afirman que Colombia ya no tiene una 'relación especial' con Estados Unidos?
Creo que están equivocados y mal informados. Felizmente, la relación ya no está atada al terrorismo o a la lucha antidrogas.

¿Qué pasa con el Tratado de Libre Comercio?
Eso va a suceder. No estamos descorazonados por la demora ni hemos relegado el tema a un segundo plano. Es un tema de la mayor importancia para Estados Unidos. Seguiremos trabajando en dicho asunto en las semanas que vienen.

¿Cómo ve las cosas entre Colombia y Venezuela?
Sabemos de las preocupaciones y nos inquieta la dirección que, en general, ha tomado Venezuela. No podemos sentarnos y mirar con indiferencia lo que les ha pasado al pueblo venezolano y a su economía.

¿Cree que las Farc están en Venezuela con el consentimiento del Gobierno venezolano?Ese es un tema que hay que examinar con cuidado. Es claro que ha habido algunas situaciones inquietantes.Siendo más precisos,

¿piensan que Venezuela alberga a terroristas?
Hay alguna evidencia que apunta en esa dirección. Y si lo hacen, tienen que encontrar la manera de detenerlo.

¿Cómo van sus relaciones con América Latina?
Hemos tratado de involucrarnos más en el hemisferio y estamos trabajando más de cerca con una serie de líderes. Pero podemos y deberíamos hacer más, sin duda.

¿Qué preocupaciones tienen?
La situación de México es una de ellas. Mientras la evolución de Colombia es motivo de celebración, hay lecciones que su experiencia ha dejado y que podrían ser muy útiles en otros países.

¿Cómo va la guerra contra las drogas?
Es un problema global que alimenta el terrorismo, como lo demuestra lo que está pasando en África Occidental ó en Afganistán. Tenemos que encontrar una solución, tanto desde el punto de vista de la demanda, como de la producción. Es un tema multilateral, no bilateral.

Pasando a otros temas, la Casa Blanca anunció el retiro de tropas de Irak a pesar de que la situación no parece mejorar...
La situación sí está mejorando. Estamos llegando a nuestras metas y los iraquíes han progresado mucho en el desarrollo de sus fuerzas de seguridad, incluyendo a la Policía y al Ejército. Estamos pendientes de la formación de un nuevo Gobierno y creo que esa solución llegará, a pesar de ser compleja.

Esa no es la percepción...
Me alegra decir que el progreso es satisfactorio y que buscamos una relación de largo plazo con Irak que no esté basada tan sólo en la seguridad. No creo que el país esté dando marcha atrás y no estamos dispuestos a aceptar esa opinión.

¿Y Afganistán?La situación allá se tiene que ver en un contexto regional, porque también hay que considerar a Pakistán.
El tema no es sólo de seguridad, sino de mostrar progreso en lo que hace la gobernabilidad o el imperio de la ley. Tenemos una política que es respaldada por 40 países y vemos el péndulo moviéndose a favor nuestro.

¿Cuál es la meta?
El objetivo es que a mediados del próximo año los afganos tengan un manejo mucho más integral de sus asuntos. De hecho, eso ya sucede en la región de Kabul. No estamos listos para celebrar, pero veo señales muy positivas. Además, no vamos a abandonar a Afganistán.

¿Es el mundo de ahora más seguro que el de hace cinco años?
La mayor parte de mi vida adulta la pasé trabajando en un mundo que estaba dividido en dos polos. En retrospectiva, y a pesar de que ese era un mundo peligroso por la posibilidad de una guerra nuclear entre los países integrantes del Pacto de Varsovia y los de la OTAN, las cosas eran más simples.

¿Por qué?
La geografía y las fronteras se respetaban, mientras se construían instituciones con un futuro definido. En cambio, el siglo XXI se siente mucho más peligroso.

¿Qué quiere decir?
Que la ciencia y la tecnología no están sólo en las manos de grandes naciones, sino casi de cualquiera. Y me preocupa que actores no estatales tengan acceso a armas de destrucción masiva o que logren tener acceso sin que se sepa quien fue el responsable.

¿A qué se debe esa inquietud?
A que las insurgencias que vemos, que tienen un alto grado de fanatismo, puedan llegar a tener acceso a esas armas. Si eso ocurre, el mundo que conocemos va a ser muy diferente y el que deseamos para nuestros hijos puede no ser factible. Por eso debemos ser más ágiles y proactivos, para evitar que Afganistán o Irak vuelvan a ocurrir. No podemos darnos el lujo de mirar a otra parte e ignorar lo que pasa.

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