Por
Luis E. Montes
Para
La Página.com

A
inicios de la semana, la fundación de corte ultraconservador, Heritage, dio a
conocer los detalles de un estudio en el que argumentaban que la reforma
migratoria sería una enorme carga económica de $6.3 trillones de dólares. De
inmediato, grupos dentro del mismo partido republicano reaccionaron indignados.
¿Sorpresa? Sólo para los que no están en el ajo político. En abril de este año,
la fundación eligió al infame Jim DeMint como su nuevo presidente. Este es el
mismo político que lideró el movimiento xenófobo del Tea Party desde el senado
federal cuando ocupaba una silla representando al estado de Carolina del Sur.
DeMint
no es amigo de la comunidad inmigrante y particularmente la hispana. De su
gusto ya hubiesen deportado a los 11 millones de indocumentados y todos sus
familiares sin importar que eso significa trillones de dólares al erario
estadounidense. Para ese fin, según su visión, no vale la pena poner atención a
esos detalles fiscales, pero él si cree que hay que recortar la ayuda
internacional que permite la ejecución de proyectos de desarrollo económico en
países latinoamericanos que ayudan a disminuir la migración ilegal.
Esa
información es pública. Bastaría con leer algún periódico en EEUU, saber buscar
o conocer un poco el campo político en Washington para darse cuenta que como
asesor, uno no quiere exponer a un candidato presidencial a semejante
"resbalón político". Aún más, si parte de los 2.5 millones de
potenciales votantes, que supuestamente viene a cortejar, se verán beneficiados
de esa reforma migratoria que precisamente están tratando de derrotar, las
personas con las que se va a reunir. ARENA en el pasado no ha titubeado para
negar reuniones o visitas a grupos que no comulgan con su agenda. ¿Cuál es la
diferencia hoy? ¿Acaso los salvadoreños en el exterior no están en su agenda?
¿La similitud ideológica pesa más que los intereses de los salvadoreños en
EEUU?
Dime
con quien andas y te diré quien eres, dice el popular adagio. El problema
principal de Norman se llama Francisco Flores Pérez, su titiritero. Basta ver
los operadores políticos que manejan su agenda tanto en El Salvador como en
Estados Unidos y ver el énfasis que ponen en la defensa de las medidas
adoptadas durante la administración de Flores Pérez, robándole a la campaña de
Norman valiosos recursos: tiempo, dinero y asesores. He ahí la disyuntiva de
Quijano: ¿dedicarse a defender los problemas del pasado como el caso ENEL o
hablar de su propia agenda?
Flores
Pérez convenientemente olvida que la era de sus contemporáneos en el poder como
W (Bush 43) y Aznar, ya se acabó. Ni siquiera Jeb, el hermano de W y potencial
candidato presidencial, defiende las acciones del hermano. Todos esos
dinosaurios que ven la política exterior desde el prisma de la guerra fría ya
pasaron de moda. ¿Será por eso que la Embajadora Roberta Jackson, encargada de
asuntos del hemisferio occidental, no les dedico tiempo? Los
"neocons" están desfasados. Den paso a nuevas generaciones. ¿Acaso no
fue evidente el cambio con los relevos en el Banco Mundial?
Como
a Flores Pérez y su equipo les gusta hablar -hablar nada más- de índices,
midamos entonces la gira de Quijano en esos términos. Resultado: No alcanzan la
sostenibilidad. Sólo los atendieron 2 congresistas, por cierto demócratas,
quienes están en la minoría en la Casa de Representantes. ¿Dónde se está
debatiendo la reforma en estos momentos? En el comité judicial del Senado.
¿Cuántos Senadores los atendieron? CERO! Quiere decir que su visita al Congreso
fue nada más turismo político. Uno de sus mayores logros fue obtener fotos en
la puerta y en el balcón de la oficina del Portavoz Boehner. Ni la Rep.
Ros-Lehtinen los atendió, ella prefirió atender otros asuntos. Eso quizá les
recordó que: "donde manda presidente, no manda alcalde."
Para
tratar de matizar lo oscuro de la agenda, les organizaron un par de reuniones
con la Corporación del Milenio y Voz de América. ¿Y las reuniones con los que
venían a cortejar? Sólo se reunieron con los miembros del octavo sector de
Maryland y sus familiares; eventos que con suerte reunieron a varias decenas de
personas. ¿Sobre su mensaje? La única conferencia de prensa que dio, tuvo que
ocuparla para intentar justificar su controversial y desafortunada reunión con
Heritage. ¿Qué les propuso a los salvadoreños en el exterior? Todavía estamos
esperando.
La
inadaptación de su equipo a los nuevos tiempos, Norman, quizá sólo le calentará
aún más el clima político en su contra y probablemente lo conducirá a tomar
ansiolíticos. Norman, como sugerencia para el bien de la diáspora, si es que
hay una próxima vez, ¡por favor, si no ayuda, no estorbe!. Los salvadoreños en
el exterior, sin duda, se lo agradecerán.
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