domingo, 12 de mayo de 2013

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CONSECUENCIAS DEL ABUSO INFANTO-JUVENIL


       
  

Recientemente todos los medios de comunicación se han hecho eco del caso de un latino, en Estados Unidos, que mantuvo secuestradas a tres jóvenes durante diez años, sometiéndolas a toda clase de vejaciones y abusos de todo tipo. No era difícil asumir que este señor, a su vez, estuvo sometido a abusos en su niñez o adolescencia. Efectivamente, se han encontrado pruebas de que así fue.

En general, el niño o adolescente que es abusado por un familiar suele quedar atrapado entre el afecto y la lealtad debidos a esa persona, y la inconveniencia del abuso de que es objeto. En muchos casos, es también objeto de amenazas para que no diga nada; otras veces, tanto más fácilmente cuanto menos es el niño, es convencido por el agresor de que eso es una muestra normal de cariño. A todo ello se agrega el posible temor a la ira y vergüenza de los padres cuando el agresor no está entre ellos, la vergüenza propia cuando el agresor es el padre, y la sensación de impotencia cuando existe complicidad de la madre, lo que le provoca permanecer sufriendo en silencio su humillación.

       Algunos niños que han sido abusados sexualmente se convertirán en adultos que abusen de otras personas, niños o adolescentes sobre todo. Muchas niñas abusadas se prostituirán. Cuando el abuso ha sido prolongado, la pérdida de autoestima llega a tal grado que jamás se recuperará; por el contrario, se convertirá en víctima de un cúmulo de circunstancias, a veces también relacionadas con la sexualidad, que le impedirán disfrutar una vida normal. La sensación de que no vale nada, y una perspectiva anormal de la sexualidad le acompañarán permanentemente, pudiendo contemplar el suicidio como única solución. El protagonista de esta reciente historia se declara a sí mismo como “un depredador sexual”.

Externamente, indicios de que un menor es abusado podrían ser las pesadillas, depresión, aislamiento, llanto injustificado, negación a asistir a la escuela, etc. El comportamiento sexual posterior del niño abusado probablemente tomará uno de dos caminos opuestos entre sí, y ambos anormales; o bien mostrará un interés desmedido en torno al sexo, como que la vida girase exclusivamente alrededor de él; o bien sufrirá fobia al tema de la sexualidad, que se manifestará en evitación de todo contacto con el aspecto sexual, y miedo, rechazo y odio al sexo opuesto. Podrá ser, por otro lado, una persona aparentemente normal en su vida laboral y social, como sucedía con este hombre; pero guardando un lado muy oscuro del que nadie sospecha.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

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