Compilado por Luis Montes Brito
Un día como
hoy 22 de Enero de 1903 Estados Unidos y Colombia firman
el tratado Herrán-Hay para
la construcción del Canal de Panamá. Se conoce así al tratado internacional firmado entre la República de
Colombia y Estados Unidos a
través de los designados plenipotenciarios, el Secretario de Estado John M. Hay y el ministro colombiano, Dr.
Tomás Herrán, en Washington un día como hoy
22 de Enero de 1903, con el objeto de la construcción de un canal
transoceánico que uniese el océano Atlántico y el océano Pacífico por el istmo de Panamá. Las rutas
comerciales a finales del siglo XIX se
verían seriamente beneficiadas con la construcción de un canal transoceánico
aprovechando los istmos centroamericanos. Tras una extensa historia de intentos
malogrados, se elige Panamá como
sitio último del canal que sería construido con capital estadounidense. El
tratado se firma en medio de eventos de índole político-económicos que marcan su
fallida ratificación ulterior. El texto del tratado se compone de 28 artículos
sin supradivisiones, acompañados de un anexo que da legitimidad a uno de los
firmantes. El articulado establece condiciones diferenciadas para el desarrollo
del siglo de concesión, dando disposiciones de renuncia parcial de soberanía,
financiamiento, derechos de explotación y disposiciones generales sobre la
valía ante acuerdos previos.
Un día como hoy 22
de Enero de 1932 en El Salvador se
produce un levantamiento campesino incitado
por el partido comunista salvadoreño que conduce a la muerte a cientos de
campesinos e indígenas. Un día como hoy 22 de enero de 1932, miles de campesinos
en la zona occidental del país se alzaron en rebelión armados principalmente
de machetes, atacaron
las haciendas de los grandes terratenientes y varios cuarteles, obteniendo el
control de algunas poblaciones como Juayúa, Nahuizalco, Izalco y
Tacuba. Por otro lado, cuarteles como los de Ahuachapán, Santa Tecla y Sonsonate resistieron
el ataque y se mantuvieron al servicio del gobierno nacional. Los asesinatos
realizados por los rebeldes campesinos fueron veinte civiles y treinta
militares. Según el testigo Alberto Shul, habitante de Nahuizalco, "habían
saqueado todo el pueblo". El líder sublevado Francisco "Chico" Sánchez ordenó
que le entregaran todos los títulos de propiedad de la ciudad. La primera
ciudad en ser tomada fue Juayúa, donde fue asesinado el terrateniente Emilio
Radaelli; además, su esposa fue violada y posteriormente asesinada. También fue
ejecutado el coronel Mateo Vaquero, comandante local. En Izalco, el saldo del
levantamiento incluyó la ejecución del alcalde, Miguel Call, y del alcalde
electo, Rafael Castro. En la población de Colón, fueron ejecutados Efraín
Alvarenga, secretario municipal, Damasio Cruz, agente de la policía y al
comandante local, coronel Domingo Carlos Campos. Existen diversas versiones de
los hechos; sin embargo, es bastante difícil asegurar cual es la correcta
puesto que muy pocos fueron los sobrevivientes de dicha rebelión. Se dice que
los indígenas atacaron propiedades privadas y realizaron delitos y
acciones vandálicas sobre poblaciones enteras; ciertamente, existen testimonios
que respaldan dicha tesis, pero existe evidencia de que oportunistas del partido comunista se
uniesen al levantamiento campesino para realizar actos subversivos. No puede confirmarse ni desmentirse de manera concluyente la participación de indígenas
y campesinos en el saqueo; lo único que puede asegurarse es que el motivo
fundamental de los eventos fue el levantamiento contra el régimen, por tanto,
cualquier acto de ataque a propiedad privada, fue un apéndice del movimiento en
general, convirtiéndose en hechos aislados al objetivo de los campesinos. Otra
polémica acerca de aquel levantamiento se vincula a la relación entre los
campesinos y el Partido Comunista Salvadoreño (PCS). Algunas teorías afirman que
el PCS utilizó la situación de pobreza de los campesinos para convencerlos de
actuar en conjunto y alzarse contra el régimen; poco o nada se conoce
acerca de la relación entre ambos grupos y mucho menos acerca de negociaciones
u homólogos. Antecedentes: La situación económica mundial causada por la
crisis de 1929 fomentaba la falta de oportunidades en países como El Salvador,
al grado de marcar los años de menor progreso en el país en la primera mitad
del siglo XX. Pese a que la crisis afectaba a la población entera del país
(y de casi toda Latinoamérica), en el occidente de El
Salvador la crisis era más aguda puesto que las políticas de los
presidentes Pío Romero Bosque y Arturo Araujo habían
llevado al casi total despojo de las tierras a los campesinos locales, generando
gran malestar, lo cual se unía a las acciones militares que de manera tácita
amedrentaban a los campesinos para que se abstuviesen de protestar. Dicha zona
estaba altamente poblada por indígenas de origen pipil. Los indígenas,
sistemáticamente separados del escaso progreso económico, intentaron obtener
ayuda de las autoridades reconocidas por su centenaria tradición jerárquica.
Pese a que las leyes no concedían ninguna prebenda o reconocimiento oficial a
los caciques,
los indígenas respetaban y obedecían su autoridad. Para paliar la crisis
económica, los indígenas se habían organizado en asociaciones de cooperación,
mediante las cuales se brindaba empleo a los indígenas que no lo poseían, a
cambio de que estos colaborasen con las festividades católicas.
Los encargados de dirigir dichas asociaciones eran los caciques, quienes
representaban a los desempleados ante las autoridades y supervisaban el trabajo
realizado. Feliciano Ama, por ejemplo, era uno de los
caciques más activos y estimados por la población indígena; había hecho
gestiones de ayuda económica con el presidente Romero a cambio de la
colaboración en su candidatura. Por otro lado, la crisis se agudizaba por el
conflicto permanente entre las poblaciones indígenas y los habitantes de la
zona que no pertenecían a su etnia. Evidentemente, las poblaciones de
"no indígenas" estaban mejor relacionadas con las urbes
gubernamentales, por lo cual, cuando ocurrían revueltas o combates, el ejército
arrestaba a los líderes indígenas y se les condenaba a muerte. Otro elemento
que antecedió a la rebelión campesina fue la inestabilidad política del país.
Durante las elecciones de 1931, fue elegido Arturo Araujo, quien redujo los salarios en
más de un 54%. Tras diversas acciones de rebelión militar, el presidente
Arturo Araujo fue derrocado y sustituido por un Directorio Cívico; luego se dio la llegada al
poder del General Maximiliano Hernández Martínez en
diciembre de 1931. La
gestión de Hernández Martínez se caracterizó por la severidad de sus leyes y de
sus juicios. La pena por robar era la amputación de una mano, por
ejemplo. Martínez fortaleció los cuerpos de seguridad y se mostró
especialmente agresivo en materia de rebeliones, decretando la pena de muerte para
cualquiera que se levantase contra el régimen. Gozaba de una
popularidad muy alta, tanto que hasta la fecha, algunas personas añoran sus
medidas en materia de seguridad; muy poco se escribe de tal sentimiento
popular, pero es fácilmente verificable al conversar con personas que vivieron durante su gestión. Sus más fieles defensores fueron sus empleados directos, tal es el
caso del empresario Luis Escalante Arce, quien se desempeñó como ayudante en
una de las secretarías de Estado durante la gestión de Hernández Martínez.
Paralelamente a los conflictos entre indígenas, campesinos, terratenientes y
autoridades, la actividad del recién formado Partido Comunista Salvadoreños
(PCS) se extendía al reparto de panfletos, inscripción de nuevos miembros y
realización de amplias concentraciones. Los comunistas habían previsto
tres acciones conjuntas: el alzamiento obrero, de la tropa y del
campesinado. Las actividades se veían
alimentadas por la frustración de las ofertas no cumplidas de gobiernos y partidos políticos. Los líderes
comunistas, dirigidos por Agustín Farabundo Martí Rodríguez (nótese que algunos historiadores señalan que el verdadero nombre de Martí era Agustín "Faramundo"), habían construido
una organización política que, si bien carecía de una estructura bien definida,
lograba obtener la simpatía de parte de la población, al llevar al plano
político las necesidades más sensibles del sector menos protegido de El
Salvador. Tras el golpe de Estado de 1931, la prensa tuvo
mayor libertad para la expresión de ideas, por lo cual el PCS multiplicó su
accionar por medio de sus medios revolucionarios de difusión. Pese a que no
tenían un plan de gobierno definido, los dirigentes del PCS se propusieron
participar en las elecciones municipales convocadas para el 3 de enero de 1932 y en las
legislativas del 10 al 12 del mismo mes, para lo cual inscribieron a sus
candidatos. Los procesos electorales de la época estaban sometidos a serias
críticas, puesto que para inscribirse en el padrón electoral había que declarar
ante las autoridades la intención de voto. Dicha práctica coartaba la
participación democrática ya que sembraba el miedo entre los electores y
favorecía de manera amplia a los candidatos oficiales. Tras los comicios, las
acusaciones de fraude crecieron a tal punto que llevaron a la directiva
comunista a abandonar la fe en los procesos electorales y tomar la vía del
levantamiento. Se planeó el levantamiento para mediados de enero de 1932,
incluyendo en el plan a militares simpatizantes de la causa comunista. El 9 de
enero de 1932 el Comité Central del Partido Comunista, nombra al Comité Militar
Revolucionario que queda bajo las órdenes del Comité Central nombrando a su vez
como comandante militar de la operación a Agustín Farabundo Martí quien actuó
bajo los seudónimos de Octavio Figueira/Octavio Rodriguez. El Comité Militar queda facultado
para la organización de la insurrección cuyos detalles habían sido dados a
conocer el día anterior. En ese momento todo el Partido Comunista queda bajo las
órdenes del Comité Militar. Con el objeto de preparar a sus bases
para la lucha, se distribuyó una hoja volante con el siguiente texto de Lenin:
“RECORDEMOS que la gran lucha de las masas se aproxima y que esta será la
insurrección armada, la cual debe ser en la medida de lo posible simultánea.
Las masas trabajadoras deben saber que se lanza una lucha armada sangrienta sin
cuartel. El desprecio a la muerte debe de infundirse entre las masas y asegurar
la victoria. La ofensiva debe ser lo mas enérgica posible. Ataque y no defensa.
Esta debe ser la consigna de las masas: exterminio implacable al enemigo”. El 14
de enero de 1932 se hace un llamado público a la
insurrección del ejército, titulado “Por qué el soldado debe tomar parte
en la revolución proletaria”. Y se hacen analogías entre la vida del obrero
oprimido y la del soldado sumiso a la autoridad superior. El día veinte de ese
mismo mes, hay un nuevo llamamiento al ejército, el cual finaliza así: “No
deben disparar ni un solo tiro contra nosotros. ¡Viva el Ejercito Rojo! ¡Viva
el Comité Central del Partido que es el jefe de la revolución proletaria!
¡Abajo los oficiales y jefes! El día 21
de enero de 1932 se emite un nuevo comunicado en donde el Comité Central del
Partido Comunista se declara bajo la dirección de la Internacional
Comunista. Y ordena: “El armamento de todos los OBREROS Y CAMPESINOS
y el establecimiento del CUARTEL GENERAL DEL EJERCITO ROJO EN EL SALVADOR”. Y
luego se agrega: “La insurrección general de los trabajadores y trabajadoras
hasta establecer un GOBIERNO DE OBREROS, CAMPESINOS Y SOLDADOS.” Al final
se lee “San Salvador, a 21 de Enero de 1932. Dado en el Cuartel General
del EJERCITO ROJO DE EL SALVADOR. El COMITÉ CENTRAL”. Firmado por Octavio
Rodríguez. A diferencia de su estructura política que era por células de 3 a 5
personas las unidades militares del Ejercito Rojo eran de 25 a 50 hombres, cuya
organización era clara y vertical. En otros documentos se evidencia que de no
obedecer las ordenes superiores se debía fusilarle en el sitio inmediatamente,
por lo que se debía de tener una disciplina férrea. A parte de la estructura y
el mando, sus integrantes no tenían instrucción militar alguna y se confiaba
superar ésta con los soldados conjurados y con el armamento que obtendrían de
las guarniciones militares capturadas. Poseían si, un muy escaso armamento:
revólveres y unas pocas escopetas. Sin embargo el número de dicho
ejercito era abrumador. Las desventajas señaladas, eran conocidas
por los delegados del Komintern de Moscú, en la reunión que se llevo a cabo en
la Habana Cuba, en octubre de 1929 y en la que los Partidos
Comunistas del área tenían que rendir informes como parte de la “La Región del
Caribe”, consideraron que los datos proporcionados por Farabundo Martí, eran exagerados
por ser contrastantes con el resto de los países de la región, por lo
cual se acordó desautorizar el estallido de la Revolución
Socialista en El Salvador, hasta que se cumplieran las condiciones
impuestas por Stalin. Muy contrariado Farabundo Martí gritó
entonces: ¡MIS INDIOS TIENEN LAS MANOS CRISPADAS SOBRE LAS CACHAS DE SUS
MACHETES Y NO SOY YO QUIEN LOS VA A DETENER!. Ante tal exabrupto, se
resolvió, que El Salvador sería el primer país comunista de América. Sin
embargo se le condicionó para que el alzamiento no fuese antes del
17 de octubre de 1932. El fracaso de un levantamiento en El Salvador, dañaría
profundamente los planes para otros levantamientos en el área. Los datos sobre
esta reunión de Farabundo Martí están ampliamente expuestos en la obra
Penetración Comunista en El Salvador y Veinte Años después, de René Barón
Ferrufino. Reflexionamos que las ordenes dadas por el Partido Comunista
Soviético no admitían réplica alguna y, se esperaba obediencia ciega al Partido
Comunista y a su máximo dirigente: José Stalin. Es notoria la falta de ayuda
internacional en el movimiento de 1932, lo cual corrobora la posición del
Comitern sobre este punto. Aunque durante el alzamiento fueron capturados y
fusilados dos rusos o polacos, en la Ceiba de Guadalupe, no hay documentación
que pruebe la ayuda internacional activa en el alzamiento, por lo
que debe considerarse el salvadoreño como un alzamiento comunista,
pero separado de la política internacional, en resumen, un caso muy particular.
Las órdenes para el alzamiento del día 22 ya habían sido dadas el 16 de enero,
pero había instrucciones de no revelarlas hasta la noche del mismo 22,
iniciando con las órdenes a los comandantes del Ejercito Rojo que serían dadas
entre las 7 a las 9 p.m., lo mismo se haría con los soldados infiltrados. Las
acciones militares darían inicio a las 10 p.m., con la destrucción de las
líneas férreas, lo cual se haría también con los telégrafos y teléfonos. El
asalto a los cuarteles, la muerte de los oficiales y jefes debería hacerse
a las 12:00 de la noche. En las “INSTRUCCIONES AL COMUNISMO SALVADOREÑO PARA SU
OFENSIVA GENERAL DEL 22 DE ENERO DE 1932”, se lee en el punto 5° “A las
casas de todos los burgueses, propietarios y terratenientes conocidos, deberán
penetrar nuestras fuerzas, acabando con todos ellos, y respetando sólo la vida
de los niños, y poniendo a la disposición de los comités ejecutivos
departamentales del partido comunista, todos los fondos de dichas casa y todo
lo que guarden en sus bodegas y graneros”. Así mismo se ordena fusilar a todo
aquel que se les oponga y todo debería ser encaminado a la toma con
posterioridad de la capital. En el documento se habla “de la
resistencia del Ejercito Blanco” y de todo lo que obstaculice la marcha hacia
la capital deberá de ser “castigada inmediatamente con la pena de muerte”.
Este documento es muy interesante, pues muestra el pensamiento de los
comunistas en ese momento; querían imitar en todo a la Revolución Rusa de
Octubre de 1917, en la que el “Ejercito Rojo” se impuso al “Ejercito
Blanco”, hasta su aniquilamiento en 1922, en lo que se conoce como la Guerra
Civil Rusa de 1918 a 1922, aunque en realidad, los últimos reductos de
resistencia nacionalista a los bolcheviques fue en Asia Central hasta en 1926.
Siempre en este mismo documento, se repite muchas veces que a quien no acate
las instrucciones del Ejercito Rojo “se le tenia que fusilar
inmediatamente”. Antes del alzamiento, el documento del plan fue descubierto en
Guatemala y la Dirección de la Policía de dicho país, la envió de manera urgente
a El Salvador. Las autoridades salvadoreñas capturan inmediatamente a
Agustín Farabundo Martí, quien se ocultaba en San Salvador y, advirtió al
Gobierno la realidad del peligro inminente. También fueron arrestados los
dirigentes de agrupaciones estudiantiles universitarias y redactores de “La
Estrella Roja”, Mario Zapata y Alfonso Luna,
se les decomisaron documentos que probaban los planes de insurrección,
los cuales fueron usados posteriormente en juicios militares. Fue crítica en
esos momentos la aprehensión de Farabundo Martí pues solo él, conocía de la
organización revolucionaria dentro del Ejército. Jorge Schesinger en su obra
Revolución Comunista dice que algunos de los mandos comunistas en razón de la
captura de Martí, trataron de dar contraorden para evitar exponer inútilmente a
sus cuadros y evitar la responsabilidad histórica de conducirlos sin
posibilidad de éxito alguno a un seguro baño de sangre, pero en entrevistas y
escritos realizados muchos años después de los acontecimientos de esos días,
Miguel Mármol, afirma que el Comité Central del Partido Comunista Salvadoreño,
no quiso dar contraorden a sus planes, porque forzosamente a la larga la
organización sería descubierta y así pues se continuó con los planes previstos,
asumiendo implícitamente la responsabilidad de la masacre que estaba por darse.
La dirigencia comunista se reintegró a los planes originales en la medida de la
posibilidad de realizarlos. A finales del mes de enero de 1932, la situación
nacional tomó tintes caóticos; los cuerpos de seguridad arrasaban con cualquier
agrupación o individuo que se involucrase en actos subversivos o
revolucionarios. Tras los eventos de finales de enero, Agustín Farabundo Martí, Alfonso Luna y Mario Zapata fueron sometidos a un consejo de guerra y condenados a muerte. La sentencia fue ejecutada el 1 de febrero de 1932.
Un día como hoy 22 de Enero de 1942 Argentina gana un partido contra Ecuador por
12 a 0. El Campeonato
Sudamericano 1942 fue la XVII
edición del Campeonato Sudamericano de Selecciones. Esta versión del torneo se
realizó en Uruguay. La Confederación Sudamericana de Fútbol volvió a organizar la Copa América,
mientras que la Guerra hacía estragos en Europa e impedía toda confrontación
internacional. Un día
como hoy 22 de Enero en partido celebrado en el estadio Centenario en
Montevideo la selección Argentina humilla a su par de Ecuador con un
contundente 12 a 0.
Un día como hoy 22 de Enero de 1944 en el estadio Luna Park en
Buenos Aires, Argentina, el
coronel Juan Domingo Perón conoce
a quien sería una de sus esposas, Eva Duarte. Eva, con 24 años,
conoció a Perón, viudo desde 1938, un día como hoy 22 de enero de 1944 en un acto
realizado en el estadio Luna Park por
la Secretaría de Trabajo y Previsión con el fin de condecorar a las actrices
que más fondos habían recaudado en la colecta de solidaridad con las víctimas
del terremoto que asoló la ciudad de San Juan (Caucete). Las actrices que
resultaron primeras fueron Niní Marshall y Libertad Lamarque. En febrero Perón
y Eva ya estaban viviendo juntos, en el departamento de esta última de la calle
Posadas. Al poco tiempo, el entonces coronel Perón le pidió al secretario de
Radiodifusión, el entonces capitán Miguel Federico Villegas, que le consiguiera
un papel en alguna radionovela, cumpliendo la petición de su camarada. Mientras
tanto, Eva seguía desarrollando su carrera artística. Por entonces trabajaba en
tres programas radiales diarios: Hacia
un futuro mejor (10:30),
donde difundía las conquistas sociales y laborales que conseguía la Secretaría
de Trabajo, el radioteatro Tempestad
(18:00) y Reina de reyes (20:30). También actuó en dos
películas, La cabalgata del circo, con Hugo del Carril y Libertad Lamarque y La Pródiga que no llegó a estrenarse en su época.
Ese año resultó elegida presidenta de su sindicato, la Asociación Radial
Argentina. El año 1945 fue clave
para la historia argentina. La confrontación entre sectores sociales se agudizó
y la oposición entre alpargatas y libros se transformó en peronismo y
antiperonismo. El 8 de octubre a
la noche se produjo un golpe de Estado dirigido
por el general Ávalos que exigió
de inmediatola renuncia de Perón obteniéndola al día siguiente. Durante una
semana los grupos antiperonistas tuvieron el control del país pero no se
decidieron a tomar el poder. Perón y Eva permanecieron juntos, circulando por
diversas casas, entre ellas la de Elisa Duarte, la segunda hermana de Eva. El
13 de octubre Perón fue detenido
en el departamento de la calle Posadas y confinado en la cañonera Independencia, que zarpó hacia
la Isla Martín García. Por entonces parecía que Perón había sido
definitivamente desplazado de la actividad política y que, en el mejor de los
casos, se retiraría con Eva, para vivir en la Patagonia. Sin embargo a partir
del día 15 de octubre los
sindicatos comenzaron a movilizarse para exigir la libertad de Perón, hasta
desencadenar la gran manifestación del 17 de octubre que finalizó con su liberación,
provocó la recuperación de las posiciones en el gobierno que tenía la alianza
militar-sindical y abrió el camino para la victoria en las elecciones
presidenciales. La versión tradicional asignó a Eva Perón un papel decisivo en
la movilización de los trabajadores que ocuparon la Plaza de Mayo pero actualmente los historiadores
coinciden que su intervención en esas jornadas fue muy limitado, si es que tuvo
alguna. En ese momento, Eva
Duarte aún carecía de identidad política, de contactos en los sindicatos y de
apoyo firme en el círculo íntimo de Perón. Los testimonios históricos son
abundantes en señalar que el movimiento que liberó a Perón fue organizado
directamente por los sindicatos en todo el país y la CGT.
Un día como hoy 22 de Enero de 1959 en La Habana, Cuba,
se inician juicios militares sumarísimos contra los colaboradores del derrocado
presidente Fulgencio Batista. Ernesto “el Che” Guevara fue nombrado por Fidel
Castro jefe militar de la fortaleza de La Cabaña en La Habana, después de que
Batista huyera de Cuba, cargo que ocupó desde enero hasta septiembre de 1959, y
también responsable de la Comisión Depuradora, con el fin de implantar el
terror revolucionario. En una comparecencia por el canal 6 de la TV en febrero
de 1959, el Che declaraba que “en La Cabaña todos los fusilamientos se hacen
por órdenes expresas mías.” Aquí él presidió sobre centenares de ejecuciones en
juicios sumarios que incluso un biógrafo comprensivo como Jorge Castañeda, en
su libro “Compañero: Vida y Muerte del Che Guevara”, dice que “se llevaron a
cabo sin el respeto por el buen hacer de la justicia.” En La Habana, el Che fue
nombrado jefe del campamento militar de La Cabaña. Este antiguo cuartel, era
utilizado como prisión desde tiempos en que Cuba era colonia de España. Más que
una guarnición militar, era conocido como una prisión. Cuando fue construido en
el siglo XVIII, tenía un gran valor estratégico defensivo. En el siglo XX, era
más un monumento histórico que una plaza de importancia militar. Los nuevos
armamentos y la aviación lo habían convertido en algo obsoleto, desde el punto
de vista bélico. La Cabaña, pronto adquirió nefasta fama: Una abarrotada
prisión y centro de ejecuciones día y noche. El "guerrillero heroico", se convirtió
en jefe de la prisión y centro de ajusticiamientos. Iniciándolos un día como hoy 22 de Enero de 1959. La Cabaña fue seleccionada para estos fines, por
estar bien apartada, aunque en la ciudad de La Habana y no muy accesible al
público. Los prisioneros venían de todos los lugares de La Habana y de algunas
provincias. El Che, no los había condenado a prisión o muerte. Se limitaba a
cumplir las órdenes sin protestas, excusas y orgullo. Un miembro de su columna,
de origen estadounidense, conocido por el nombre de Herman, actuaba como jefe
de uno los pelotones de fusilamientos. Este individuo usaba un revólver a la
forma de los "cowboys" del Oeste estadounidense, y era el encargado
de dar el tiro de gracia. Herman, gustaba de hacer girar el arma, macabramente,
en su dedo índice y soplar el cañón del revólver después del disparo. Se
refería a la Cabaña, "como su coto de caza" o "su campo privado
de tiro". Desconozco cómo y cuándo este cruel sujeto apareció y
desapareció de Cuba: un aventurero más. En aquellos meses, Herman era parte de
la tropa del Che. Varias personas que visitaron la oficina del Che, en La
Cabaña, desde donde se veía el lugar de las ejecuciones, fueron invitadas por
éste, para que lo acompañaran a presenciar las mismas desde su ventana.
Paradójicamente, la ejecución del comandante Humberto Sorí Marín, compañero de
armas del Che en la Sierra Maestra, fue similar a la de él posteriormente en
Bolivia. Sorí Marín, se había separado de la revolución y estaba conspirando
contra Castro. Semanas antes del desembarco de Bahía de Cochinos, fue
sorprendido, con otros conspiradores en una reunión clandestina. Hubo un encuentro
a balazos con la policía secreta de Castro y Sorí Marín cayó mal herido.
Inmediata condena de muerte en La Cabaña, Sorí Marín no podía sostenerse en pie
por sus heridas. Fue virtualmente acarreado al lugar de la ejecución, lo
amarraron a un poste y lo ejecutaron. Al Che no se le puede discutir su
valentía en el campo de batalla, ni su crueldad terminada la lucha. Muchos
estiman que más de dos mil personas fueron ejecutadas en La Cabaña. Acepto el
más conservador de este cálculo y llevo el número a la mitad: 1000 personas. Luis
Ortega, en su libro ¡Yo soy el Che! relata lo que el Che le dice a Duque
Estrada: “Hay que trabajar de noche, el hombre ofrece menos resistencia de
noche que de día. En la calma nocturna la resistencia moral se debilita. Haz los
interrogatorios de noche. No hace falta hacer muchas averiguaciones para
fusilar a uno. Lo que hay que saber es sí es necesario fusilarlo. Nada más.
Debe dársele siempre al reo la posibilidad de hacer sus descargos antes de
fusilarlo. Y esto quiere decir, entiéndeme bien, que debe siempre fusilarse al
reo, sin importar cuáles hayan sido sus descargos. No hay que equivocarse en
esto. Nuestra misión no consiste en dar garantías procesales a nadie, sino en
hacer la revolución, y debemos empezar por las garantías procesales mismas.”
Napoleón Vilaboa, miembro del Movimiento 26 de Julio y asesor del Che en La
Cabaña, relata la ejecución de José Castaño Quevedo, director del Buró de
Represión de Actividades Comunistas (BRAC), contra el cual no pesaban acusaciones
criminales y al que llevó a la oficina del Che: “Mientras daba vueltas
alrededor de su mesa y de la silla donde estaba el militar, el Che sacó la
pistola 45 y lo mató allí mismo con dos balazos en la cabeza.” Escalofriante
relato del ex preso político Pierre San Martín, testigo presencial del
asesinato a sangre fría de un niño entre 12 y 14 años de edad llevado a cabo
por el Che Guevara en la fortaleza de la Cabaña en 1959: “…el crujiente sonido
de la puerta de hierro se abrió, al mismo tiempo que lanzaban a una persona más
al ya aglomerado calabozo…. ¿Y tú que hiciste?, preguntamos casi al unísono.
Con la cara ensangrentada y amoratada nos miró fijamente, respondiendo: por
defender a mi padre para que no lo mataran, no pude evitarlo, lo asesinaron los
muy hijos de perra. Cerca del paredón donde se fusilaba, con las manos en la
cintura, caminaba de un lado al otro el abominable Che Guevara. Dio la orden de
traer al muchacho primero, y lo mandó a arrodillarse delante del paredón… El
muchacho desobedeció la orden, con una valentía sin nombre le respondió al
infame personaje: “si me has de matar tendrás que hacerlo como se mata a los
hombres, de pie, y no como a los cobardes, de rodillas.” Caminando por detrás
del muchacho, le respondió el Che: "con que sos un pibe
valiente"...Desenfundando su pistola le dio un tiro en la nuca que casi le
cercenó el cuello.”
Un día como hoy 22 de Enero de
1967 en Managua, Nicaragua se perpetra la Masacre del 22 de enero
en la que soldados de la Guardia
Nacional somocista ametrallan en
la intersección de la Avenida Roosevelt y la Cuarta Calle Suroeste una
manifestación de la primera coalición electoral Unión Nacional Opositora (UNO), cuyo candidato presidencial era
el doctor Fernado Agüero Rocha, que protestaba contra contra el presidente
Lorenzo Guerrero Gutierrez y
el general Anastasio Somoza Debayle, candidato del oficialista Partido Liberal
Nacionalista (PLN),
causando entre 1,000 y 1,500 muertos. Las radios opositoras
y La Prensa convocaron a una manifestación en la
Plaza de la República en Managua a
celebrase un día como hoy ( domingo) 22 de enero de 1967. Los
mensajes decían que cada manifestante llevara su morral (que fuera preparado).
Ese día se efectuó la gran manifestación de la UNO en dicha plaza; cerca de las
5 de la tarde alguien dijo que «botarían del poder a los Somoza para marchar
hacia la Casa Presidencial de la
Loma de Tiscapa, por la avenida Roosevelt». La protesta era contra el
presidente Lorenzo Guerrero Gutierrez
(el 3 de agosto del año
anterior había fallecido por un infarto cardíaco su predecesor René Schick
Gutiérrez) y contra el general Anastasio “Tacho” Somoza Debayle. En la
esquina del edificio del Banco Nacional de Nicaragua (BNN) (hoy es la Asamblea
Nacional de Nicaragua) se detuvieron ante un pelotón de soldados de la GN; el
teniente Sixto Pineda Castellón se subió encima de un camión de los bomberos del Aeropuerto Internacional Las
Mercedes (actual Aeropuerto Internacional de Managua), para preparar las
mangueras y usarlas lanzando chorros de agua contra la multitud. En ese momento
sonó un disparo, realizado por un francotirador. Más tarde sería identificado
plenamente por el servicio de inteligencia de la Guardia Nacional como David
Tejada Peralta (exteniente de la Guardia Nacional y militante del FSLN) ubicado
entre las ramas de los árboles de laurel de la india de la acera del Banco Nacional
de Nicaragua. Lo mató y cayó al suelo desatándose una balacera contra la
muchedumbre. El doctor Julio Ignacio Cardoze, quien años más tarde sería
viceministro del Trabajo en el gobierno del general Anastasio Tacho Somoza, andaba allí, dice no vio a
nadie armado en la manifestación y le fue a avisar a Chamorro, Agüero, Manolo
Morales Peralta, etc. quienes estaban a 5 cuadras al norte de la cabeza de la
manifestación, sentados en la acera del Edificio Carlos, frente al costado este
del Almacén Carlos Cardenal. Pero no se descarta que habían exaltados armados
entre la gente (ya existía la guerrilla
marxista del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN),
fundada en 1961 por Carlos Fonseca Amador, para combatir a
la dictadura somocista).
Hubo entre 1000 y 1500 muertos, los dirigentes de la UNO se refugiaron en el
Gran Hotel (actual Centro Cultural Managua) situado a 2 cuadras al norte de
donde ellos estaban antes, por lo que una tanqueta Sherman (mandada por el General Iván
Allegret) cañoneó a ese edificio abriendo enormes hoyos en sus paredes. Se
evitó la entrada de los miembros de la guardia somocista por la mediación de la
embajada de Estados Unidos. Al
día siguiente, lunes 23 de enero de 1967, Pedro Joaquín Chamorro fue detenido
junto a Herty Lewites (futuro alcalde de Managua entre 2001 y 2005 por el FSLN y posterior precandidato por el MRS ―Movimiento Renovador Sandinista―).
Edén Pastora (capturado ese mismo
día al venir a Managua desde Matagalpa, supuestamente a traer armas), Carlos
Guadamuz Portillo (quien sería
asesinado 37 años después, el 10 de febrero de 2004), Samuel Santos López (futuro alcalde de Managua en los años
ochenta y canciller de Nicaragua
desde 2007), los hermanos Sergio y Danilo Aguirre Solís y otros 23 líderes de
la UNO. Ellos fueron detenidos y presos en la cárcel El Hormiguero.
Agüero, en cambio, pudo continuar en campaña. Consecuencias de los sucesos: Dos
semanas más tarde, el domingo 5 de febrero de 1967, el pueblo nicaragüense votó
y ganó el general Anastasio” Tacho” Somoza (del oficialista
Partido Liberal Nacionalista PLN), y perdió Fernando Agüero Rocha. Somoza
asumió el poder el 1 de Mayo de 1967. El diario La Prensa sufrió un saqueo por parte de la Guardia Nacional desde
un día como hoy 22 de enero de 1967 y no fue sino hasta el 3 de febrero que circuló (debido a un recurso de
amparo que doña Margarita Cardenal viuda de Chamorro, madre de Chamorro Cardenal,
interpuso a la Corte Suprema de Justicia contra
el Comandante de policía Coronel
Ernesto Rugama) denunciando que las pérdidas de materiales y dinero en sus instalaciones ascendieron a
100.000 córdobas. Los 31 presos (incluido Pastora) fueron liberados por una
amnistía del Congreso Nacional el 4 de marzo. El 28 de marzo
de 1971 Agüero firmó un pacto con
Somoza en la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío para ser miembro de la Junta Nacional
de Gobierno (JNG) en el periodo del 1 de mayo de 1972 al 1 de diciembre de 1974 y permitir la reelección de Tacho para
su segundo periodo en la presidencia, por lo que fue considerado un traidor por
un sector de su partido. En 1973 renunció
a la JNG sustituyéndolo Edmundo Paguada Irías.
Un día como hoy 22 de Enero de 1970 en EE. UU. se realiza el primer vuelo
comercial del avión Boeing 747. El Boeing 747, comúnmente apodado
«Jumbo», es un avión comercial transcontinental fabricado por Boeing. Conocido
por su impresionante tamaño, está entre los aviones más reconocibles del mundo.
Realizó su primer vuelo comercial un día como hoy 22 de Enero de
1970, siendo el primer avión con fuselaje ancho.
Su rival más directo es el aún mayor Airbus A380. Los cuatro motores turbofán del 747 son producidos por Pratt &
Whitney, cuya referencia JT-9D fue
inaugurada con el avión y han sido usados por otros aviones de fuselaje ancho
como el Douglas DC-10. Su segundo piso en la parte anterior de la cabina ha
hecho de los 747 un icono altamente reconocible del transporte aéreo. Una
disposición típica en 3 clases acomoda a 416 pasajeros, mientras que una
disposición de dos clases acomoda un máximo de 524 pasajeros. El 747-400, la
versión más reciente en servicio, vuela a velocidades subsónicas de Mach 0,85 (unos 913 kilómetros por hora), y
ofrece un radio de acción intercontinental de 7 260 millas náuticas (13 446 kms). Se esperaba que los 747
estuviesen obsoletos después de unas ventas de 400 unidades, pero han
sobrevivido a todas las expectativas, y, pasadas las críticas, la producción
llegó a 1,000 unidades en 1993. En junio de 2007 se habían construido 1,387 aviones,
con otros 120 en diversas configuraciones bajo pedido. El desarrollo más
reciente de este avión, el 747-8, fue planeado para incorporarse al servicio a
partir de 2010, siendo Lufthansa el cliente de lanzamiento. El 747 es
uno de los aviones más seguidos por el público, ya que la así llamada «Reina de
los cielos» (Queen of the Skies) permitió a millones de personas realizar
vuelos internacionales. Además fue el primer avión civil de fuselaje ancho, el
más largo y el más pesado, y pionero en la utilización de motores turbofán de alta relación de derivación,
menos contaminantes y ruidosos que los turborreactores convencionales.
Un día como hoy 22 de Enero de 2006 en Bolivia, Evo Morales asume la presidencia
del país. Juan Evo Morales Ayma, nacido en Orinocoa, Oruro, el 26 de octubre de 1959 es el
presidente del Estado Plurinacional de Bolivia. Fue uno de los fundadores del
Movimiento al Socialismo (MAS),
que encabezó las protestas de octubre de 2003 que desalojaron del poder a Gonzalo
Sánchez de Lozada. Desde 1996 preside el Comité de Coordinación de las seis
federaciones de productores de coca de
la zona del trópico de Cochabamba (Chaparé).
En las elecciones de 2005, Morales obtuvo casi el 54% de los votos,
convirtiéndose en el primer presidente de origen indígena. Asumió el poder un día como hoy
22 de enero de 2006. Es el tercer mandatario boliviano en la
historia de la República elegido por mayoría absoluta de votos (el primero fue
Hernán Siles Suazo en 1956 y el segundo, Víctor Paz
Estenssoro en 1960). El 6 de
diciembre de 2009 se celebraron unas nuevas elecciones presidenciales, en las
que logró la reelección con el 64,22% de los votos; reasumió el 22 de enero del
2010.
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