domingo, 1 de mayo de 2011

Primero de Mayo fue de protestas más que de celebraciones

Tomado de RFI

Manifestantes en Atenas el 1° de mayo

El Primero de Mayo, fiesta de los trabajadores, es una jornada reivindicativa y festiva que este año tiene en algunos países, entre ellos varios europeos, un marcado cariz de protesta. La crisis económica sigue castigando a muchos ciudadanos que se han quedado sin empleo o que han visto caer su poder adquisitivo.

En Atenas, capital de Grecia, miles de personas convocadas por los sindicatos se han concentrado para denunciar el duro plan de austeridad que prevé ahorrar 23.000 millones de euros este año y la privatización por valor de 50.000 millones de euros entre 2012 y 2015.

El primer ministro griego, Yorgos Papandreou, pidió "el apoyo de todos" frente a un nuevo endurecimiento de la austeridad anunciado a mediados de abril, para respetar las condiciones impuestas a cambio del plan de rescate concedido por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

En Lisboa, la capital portuguesa, los sindicatos quieren mostrar su fuerza en momentos en que el gobierno negocia un plan de rescate financiero con la Unión Europea y el fondo Monetario Internacional. La ayuda podría ser de 80.000 millones de euros y exigirá sin duda sacrificios suplementarios a los portugueses, que ya viven un plan riguroso de ahorro público.

En Turquía decenas de miles de personas han acudido a la plaza Taksim de Estambul, por primera vez en más de 30 años. La plaza fue escenario en 1977 de la muerte de 34 personas cuando varias personas abrieron fuego contra los manifestantes. Desde entonces no estaban permitidas las manifestaciones.

La plaza Tahrir en El Cairo ha recibido de nuevo a miles de egipcios que se han manifestado para pedir más justicia social: mejores salarios, más empleo y servicios de educación y salud con calidad, en línea con el “espíritu de la revolución del 25 de Enero”, han afirmado los presentes. Los trabajadores han pedido también la independencia de los sindicatos con respecto al poder.

En Francia, la movilización ha sido más modesta que otros años y solo unas miles de personas han salido a las calles. Las protestas del pasado otoño contra la reforma del sistema de jubilación no lograron su objetivo y eso hizo mella en la población francesa. El poder adquisitivo, el desempleo y la supresión de puestos de trabajo en la función pública son este año los caballos de batalla de los sindicatos.


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