sábado, 14 de mayo de 2011

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA VIDA COMO JUEGO

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


Un día domingo circulaba yo por una importante calle de la ciudad. En una esquina había un payaso esperando para poder cruzar la calle; en vez de hacerlo en la acera, por su seguridad, estaba ya parado sobre el asfalto. A mi lado derecho circulaba un taxi, cuyo motorista debió pensar que no había nada más divertido que gastarle una broma a un payaso, así que de repente, sin pensarlo dos veces, dejó ir su vehículo contra el confiado payaso. Como éste no andaba del todo desprevenido y pudo saltar hacia atrás, y como “sólo se trataba de una broma” y el taxista calculó el oportuno viraje, no sucedió ninguna tragedia; pero la cara de susto del payaso, y el regocijo del taxista por el éxito de la broma fueron dos imágenes simultáneas que no se me olvidan.

Este payaso es sólo una víctima más de este tipo de bromas; parece que es una “gracia” típica de motoristas. Como también es una broma típica en nuestra cultura la inversa, es decir, el aventar a una persona contra un vehículo en movimiento; como también lo son aquellas en las que se involucran armas de fuego; y como también lo son, en definitiva, todas aquellas en que, de una u otra forma, ficticiamente se pone en juego la propia vida de alguien.

En días recientes cinco jóvenes, adolescentes incluidos entre ellos, morían en accidente de tráfico causado por el exceso de velocidad al ir compitiendo en la vía pública. No es la primera vez que sucede, y desgraciadamente, tampoco será la última; es sólo una más. Los protagonistas del accidente eran muy jóvenes y se comportaron como niños. El taxista era ya un señor madurito, pero se comportó con la misma inmadurez.

El problema no es sólo si algo falla o no, si la broma trae serias consecuencias o no, o si la carrera termina en tragedia o no; el problema es también el concepto de broma y de diversión que tenemos. Para que sea divertido, tiene que haber peligro; para que sea divertido tiene que haber violencia; para que sea divertido alguien tiene que sufrir o resultar negativamente afectado. ¿Acaso no nos ha dado Dios a los latinos una excelsa creatividad potencial como para imaginar bromas y formas de divertirse más sanas?

Esta forma de manifestación cultural que son las bromas, refleja algo que se puede apreciar también a otros niveles, y es el escaso valor que tiene la vida. La vida es un juego, la vida se arriesga de forma absurda; la vida se descuida por completo; la vida se amenaza y, muchas veces, la vida se mata con absoluta tranquilidad.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

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